Hola. Esta novela no ha sido editada ni corregida por lo que van a encontrarse con errores de ortografía o de redacción.
Gracias por leer
Val
Capítulo 1:
En cuanto la alarma de mi despertador sonó con un sonido estridente me sentí mareada. Al parecer había olvidado desactivarla el día anterior y hoy sábado pagaba las consecuencias.
Le pegué un fuerte golpe al estúpido aparato para que dejara de chillar y me derrumbe de nuevo en la cama. Últimamente el ritmo en la escuela se había puesto duro, este ritmo de vida iba a acabar conmigo
Luego de un buen rato de sueño extra decido levantarme y empezar con mi día. Prendo mi computadora y me pongo al día de todos los acontecimientos de la semana
-auch- exclamo mientras toco mi espalda, definitivamente debía descansar.
Me dirijo al baño y una vez allí miro fijamente mi reflejo
- Emilia, que ojeras tan horribles- me digo a mi misma tocando mis mejillas. Suelto mi cabello rebelde mientras bajo las escaleras a la cocina y me encuentro con mi madre preparando el desayuno.
-Buenos días- dice con un tono sarcástico- o debería decir ¿buenas tardes?, casi no despiertas, por poco y debo ir a mirar si seguías viva.
-Perdóname por brindarme un segundo de descanso, ayer mi cabeza casi explota de tanto pensar...-respondí-¿Que es el desayuno?- digo entusiasmada cambiando de tema- tengo mucha hambre.
-Cuando no- reprocha mi mama mientras lleva los platos a la mesa, seguida por un ceño fruncido y mi mirada matadora.
Apenas nos sentamos llega, el hermoso demonio de la casa. Mi hermano Luke. Es menor que yo, ya que cuenta con 10 años y yo con 16. Terminamos de comer y subo a darme una pequeña ducha, me coloque una blusa blanca caída de un lado, y una falda con flores estampadas que me encanta, unos zapatos de cordones y el cabello suelto.
Baje las escaleras corriendo como loca y tome mi pequeño bolso del perchero e introduje mi hermosa cámara en él.
-Mama saldré con Sebastián, debemos ir a tomar unas fotos para una tarea, regreso en la tarde-le grite
-Está bien- me respondió de la misma manera- ten mucho cuidado.
Sebastián era mi mejor amigo desde hace 3 años, era testarudo, a veces fastidioso, y muy reservado cuando se trataba de personas ajenas a los que ve diariamente. Él es como mi alma gemela, mi siamés como lo llamo yo, cuando estamos de broma, me entiende, y me ayudo en un momento de mi vida muy difícil el cual me duele recordar cada vez, ya que es reciente aun...
Hola querido amigo- exclamo sonriente al verlo acercarse
-Hola- contesta con la misma felicidad- ¿nos vamos?- pregunta, y yo asiento con la cabeza.
-y. ¿cómo te ha ido? Emm ya sabes...- sabía a qué se refería, pero me costaba contestarle- ¿Emilia?
Salgo de mis pensamientos y muevo un poco la cabeza
- bien. Supongo.
-Emilia, sabes que ya es hora de que lo superes, ¿piensas estar así el resto de tu vida? Mira yo sé...
Blablablá, Sebastián siempre con sus sermones. Mientras el me sigue regañando porque aún no lo supero, los recuerdos vienen a mi mente.
Yo vivía en los ángeles, una cuidad preciosa, para visitar, como para vivir. Mi mama trabajaba constantemente mientras yo iba a la escuela recogía a mi hermano y nos íbamos a casa hasta que ella regresaba. Nunca fui de fiestas, ni de muchos amigos, mucho menos un novio así que no tenía mayores preocupaciones a parte de mi estudio.
Un día como cualquier otro Salí de mi escuela, y me encamine a recoger a mi hermano, que estudiaba al otro lado de la calle, en un colegio algo más pequeño. Compre un granizado de mandarina que me encanta, y me dispuse a caminar. En ese momento supe que no es buena idea caminar con la cabeza mirando el suelo, no habría ocurrido eso. Mi delicioso granizado estaba encima de la camiseta de un chico que me miraba con cara de ¿confusión? ¿Angustia? ¿Estaba en shock?, no sabría decirlo, pero no era un gesto de enojo.
-Deberías tener más cuidado la próxima vez- sonreía, así que no me preocupe demasiado.
-Lo siento, en verdad, no vi por donde iba, lo siento- estaba muda, no sabía que responderle. Es decir, acabo de echarle un granizado de mandarina encima por Dios.- perdóname.
Soltó una leve carcajada y me miro sin parar de sonreír- está bien, no es nada, al fin y al cabo ya necesitaba lavarla, me diste un motivo más para hacerlo.
Era el chico más lindo que había visto, su sonrisa era una que derretiría a cualquier chica y la postraría a sus pies.
-Debo irme-dije por fin, cuando logre poner los pies sobre la tierra- adiós
-Espera-me detuvo- ¿me das tu teléfono?- su pregunta me tomo por sorpresa.
-No acostumbro dar mi teléfono a gente que acabo de conocer- respondí con el ceño fruncido- y más si le he echado un granizado encima. ¿Cómo sé que no quieres vengarte de mí?
Su sonrisa apareció de nuevo, y se convirtió en una carcajada a la cual no pude evitar unirme- ok tienes razón, es totalmente desconfiado y lógico además-dijo con sarcasmo- que pienses eso de mí, pero el caso es que, enserio me gustaría volverte a ver...
-Oh, en ese caso- dije mientras reía- escríbelo.
Como todas las historias de amor que estoy segura están acostumbrados a ver, esta no es como la pintan. Para no volver esto un dramático encuentro con mi vida personal, resumiré un poco.
Después del incidente del granizado volví a mi vida normal, este chico me traía como tonta, pero no podía hacer más que esperar a que me llamara. Ahora que lo pienso ni siquiera le pregunte su nombre y el tampoco el mío.- reflexiono mientras estoy acostada en mi cama.- mi teléfono comienza a vibrar con una canción de pharrell williams y no reconozco el número de la pantalla, así que lo tomo y lo acerco a mi oreja- ¿hola?- pregunto al otro lado de la línea.
-¿Eres la chica linda que me hecho un granizado encima?- respondió de repente, y no puede evitar una carcajada
-Tal vez...- estaba nerviosa por su comentario- ¿que se te ofrece?
-Mm , solo quería invitarla a salir, pero si no se encuentra llamare más tarde- colgó.
Me quede mirando el teléfono por unos segundos, confundida, cuando volvió a timbrar- ¿hola?, respondí nuevamente.
-Dime que aceptas chica del granizado- exclamo casi en un susurro.
Imaginar lo que sucedió después no es muy complicado. Salimos, conversamos, nos reímos, y nos fuimos conociendo. Se hizo amigo de Sebastián, cuando lo conoció, y al cabo de un mes, nos dimos nuestro primer beso. Todo era felicidad, y yo vivía en un mundo de fantasía que ni siquiera podía creer... al cabo de un año a mi madre le surgió una nueva oportunidad de trabajo en Francia. En ese momento todo se derrumbó, las cosas con jake (si, así se llamaba) fueron empeorando cada vez más, mi almohada se había convertido en mi mayor consoladora aparte de Sebastián. Jake se alejaba de mi cada vez más porque decía que cuando me fuera, iba a ser doloroso para ambos, y lo acepte, era cierto, no iba a ser alentadora una relación a distancia, pero yo estaba dispuesta a luchar por el amor que sentía por él, ¿por qué el no hacía lo mismo?, tal vez no me amaba lo suficiente como yo a él, y esa noche lo comprobé.
Eran alrededor de las 8:00 de la noche. Me encaminaba a la casa de jake junto con Sebastián, al siguiente día seria mi viaje y lo que menos quería era irme sin poder despedirme. Golpee varias veces a la puerta y no obtuve respuesta, así que insistí un par de veces más, hasta que por fin la puerta se abrió. Jake saco la cabeza por la rendija. Tenía el cabello despeinado, y sus ojos rebelaban una inmensa sorpresa al verme.
-Ho-hola lía- contesto por fin ante el incómodo silencio- ¿qué haces aquí?
-Wow, que forma tan agradable de recibir tus visitas enserio- respondí con sarcasmo- ¿podemos pasar?-insistí.
-Em, claro cómo no, sigan- me dio un beso en la mejilla, y un apretón de manos a Sebastián, mientras se apartaba de la puerta para dejarnos cruzar.
-¿A que debo su visita?- indago de repente.
-¿Lo olvidas?- estaba desconcertada de que no lo recordara- mañana es mi viaje.
-Oh. Es cierto, lamento haberlo olvidado-estaba muy nervioso, y eso me ponía pensativa, es como si ocultara algo.
-Amor, ya me canse de esperar, ¿qué es lo que sucede?-una chica alta, de cabello rubio apareció por el corredor, llevaba puesta apenas una camisola en el cuerpo, lo cual dejaba ver bastante más de lo que hubiera querido.-¿ quiénes son ellos?- se acercó confundida.
No había necesidad de que jake me explicara nada, lo había comprendido todo. Mis ojos goteaban, como si no tuviera final, y sin esperar un segundo más Salí de la casa.
-Emilia- escuche detrás de mí, pero no detuve mi paso- Emilia- oí de nuevo-para.
-¿Qué?- respondí furiosa- ¿qué quieres decirme ahora?
-Jake- exclamo Sebastián- no creo que...
-Solo.-hizo una pausa- lo siento, no quería que todo terminara así entre nosotros, pero tú te vas, y tengo derecho a rehacer mi vida, como tú a rehacer la tuya, una relación a distancia, no nos favorecería a ninguno de los dos-soltó un suspiro- así que es mejor que nos olvidemos. Solo espero que te valla bien donde quiera que vallas- se acercó e intento abrazarme.
-No me toques-intente calmarme pero me fue imposible- no quiero tu bondad. Es increíble que todo se acabe tan de repente, que para ti sea tan fácil olvidar. Pero me doy cuenta que al fin y al cabo, si es lo mejor. Pudiste haberte acostado con esa zorra en otra circunstancia, y con otra excusa...así que, si, si es lo mejor.- di la vuelta, y continúe caminando, las lágrimas bajaban por mis mejillas, cuando sentí a alguien abrazarme. Era Sebastián.
-Lo siento lía, enserio.
-No te preocupes- le dije- igual se acabaría cuando me fuera.
Y así es como termina mi hermosa historia de amor, unas son buenas otras malas. La mía desafortunadamente fue un suceso de gran tristeza.
-¿Lo entiendes?- exclamo Sebastián chasqueando los dedos delante de mis ojos para que reaccionara.
-Em, si, si - respondí.
-Como te decía- continuo, Sebastián- es hora de que lo superes de una buena vez.
-Sebastián, estoy segura de que quieres ayudarme, pero a veces te vuelves tan estresante con el mismo tema, me cansas. Sé que tengo que superarlo, pero no es fácil ¿comprendes? Así que también es hora de que dejes de regañarme y me apoyes como un verdadero amigo.- Sebastián podía ser la persona más cansona del mundo y más cuando veía que alguien no superaba algo, al fin y al cabo él nunca había vivido esta clase de situaciones.- más bien vamos, y tomemos las fotos que debemos tomar para poder irnos y tener la tarde libre.
-Tienes razón, camina pues...- nos pusimos en camino y llegamos a un parque precioso. Los montones de árboles adornaban el lugar de lado a lado de este, y un lago de agua cristalina en todo el centro le daba un toque especial.
-Sebastián mira que hermoso.- le señale, lo que estaba viendo era realmente maravilloso. El sol se estaba poniendo y sus rayos iluminaban todo el lugar, abriéndose paso por entre las nubes. Sebastián estaba como perdido en un mundo fantástico dentro de su propia mente.
-¿Hola?- insistí- tierra llamando a Sebastián...
-Lo siento- respondió de repente- solo estaba pensando.
-¿Y en qué?- pregunte intrigada
En como pedirte perdón por no ser, un hombre fuerte- suspiro- debí haber golpeado a jake cuando sucedió.