Jugando Con El Amor ||Camren||

By angelXXVII

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Lauren una jugadora de voleibol estaba feliz por haber conseguido su tan soñada beca en la Universidad Metrop... More

Buenas noticias... Grandes cambios...
Volviendo a casa...
A primera vista?
Un día perfecto!
Amor de un solo día?
Bienquerer o mal querer?
Encuentro Sorpresa...
Família... Problemas y nostalgia...
Celos y sorpresas...
Revelaciones y sentimientos...
Tentaciones y sentimientos...
Sospechas, descubrimientos y novedades...
Convivencia
Punto Final...
Entre versos y poesías...
Recomenzar...
Victorias...
Emociones cotidianas...
Deseo...
Cediendo al deseo...
Discusiones y desentendimientos...
Resolviendo problemas.
Descubriendo la verdad.
Esclarecimientos...
Amor... Sublime Amor...
Tensiones...
Vendetta...
Amor x Prejuicio...
Revelando la verdad...
Conviviendo con la diferencia...
Propuestas tentadoras...
Las varias formas de ganar...
Revancha, mentiras y desconfianzas...
Quiero ser feliz también...

Nostalgia y esperanza...

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By angelXXVII

Lauren finalmente había decidido aceptar la propuesta de Verónica. Si Camila no se oponía a ella, entonces estaba todo perfecto. Lo único que la preocupaba era la opinión de su madre, ya que la empresaria realmente estaba contenta con la idea de que su hija estudiara administración y la ayudara con la librería.

Sin embargo, la delantera estaba bastante sorprendida al hablar con Clara. Ella se veía tan feliz y animada, alegre, sonriente, como si estuviera en un estado de gracia. No se quejó, no se opuso, dejando que Lauren lo decidiera.

A la jugadora no le gustó ese estado de alegría permanente de su madre. Sabía que ella estaba saliendo constantemente los últimos días y solo regresaba altas horas de la noche. Estaba segura de que Clara apenas la había escuchado, de tan atenta que estaba al teléfono, esperando que sonara. Y Lauren sabía que solo había una explicación para eso: Drew.

También comentó con Camila sobre el incidente, pero su novia juró no saber de nada.

-Ay Laur, si ellos están saliendo, ¡pronto lo sabremos! ¡Relájate! - dijo la levantadora finalizando la conversación.

A Lauren le resultó difícil "relajarse" de un tema relacionado con su madre. Se preocupó por ella. Tenía miedo de que se envolviera demasiado y que para Drew fuera solo otra "conquista" más. Sabía que ella saldría lastimada si algo así pasara.

Nuevamente había hablado con su novia sobre sus temores, y Camila fue taxativa:

-¡Amor, tu madre es adulta, vacunada! Si ella logró mantener un falso matrimonio por dos años, ¿crees que se sentiría intimidada o no podrá tratar con Drew? Olvídalo, Lo. Deja que ambos se entiendan o no. No tienes que cuidar a todos, ¿de acuerdo?

Camila siempre decía eso. Que Lauren tenía una manía de estar al pendiente de todos. Manía de preocuparse demasiado por los demás. Y ella siempre había pensado que era impresión de su novia, pero ya había admitido que se preocupaba por las personas que le gustaba.

Afortunadamente, Chris y Ally continuaban firme, trabajando juntos en el gimnasio donde frecuentaba Ed. El amor era tanto, que su hermano incluso ya había hablado de matrimonio. No pronto, ya que tenía que terminar la universidad. Pero en breve.

Ed y Rebecca finalmente habían decidido hacer público su relación. Y aprovechando el aventón de Lauren, que tenía que tratar del papaleo de la transferencia para la Provincial, ambos se fueron con Taytay para hablar con Rafael y Andrea, los padres del chico.

La empatía de Taytay con Andrea fuera tan grande, que la tía de Lauren estaba sintiéndose la más nueva abuela del lugar, mimando y cumpliendo los deseos de la niña. No crearon ningún problema. Los tíos sólo recomendaron que tengan cuidado a los tortolitos.

El reencuentro con sus amigas del equipo había sido muy animada. Todas felices de poder contar con la presencia de Lauren nuevamente. No hubo miradas torcidas o críticas a la orientación de la chica, como Cinthia, la opuesto y capitana del equipo dijo a la atacante.

-¡Queremos a nuestra amiga y atleta de vuelta, Laur! ¡Tu vida fuera de la cancha, solo te incumbe a ti!

Lauren sonrió agradecida y no se sorprendió cuando comenzaron con las burlas. Aquel equipo estaba lleno de payasas.

-Oh, ¿pero esta chica tenía que ligar justo la capitana de la Metropolitana? – dijo Marta riendo – ¡Todo un donjuán nos saliste, Laur!

Halsey, la líbero, que alguna vez tuvo un pequeño romance con Lauren, también entró en la onda.

-¡Ella solo escoge a la más linda! ¡Morenita de ojos marrones! ¿Ven? ¡Creo que nos dejó porque no éramos tan hermosas!

Todas se rieron. Y Lauren tuvo que convencer a sus compañeras de que todas eran muy atractivas, pero que ella estaba realmente enamorada. Un coro de "aaaawww" lleno de burlas y lamentos fue general por parte de las chicas.

-¡Acabaste con mis expectativas, Laur! – dijo Paula sonriendo. Ella era la única casada del equipo. – ¡Justo ahora que Pablo está loco por hacer un trío!

Todas volvieron a reírse.

-¡Dios mio! – exclamó Lauren sonriendo también – ¿Qué hiciste con mis compañeras de equipo, heterosexuales y bien resueltas?

Cinthia se rió.

-Estábamos tan bien resueltas que nos pusiste a todas en duda, chica. Mira que para no pagar nada y ganar uno de esos maravillosos dormitorios, como tú, yo besaría a Verónica y a la Señora Analía.

La Sra. Analía era conserje y la funcionaria más antigua del campus. Ya se había retirado, pero siempre estaba por la universidad. Le encantaba ver las prácticas de voleibol de las chicas. Era un símbolo de dedicación y amor al trabajo.

La carcajada fue general y solo se detuvo con la llegada de la técnica.

-Apuesto a que todas están burlándose de Lauren, ¿verdad? – ella dijo sonriendo.

-Como crees técnica, todas le estamos pidiendo una oportunidad, ¡pero aquella morena realmente la hechizó! – explicó Denise.

-¿Estás viendo, Lauren? – dijo Verónica dirigiéndose a la atacante – ¡Gracias a ti, tendré el equipo más sexualmente inestable de la LIVU!

Más risas por parte de todas.

-¿Todo en orden, técnica? – Lauren preguntó cuando consiguió ponerse seria otra vez. Siempre miraba a una de sus amigas que todavía se reían a carcajadas.

-Todo perfecto – dijo la otra, entregando los documentos de Lauren – Tu dormitorio ahora está disponible y puedes mudarte cuando quieras.

-Perfecto. Es solo cuestión de organizar mis cosas.

-Date prisa, ¿de acuerdo? Todavía tenemos la final del Regional, pero después de eso, comienza los entrenamientos para la LIVU.

-¡Sin problemas! Estaré aquí antes de eso.

Verónica se alejó, preocupada por otros asuntos, pero a medio camino se volteó para el grupo de jugadoras.

-¡Cinthia!

-¡Dime técnica! – dijo la capitana, intentando mantener la seriedad.

-¡Solo para que lo sepas, no eres mi tipo! – dijo riendo.

Lauren no contuvo la risa y se echó a reír con sus compañeras. Era más que bueno estar de vuelta. Era perfecto.

Camila echaba de menos a Lauren. Hablaban todos los días, se veían los fines de semana, pero no era lo mismo de antes. Había momentos que daría todo solo por estar con ella. Solo estar cerca, sin segundas intenciones.

La vida de la levantadora andaba ocupada. Tenía la universidad, los entrenamientos y con la salida de su novia, Clara la había invitado a tomar el lugar de su hija. Vender y tratar con personas era mucho más trabajoso y agotador que lidiar con las palabras, pero era mejor remunerada y poco a poco familiarizada con los funcionarios y la vida cotidiana en la Genius.

Si antes la impresión era que ella había conseguido el trabajo porque era novia de la hija de la dueña del lugar, eso estaba cambiando a medida que Camila demostraba su cualificación.

En el equipo todo era muy diferente. Parecía que nada sería igual después de la salida de Lauren y toda la confusión. Las chicas la trataban bien, pero ella misma no quería tanto contacto como antes.

Lamentó profundamente el viaje de Taylor cuando su amiga se le contó. No había perdido el cariño que sentía por ella, pero tal vez gran parte de la confianza. Todavía andaban juntas, pero sin ese vínculo afectivo anterior a su relación con Lauren.

Entonces, cuando menos se dio cuenta, Camila se sintió sola. Pero no aquel tipo de soledad que se cura con cualquier presencia, sino aquellas que solo pasan con la persona adecuada. Y su persona adecuada era Lauren. Quería estar, despertar, dormir, hacer el amor, todo con ella.

La victoria del equipo de la Federal sobre la Provincial no le importó mucho a Camila. Lamentaba que el nuevo equipo de su novia hubiera perdido, pero estaba feliz de ver a Dinah junto a Normani, la entrenadora del equipo ganador. Al parecer, las dos se estaban llevando bien y eso la dejaba muy feliz. La técnica lo merecía.

Toda esa soledad contenida y el deseo de estar cerca de Lauren molestaban bastante a Camila. Ella quería encontrar una solución, pero no sabía que hacer.

La solución para aquel problema surgió de la persona que ella menos esperaba: Taylor. En una mañana, cuando estaba particularmente triste, la rubia le aconsejó.

-¿Por qué no vas atrás de ella, Mila?

-¿Atrás de quien, Taylor? – preguntó la levantadora distraída.

-De Lauren. Estás ahí toda deprimida por las esquinas. ¡Deberías ir atrás de ella!

-Era lo que más quería, volver a estar juntas, pero ¿cómo? ¡Yo vivo aquí y ella allá! ¡Nunca pensé que la extrañaría tanto!

Taylor sonrió. No le agradaba del todo Lauren, pero sabía que su amiga estaba muy enamorada y que se había entristecido desde que su novia había partido.

La idea de usar la influencia de su padre, uno de los graduados y colaboradores de la Provincial, para ayudar a Camila fue inmediata cuando se dio cuenta del estado de desánimo en que se encontraba.

Había hecho que su padre llamara a sus amigos que tenía en la universidad vecina, y después de mucha conversación y días de espera, ellos consiguieron agendar una reunión con el responsable del departamento de deportes y la entrenadora del equipo de voleibol.
La propia Taylor compareció y explicó la situación. Pidiendo una oportunidad para que Camila pudiera jugar en el equipo de la Provincial.

Verónica, la técnica, fue clara y objetiva.

-Lo que puedo hacer por tu amiga es hacer una prueba con ella, lo que es considerado irregular, ya que cada semestre abrimos vacantes para la selección de nuevas jugadoras. De cierta forma estaríamos privilegiándola, ¿entiendes?

-Ella pasando esa prueba, ¿podría unirse a su equipo? ¿Aunque provisoriamente?

El director deportivo y la técnica intercambiaron una mirada. Si fuera cualquier otra atleta no aceptarían, pero Camila Cabello, ¿quién no quería en su equipo?

-Podría. Pero tendría que someterse nuevamente a las pruebas de selección el próximo semestre – explicó el director.

Taylor sonrió muy feliz. No tenía dudas de que Camila pasaría ambas pruebas. Y al menos podría estar cerca de Lauren, lo que sabía que su amiga deseaba tanto.

Camila escuchó todo eso de Taylor esa misma mañana fría y triste. Mientras su amiga hablaba, ya no pudo contener la sonrisa y la alegría que la invadieron.

-¡Taylor! Por Dios, ¿por qué hiciste eso?! – preguntó abrazando agradecida a su amiga.

La rubia la miró con una sonrisa.

-¡Porque sé que no eres feliz lejos de esa arrogante novata! – dijo sonriendo. Sacó un trozo de papel de su bolso y se lo entregó a Camila – Este es el teléfono de Verónica. Ella está esperando tu llamada para marcar la tal prueba.

La levantadora miró esa simple hoja de papel como si fuera un tesoro y lo guardó cuidadosamente.

-¡No sé cómo agradecerte, Taylor! – dijo mirando a su amiga.

La otra sonrió.

-No tienes que agradecerme. Fui una idiota contigo. Bueno, con ustedes, ¿no? Dale mis disculpas a Lauren por mí. No creo que ella tenga buenos recuerdos del tiempo que convivimos juntas.

Camila sonrió.

-No te preocupes. ¡Ella no te guarda rencor! ¿Cuando te vas?

-Tan pronto como termine el semestre. Poco más de dos semanas.

-¿No puedes volver atrás en tu decisión?

Taylor lo negó con la cabeza.

-Realmente necesito viajar. Conocer gente nueva. ¿Quién sabe no regreso enamorada cómo tú?

Las dos se rieron.

-¡Estoy segura que sí!

Camila llegó a casa exultante ese día. Tenía una oportunidad de volver a estar cerquita de Lauren y haría todo lo posible para que esto sucediera.

Primero pensó en llamar a su novia y contarle la novedad. Pero le pareció mejor no. No quería que ella creara expectativas antes de estar segura de que todo saldría bien. Lo mejor era hacerle una sorpresa.

Sola en la cama por la noche, la chica hizo mil planes para cuando estuviera con Lauren. Tenía muchas ganas de vivir tanta cosa con ella. Experimentar todo lo que una vida de pareja podría ofrecerle. Pero solo la perspectiva, ese hilo de esperanza de tenerla nuevamente a su lado, fue capaz de hacer con que Camila se durmiera tranquila, incluso sola en esa enorme cama. Tener a Lauren cerca de ella otra vez, era una cuestión de tiempo.

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