Capítulo nueve:
Marinette:
—Manon, no corras.
—¡Jugar! ¡Quiero jugar!
—Tu mamá me dejo a tu cuidado Maroon.
—¡Juguemos!
Sin esperar mi respuesta, Manon sale corriendo para subirse a los juegos del parque.
Alya y Nino solo observan y resignada sigo a Manon. La niña parece tener más energía cuando pasa el tiempo y yo ya me encuentro jadeante mientras apoyo mi peso en mis brazos.
—¡Manon! Descansemos, ¿si?
—Pero yo quiero seguir jugando.
—Manon.
La niña infla sus cachetes mientras da pasos hacia atrás.
Alya aparece detrás de ella deteniendola. —Vamos Manon, es hora de volver a casa.
—¡No, yo quiero seguir jugando!
Alya llama a Nino y este deja a Manon subirse a su espalda. Nino corre con ella encima.
Yo siento que me desmayo.
—No aguantas nada Mari.
—Ella tiene mucha energía.
—Como digas.
Estamos listas para irnos cuando Adrien entra al parque, detrás de él viene el cámarografo, Nathalie y el Gorila.
El se percata de nuestra presencia y nos saluda. Alya se acerca a él.
—¡A-alya...! —Grito-susurro.
Pero ella sigue su camino.
—Mari.
Una voz llama detrás mía. Por lo que volteo y miró a Luka.
—Luka.
—Que sorpresa encontrarte a ti.
—Sorpresa la mía. Nunca pensé que los parques fueran lo tuyo.
—No lo son, estoy acompañando a Rose y a mi hermana.
Miró por encima de sus hombros y las encuentro, están sentadas en una banca mientras conversan.
—Marinette, he traído a Adrien.
—¿Ah?
—Hola Marinette, hola Luka.
—Hola. —Contesta Luka.
—Hola... Perdona que te molestemos, estabas por modelar, deberías de regresar.
Él solo me mira, y regresa su mirada a Nathalie. —No creo que haya problema. El cámarografo debe arreglar el escenario aún.
—Le decía a Adrien que le tenías su regalo.
—¿S-u... Regalo? Ah, si, si.
Registro en mi bolsa y saco de ella una pequeña caja. Se la entrego.
—¡Feliz Aniversario!...! ¡Digo, digo, Feliz cumpleaños!
—Gracias.
Y así doy por terminada la conversación, giro y me topo con Luka y sin pensarlo tomo su mano y corro con él.
—¡Cuida de Manon, Alya!
—¡Marinette! ¡¿A dónde vas?!
He corrido tanto que mis piernas ya no aguantan mi propio peso. Suelto la mano de Luka y me caigo.
Él se deja caer a la par mía, jadeante.
—Pa-parecía qu-e corrí-amos de la pol-icia.
—S-i, lo s-iento.
El vuelve a tomar mi mano y no puedo evitar sonrojarme. Me pesa tanto el cuerpo que no hago nada para safarme de su agarre.
—Mari.
—Di-me.
—¿Aún gustas de Adrien?
—Luka... ¿Por qué te preocupa tanto?
El safa su agarre en mí y se levanta.
En un abrir y cerrar de ojos su cuerpo esta sobre el mío. Su cara se mantiene alejada de la mía.
—Mari, he sido claro contigo, siempre.
—Luka, no te conozco tanto.
—¡Estoy tratando que nos conozcamos!
Me siento inquieta. Su peso no está completo en mí pero mi corazón late a mil por hora.
—Luka, ¿podrías...?
—No Mari. No haré nada, pero no te dejaré ir hasta que me des una respuesta. He esperado tanto, te he dicho cuán malo soy con las palabras, he compuesto una canción para ti, he soportado las burlas de Juleka para que no las sufras tu.
Sus ojos se cierran y los míos se sorprenden. Es cierto, nunca lo había pensado. Juleka no me molestaba en clase.
—No tenías...
—¡Tenía! Me gustas Mari. ¡Me gustas!
—Luka...
—Quiero una respuesta.
—No puedes obligarme a quererte...
—Dueles, Mari.
—Luka yo...
—¡Marinette! ¿¡Por qué ese chico esta encima tuya?!
Manon.
Empujo a Luka levemente y el se levanta. Me levanto.
—Manon. ¿Como has llegado hasta aquí?
—¿Por tu novio dejaste de jugar conmigo? ¡Estas cuidándome!
—No, no Manon. Me caí... Y él intentaba ayudarme...
—Lo siento mucho jovencita. — Luka se agacha a su altura mientras le susurra algo al oído. Manon sonríe.
—Nos vemos Manon. Adiós Mari.
—Luka...
—¡Vamos a Jugar!
Un suceso importante, ¿eh?
Luka no se rinde, chavos.
¿Ya sabías?
Algunos de los personajes de MLB ya cuentan con una cuenta oficial en Instagram.