Los mil cielos

By D-Sigma

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Cuando Jiang Xian muere, transmigra en la más reciente obra de su ídolo literario cayendo en decepción cuando... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78- Extra

Capítulo 50

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By D-Sigma

Qui Bai no esperaba que Jiang Shen fuera tan obediente ante sus palabras, por lo que al dar por terminada la conversación, lo hizo con un rastro de incredulidad. Lanzó un veloz vistazo a sus hombres para asegurarse de que ninguno tuviera una lesión grave, al comprobarlo cabeceó con aprobación- Iremos más rápido, invoquen sus espadas. El sonido de la batalla debe haber viajado por los peñascos, los demonios no tardaran en encontrarnos.

-¡Sí, líder!

Todo el grupo desenvainó sus espadas y en menos de un segundo ya estaban en el aire. Jiang Shen se enderezó, sin embargo su posición cabizbaja no mejoró. Estaba molesto consigo mismo por dejar que su honor fuera pisoteado por una batalla de este nivel, por permitir que cultivadores más débiles que él lo señalaran de inútil, manchando su título de joven maestro de la secta Jing Jiang y aun así, ser incapaz de decir algo para defenderse. Pero si algo le estaba causando un malestar peor, era saber que tuvo que mentirle al protagonista acerca de su sello tan pronto le había prometido no ocultarle nada. Quería abofetearse por tan desvergonzado acto, pero se detuvo a hacerlo pues sabía qué lo único que importaba ahora era la piedra de Caihong, tenía que asegurarse de que nada malo pasara e ir con Zhao Tian todo el tiempo. Si alguien se enteraba de su malestar le pedirían quedarse fuera de la misión, así que si no quería ser expuesto sólo debía actuar, aceptar las piedras que le lanzaban y luego sonreír como si nada hubiera pasado. El dolor estaba bien mientras pudiera controlarlo con la medicina de Yin Lian.

-¿Puedes volar?- le preguntó de repente Zhao Tian.

El líder ya había avanzado con Zhao Fang a sus espaldas y el grupo los seguía. Jiang Shen miró hacia la cima; desde donde estaban una tenue silueta oculta entre la niebla podía distinguirse. Si no recordaba mal, en las memorias de Quing Yun, él había cruzado este lugar antes de subir al templo y aun viéndose tan cercano, en realidad era un largo camino que les llevaría tiempo cruzar, con espadas o sin ellas. Si el sello continuaba dándole problemas...

Suspiró antes de sonreír- ¡Claro que puedo, Zhao Tian! Vamos.

Invocó su espada y subió a ella sin mayores problemas. Zhao Tian lo miró e imitó al cabo de unos segundos.

...

El primer tramo del bosque fue silencioso y, justo igual que la parte de atrás, estaba cubierta por vegetación que fue fácilmente cortada por el poder que Qui Bai agitaba con un par de dedos. El grupo se movió rápido, manteniendo la guardia alta en caso de cualquier ataque, pues en la cumbre no sólo eran los demonios, sino que los espectros y seres malignos que habitaban las sombras podrían atacarlos en cualquier instante, no obstante, contrario a lo que esperaban, el lugar era sumamente silencioso y desde hace mucho no eran capaces de percibir ningún tipo de sonido, incluso el viento había parado por completo.

La energía que rodeaba la cumbre era demasiado turbia, al punto que cualquiera podía ver estelas rojas y negras danzar entre los árboles secos, pues entre más avanzaban, menos vida había alrededor y extrañamente el paisaje comenzó a teñirse de blanco. Algunos copos de nieve habían remplazado a la incansable lluvia, helando los huesos de cada cultivador momentáneamente.

Jiang Shen se estremeció una sola vez antes de enviar un poco de poder a su interior para mantener elevada la temperatura, pero debido a que no quería forzar su cuerpo, decidió retirarla repetidas veces, haciendo que pasara lapsos de temblores. Gracias a que había decidido quedarse hasta el final de la fila, nadie lo notó y aprovechó su posición para secretamente tomar otra pastilla; el sistema había estado oscilando entre valores altos y bajos de la maldición Hong, causando que de vez en cuando sus piernas se volvieran temblorosas junto a la espada que lo sostenía.

Zhao Tian lo miró de reojo con las cejas fruncidas, bajó el ritmo para quedar cerca de él, Jiang Shen vio cuando abría la boca para decirle algo, pero sin dar oportunidad a que las palabras se formaran, un cultivador más adelante de repente gritó.- ¡Hay fuego!

Apenas intentaban comprender aquella lógica en el escenario nevado, cuando otras cinco aves de fuego impactaron contra sus espadas, chillando como cohetes.

-¡Es uno de los generales!- anunció otro.

Jiang Shen sacudió su malestar a un lado y golpeó una de las golondrinas en llamas que iba en su dirección. Su mano se cubrió de ceniza- ...es Ren Shuan...Zhao Tian, creí que estaba herido.

-No está aquí, son sólo marionetas- dijo él creando un escudo temporal.

¡Marionetas! Ahh...Lo que faltaba.

Las pequeñas aves eran similares a flechas ardientes que golpeaban con certeza, por lo que el grupo tuvo que moverse a gran velocidad, lanzando conjuros y cortando ramas en el camino. Al final, lo único que fue capaz de hacerlos bajar de sus espadas para contraatacar, fueron bestias felinas que saltaron delante de ellos; el fuego las rodeaba y algunas de ellas se dividieron transformándose en guerreros. Las figuras adoptaron una postura que era similar a Ren Shuan al pelear, lo que se hizo todavía más remarcado cuando sus espadas danzaron en cada corte que arrojaron, iniciando pequeños incendios entre los montículos helados.

Zhao Fang bajó de Shuiniao, haciendo que sus mangas giraran junto con él y tras un par de movimientos, su espada creó la ilusión de que se había multiplicado, neutralizando a todas las aves de fuego de una sola vez. Si Ren Shuan era fuego, el hermano Zhao era el agua, lo que lo convertía en el enemigo natural del demonio.- ¡Sigan avanzando!

Qui Bai cortó a la mitad a una de las bestias, abriendo el paso a las escaleras que por fin eran visibles. No obstante, cuando todos estaban a punto de llegar ahí, una poderosa aura demoníaca emanó en forma de fuego azul e impactó con una segunda que lucía como una serpiente de aura violeta. La niebla se mezcló con el polvo de la tierra, cegando por completó a las personas más cercanas al ataque.

Al momento siguiente, una sombra delgada descargó su ira contra el pecho de Qui Bai, quien apenas pudo colocar su sable Juren como protección, haciendo una expresión que decía nunca haber esperado ser lanzado con tanta fuerza por una mujer demonio.

Zen Yie sonrió maliciosamente, despareciendo entre la cortina de humo con gran ligereza para golpear a los demás cultivadores, quienes fueron tomados por sorpresa debido a la visibilidad. Inevitablemente la sangre corrió en la tierra, pero uno no debía subestimar a la gente de Li Qui, después de todo eran expertos cazadores de demonios y con sólo poco tiempo a su disposición pudieron evitar heridas fatales. Empezaron a rechazar los elegantes movimientos con los que danzaba la dama, en un baile que se mezclaba junto a las llamas de Ren Shuan.

En esa gran nube, los ataques volaban por doquier y Jiang Shen tuvo problemas para moverse a través de ellos, sin embargo pronto sintió que algo lo tomaba del cuello haciendo que sus pies se separaran del suelo. Se congeló alzando la mirada; un zorro de fuego le había mordido la túnica, llevándolo lejos del campo de batalla. Gruñó.- ¡Huan Mao, suéltame!

Elevó su espada y cortó la cabeza del zorro sin dudar, al caer, sus piernas se sacudieron débiles, pero ya que Zhao Tian lo alcanzó, decidió erguirse de inmediato. Huan Mao saltó de alguna roca para llegar a ellos, con una sonrisa llena de satisfacción.- Hermano Jiang, tiempo sin vernos, yo...

-¡Joven Zhao!- chilló Zen Yie, prácticamente empujando lejos al demonio zorro en un claro intento por fastidiarlo. De algún modo se había abierto el paso, dejando al resto de los cultivadores peleando con las marionetas.

Huan Mao tropezó vergonzosamente, mostró los colmillos.- ¡Maldita mujer, desaparece! Si quieres tratar con ese túnica negra, ve a otro lado y no te metas en mi reunión con el hermano Jiang.

-¡Cállate! Dónde esté no tiene que ver contigo, además...yo también quiero pasar el rato con el joven Jiang.

Zen Yie se contoneó de forma seductora, pero a los ojos de aquellos con juicio sano y que no se dejaban llevar por su belleza, este ser maligno no podía trasmitir otra cosa que una desagradable sensación. Su sonrisa, aparentemente dulce, ocultaba las peores intenciones que podrían condenar a todo un ejército a la muerte. Si había una descripción para su personalidad, está definitivamente tendría incluidas las palabras "promiscuidad letal".

Jiang Shen tensó una sonrisa e inconscientemente se ocultó detrás de Zhao Tian, quien también lo había cubierto con recelo.- Aprecio las palabras que dicen, pero me temo que no planeo quedarme con ninguno, así que será mejor que tomen otro camino.

-Me temo, joven Jiang, que este camino es el único y ya que está aquí ¿por qué retrasar el suceso?- rió la dama con provocación.

-Desistan, no tenemos tiempo para ustedes.

Zen Yie peinó su cabello con una cara que casi indicaba que se sentía desilusionada.-Eso es una lástima... pero ya que nosotros lo tenemos, he de insistir.

Sólo había terminado de hablar cuando su silueta desapareció y Jiang Shen fue apartado por el abrazo de Zhao Tian con brusquedad, retirándolo del camino de una patada que había lanzado Zen Yie. Tragó saliva, asombrado; si ese ataque lo hubiera alcanzado podía apostar que su pecho tendría ahora un agujero. Zhao Tian dirigió su espada hacia el cuello del demonio, cruzándose con una daga que vibró durante el impacto. Zen Yie giró el arma y luego a ella misma, repitiendo golpes veloces que buscaban atravesar el cuerpo del protagonista.

Jiang Shen recuperó la compostura y trazó un conjuro de restricción, que al aferrarse a la mujer demonio, ardió marcando su pálida piel. Torció el gesto cuando Zen Yie se tambaleó tras un gritó agudo- No sigamos, no me siento bien golpeando a una mujer.

-Haha, eso es muy dulce de tu parte, pero joven maestro, no deberías subestimarme- advirtió con una escalofriante sonrisa y apareció de nuevo delante de los dos luego de una breve ausencia, agitó sus afiladas garras que desprendían una fragancia excesivamente dulce al rostro de Jiang Shen.

Su mano se estaba elevando para cubrirse cuando otra figura interrumpió el trayecto. El bonito rostro de Zen Yie se deformó por la rabia- ¡Huan Mao! ¿¡Qué estás haciendo!?

Huan Mao soltó su mano disgustado -Yo pelearé con el hermano Jiang, no uses veneno...es asqueroso.

-¡Tú...!

Huan Mao gruñó e ignoró a Zen Yie, no dando tiempo para discusiones. Su mano se levantó y su cabello platinado se erizó, rodeándose por energía que iba de rojo a azul; detrás de él se levantaron cinco zorros, mucho más grandes que los que había creado antes. Cada uno de ellos tenía círculos de fuego debajo y algo en su mirada parecía hechizante. Jiang Shen se congeló, en la novela original esta técnica era llamada "el ojo del espejo", una que haría que todos los presentes fueran llevados a la ilusión del zorro. Si no hacían algo pronto, que ellos y los demás cayeran en la trampa sería inevitable.- ¡Zhao Tian!

-Lo sé- dijo retrocediendo. Sus dedos se movieron trazando un conjuro en el aire.

Recitó una sola oración y apuntó a las criaturas al producir una línea de su poder, automáticamente dos de ellas cayeron gimiendo del dolor. Huan Mao lo fulminó con la mirada a punto de enfrentarlo, pero el ataque del protagonista no podía ser tan simple; un segundo movimiento de su brazo empujó al resto de los zorros hasta hacerlos desaparecer y una tercera maniobra disipó la niebla del lugar, desintegrando en su avance a todas las marionetas de Ren Shuan. El suelo vibró con fuerza varios segundos hasta que el silencio reinó.

Los cultivadores observaron con la boca abierta como Zhao Tian exhalaba controlando su qi, era obvio que estaban deleitados por el talento que poseía, un potencial que no era visto fácilmente. Este tipo de poder sólo era digno del protagonista y Jiang Shen no fue sorprendido en absoluto, pues sabía que no estaba ni cerca de su nivel en el futuro.

Zhao Fang relajó su postura, recién tenía un conjuro en la mano, por lo que lo neutralizó y caminó hasta Zhao Tian, revisando con un vistazo el estado de los cultivadores que habían sido heridos; no había daños mortales. Cabeceó y palmeó la espalda de su primo con una mirada de aprobación antes de dirigirse al grupo.- Debemos seguir.

-¡No se atrevan a moverse, ustedes no tienen permitido subir!- aulló Zen Yie con el cabello alborotado. Hace unos instantes había salido volando a la nieve, dejando una mala apariencia en su vestimenta de flores rojas, tras golpear los arbustos secos debajo de la capa blanca.

Qui Bai, luego de haber sido detenido por las marionetas, se abrió paso entre todos, girando su brazo con un gesto amargo que demostraba cuán irritado estaba. Apuntó a Juren hacia el demonio.- Arreglemos las cosas, no volverás a golpearme.

Zen Yie torció los labios-¡No quiero tratar contigo, anciano! ¡Desaparece!

Aiyo. No debes decir eso a una persona con tanto orgullo como él, pequeña dama. Míralo, apenas luce de treinta.

-¡Zhao Fang!- lo llamó el líder con las venas saltando de su frente.

El hermano Zhao pegó un susto al ser llamado tan repentinamente-S-Sí hermano.

-Ve adelante con mis hombres, Ren Shuan no tardará en atacar de nuevo y ese estúpido zorro desapareció, si no nos movemos pronto, podrían acorralarnos.

Jiang Shen dio un vistazo alrededor, en efecto Huan Mao se había ido, pero era demasiado difícil creer que con su personalidad se iría sin decir nada, no era el tipo de personaje que se perdiera una batalla si la creía divertida, además, por inconveniente que fuera, el demonio parecía haberle tomado una especie de afecto, lo que hacía menos probable que abandonara.

-¡Pero líder, no podemos dejarlo con esa mujer!- refutó uno de sus hombres.

-¡Yo me quedaré con usted!

-¡Yo también!

La lealtad de la secta Li Qui hacia su líder era igual de fuerte que su compromiso hacia la gente de su ciudad, por lo que vencerla o traicionarla era algo que pocos se atreverían a hacer. Podrían ser una manada de lobos que muerden a cualquier intruso, pero entre ellos siempre se cuidarían a costa de todo. Era una cualidad digna de alabanzas.

- Ninguno se quedará y pase lo que pase seguirán peleando-indicó Qui Bai sin volverse a ellos.- No se atrevan a morir.

-¡Líder!

-¡Es una orden, no me hagan repetirla!

Los cultivadores intercambiaron miradas, completamente rendidos al comando pese a que lucían con ganas de negarse una segunda vez. Se inclinaron a Zhao Fang.- Seguiremos al maestro Zhao.

Zhao Fang les correspondió.- Nos moveremos entonces. Líder Qui, sea cuidadoso.

De su manga sacó algo y lo arrojó para que Qui Bai lo tomara. No tuvo que mirar para saber que era una de las píldoras de Yin Lian.

-Haha, no tienes de que preocuparte, los alcanzaré pronto.

-¡No se muevan, dije!

El grupo tomó las escaleras, dejando atrás los gritos furiosos de la mujer. Qui Bai, por último, levantó una barrera para impedirle que avanzara y los sonidos de la batalla se avivaron. Jiang Shen continuaba estando hasta atrás de todos, así que fue capaz de ver ligeramente cuando Zen Yie lo atacó, pero ya que no podía permitirse distracciones, avanzó igual de rápido que los demás. Zen Yie era fuerte, pero Qui Bai lo era aún más, así que la amante demonio se vería obligada a huir después de un tiempo. No había motivo por el cual alarmarse.

Jiang Shen invocó la espada, pues para subir al templo con mayor velocidad iba a ser necesario.

Ninguno de ellos podía saber qué tipo de escenario iban a encontrar en la cima, pero advertían que si los generales estaban aquí, Caihong lo estaría también, lo que a su vez hizo que una duda naciera en el corazón de muchos, temiendo por toparse con la cabeza del clan demoníaco; Bing Huan-fu. No había información de que alguna vez un cultivador haya sido capaz de detener a ese monstruo, mucho menos en un lugar como LaoShan, que estaba rodeado por energía resentida. No querían imaginar lo peor, así que se dedicaron a evadir los montículos gigantes de nieve que más de una vez estorbaron en su trayecto.

Todos habían tomado la píldora para fortalecer sus cuerpos desde que la energía resentida se incrementaba en cada escalón, nunca pensaron que la presión sería tan inmensa que incluso les haría sentir incómodos, ni siquiera Jiang Shen calculó que sería tan difícil de atravesar.

Sistema: [Estado de la maldición Hong: 21%]

-¡Ya lo sé, cállate!- refunfuñó en su mente- ¿No hay modo de bloquear el avance?

[El usuario tiene un ítem para calmar la maldición.]

-No puedo depender de las píldoras de Yin Lian, si sigo tomándolas al ritmo que estoy haciendo, me quedaré sin nada para cuando las necesite.

[...El sistema no puede hacer nada para reducir su avance, pero por 1000 puntos de afecto es posible inhibirlo del dolor durante veinte minutos. Una advertencia adjunta: la función causará un evento desfavorable en la relación con el protagonista ¿Desea activarla?]

Jiang Shen tropezó en el aire ante un repentino mareo que le hizo imposible comprender la segunda parte del mensaje. Su pecho le quemaba de manera insoportable. Con cada nivel que superaban, su cuerpo parecía sufrir fisuras que podrían volverlo loco muy pronto. Miró hacia el frente algo preocupado, nadie lo había notado.

Tomó aire entrecortado, sentía sudor en su frente- Hazlo.

Pese a que su voz había sido baja, fue lo suficiente para hacer que Zhao Tian se girara a verlo. Su postura aún era débil en el instante que sus ojos se cruzaron y ya no pudo fingir estar bien. El protagonista se acercó tomándolo del brazo con las cejas fruncidas, al mismo tiempo que el sistema daba el aviso de la función siendo activada.

Jiang Shen arrugó el gesto; su cuerpo encontró alivio inmediato pese a que su energía aún era inestable, lo que le resultó extraño al principio. Suspiró apartando la mano de Zhao Tian, que aunque no había dicho nada, sus ojos no dejaban de mirar el sello de su pecho. Podía apostar que veía la energía que estaba siendo atraída hacía él.- Ahh, no es nada, Zhao Tian, sólo atrajo un poco de la energía maligna que hay. No es nada importante.

...

Zhao Tian bajó la mirada con una expresión bastante fea. -Regresa.

-¿Qué?

-Vuelve a Li y quédate. No eres necesario aquí.

Aunque Jiang Shen ya esperaba que el protagonista tuviera ese tipo de reacción, por alguna razón el tono con el que lo decía lo hizo sentirse molesto.- No regresaré, debo ir contigo.

-No, si continuas tu cuerpo...

-No pasará- lo interrumpió dando la espalda, quería seguir al grupo antes de que este se alejara demasiado, no obstante, su cuerpo fue retenido y, sintiendo que su mundo daba vueltas, abrió los ojos con asombro al descubrir que Zhao Tian lo había acorralado detrás de uno de los montículos de nieve. Apretó los dientes, enfadado.- ¿¡Qué haces!?

-No permitiré que sigas adelante.

Jiang Shen hizo una breve pausa -Yo no permitiré que vayas sin mí.

La mano de Zhao Tian se apretó alrededor del hombro de Jiang Shen hasta llegar a ser dolorosa.- El estado del sello es inestable, sucedió lo mismo en el puente. ¿Por qué no has dicho nada hasta ahora?

-Porque sabía que esto pasaría y nuestra prioridad es recuperar a Caihong. No dejaré que lo hagas tú solo, no sabemos qué hay allá arriba.

-Y es por eso que debes detenerte.

-Dije que estoy bien- gruñó empujándolo del pecho.

Zhao Tian recuperó la distancia.- No.

-¡Zhao Tian, detente! ¡El sello no es importante ahora!

-¡Lo es para mí!- rugió con una voz inesperadamente alta.

El grupo de cultivadores que iba más enfrente se detuvo al escuchar la voz, comenzaron a llamarlos. Jiang Shen respiraba con fuerza, la impotencia de la situación le estaba comenzando a frustrar. Volvió a apartar al protagonista, esta vez usando más fuerza.- Aunque lo sea, no puedo irme.

Jiang Shen alejó su espada para retomar el camino, sus labios estaban apretados en una mueca, sin embargo se detuvo al notar que Zhao Tian seguía inmóvil. Le arrojó un vistazo y su corazón se sintió herido por ser la causa detrás de una expresión dolorosa en un rostro tan hermoso. Agregó más suave.- Seguiré contando con tu ayuda si algo sale mal, pero Zhao Tian, me aseguraré de que las cosas terminen bien; recuperamos la reliquia, volvemos a Li y retomamos nuestras vidas. Será sencillo... déjame luchar a tu lado.

Zhao Tian se giró a verlo. Su rostro seguía luciendo severo al momento que se alejó volando, al parecer no iba a estar dispuesto a hablarle un buen rato. Jiang Shen bajó la mirada lastimada.

Por supuesto no era su intención ser terco en cuanto al tema, ni mucho menos poner en problemas al protagonista y, si bien sabía qué tan arriesgado era para él subir a la cumbre, también comprendía que no podía alejarse del arco de LaoShan, no a menos que quisiera que el sistema hiciera la penalización de los 15,000 puntos por evitarlo. Además, nadie aparte de él, conocía la gravedad real de que Zhao Tian tomara el pedazo negro de Caihong.

En la novela original, era cierto que Zen Yie era la aparente razón por la que el tan alabado protagonista cediera a su camino y cultivara energía maligna, pero desde que Jiang Shen descubrió que en su cuerpo existía sangre de demonio, comenzó a dudar de que esto fuera así. El primer día que transmigró, el sistema había sido claro al pedir eliminar el origen del mal del protagonista, en ese momento no especificó qué era aquello, sino que él sólo asumió que era su fallida relación con la amante demonio y eso fue probablemente su primer error.

No es que Caihong no existiera en la primera versión, sino que llegó sin explicación alguna a las manos de Zhao Tian poco después de que atacara el clan demonio y a partir de ello se cultivó junto a las emociones negativas que fueron creadas por el asesinato de sus esposas. Ese fragmento no era perfecto, pero era quizá el verdadero origen de su desvío. Sabiendo eso, Jiang Shen no podía dejar que Zhao Tian fuera tentado y a su vez tenía que asegurarse de que Caihong desapareciera, con eso, era posible que el sistema marcara un nuevo avance que favorecería a todos. Si fracasaba...

Jiang Shen levantó la mano y se abofeteó. No debía pensar en fallar.

Sacudió la cabeza antes de alcanzar a Zhao Tian, quien, aunque había marcado distancia, no quiso ir demasiado lejos de la otra persona.

Zhao Fang, asegurándose que estuvieran de regreso, decidió retomar el camino. En el siguiente centímetro que recorrió, un inesperado muro de fuego se levantó debajo de la piedra desgastada de las escaleras, destruyendo todo a su paso mientras de la cortina ardiente se liberaban varios colibrís rojos.

Los cultivadores del frente movieron sus manos con velocidad, alzando una barrera para proteger al grupo, pero el ataque era tan fuerte que el movimiento sólo les dio un segundo para lograr esquivar las flechas de fuego. Jiang Shen saltó de su espada, tomándola casi de inmediato para cortar una de las marionetas que recién empezaban a caer de lo más alto, fue entonces que percibió que los muñecos tenían problemas sobre el suelo, después de todo continuaba habiendo nieve y entre cada montículo se formaban caminos a través del fuego. No era un frío normal, así que era natural que fuera rival para Ren Shuan.

-¡Hermano Zhao, vayamos por las escaleras!- lo llamó sin mirarlo, en ese instante un felino saltó contra él y tuvo que enfrentarlo.

Zhao Fang miró a Jiang Shen y luego el suelo, comprendió de inmediato.- ¡Todos hagan lo que el joven Jiang dice!

Los hombres de Li bajaron, siguiendo la guía de Zhao Fang que poco a poco abrió el camino e hizo que avanzaran más pronto entre las montañas de nieve. Derretirlas no era efectivo, así que optaron por cortarlas limpiamente; cada vez que cortaban un montículo, una nube blanca de copos se arremolinaba entre la niebla, pero en algún punto los obstáculos comenzaron a ser menos, haciendo que fuera más sencillo ver la cima.

Jiang Shen extinguió a otro enemigo, de repente, sus ojos captaron que Qui Lang y otro cultivador estaban siendo acorralados y apuntó su espada hacía los tres muñecos, no obstante el arma no lo obedeció ni voló lejos de él.

¿Cuál es el estado de la maldición? Preguntó al sistema en su mente conforme le daba golpecitos al acero.

[La maldición ha llegado a un 37%]

Sus ojos se entrecerraron; 1000 puntos en efecto habían hecho que el dolor se desvaneciera, pero los efectos que recaían sobre su núcleo dorado no iban a cambiar. Si lo pensaba mejor, era bastante aterrador no enterarse que el cuerpo estaba siendo destruido silenciosamente.

Soltó una maldición y volvió los ojos a las dos personas en peligro. Tomó la espada, retrayendo su brazo.- ¡Qui Lang, no se muevan!

Al cabo de su advertencia, sin detenerse a esperar una respuesta del otro lado o sin saber si lo habían escuchado, cargó toda su fuerza en su muñeca y en un parpadeo, la espada salió volando entre varios cultivadores como si fuera una flecha. Con un efecto mortal, pasó de lleno por los tres cuerpos de fuego, terminando clavada en la roca.

Qui Lang y su compañero se estremecieron al ver que la hoja de acero vibraba muy cerca de sus cabezas. Jiang Shen se acercó para recuperar su arma.- ¿Están bien?

-¿E-Era necesario lanzarla de ese modo?- tembló el cultivador.

Jiang Shen rió.- ¡Claro! De otro modo no los habría salvado.

Cabeceó nervioso. Al igual que Qui Lang, este cultivador era un especialista en dar soporte, no se podía esperar que fueran grandiosos peleadores, aunque con reproche Jiang Shen creyó que al menos deberían ser capaces de defenderse solos ante grandes enemigos. Resopló.

-Qui Lang, necesito que me ayudes- le dijo observando la cima.

-¿Q-Qué es lo que requiere el hermano Jiang?- preguntó algo nervioso. Su mano sobaba su oreja.

-Si la cima continua siendo como la de mis sueños, no habrá lugar para esconderse, con suerte caer será la mejor opción, por lo que cuando lleguemos, quiero que diseñes una ruta para salir. No importa el método o cuánto requiera, tiene que ser pronto. Tú...- miró al otro hombre-... cúbrelo para que no lo detengan los demonios.

-¿Eh? Hermano Jiang, en Li nosotros hicimos un plan para...

-Lo sé, pero una vez tomemos a Caihong los demonios no nos dejarán ir, es mejor si tenemos otro plan. De lo contrario temo que quedemos atrapados...eres el único que podría ayudarme ¿Puedo contar contigo?

Qui Lang vaciló hasta que sus puños se elevaron con ánimo-... ¡Sí, haré lo que pueda!

Jiang Shen sonrió-Gracias, en cuanto tengan algo, avisen a Zhao Fang él...

Antes de que su frase terminara, las escaleras debajo de ellos se rompieron, cayendo en pedazos hacia el abismo. Qui Lang y el otro cultivador se elevaron en sus espadas, mientras que Jiang Shen se abrió paso saltando de roca en roca hasta llegar a una superficie estable, a diferencia de la ocasión en el puente, su cuerpo respondía bastante bien y no le fue difícil ponerse a salvo.

-¡Sube!

Jiang Shen localizó a Zhao Tian, quien extendía su mano hacia él con urgencia. Zhao Tian agregó.- El muro se romperá por completo, debemos ser rápidos.

Cabeceó tomando la mano. Se colocó detrás del protagonista, sintiendo que el vuelo, tan pronto dio inicio, era demasiado agresivo, así que instintivamente sus manos se aferraron a la túnica negra, no deseando quejarse en esta situación.

El grupo de cultivadores había logrado evadir la línea de fuego de Ren Shuan, dejando atrás las llamas, pero debido al derrumbe la visión fue casi nula y se vieron obligados a rodear, procurando que nadie fuera golpeado. Jiang Shen, en medio del caos, inesperadamente distinguió una figura azul furtiva, que vigilaba desde rocas más altas; era uno de los zorros de Huan Mao. Como esperaba, él continuaba en la cumbre, pero ¿por qué no participaba en la pelea?

Frunció el entrecejo, la silueta eventualmente se perdió y luego de que rebasaran una enorme piedra, sus ojos por fin vieron un horizonte, sólo que a diferencia de su sueño, el paisaje era más bien oscuro; el templo que una vez lució colores brillantes se había ido, dejando escombro mohoso en su lugar, rodeando un enorme hueco hecho en la tierra que al parecer era incapaz de reunir nieve y en su lugar creaba montículos en los bordes. En medio de ese paramo gris estaba un pedestal con cuatro cadenas, elevado varios metros por un pilar natural que se había inclinado al otro extremo del peñasco; tres de las ataduras estaban en el suelo y sólo una permanecía sujetando con dificultad el cristal semicircular de un profundo color negro. Era igual de bello que la parte blanca, pero este fragmento de Caihong había abandonado hace mucho su luz de arcoíris y en lugar de ello lo envolvían pequeños rayos centellantes de color rojo.

Jiang Shen miró el suelo, no importaba como lo estudiara, en siglos no había crecido ninguna planta en este lugar.

La gema era una reliquia basada en el equilibrio, luego de ser activada por Quing Yun, había perdido lo que la mantenía bajo control y finalmente comenzó a devorar todo. Si eso era así, significaba que Caihong no podría volver a unirse y que era más peligrosa que nunca.  

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