Jeonghan pestañeo con pereza, despertando por la luz que alcanzaba a entrar entre las cortinas de la ventana. Vagamente miro la habitación para luego centrarse en la persona frente a él. Sonrió con ternura por lo adorable que lucía, a pesar de que lo abrazaba con fuerza por la cintura.
Anoche... soltó un suspiro soñador de solo recordar como a cada embestida perdía el aire entre jadeos y gemidos. Como ese adorable humano a pesar de darle de los sexos más rudos que ha tenido en los últimos años, seguía siendo dulce a su manera al preocuparse de estimular de forma maravillosa cada punto sensible de su cuerpo.
Fue jodido por esa habilidosa lengua no solo en la boca, sino también en zonas que hace tiempo un amante suyo no se dedicaba a probar. Odiaba que en ese año Joshua se haya metido con otras personas, pero definitivamente aprendió mucho, porque le dejo más que satisfecho a pesar de que su resistencia era la de un simple mortal.
No dejaba que cualquiera se la metiera, aunque hubo casos en los que se arrepintió al no cumplir sus expectativas, pero a Joshua se lo dejaría cada vez que quisiera.
Se moría de ternura por como ese humano se aferraba cada vez más al moverse solo un poco. Anoche cuando al fin acabaron, se quedaron acostados abrazados para dormir, en su caso porque extrañaba esa calidez de tener un cuerpo contra el suyo luego de una maravillosa sesión de sexo. No era difícil saber que el humano lo abrazaba para que no ocurriera lo de la otra vez de que se fue sin despedirse.
Igual no tenía intenciones de ello.
Por lo que con calma se dedicó a admirar a ese hermoso humano que tenía una cara divertida al dormir. Lucia enojado, pero de repente sonreía como un gatito.
Con su índice delineo sus facciones, encontrando fascinante cada detalle, desde imperceptibles lunares hasta como sus pestañas les daban un toque hermoso a sus ojos. No aguanto más y se acercó a besar todo lo que veía y encontraba perfecto.
Joshua empezó a pestañear rápidamente, riendo por las cosquillas que le provocaba ser besado por todo su rostro. Los labios de ese demonio eran tan suaves y cálidos que le encantaba sentirlos contra su piel.
- Déjame dormir, siento que corrí una maratón con todo lo que hicimos – Se quejó, dejando un poco hacia afuera su labio inferior como un puchero. Al fin dejo de abrazarlo para darse vuelta, dándole la espalda al demonio. Jeonghan se apoyó en su codo para levantarse un poco, dando un vistazo a la habitación.
En cualquier otra situación, este sería el momento ideal para irse.
Sus ojos se detuvieron en una repisa de la habitación.
Había un peluche de jirafa junto a figuras de Star Wars. Sintió sus ojos humedecerse al notar cuan bien cuidado se veía. Se voltio para ver la espalda desnuda del menor, por la que con sumo cariño deslizo su mano, acariciándola por cada lunar que llegaba a tocar. Joshua se estremeció, pero no dijo ni hizo nada. Dejo un beso en su hombro para finalmente levantarse de la cama.
Estaba en busca de sus ropas cuando Joshua se sentó en la cama, luciendo nervioso.
- ¿Ya piensas irte? – Cuestiono a la vez que se masajeaba la nuca. Jeonghan le dio un vistazo, sonriendo con orgullo por las marcas que le dejo en la piel. Se encogió de hombros para al fin empezar a ponerse su ropa interior - ¿Quieres salir a algún lado? – Propuso, luciendo sus orejas de un tono más rojizo.
El demonio estrecho sus ojos con diversión - ¿Una cita? – Cuestiono con tono juguetón, aguantando la risa al verlo asentir totalmente avergonzado - ¿A cambio de qué? – Pregunto cómo habito y con ganas de molestarlo, terminando de colocarse ahora sus pantalones.
Joshua al fin le miro con mala cara- ¿No es suficiente con que tengas mi corazón? – Eso rompió la faceta juguetona del mayor.
El humano no estaba muy seguro de si estaba bien haber confesado aquello por lo inexpresivo que lucía el demonio por unos segundos, sin embargo, al fin cambio a una boba sonrisa y ojos que brillaban como los de un niño emocionado.
- Iré a donde tu quieras – Respondió con una amplia sonrisa. El humano no tenía ni idea de cómo esas palabras agitaron todo dentro del demonio, quien ahora solo deseaba llenarlo de besos y mimos.
Joshua se quedó congelado ante su afirmativa. Esperaba cualquier cosa menos que aceptara poniendo esa expresión tan adorable. Al fin se levantó para empezar a vestirse, mirando de reojo varias veces al demonio para comprobar que seguía ahí.
- ¿T-Te parece bien ir primero a desayunar a una cafetería? – Pregunto no muy seguro, pues recordó que no tenía nada decente para comer.
Jeonghan chasqueo los dedos para vestir ahora una camisa blanca arremangada y unos pantalones de tela negro, luciendo como un joven empresario; se miró en el espejo y asintió, satisfecho por el look. Joshua trago saliva por lo atractivo que lucía el desgraciado.
- Confió en que elegirás un buen lugar, así que yo invito – El americano negó de inmediato.
- No, yo invito, pues soy quien te ofreció tener una cita y desayunar fuera – Replico. Jeonghan sintió cosquillas en su estómago al escuchar la palabra "cita".
- Entonces yo invito al próximo lugar al que vayamos – El de cabello oscuro pestañeo pensativo ante eso.
- ¿Cómo qué lugar? – No tenía ni idea de citas que no rayaran lo romántico. El demonio se peinó un poco su cabello, sonriendo al tener una idea.
- El parque de diversiones – El humano estuvo unos segundos en silencio, incrédulo hasta finalmente reír.
- Desde pequeño no voy a uno. Me parece bien – Dijo con emoción, causándole algo de ternura que el demonio propusiera ese lugar que veía tan común para citas.
- Yo desde que crearon los primeros, así que no tengo idea como han cambiado esas máquinas – Ante esas palabras, Joshua quería preguntarle tantas cosas por la larga vida que ha tenido, pero no, quizás arruinaba el momento.
Al final el de cabello oscuro decidió ducharse por cuanto había sudado anoche, una oportunidad que el demonio aprovecho sabiamente así que a pesar de que se resistió, Joshua termino con su espalda contra los azulejos de la pared, sujetándose como podía de los hombros y la cadera del demonio.
Como tenían los planes de salir, Jeonghan se contuvo para no agotar la estamina de ese humano de reacciones tan eróticas. Por lo que acabaron pronto y salieron para vestirse, aunque el demonio solo necesitaba chasquear los dedos.
Estaba pensando en con que vestirse cuando vio a Joshua acercarse a su armario mientras llevaba unos cómodos shorts. Solo vestía eso, así que su deseo volvió a prenderse de un solo vistazo a su desnuda espalda y largas piernas.
Jisoo miraba algo nervioso su ropa, ¿Estaba bien solo lucir casual? Ese día hacia calor, así que... - ¿Q-Qué? – Jadeo cuando lo poco que llevaba de ropa fue tirada hacia abajo, sintiendo de inmediato la punta del miembro de Jeonghan presionar su entrada – D-Detente – Gruño, sintiéndose inestable al este lograr entrar, aprovechando que había sido dilatado en la ducha y que joder, las manos del demonio lo sujetaban con firmeza, impidiéndole alejarse.
Se sujeto de las puertas del armario, intentando alejarse del rubio, pero su fuerza no se comparaba a la del ser inmortal.
- ¿De nuevo? P-Pero si acabamos de... - Gimio ruidosamente en cuanto el desgraciado se metió de golpe, además de que esos dulces labios besaban sus hombros y espalda – N-No quiero, aléjate – Gruño con dificultad, mordiéndose los labios.
Intentaba resistirse, pero el demonio no paraba, tan solo aumentaba el ritmo de sus embestidas, amando como se sentía el interior del menor, quien empezó a jadear muy alterado, empujando hacia atrás su trasero.
- M-Más fuerte – Jeonghan sonrió de lado al escucharlo rogar. Ahora si escucharía lo que le pedía.
...
- ¿Sigues enojado conmigo? – Pregunto con cierta diversión, dándole un mordisco a su emparedado. Miro a Joshua, quien tenía tensa la mandíbula y las cejas fruncidas ligeramente.
- Enojado no, indignado, si – Corrigió, animándose a comer el tocino del desayuno que pidió.
- ¿Indignado? ¿Por? – Le ofreció un poco de su comida al americano, quien al terminar de masticar lo suyo, le dio un mordisco.
- Conmigo, porque soy muy débil ante ti – Dijo en cuanto termino de comer. El demonio sonrió de forma ladina – Me tocas un poco y siento como que fuera lo mejor del mundo – Suspiro con cansancio, como si buscara alguna explicación sobre eso.
Jeonghan sonrió algo triste por eso, pero se recuperó al darle un sorbo a su café – Antes de ir al parque de diversiones, ¿Por qué no arrendamos unas bicicletas y paseamos un poco? – Joshua se extrañó del cambio de tema, pero la idea le pareció genial. Para no ilusionarse, se hizo la idea de que fue una coincidencia y no que el demonio sabia de su amor por ir en bicicleta.
Asintió con emoción, así que en cuanto terminaron de desayunar y costeó lo que consumieron, llegaron a un parque en donde había un puesto.
Como un par de niños hacían carreras y luego el ganador se burlaba del otro, terminando en juguetones empujones y risas, discutiendo sobre en que otro juego el perdedor lograría ganarle al otro. También, no faltaban las profundas miradas y fugaces besos
Era tan fácil ser natural con el otro y acabar siempre en risas.
Finalmente acabaron con eso para ir al parque de diversiones, en donde el demonio se sintió tranquilo al ser quien pagaba la entrada.
Al inicio los dos parecían un par de estúpidos al no saber a qué juego ir primero y luego discutir sobre a cual ir, pues cada uno quería ir a uno distinto.
Se marearon, gritaron y rieron escandalosamente cuando al fin siguieron un orden en específico para subirse a todos los juegos, en donde luego de bajar de la segunda montaña rusa, empezaron a ir tomados de la mano.
Ambos estaban sintiendo las "mariposas" en sus estómagos, pero no comentaban nada y solo apretaban con mayor firmeza la mano contraria.
Eran la debilidad del otro.
- Oh mierda – Jeonghan no supo que paso, pero de repente fue jalado a una zona más escondida tras los baños. Joshua estaba muy cerca suyo, mirando nervioso en cierta dirección, pero eso no le importo.
Lo jalo de la nuca para darle un largo beso cargado de deseo, pues en público intentaba solo contenerse a dar besos cortos. El americano ahogo un grito de sorpresa contra su boca, rindiéndose al instante a lo bien que se sentía.
Se lamieron los labios, mordiéndose y chupando cuanto podían, perdidos en lo que provocaba el otro. Eso hasta que un escalofrió recorrió el cuerpo del demonio, quien se separó soltando un grave gruñido.
- Tu amigo ángel está cerca, ¿No? – Susurro con fastidio. Joshua que trataba de regular su respiración, asintió con el mismo fastidio.
- Quizás vino con Minghao – Murmuro más para sí mismo - ¿Qué hacemos? Si tu sientes su presencia, él también se dio cuenta de la tuya – Dijo algo desanimado, apoyando su mejilla en el hombro del demonio en un íntimo abrazo.
- ¿Acaso necesitamos su puto permiso? Terminemos de subirnos a todos los juegos, luego nos vamos a comer algo y volvemos a tu departamento – Dijo con simpleza. Sintió el suspiro del humano acariciar su piel, para luego sentirlo asentir.
- Es cierto. Quizás si nos ve aquí, se convence de que... bueno, podría creer que no solo tenemos sexo y dejaría de molestarme con su actitud sobreprotectora – Murmuro no muy seguro. Jeonghan acaricio su espalda con suavidad.
- Exacto. Podrá darse cuenta que no busco corromperte ni deseo solo tu cuerpo y cara bonita – Noto el cuerpo del humano tensarse.
- ¿No? – Reconoció esperanza, pero a la vez miedo en su voz. Giro el rostro para besar el costado de su cabeza.
- No, Shua. Así que vamos a seguir disfrutando de las cosas que inventan ustedes para divertirse y traumar a algunos niños – Le dio un rápido y dulce beso al menor para luego entrelazar sus dedos y tirarlo para que caminara, yendo a alguna de las atracciones que les faltaba. Por el momento seria piadoso con Joshua y no se burlaría de lo adorable que se veía avergonzado.
Al menos se burlaba del tal Hansol cuando se veían a lo lejos, haciéndole señas muy vulgares que indignaban al ser de corazón puro.
Cuando al fin lograron subirse a todas las atracciones, menos a las que eran solo para niños, decidieron volver al acogedor departamento de Joshua, comentando entre risas ciertas cosas que le pasaron y como parecía agitárseles todos los órganos con algunos juegos.
Se quitaron las zapatillas y se tiraron agotados a la cama del americano, donde al rato se miraron a los ojos, provocando que solo el otro existiera en ese instante.
Joshua se apoyo con su antebrazo para quedar un poco sobre encima del de rubios cabellos, acercándose de a poco para finalmente anular la distancia que los separaba e iniciar un lento beso.
Minutos pasaron, donde se separaban un poco para recuperar aire y luego seguir besándose, sintiendo un cosquilleo en los labios por lo sensibles que estaban quedando por el constante contacto.
Agotado, el americano apoyo su mejilla en el pecho del demonio, encontrando calma en su movimiento al respirar y la calidez que irradiaba.
Jeonghan miro al techo con una amplia sonrisa.
Ese día descubrió dos cosas: Adoraba las montañas rusas y amaba a Joshua Hong.
Le daba cierto pánico el último descubrimiento, pero no podía negarlo. Cayo ante ese humano.
- Me tengo que ir – Escucho un sonido lastimero por parte de Jisoo, quien a regañadientes se levantó y sentó en la orilla de la cama, haciendo un adorable puchero.
- Al menos esta vez te despediste – Dijo con sarcasmo, pareciéndole una ternurita al demonio. Podía notar su tristeza, pues, aunque él no lo supiera, lo conocía muy bien.
- Shua, volveré. Nose cuanto me demorare, pero lo haré en menos de un mes, lo prometo – Le calmo, acariciándole con cariño su cabello. Este suspiro y asintió con pena.
- Supongo que, hasta ese entonces, dormiré abrazando a Cheonsa – El demonio frunció el ceño, ¿Por qué mierda dormiría abrazado a un jodido ángel? El humano percibió su desagrado, así que luego de una ligera risa, se aclaró – Es el nombre que le di a la jirafa de peluche, porque en un inicio pensaba que eras un niño bueno – Aliviado se permitió sonreír.
- Si, abrázalo en mi lugar, como yo abrazo a Rocket – Los ojos de Joshua se abrieron con sorpresa, llegando al punto de brillar por aquella información. Se puso de pie y se paró frente suyo, levantando su rostro por el mentón para finalmente inclinarse y darle un profundo beso – Nos vemos, niño atrevido –
Dejo un ultimo pequeño beso en la punta de su nariz para luego dar un paso atrás y desaparecer en un pestañeo.
Tenía algunas cosas que conversar con sus hermanos.