-JiSoo. Estate quieta.- una mujer de 32 años, hablaba hacia su esposa. -Quieta, maldita sea.- tomando su brazo, comenzó a tatuar un precioso perro.
-La-Lalice! ¡Duele!- sus chillidos hacían eco en la habitación.
-Me gustas Lalisa.- dijo la más baja, mirándola de reojo mientras sus pálidas mejillas se tornaban de color r... Más
-JiSoo. Estate quieta.- una mujer de 32 años, hablaba hacia su esposa. -Quieta, maldita sea.- tomando su brazo, comenzó a tatuar un precioso perro.
-La-Lalice! ¡Duele!- sus chillidos hacían eco en la habitación.