De vuelta en casa...Pero esta vez es la bienvenida oficial. Después de una semana en el hospital puedo volver a casa para hacer reposo en ella. Me recibieron con una alegre fiesta todos mis seres queridos, absolutamente todos. Una de las veladas más felices de mi vida después de haber abrazado a un montón de fans que pasaron semanas fuera del hospital esperando a que despertara, los adoro tanto a los fanáticos que si hubiera podido me quedaba el día entero hablando con ellos. En fin, luego de la fiesta me encuentro en el patio acariciando a Chiquito, sola, ya que Ed y Sophi fueron a despedir a mis abuelos al aeropuerto e insistieron que me quedara aquí para no hacer desarreglos en mi salud. He mejorado bastante solamente tengo una pequeña molestia al caminar, pero solo es cuestión de acostumbrarse es sólo una cicatriz.
"Algunos buscan un mundo bonito, otros lo crean" leo la frase bajo el árbol de pintura y una hermosa sensación recorre mi cuerpo. Esas palabras tienen demasiados significados en mi vida. Tengo mucho sueño, me atemoriza la idea de tener que cerrar los ojos, ya ni sé si después de irme a dormir voy a volver a abrir los ojos o voy a aparecer en aquellos pasillos blancos. Lo sé, tengo que olvidarlo, pero es casi imposible...me marcará de por vida como esta cicatriz.
Entro a casa a través de la puerta de cristal y subo a mi habitación en busca de un buen descanso. Ordeno un poco el desorden que hay allí, el cual supongo que no se limpia hace meses y me acuesto bajo las colchas, pero algo duro a mis pies llama mi atención. Es la laptop...¿Qué hará allí?, no importa la...
Una idea fugaz pasa por mi cabeza y puedo creer que no es para nada mala. Rápidamente la enciendo y en el buscador tecleo la causa de mis dudas. Busco información en videos, sino no habría una buena respuesta y en cuanto encuentro el video más factible, hago clic en reproducir. La banda tocando sobre el escenario, los fanáticos alentando y todo normal. En ese momento un recuerdo golpea mi cabeza con fuerzas, me quedo en shock por un instante. ¡Lo recuerdo, recuerdo ese movimiento de Niall con la guitarra, esos acordes de Liam con el bajo y la sonrisa de Zayn a mis espaldas...! "Justo en ese momento doy una vuelta" me antepongo a lo que luego sucede. "Y allí es cuándo..." mi respiración se vuelve profunda y no quito la mirada de ese punto exacto dónde los guardias comienzan a alborotarse, no pestañeo ni por un segundo hasta que el tipo sube al escenario y corre a gran velocidad hacia mí. Ilusa lo recibo de brazos abiertos y en ese mismo instante es cuando...
Cierro la laptop inmediatamente y cierro los ojos a medida que las imágenes invaden mi cabeza.
De repente recuerdo sus ojos grises sin fondo que mostraban el vacío de su alma y su blanca cabellera con gran espesor se mueve . Me lo imagino aproximándose a mí en camara lenta y extiendo ambos brazos para abrazarlo como si fuera un fanático, pero me equivoqué en pensar aquello. Todo mi cuerpo se paraliza y de a poco comienzo a sentir como el frío se apodera de él. Con facciones neutras me alejo y observo sus ojos que pasaron de ser grises a un rojo sangre acompañando de una sonrisa que se extiende por su cara. No escuchó más los gritos del público, solamente una constante presión en mis oídos al ritmo de los latidos de mi corazón. Y caigo. Caigo al piso sin sentir el golpe, no huelo nada, no escucho nada, lo único que me queda es la escasa vista que muestra como el desquiciado es alejado de mí por casi diez guardaespaldas entre golpes y patadas. La primer persona que llega a mi lado es Felix quien modula algo tomándome el rostro con sus manos y luego llegan los chicos de la banda a mi alrededor. Miro hacia todos lados sin saber por qué estoy tirada en el piso hasta que veo la sangre que escurre de mi abdomen manchando mis ropas y es allí cuando finalmente todo se vuelve oscuro.
-¡Dawny, Dawny, Dawny!
Abro inmediatamente los ojos y me encuentro con Ed mirándome fijo.
-Dawn...¿Estás bien?- pregunta preocupado con sus manos en mis piernas. Trato de contestar que sí pero las lágrimas se anteponen y me arrojo sobre él abrazándolo entre sollozos. Me abraza fuerte contra él y acaricia mi cabello logrando que a poco me calme.
-Lo recuerdo todo- digo cuando me alejo- Recuerdo su rostro, el momento, todo. Era él...Distancia.
-¿De qué hablas?- pregunta con calma.
-Del hombre que me clavó el puñal. Él era Distancia- explico y elevo mi mirada tratando de encontrar la calma- Ya sé que todo encaja por lo que me explicó la doctora, pero me perturba de tal manera que...- mi llanto me gana una vez más y las lágrimas continúan deslizándose.
-No, no llores por eso. Ya quedó en el pasado y no volverá a suceder muentras esté contigo. El loco fue encerrado y aquello solamente fue un maldito sueño- me toma la cara con las manos y seca las lágrimas con los pulgares.
-Si...¿Pero qué seguridad tengo yo de que no vuelva a aparecer? Así como lo hizo una vez lo volverá a hacer porque tiene la venganza clavada en el alma y por aquella maldita injusticia tenemos que pagar nosotros. No quiero vivir esto otra vez, no quiero. Te juro que me borraría de la faz de la tierra.
- No digas eso amor...-niega con su cabeza y busca mi mirada- Llegas hasta lastimarte con ella. Tienes que olvidarte de todo esto, no llegaras a nada si no lo haces, te seguirás lastimando y eso no es lo que quiero. Solamente recuerda las palabras de Lili: Los que más dan son los que menos reciben. Eso es lo que quiero que hagas, da todo de ti para simplemente olvidarte de este hecho. Las cosas no vuelven atrás, así que no hay oportunidad de que algo semejante suceda otra vez. Ten la vista puesta hacia delante porque hay muchas oportunidades que se aproximan y si miras hacia atrás las dejas pasar. Agradece a la vida de todo lo que te ha dado, porque esto que sucedió solamente fue un traspiés para que te des cuenta la importancia de lo que realmente aprecias y que podrías perderlo con un abrir y cerrar de ojos. Hagamos como que todo esto nunca sucedió.
-¿Cómo?
-Has como si esta fuera la bienvenida de tu gira, nada más ¿De acuerdo?
Sonrío y me presiona contra él.
-¿Por qué sigues aguantándome?...Soy un desastre y tienes que liar con cada problema que tengo más los tuyos. Yo si fuera tú, me hubiera marchado.
-Nunca, nunca en mi vida lo haría.
-¿Por qué no?
-Porque te amo.
***
Calle Oxford 325
Leo en la placa de bronce que combina con las letras en el papel que sostengo. Hice un viaje de más de 13000 kilómetros visitando mi país natal. Si no fuera por la gira, nunca más en mi vida hubiera visitado este país. Aunque...el pueblo en el que vivía, ya hacen más o menos tres años que no visito.
-¿Segura que es aquí?- pregunta Felix.
-Segurísima. Aquí te dijo que era.
-Si, pero nunca en mi vida había visto esta casa y eso que pasaba a menudo por aquí en mis años de escuela.
-Debe ser nueva, no lo sé- vuelvo la mirada a la puerta y suspiro hondo.
-¿Nerviosa?
-Algo...Pero lo estoy haciendo por mi bien- digo y presiono el botón que hace sonar una melodía dentro la casa.
Esperamos un pequeño rato con Fel fuera de esta casa en los suburbios a quien alguien responda y nos abra la puerta con alguna señal de vida, hasta que unos fuertes pasos se sienten venir dentro del lugar. El cerrojo se corre e inmediatamente un chico con dos llamativos ojos azules abre la puerta. Al principio frunce el ceño al vernos, pero al prestar más atención se queda atónito ante mi presencia.
-Hola. Tu debes ser Nash- saludo al chico de aproximadamente dieciséis años.
-Emmm...Si- dice atónito y gira un poco el cuerpo- ¡Mamá, hay visitas!- grita y al instante una mujer con los mismos ojos del chico aparece por el pasillo limpiándose el delantal con las manos. Al verme sonríe y se aproxima a nosotros.
-Oh...Pasen, pasen chicos por favor. Nash por favor ve y busca algo fresco para darle a los invitados- el chico desaparece y la mujer nos recibe dentro de la casa con un apretón de manos- Un gusto chicos, yo soy Mónica la mujer de Fabian, el me ha contado mucho sobre ustedes, especialmente de ti Dawn. Pero no te preocupes sólo han sido cosas buenas. Pasen por aquí, sientanse como en casa- dice trasladándonos a una sala con tres sillones, muchos cuadros y una estufa a leña en el medio.
-¿Fabian está en la casa?- pregunto después de que nos sentamos en uno de los sillones y ella en otro frente a nosotros.
-No, en este momento está trabajando, estoy segura que en unos minutos llega, no te preocupes- dice y no puedo evitar notar su gran amabilidad- Sinceramente no los esperábamos, pero si él hubiera sabido ni a trabajar iba, se va sorprender mucho cuando te vea.
-Eso espero- sonrío y miro los cuadros a mi alrededor. En ellos hay fotos de dos niños a distintas edades de su vida, deduzco que uno es Nash y el otro debe ser Aaron. También veo fotos de Mónica junto a papá en muchas ocasiones y me detengo en una foto que llama mucho mi atención. En ella estoy yo de pequeña soplando las velas de cumpleaños y él a mi lado muy sonriente.
- ¿Cuánto llevan casados?- pregunta Felix y volteo rápidamente.
-Felix- lo regaño y él se encoje de hombros.
-No hay problema Dawn. Llevamos dieciocho años casados y tenemos dos hijos Nash y Aaron. Aaron tiene diecisiete y Nash quince años.
-Pero...-interrumpo- Recuerdo haber escuchado que Aaron tenía dieciocho y Nash dieciséis.
Ella sonríe ante mi duda y niega con la cabeza- Tu padre nunca acierta con las edades. Según el debes tener dieciocho- dice y largo una pequeña risa. Es cierto, ya no me acordaba de esa parte de papá.
-Tienen una familia hermosa- respondo dándole otra mirada periférica a los cuadros- La verdad, los felicito.
-Gracias linda, pero te confieso que tu papá siempre quiso que fueras parte de ella- un hondo suspiro se escapa de sus pulmones y su comportamiento cambia por completo- Hace tres años comenzó a buscarte. Era una idea tonta, después de tantos años de haber abandonado a su hija no creo que ella lo siguiera considerando su padre, le dije pero el no pisó tierra y siguió con su búsqueda. Un remordimiento dentro de él no lo dejaba dormir si no las encontraba a ti y a tu madre a salvo, después de tantos años la culpa comenzó a comérselo vivo y cuando te vio en la televisión, no sabes lo feliz que se puso, pero su autoestima bajó cuando se enteró de la vida de tu madre y fue cuando más energías de ir a buscarte tuvo. Gastó hasta su último centavo en un pasaje de avión hasta Los Angeles, solamente, para verte dormida en una cama. Allí se dio cuenta de la falta que le hiciste en su vida y se culpó de que aquello te hubiera sucedido. Era ilógico, pero nadie podía cambiarle sus pensamientos. Y aquí estas, sentada en su sala de estar. Y espero que comprendas todo esto Dawn, no te estoy inventando una historia para que lo perdones, solamente te digo más que la pura verdad y espero que comprendas el porqué de muchas cosas, solamente eso.
-Le creo Mónica, muchas cosas de las cuales estuve molesta con él ya las grité y me desahogué llorando. Pero me di cuenta que no valía de nada odiarlo si después de todo los errores estan para cometerlos y el ya cargó con suficiente culpa. Si no quisiera perdonarlo no estaría aquí, se lo aseguro.
La puerta de entrada se abre acompañada de un sonido de llaves. Felix creo que está más nervioso que yo porque en cuanto lo vio puso una mano en mi pierna.
Fabian no se da cuenta de nuestra presencia en la sala, debe ser culpa del cansancio que se apodera de sus facciones y le hacen lucir una cara triste. Es asombroso, tal como lo imaginé en mis sueños, aunque está mucho más joven.
Me coloco de pie al igual que Mónica y voltea. Su mandíbula tieza al igual que su mirada, se queda petrificado. Hago una media sonrisa amigable y las llaves de su mano caen sobre las baldosas de su casa.
-Viniste- dice como si fuera su último aliento y asiento. Su cara se invade de felicidad y corre hacia mi para abrazarme- Sabía que lo harías, lo sabía- repite a cada instante acariciando mi cabello.
-Nunca te hubiera dejado plantado- susurro- Después de todo eres mi padre.
-Si, lo soy y sé que es tarde para pedir disculpas pero eso es lo que necesito. Quiero que me perdones por haber sido un idiota y haberte abandonado a ti y a tu madre. Era muy joven, era muy inmaduro y no sabía lo que hacía. Estaba perdido, tenia miedo de no saber como criar a una hija y eso fue lo que me envolvió en una pena sin regreso. Perdóname y a partir de ahora te demostraré cuánto te quiero y te he necesitado todos estos años.
Me quedo mirando a sus ojos penosos llenos de lágrimas y no puedo evitar volverlo a abrazar.
-Ya lo hice, ya te perdoné. Sino lo hubiera hecho no estaría aquí.
-Gracias hija.
Nos quedamos a cenar con la familia Pena y fue como si yo perteneciera a ella, me sentía una más. Algo en mi pecho me punzaba y no sabia lo que era, no era dolor, era algo maravilloso. Debió haber sido el placer de ser parte de una familia después de tantos años. Padre, madre y hermanos. Se siente tan...hermoso.
Luego recuerdo que hay otra familia que me espera de vuelta en casa y con Felix salimos rumbo al aeropuerto, pero antes decidimos hacer una pequeña caminata por el lugar recordando aquellos días sin fama hasta que me detengo en una calle y algo se me atraviesa en mi mente que no puedo sacar.
-¿Qué sucede?- pregunta Fel.
-Esta calle, ven, quiero ver algo- digo y salgo corriendo mientras Fel me persigue sib entender. Mis pies me trasladan hasta aquella plaza de noches llenas de charlas con los vecinos, luego cruzo la calle y me detengo en seco ante la antigua casa invadida por las plantas.
-Mi casa- digo sonriente.
-Wow....dos años y sigue igual- admira Fel la estructura- ¿Nadie la ha comprado?
-No, nadie la quiere. Es antigua. Pero aún así quiero entrar- me adelanto hasta los maceteros a los costados de la puerta principal y reviso entre las hojas de los plantines.
-¿Cómo vas a entrar?...No tienes llaves, tus abuelos las deben tener y...
-¡La encontré!- exclamo levantando la pequeña llave color bronce e inmediatamente la introduzco en la cerradura.
Con un esfuerzo mayor deslizo la puerta atascada y esta se abre con un fuerte chillido. Hago el intento de encender la luz pero ésta no funciona así que saco mi celular para alumbrar con él. El lugar está como lo dejamos pero está todo invadido por el polvo y las telarañas, a medida que avanzo tengo que tener mucho cuidado para no tropezar con algo y caer así que voy lo más cuidadosamente posible.
-¿Te vas a quedar ahí toda la noche?- le pregunto a mi amigo que permanence en la puerta de entrada.
-Solamente vigilo por las dudas que venga alguien- contesta cruzado de brazos.
-Eres un marica, tienes miedo.
-¡No tengo miedo!...¿Pero que pasaría si alguien viene, nos delata y luego llama a la policía?
-¡Nadie va a hacer eso!, la mayoría de los vecinos son ancianos y a esta hora deben ir por el quinto sueño. ¡Vamos Fel!, es solamente mi casa, nada malo va a pasar.
Indeciso mira hacia todos lados, luego suspira hondo y se acerca a mi.
-Rápido.
-Si grandote- contesto con una sonrisa de oreja a oreja.
Caminamos escaleras arriba y lo primero que veo es la puerta de mi habitación. Tomo el picaporte y con el típico golpe de caderas se abre. Todo es tan extraño cuando lo observo, parece haber sido otra vida. Los dibujos sobre aquella pared que yo misma dibujé, las ojas arrugadas de canciones que no funcionarían, los posters de mi...ídolo.
-Un día lo tenes colgado en la pared y otro a tu lado. Suertuda- dice Fel pegándome codazos y lo empujo hacia un costado para que no me moleste. Sigo revisando el lugar encontrando nada más que polvo y telarañas por todos lados, no hay nada que me haya olvidado aquí, excepto debajo de la cama. Hay algo sólido cuando meto mi mano y lo arrastro hacia mí. Un grito ahogado sale de mi garganta cuando varias ratas se escabullen del centro del objeto y sin saber como, estoy abrazada a Fel.
-Sólo eran tres ratas...- dice con ironía.
-Corrijo: Tres asquerosas y sucias ratas...
-Está bien...¿Qué es eso?- pregunta mirando el saco negro que arrastré.
-No lo sé, hay que averiguarlo. Pero ábrelo tu, no me voy a arriesgar a tocar otra cosa asquerosa.
Mi amigo se agacha y con cuidado desliza el cierre del bolso, hecha un vistazo inspector y luego sonríe.
-¿Qué hay?- pregunto estirando el cuello para espiar un poco.
-Ven y mira-sonríe y comienza sacar distintas cosas como collares, ropa, fotografías. Me coloco a la altura de Fel, dónde la luz de la luna entra por pa única ventana allí y agarro algunas cosas.
-Sueños hechos realidad- leo mirando el sobre con fotos dentro y le doy una mirada extraña a Fel y me contesta con una mirada de "Ábrelo".
Deslizo las fotografías por el piso y sonrió al ver todos aquellos recuerdos. La banda en sus inicios, nuestras antiguas vidas, cuando no teníamos ni idea del futuro que nos aguardaba. Las imágenes cambian de a poco y ya puedo ver una foto de nosotros con Jonathan, nuestro primer gran concierto, la primera vez que salimos en un programa de TV, el extranjero...Los Angeles, mi primer viaje a Los Ángeles.
-Creo que es algo tarde y comenzarán a preguntar si no llegamos con tiempo al aeropuerto.- dice Fel parado en la puerta- Toma esas cosas y las terminamos de ver en el avión.
Asiento con la cabeza dejando todo de vuelta en su lugar.
-Está bien...los chicos se sorprenderán cuando lo vean.
-¿Tú dices?
-Es más que obvio. Vamos, tengo muchas ansias por que lo vean.
Más que todo tengo ganas de ver aquellas fotos de Los Ángeles...los días en que mis sueños se volvieron realidad.
Besos :) xx.