Ya era hora de la reunión, la tan importante reunión. Todas fueron muy puntuales, literalmente quedaron esperando en la puerta de Hagaruke hasta que llegará la hora y así tocar la puerta. Así que, tocaron la puerta y a los pocos segundos la chica invisible abrió la puerta.
— ¡Ah! Son ustedes, pasen. — Dijo alegremente, como era de costumbre.
Todas pasaron, y ahí comenzó la tensión. Ninguna sabía qué hacer, ya habían tenido reuniones pero no de éste tipo, no cuando se trataba de los ships en donde había gente real y no de animes. Pero una debía hablar ¿Pero cómo? Esa era la pregunta que todas se hacían. Pero nuestra gran y maravillosa Ashido Mina supo como.
— Chicas, debemos poner las reglas de esta guerra. No podemos quedarnos tan calladas, es solo una reunión donde la única diferencia es que son personas reales. — Dijo Mina, bajando la tensión del lugar.
— Tiene razón, chicas. Yo vine acá para poder pasar el rato y preparar todo, no para estar tan tensa. — Le siguió Hagaruke.
— Coincido con lo que dice Hagaruke-san — Y quien siguió ahora fue Momo.
Todas se miraron entre sí, y asintieron.
— Traje los papeles. — Dijo Mina.
— Entonces empecemos. — La pelimarron estaba algo emocionada, llevaba pensado algo desde hace un rato.
— Bien, ¿Quien dice alguna regla primero? — Dice Hagaruke, agarrando una fibra, preparada para comenzar a escribir.
— Se podrá cambiar de ship, kero. — Está claro que Tsuyu dijo esto por si alguna se había hecho últimamente multishiper.
— No habrán neutrales, pero se pueden hacer alianzas. — Ahora Ochako decía esto en referencia a su alianza con Asui.
— Pero no más de dos personas, somos pocas. — Dijo Momo.
— Se puede retirarse de la guerra, pero tendrá que pagar por ello y no podrá volver a unirse. — Decía Kyouka.
— Me parece buena idea, pero tengo una duda ¿Y si se hace un ship que ninguna shippea? — Dijo Uraraka.
Todas se quedaron calladas.
Nunca habían pensado en eso.
— Eeeh... Supongo que ninguna gana nada y ya ¿No? — Dijo Mina, fue lo primero que se le vino a la cabeza. — ¿Qué les parece? —
— Está bien. — Dijeron todas a excepción de la pelirosa.
— ¿Otra regla para agregar? — Preguntó Hagaruke, a ella ya no se le venía nada a la cabeza.
— Nadie se debe enterar de esto, a menos de que encontremos más fujoshis que shippean a Midoriya con alguien. Kero, kero. — Dice Tsuyu.
— Si alguien se entera de esta guerra vamos a tener que obligarle a que mantenga la boca cerrada o se una, depende la persona. — Dijo Uraraka.
— ¡Esperen, esperen! Me duele la mano, hablan muy rápido. — La pobre de Hagaruke ya no podía más, escribir todo eso y que al instante otra diga algo y también tenga que escribirlo le cansaba. — Tomemos un descanso, porfa. — Suplicó la chica.
— Bien. — Dijo Momo. — 15 minutos de descanso. —
Todas asintieron e hicieron cualquier cosa. Algunas leían mangas Yaoi, otras miraban como estaba quedando su cartulina de reglas y otras básicamente estaban pensando posibles nuevas reglas.
Pasados los 15 minutos todas volvieron a sentarse como antes y la charla siguió.
— ¿Alguna otra idea? — Preguntó Hagaruke, estirándose por si debía volver a escribir.
Nadie dijo nada.
— ¿Eso es todo? — Preguntó Ashido.
— Sí. — Dijeron todas a excepción de la de piel rosa.
— ¡Bien! ¡A decorar! — Dijo entusiasmada Uraraka.
Luego de que terminaran de decorar aquella tan importante cartulina, se pararon y estiraron sus brazos hasta en medio del círculo que habían formado.
— ¡Esto es la guerra! — Gritaron todas al mismo tiempo.
Pobre Izuku, ahora este gran peligro se acercaba a él.
°•°•°•°•°•°•°•°
¡Hola, hola!
Tardé en escribir esto por falta de imaginación
¡Pero acá está!
Sin nada más que decir...
¡Bye, bye!
–GalletitaHelada