— ¡Steve!
— Ya dije que no puedo hacer nada, Jem.
— ¡Pero es injusto!
— No me quiero meter en sus asuntos familiares, te puso un castigo y yo no podré hacer nada aunque lo quiera.
Me cruzé de brazos molesta.
— No es mi padre.
— Pero es tu tutor, casi le das un infarto.
Rodé los ojos y me levanté alejandome de él.
— Ahora no tengo computadora, no puedo salir de este piso, ¡Dios, llevame ya!
— ¿Yo qué?
Grité con fuerza callendo a el suelo. Observé a el nuevo rúbio parado justo frente a mi con un gracioso traje, un martillo en una mano y un sandwich en otro.
— ¡Tony, hay un drogadicto en la casa! ¡Ayuda!
Steve llegó a mi lado y me ayudó a levantar.
— No es un drogadicto, es Thor.
— ¿Thor? ¿Qué honda con ese nombre? ¿Tus padres no te querían?
— No hables así de mis padres, humana, mis padres si me quieren — Frunció el ceño el rubio.
— ¿Humana? ¿De qué manicomio te escapaste, "Thorpedo"?
— ¿Thorpedo? ¿Te atreves a burlarte de mi nombre?
— Si — Sonrió.
— Bueno, Thor, te presento a Jema. Es la hijastra de Stark. Jema, te presento a Thor, el dios del trueno.
Abrí los ojos de golpe.
— ¡Eres un dios!