JungKook se volvió a recostar en la incomoda cama de hierro, veía de soslayo como el guardia dormía tranquilo sin prestarle atención. No le importó derramar lágrimas de frustración, odiaba el hecho de que TaeHyung no le creyera, pero lo entendía, sabía que era su trabajo y deber. Tampoco le gustaba levantarle la voz, fue por eso que se encogió en su cama, abrazándose a sí mismo, dolido hasta el alma por la mala suerte que le tocó en la vida. Escucho como la puerta se volvia a abrir, unos pasos lentos acercarse hasta la celda donde permanecía, quizá era TaeHyung, eso pensó, pero...
—Mi hermoso conejito JeongGuk. —el cuerpo se le congelo, conocía esa voz, conocía al dueño de esa voz. No, debía ser una mala jugada de su mente, se hizo pequeñito, abrazándose, no era cierto, no era posible.— Mi bebé precioso, sé que estás despierto. —lo escucho reír, su cuerpo no reaccionaba, no era capaz de verle, no al causante de todo su dolor. Pero lo hizo, con todo el temor que sentía se dio la vuelta, miraba hacia el suelo, cuando se sentó en la cama de la celda, vio sus zapatos, pulcros como siempre, de ese color negro brillante, fue levantando la mirada, podía ver el color rosa chillón de sus pantalones, al igual que el saco del mismo color, la camisa blanca, la corbata azul. Trago en seco cuando se atrevió a ver su rostro, el cual era protegido por una mascará, una mascará de conejo, desgastada, con manchas de sangre en algunas partes, vio sus ojos, esos oscuros ojos que le penetraban el alma. Ahí estaba, su padre, El Conejo Asesinó.
—Tu... —quiso hablar, pero la voz se le cortó. Noto que ese tipo, llevaba consigo una metralleta, al igual que en su mano libre jugaba con un cuchillo filozo, vio que el guardia seguía dormido, ignorando todo lo que estaba sucediendo.
—¿Extrañaste a papá conejo?. —rapidamente negó, el sujeto era de complexión delgada, incluso podía jurar que seguía manteniéndose joven como siempre— Tan honesto como siempre mi bello conejito JeongGuk.
—No me llames así. —dijo, sintiendo un poco de valor ir subiendo por todo su cuerpo, sin embargo, el tipo parado fuera de la celda, empezó a reír como un demente, reía y reía, burlándose del valor de su polluelo, de su pequeño hijo.
Ese escándalo provocó que el guardia que custodiaba la celda despertara, notando la precencia de Kim IlCheol.
—¿Qué hace usted aquí? —pregunto el guardia, quien hizo el ademán de sacar su arma, pero, el Conejo Asesinó fue más rápido, levantando su brazo, apunto directo al rostro y tiró del gatillo, el ruido del disparo dejo sordo a JungKook, tapó sus oídos, viendo la sangre ir derramándose por todo el piso, empezó a hiperventilar, mientras veía como el sujeto que alguna vez llamo papá, buscaba las llaves de la celda, era todo, estaba muerto. Un segundo guardia apareció, grito advirtiéndole al tipo que se detuviera pero no lo hizo, y así, el segundo guardia termino con una bala en la cabeza. El más que nadie sabía la puntería perfecta que tenía ese sujeto, nunca fallaba un tiró, y ni quiera tenía la necesidad de ver directamente a su presa, lloro como un pequeño asustado, cuando su cuerpo empezó a recordar la horrible tensión que sintió a sus nueve años.
—¡Aléjate, aléjate!. —su padre coloco seguro a la puerta de entrada, impidiendo el paso a alguien más, reía mientras disfrutaba de verlo sufrir, JungKook negó en pánico cuando su papá entro a la celda donde el estaba, no podía moverse el miedo se lo impedía.
—Te vez precioso mi hijo, NamJoon también. Mis bellos hijos. —la puerta principal era azotada desde el otro lado, el pelinegro solo imploraba por qué TaeHyung no entrara. No sería capaz de verlo morir.— ¿Por qué tan asustado mi conejito JeongGuk? ¿Desde cuando le temes a papá conejo? Recuerdo que eras el más valiente de entre tus hermanos. —decia, caminando con sigilo hasta el menor, quien por estar en estado de shock simplemente permanecía en el mismo lugar, observando cómo su padre se acercaba.— Sabes que nunca les haria daño, son mi más grande tesoro en el mundo. Mis hijos son lo único bueno que tengo.
—Mataste a JiHoon. —se atrevió a decir, no se arrepintió de hacerlo, era como si una irá comprimida empezara a florecer dentro.
El sujeto detuvo sus pasos, al solo escuchar el nombre de unos de sus hijos lo dejo inmóvil— No, no menciones al conejito bebé. No lo hagas JeongGuk, o papá se enojara.
—Mataste a mi hermano —volvio a decir, apretó sus manos en puños, olvidó su miedo, olvidó todo el temor que le tenía a ese tipo, lo único que ahora quería era agarrar esa arma y dispararle— Tu, maldito mal nacido, tu mataste a mi hermano.
—Te lo advierto hijo, no sigas. —amenazo, su cuerpo estába tenzo.
Pero el menor no se detuvo— ¡Mataste a mi hermano, a mi gemelo, lo mataste. Te reías, tú te reías cuando lo golpeabas contra el piso, te pedí que pararas pero no lo hiciste. Te supliqué papá, te lo pedí pero no te importo, y mataste a JiHoon! ¡¿Cómo te atreves a decir que somos tu mayor tesoro cuando nos hiciste toda esa mierda de niños?, tú no eres más que un enfermo!. —JungKook gimió de dolor cuando su padre lo abofeteó tan duro que incluso sangro. Escupió en el suelo, teniendo el valor suficiente para ponerse de pie, escuchaba los gritos detrás de la puerta, escuchaba a TaeHyung, a NamJoon, a todos.— ¡Mátame, anda hazlo, sé que eso quierés, hazlo maldito cobarde!. —reto con todas sus fuerzas. Pero su papá, estaba parado, solo podía ver sus oscuros ojos detrás de la máscara de aquel animal que tanto odiaba.
—No sigas mi niño, no sigas. —pidio en voz baja, pero JungKook no quería parar, quería escupirle en el rostro, decirle cuánto lo repudiaba que el hubiese muerto en lugar de su hermano.
—¡JungKook, JungKook!. —escucho la voz de TaeHyung, la puerta estaba a punto de ser abierta.
—¡No entres TaeHyung!. —advirtio el pelinegro.
—Ese chico, es un impertinente, tal vez tenga que asesinarlo también para que se aleje de ti. —chasqueo la boca, estaba dispuesto a caminar hasta la puerta y acabar con la vida del peligris, pero JungKook lo detuvo, empujando su cuerpo hacia la pared.
—¡No vas a tocarlo, no le pondrás nunca más un dedo encima a las personas que amo, nunca más padre. Ya obtuviste tu venganza, mataste a todos los que te traicionaron, déjanos en paz, solo lárgate o mejor muerete!. —el hombre del traje rosa se quedó callado, analizando las palabras del hijo, le habían dolido, pero una parte, la parte que aún razonaba de su podrida mente le decía que JungKook tenía razón.
—¿Me odias verdad?. —le pregunto en un hilo de voz, la puerta estaba a nada de ser tirada.
—El odio es un sentimiento muy fuerte, y la verdad, ni siquiera te mereces eso de mi. —respondio firme, esperando el ataque del padre, solo quería impedir que sus allegados entrarán y sufrieran por su causa.
El pelinegro se estremeció cuando su papá, ese hombre acarició su mejilla, con cariño, un toque sutil, con el miedo de dañarlo aún más de lo que ya lo había hecho, quería abrazarlo, y decirle que lo amaba, pero su parte enferma, aquella que lo había arrollado a cometer tales crímenes despiadados lo estaba dominando, una sed de sangre era lo que quería.— Mi hijo.
—Yo ya no soy tu hijo. —en ese momento Kim IlCheol alejó su mano del rostro del menor, se quitó la máscara, dejando a la vista del menor su rostro, su padre sonreía, una sonrisa triste, incluso lloraba, parecía arrepentido, pero JungKook no lo creyó— Deberías ahorrarle trabajo a la policía y solo morirte.
—Yo... nunca me perdonare lo que les hice, nunca me perdonare lo que le hice a JiHoon. Nunca lo haré. Por eso, es mejor que me olvides, que olvides que alguna vez tuviste un padre. Y por favor, se feliz. —esas palabras le pusieron la piel de gallina, justo cuando la puerta se abrió y TaeHyung apunto con su arma hacia donde un hombre estaba, vestido de rosa, y JungKook parado a un metro de él, estaba dispuesto a disparar. Pero como siempre el Conejo Asesinó estaba un paso adelante de él, un disparo sonó.
TaeHyung no disparo, ningún otro oficial lo hizo, fue el mismo Conejo Asesinó quien se disparó en la sien, acabando con su vida. El rostro de JungKook estaba manchado de sangre cuando la misma le salpicó a la cara, la sangre de un asesino. Se dejó caer se rodillas al suelo, viendo la sangre de su padre derramada por todo el lugar.— P-Papá... —entonces comprendió, que todo ese tiempo su padre, estuvo arrepentido de lo que hizo, pero eso no le quitaba la culpa, era un asesino, que le gustaba lo que hacía, ver sufrír a la gente. Incluso a su familia.
—¡JungKook! —grito el peligris, él había visto una parte de la escena, justo cuando el asesino se disparó y la sangre salpicó. Se arrodilló a la altura del menor, sacudió su cuerpo hasta sacarlo del shock— Esta bien, ya paso, ya paso. Estoy aquí, JungKook mi amor estoy aquí.
—¿Murió?. —pregunto en voz baja, NamJoon había entrado a la celda, el por su parte no mostró alguna emoción por ver el cuerpo del hombre que lo crió tirado en el piso, se lo merecía.
—Murio. —afirmo el detective. Fue cuando JungKook empezo a llorar, sintiendo un alivio en su alma y cuerpo, ya se había acabado, el asesino estaba muerto, una parte de él podía estar en paz por fin.
TaeHyung lo abrazo, dándole consuelo, a la vez disculpándose por no haberle creído desde el principio, ahora, debía recuperar la confianza del amor de su vida. Todo se había terminado, lo único que si lo decepcionó, fue que como siempre su sospechoso estuvo a un paso delante de él.
Observó de reojo el cuerpo sin vida, el disparo había desfigurado parte del rostro del criminal.— Obtuviste lo que te merecías —susurro al cadáver, porque al final no logro nada, solo que sus hijos y la gente lo odiara, lo había perdido todo—, Conejo Asesinó.
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
/
.....................................(1)....