Cuando llegó la hora de almuerzo Donghyuck se sintió culpable por no haber marcado a su madre la noche anterior, la pobre señora debía de estar teniendo un infarto por no verlo en la mañana.
37 llamadas perdidas de mamá gruñodulce.
Con manos temblorosas le devuelve la llamada a su madre.
— ¿Mamii?
— ¿Sabes lo nerviosa que estuve?, ¡Quieres volverme loca!, Donghyuck, sé que eres mayor de edad, pero aún así cuando vayas a quedarte en casa de Yerim debes avisarme, ¿Qué no te das cuenta que aún vives en mi casa?
— ¿Yerim?
— Sí, no tienes idea de cuanto me costó encontrar su número, la llame hace un rato y me confirmó que te quedaste en su casa.
Genial, ahora Donghyuck debía encontrar una buena excusa para Yerim.
— Lamento no haberte avisado mamá... Te prometo que no volverá a suceder.
— Eso espero Donghyuck, de lo contrario te verás expuesto a las consecuencias.
Donghyuck colgó y fue a la cafetería a pedir cualquier cosa para matar el hambre.
— Donghyuck, ¿Dónde te quedaste anoche?
La voz de Yerim hizo que se le cortara el hambre de un tiro, el pobre hasta se puso más blanco que el mismísimo Mark.
— Hola Yerim, yo... Yo me quedé en casa de Mark, pero te juro que tiene una explicación.
Donghyuck era amigo de Yerim desde que tenía memoria, aunque muchas veces se le pasaba por la mente ocultarle algo a la chica, nunca lo hacía, porque creía en el "Las mentiras tienen patas cortas" y en el "Tarde o temprano la verdad será descubierta", por ello mentir nunca ha sido una opción para él.
— Y vaya que la debe tener. — Dijo la chica un poco sorprendida.
Donghyuck y Yerim se sentaron en un lugar apartado, después de beber un poco de agua, el castaño comenzó su relato.
— Tu hermano... Él me dijo que se iba y quería verme por última vez, mi mente se negó y decidió ir a por pastillas en una farmacia, me encontré con Mark y me invitó a ver un maratón de películas de Harry Potter, me quedé dormido en su sillón y me llevó hasta su habitación, sin pensarlo me acosté en sus piernas buscando un poco de consuelo... Realmente me sentía mal... Y espero que puedas entenderlo, después de ello me levanté apenado y el me dejó cepillarme los dientes con un cepillo nuevo que tenía en el baño, me prestó su ropa y eso fue todo.
Yerim a penas y podía procesar todo lo que había dicho Donghyuck.
Donghyuck, a los ojos de Yerim a veces era un poco lento para entender las cosas, también es un chico muy hermoso, ella no podía negarlo, estuvo enamorada del mismo por dos años y el nunca se dio cuenta, pero es que es imposible resistirse a sus encantos.
Entonces sintió miedo de Donghyuck.
Ella no quería ver como su ex se enamoraba de su mejor amigo.
Y no entendía el porqué.
Tal vez las cartas, los osos de peluche, las conversaciones cursis e incluso los dulces en el congelador podrían explicárselo.
Yerim aún se aferraba a alguien.
— Donghyuck, solo... No se enamoren, ¿Sí? — Yerim tenía lágrimas en los ojos y mantenía sus manos aferradas a las de su amigo, la mirada que establecía en el era de temor, sus labios temblaban, sin medirse se arrojo a los brazos de su amigo moqueando.
— Jamás Yerim, él solo es un conocido, ¿Bien?