Chaeyoung
Mina estuvo el resto de los días dándome besos, caricias e incluso casi lo terminamos haciendo en frente de mis padres. No sé que trama esa chica, pero voy a llegar al final de todo esto.
Estaba sentada viendo televisión con mis padres, Mina no se encontraba hoy ya que había ido con los suyos a una importante reunión de trabajo, y eso me hacía extrañarla bastante porque me había, no, nos habíamos acostumbrado de sus presencia en la casa.
Mi teléfono empezó a vibrar así que lo tomé y me fijé quién era. Una sonrisa se plasmó en mi rostro al ver el nombre del amor de mi vida. Myoui Mina.
-Chaeyoungieee -sollozó falsamente -Te extraño bebé.
Ella a veces puedo ser algo... así, tan melosa y dulce. La verdad, siempre me estaba extrañando así que paso la mayoría del tiempo con ella ya que no puede vivir sin mí, ¡Ja!, nadie puede vivir sin mí. Reí ante su falso sollozo.
-Ya me vas a ver pronto, linda -sonreí, pero me di cuenta de lo tonta que me veía ya que ella no estaba aquí para verme -¿Y cómo vas por allí?
-Es aburrido aquí, está lleno de estúpidos viejos -reí ante su tan infantil comentario -Quiero estar contigo ahora mismo.
-Siempre quieres estar conmigo, Mina -volví a reír y luego ella hizo lo mismo.
-Tienes razón. Oh, debo irme, volveré pronto a casa y llevaré un pequeño regalo para ustedes.
-Está bien, pero que conste que no necesitas traernos nada porque tú ya eres nuestro, o mejor dicho, mi regalo -pude jurar que acaba de sonreír, o tal vez son imaginaciones mías.
-Tú siempre eres tan linda, Chaeyoungie. Ahora sí debo irme de verdad, te amo Chaeng.
-Te amo Minari -y está vez, colgó.
Dejé soltar un largo suspiro mientras tiraba mi celular a mi lado. Mis padres estaban sonriendo divertidos, no entiendo el porqué pero son tan raros que no me sorprende.
-¿Qué es lo que les da gracia? -pregunté directamente, llevando mis cabellos hacia atrás de mi oreja.
-Estás tan enamorada, hija -Jin acarició mi mejilla, luego Nam se levantó y se sentó a mi izquierda.
-Corrección, está muy embobada con Mina -corrigió Nam.
-Mejor dicho, está loquita por ella.
-En realidad, ella está comprometidamente loquita, embobada y enamorada de Mina. Y sí, esa palabra sí existe, Jin.
Pueden llegar a ser algo... especiales. Tal para cual.
-Ustedes dos son tan inútiles e idiotas, pero aún así los amo.
-Y... -habló Nam para cambiar de tema -¿Qué te dijo? ¿Algo... con compromiso? -observó a Jin y ambos rieron, ¿de qué? No lo sé, nunca voy a entender su comportamiento.
Algo que me pone los pelos de punta es esta situación. Siento que algo me están ocultando, tal vez sean imaginaciones mías o esté loca, pero apuesto todo lo que tengo a que algo me ocultan estos dos, y que quede claro que cuando Son Chaeyoung quiere algo, lo consigue con el método que sea. Más vale que preparen sus malditos traseros porque si no me lo dicen acabaré con sus vidas.
-¿Compromiso? -ambos se miraron y sus sonrisas se desvanecieron y, en efecto, estos malditos grandulones saben algo que yo no -¿Saben algo que yo no sé, homosexuales de 39 años?
-No... -habló Nam mientras se levantaba, nervioso y Jin se golpeó la cabeza -Digo... ¡Seokjin es tu hija, haz algo!
-¿Perdón? ¡Tiene tu apellido Namjoon! -se levantó bruscamente -Así que por ende es tu hija, también.
Malditos infantiles.
-¿Pueden dejar de actuar como bebés? Sólo pregunté si sabían algo que yo no se, y por supuesto, lo hacen.
-No podemos decirte, Chaeyoung -dijo tranquilo Jin -Ya sabes, cuando prometemos algo no lo decimos hasta cumplirlo.
Ahg. Reglas son reglas Chaeyoung, no puedes argumentar nada ante sus absurdas lógicas.
-¿No pueden hacer una excepción? Saben que la curiosidad me mata, ¿verdad?
-Tal vez podamos hacer una excepción -sonreí, yo quería saber de que trataba y ellos ya estaban cediendo -Pero va en contra de nuestra política, Son -sonrió Nam y fruncí mi ceño enojada, ¿tanto les cuesta decirlo?
-¿Tan importante es "eso" que no quieren que sepa? -crucé mis brazos indignada.
-Te lo podríamos contar, pero arruinaría la sorpr...
Fue interrumpido por el sonido del timbre de la puerta. ¿Será Mina?
Me dirigí a la puerta y ahí la vi, tan hermosa como siempre, sin duda la princesa de mi cuento de hadas.
-¡Mina! -la abracé y ella se sorprendió un poco, pero igual me correspondió el abrazo. Hizo que giremos, creo que esta muy feliz de verme, el sentimiento es mutuo.
-Te extrañé mucho bebé -me besó tan delicadamente que casi muero por su maldita ternura.
-Yo te extrañé más, linda -volví a besar sus labios y sonrió.
-Vaya, vaya, regresaste niña otaku -habló Nam, Mina se separó de mí e hizo un saludo muy raro con él, una infantil más a la familia.
-Obvio que voy a regresar, poste de luz -sonrieron y observé a Seokjin, quien tenía mi misma expresión.
-¿Qué onda con eso? -le susurré a Jin y se encogió de hombros, carente de respuesta.
-En fin, qué te trae por aquí Mina -habló Jin, dándole un tierno abrazo de saludo.
-Primero, quería ver a Chaeyoung, y segundo... -tomó mi cadera y la atrajo hacia ella para luego abrazarme por detrás -Ver a Chaeyoung.
-¿Desde cuándo eres tan melosa? -giré para encontrarme con su rostro y sonreír.
-Desde siempre -se acercó a mi rostro y me besó -Espera, me olvidé de algo.
Salió de mis brazos y se dirigió hacia afuera, entró a su auto buscando algo y al parecer lo encontró, no sabría decir cn claridad que era pero parecía algo enorme hasta que llegó a mí y...
-¡Sorpresa! -me entregó unas flores, para ser exactos, y un pequeño osito con un cartel que dice "Te amo" -Pensaba dártelo el día del baile pero no pude resistirme y es... ¿Chaeyoung?
¿Por qué eres así? ¿Por qué eres tan perfecta? Las palabras no me articulaban de la boca, no podía pensar con claridad y mi corazón estaba latiendo más fuerte que las otras veces.
-Y-Yo no sé que decir, Mina...
-¿No te gusta? -lanzó un suspiro de frustración -Debí haber elegido uno más grande quizá, o tal vez debí haber escogido las rosas azules.
Con todas mis fuerzas la abracé, la abracé como si no hubiera un mañana. ¿Por qué me siento tan feliz? ¿Por qué amo tanto a esta mujer?
Risas se escucharon de mis padres, no me importa, porque están viendo que esta chica me ama con todo su corazón.
-Me encanta, bebé.
La besé, todos mis sentimientos se transmitieron en ese beso, quiero transmitirle lo mucho que la amo, lo mucho que la aprecio.
Mina se separó de mi abrazo, fruncí mi ceño cuando tomó las flores y las dirigió a mi rostro.
-Fíjate bien, linda, hay algo más allí.
Tomé el ramo y busqué, pero no encontré nada. Espera, ¿es esto una tarjeta? Observé a Mina quién musitó un suave "Léelo".
"Tan dulce como una princesa, tan perfecta como una diosa. Sin duda, la mujer más hermosa. Pero debo interrumpir mi canto para pedirte una cosa.
¿Quisieras ir al baile con esta celosa?"
Lo leí en voz alta y me sorprendí, la cosa más hermosa que alguien me haya hecho en toda mi jodida vida.
-Sí, Mina. Quiero ir al baile contigo -sonreí, se acercó hacia mí y me dio un tierno beso.
Junté mi frente con la de ella y susurró.
-Gracias por ser mi sol de todos los días, Chaeyoungie.
-Y tú gracias por ser lo primero que vean mis rayos de luz.
Escuché un par de sollozos y pequeñas risitas.
-Sin duda la mejor otaku para mi hija -sollozó Nam, abrazando a Seokjin.
-Ya grandulón -le daba pequeños golpecitos en su espalda -Ya...