¿3 en menos de un año? Victoria Downey: Toda una rompecorazones
Por H. Tomás.
26 Octubre Actualizado a las 8:32 p.m.
Para nadie es un secreto que la hermana menor de Robert Downey Jr., Victoria, es una absoluta belleza de pies a cabeza.
La actriz, modelo y diseñadora de tan solo 25 años de edad fue elegida hace poco como la mujer más bella del mundo, de acuerdo con el ranking Top Beauty World.
Por esta razón y otras más como su innegable encanto y carisma, no nos sorprende que desde siempre haya sido capaz de conquistar los corazones de varios de los hombres más famosos del momento.
Se sabe que en 2013 estuvo saliendo con Charlie Hunnam, durante varios meses fueron una de las parejas más atractivas del medio internacional, hasta que terminaron por cuestiones de distancia. Al menos, eso fue lo que ambos declararon cuando se les preguntó al respecto.
Luego en 2014, Victoria se dejó ver varias veces en público con Kit Harington, sin embargo, ni la estrella de Juego de Tronos ni la famosa diseñadora aclararon jamás los rumores que los involucraban. Nunca hicieron oficial su relación, si es que la hubo.
Pero no estamos aquí para hablar del pasado ni de relaciones que ya están más que sepultadas. Estamos aquí para estudiar detalladamente la lista de corazones que ha conquistado Victoria este año y que, si bien no es muy larga, sí es bastante llamativa por el poco tiempo en el que se ha constituido y los nombres que figuran en ella.
En primer lugar tenemos a Chris Evans, el famoso actor que da vida a uno de los héroes más aclamados de los cómics, el Capitán América.
Victoria y Chris se conocieron durante la premiere de Civil War en Los Ángeles, y desde entonces han estado constantemente en el ojo del huracán al dejarse ver juntos en varios eventos y lugares públicos.
El que se declarasen mejores amigos tampoco ayudó mucho a calmar los rumores de una posible relación entre ambos, que además tomaron fuerza luego de que viajaran juntos a Boston, para pasar unos días con la familia del actor.
A lo largo de estos meses nos han permitido ser testigos de la química que existe entre ambos. "Serían, sin lugar a dudas, una pareja hermosa" es uno de los comentarios que más se repite entre sus fans en las redes sociales. No obstante, el actor y la diseñadora no dan declaraciones, ni hablan de amor cuando se les nombra juntos en una misma oración.
Pensamos que son muy reservados o que simplemente, como bien han dicho siempre, no son nada más que amigos.
Por otro lado, el segundo corazón en nuestra lista pertenece a nada más y nada menos que el escritor, modelo y actor canadiense, Evan Leblanc.
El protagonista de "The Brave" y la diseñadora comenzaron a llamar la atención luego de la Semana de la Moda en Milán.
Victoria debutaba por primera vez en el famosos evento, en el que sabíamos, también la acompañaban algunos de los miembros más destacados del cast de Marvel, incluidos Evans y su hermano Robert. Pero lo que sí tomo por sorpresa a todo el mundo, fue que se dejasen ver en Roma una semana después.
A partir de entonces, Victoria y Evan han compartido con nosotros de forma esporádica, y a través de las redes sociales, que les gusta salir al parque a pasear al perro del canadiense y en general, pasar el tiempo juntos.
Hasta ahora ninguno de los dos ha dado ninguna declaración, pero creemos que lo que pudo haber sido un romance fugaz de verano, ha terminado de forma oficial, y gracias al tercer y último corazón en nuestra lista: Kerem Bürsin.
Kerem es la última persona a la que esperamos ver junto a Victoria, pues sabemos que actualmente reside en Turquía. Sin embargo, y contra todo pronóstico, hace un par de días se han filtrado algunas fotos que dan para pensar que entre el actor turco y la famosa diseñadora hay algo más que una vieja amistad.
Es hora que no sabemos si las fotos han sido parte de un nuevo proyecto en el que posiblemente estén trabajando juntos, para alguna portada de una revista o simple y sencillamente parte de una sesión que han hecho para dar a conocer su nueva relación.
Ninguno ha dicho nada al respecto pero por lo que se sabe, Kerem sigue en Nueva York (ciudad en la que reside Victoria actualmente) por cuestiones de trabajo. ¿Volverá a Turquía con nueva novia? Es probable. Recordemos que en el pasado, estos dos ya habían sido protagonistas de rumores de romance, luego de que comenzaran a trabajar juntos en su primera serie.
Y después de este breve pero interesante y polémico recorrido a través de la vida amorosa de la modelo y diseñadora más famosa del momento, tenemos algo claro: Victoria Downey es una rompecorazones en toda regla y con mucha suerte.
Me llevo la mano al puente de la nariz y cierro los ojos con fuerza cuando la jaqueca se vuelve insoportable.
—Estamos tratando de averiguar quien sacó la nota primero pero...
—Amy, basta — le suplico a mi abogada y de inmediato la línea se queda en completo silencio.
Llevo horas al teléfono, horas, y lo único que me he ganado es un dolor de cabeza y nada de soluciones.
El jodido artículo me tiene enferma, esa es la palabra, ni más ni menos. No es la primera vez que salen chismes sobre mí, puedo lidiar con eso, el problema es que involucraron a Chris, a Evan y a Kerem. Tres personas talentosas, que se han ganado su fama y renocomiento gracias a su trabajo duro y esfuerzo, y que ahora están en boca de todos porque un estúpido portal de noticias los redujo a un nombre en una lista de conquistas.
Se metieron en mi vida privada y en la suya y eso es algo que no voy a tolerar.
—No me interesa quien sacó la nota primero, me interesa la persona que se atrevió a violar su contrato al filtrar las fotos — trato de mantener la calma pero soy consciente de como elevo la voz a medida que las palabras salen de mi boca.
Pensar que alguien de mi propio equipo pudo traicionarme de esta manera me pone... es que ni siquiera puedo describirlo. No estoy cabreada, estoy lo que le sigue.
—¿Entonces sugieres que hable primero con tu gente?
—Sugiero que juntes a todas las personas que estuvieron presentes el día de la sesión, que las metas a un salón y a como de lugar me encuentres al jodido culpable — exijo severa — Quiero saber como es que esas fotos llegaron a manos de la prensa y cuando encuentres a la rata...
Aprieto la mano libre en un puño y la otra en torno al móvil.
Cálmate, Victoria. No puedes asesinar. No es legal.
Tomo un respiro profundo antes de continuar.
—Quiero al culpable en mi oficina en el momento en que descubras quien es.
—Tenlo por seguro, pero Victoria — hace una pausa — Voy a necesitar que me pongas en contacto con tu jefa de Relaciones Públicas. Si estás segura de que fue alguien que trabaja en casa Victoria, vamos a necesitar mucha ayuda para calmar el fuego mediático que se nos viene encima.
» Recuerda que hacemos esto para limpiar tu reputación y la de estos hombres, no para perjudicarles más.
—Vale — suspiro, ya un poco más tranquila con lo que dijo — Te pasaré el número de Natasha, de cualquier forma puedes encontrarla en la Empresa. Me dijo que estaría allí todo el fin de semana.
—Muy bien, la llamaré ahora mismo para ver si podemos quedar mañana. Tenemos el tiempo encima.
Asiento, más para mí misma.
Todo se resolverá.
—Muchas Gracias, Amy.
—Ya me las darás cuando hayamos bajado la nota de internet y tengas a tu culpable — me dice con un tono conciliador — Buenas noches.
—Buenas noches — me despido y tras colgar, suelto todo el aire que no sabía que estaba conteniendo.
También interrumpo mi caminata circular por todo el living, de inmediato siento como todo el estrés acumulado de los últimos días me pasa factura. Mi cuerpo me pide a gritos una cama.
Con mucho pesar, pero sintiéndome de alguna manera mucho más liviana que hace 3 horas, vuelvo a la sala, donde ya me esperan Ava y dos de los chicos que estaban trabajando en la campaña de la colección de Invierno.
Joe es de Marketing y Max es el de los números.
Usualmente no trabajamos los viernes, mucho menos hasta tarde pero cuando las fotos se filtraron, no solo pusieron en riesgo nuestra reputación, también el futuro de la campaña que planeabamos lanzar a principios de Diciembre.
—¿Qué tan grave es?
Max es el primero en mirarme.
—No te va a gustar lo que te voy a decir.
Cierro los ojos con fuerza.
—Solo dilo.
Mira a Joe, como tratando de buscar algo de apoyo y cuando el pelirrojo asiente, sus ojos verdes vuelven a mí.
—Las visitas, la popularidad y el número de ventas de Casa Victoria incrementó en un 70% en los últimos dos días.
—¿Cómo es posible?
—Es por Kerem — interviene Joe, Ava y yo lo miramos sin entender — De alguna manera, el hecho de verlos juntos fue lo que causó todo este revuelo. Verte en una relación, imaginarte en una — repone — convirtió a tu marca en un idilio. Las fotos volaron, Victoria, Bürsin y tú se volvieron tendencia en cuestión de minutos.
» La gente comenzó a especular, les agradó el echo de que fueran vestidos a juego. Ahora la marca que antes vendía elegancia, porte, calidad, gusto y exclusividad, también vende romance.
—Es como con los perfumes — trata de explicarnos Max — ¿Por qué un perfume vende más cuando lo promociona una pareja que cuando lo promociona un solo individuo?
—No se trata de como huele la fragancia, se trata de lo que te hacen creer que puedes conseguir si la adquieres.
—Exacto, es decir, pareja es igual a si estás casado, tu pareja te amará más de lo que ya lo hace porque hueles bien y si estas soltero pues conseguirás una pareja.
—No me hace sentido — digo mirándolo a uno y a otro, Joe niega con la cabeza.
—No, ya sé que no lo tiene. Pero así es como funciona.
—La colección ha tenido una gran aceptación por parte del público, ha sido todo un éxito incluso antes de ser lanzada. Todo porque creen que tú y Kerem están juntos realmente.
—¡Pero no lo estamos! — exclamo exasperada — Es una gran noticia que no nos afectara la filtración de las fotos pero no me importa hacerme más popular si es gracias a Kerem o a Chris o a Evan o a cualquier otra persona que no sea yo.
» No quiero y no voy a fingir que estoy en una relación solo para vender más.
—Te dije que no te gustaría — dice Max, su tono ha bajado un par de niveles y sé que trata de calmarme — No era nuestro propósito que se lo tomaran así, pero la perspectiva y opinión del público es algo que no podemos controlar. Su reacción a la campaña y colección es totalmente impredecible.
Con la cabeza entre mis manos, apoyo los codos en mis rodillas.
—Amy está trabajando para descubrir al culpable y bajar la nota de internet — hablo entre dientes — Yo tengo una entrevista mañana para aclarar que estoy completamente soltera ¿Cómo afectará eso el lanzamiento de la campaña de invierno?
—Es imposible saber — responde Joe — Para muchas personas la cara de la campaña son ustedes, como pareja.
Dejo escapar una risa carente de humor.
—Dios, esto solo puede mejorar.
Antes de que cualquiera pueda decir nada más, mi móvil comienza a sonar sobre la mesa de cristal. En la pantalla se ilumina el nombre de Chris y al verlo, Ava comienza a animar a los muchachos a recoger sus cosas para mandarlos a casa.
Una vez que mi apartamento queda vacío, Ava me mira con ojos cargados de reproche y los brazos en jarras.
—¿Cuántas veces ha llamado? — pregunta cuando el móvil deja de sonar.
—¿Hoy? Ya perdí la cuenta. Parece que no entiende que si no contesto es porque no quiero hablar.
—Pues deberías hacerlo — abro la boca pero la vuelvo a cerrar cuando alza la mano — Debiste escucharlo hace dos días. Debiste dejar que te explicara.
—¿Con Olivia presente? — me rio — Si claro, le iba a pedir que se sentara con nosotros. No, mejor, hubiese terminado de contarme como fue que Chris perdió la noción del tiempo luego de que le besara.
Ava junta las manos y clava la vista en el techo al tiempo que bufa frustrada. Parece que quiere coger paciencia, también yo.
—Tú no sabes si pasó algo entre ellos.
—Ella me lo dijo — me siento derecha en el sofá — Me dijo que se habían enrollado, que Chris había ido a buscarme porque se sentía culpable por no haber asistido a la sesión mientras ella lo esperaba en casa. Tomó una ducha y todo, llevaba su camisa puesta cuando me abrió la puerta.
Está a punto de decir algo pero el timbre la interrumpe, por lo que no le queda más remedio que dedicarme una última mirada antes de ir a abrir. Yo, por otro lado, camino hasta la cocina y saco el bote de helado que me regaló Lizzie hace unos días, tomo una cuchara de uno de los cajones y camino de regreso a la sala.
Cuando llego, Ava esta cruzada de brazos y me mira con una extraña sonrisa en la cara que me hace alzar una ceja.
—¿Qué?
—Nada — responde en tanto se acerca al sofá para tomar sus cosas — es tarde, será mejor que me vaya y los deje solos — camina hasta la puerta y entonces caigo en cuenta de lo que ha dicho.
—¿Los?
—Esa pijama realmente te queda bien.
Me paralizo en mi lugar al escuchar su voz y me aferro aún más al bote de helado.
» No te ofendas, aunque me encanta la vista que tengo desde aquí, preferiría ver tu cara.
De puro milagro no dejo caer el bote de helado, porque siento que me sonrojo hasta la médula y las piernas se me vuelven de gelatina. Me debato internamente unos segundos y al voltear, me arrepiento de inmediato. Las emociones se juntan en mi estómago como una turba furiosa de elefantes en cuanto lo veo.
Me analiza unos minutos y el shock me impide sentir hasta vergüenza por el estado en el que me encuentro, pantalón de pijama, sudadera de los Patriotas, tengo el cabello amarrado en un moño desordenado y voy descalza.
Se acerca a mi lentamente, como si temiera que en cualquier momento yo fuera a salir corriendo y la verdad es que si quiero, estar sola con él después de todo lo que ha pasado, me pone los pelos de punta.
—¿Qué haces aquí?
—Como no respondías mis llamadas, decidí venir sin avisar. Así no podrías huir.
—Que listo — ironizo, golpeándole juguetonamente el brazo — Ahora te voy a pedir que te marches porque tengo una jaqueca de los mil demonios y lo único que quiero es descansar.
Eso, Victoria. Demuéstrale quien manda.
—Tenemos que hablar.
—No quiero hablar, no tenemos nada de que hablar.
—Tori, lo necesito.
—¿Es de vida o muerte?
—No, pero...
—¿Es de trabajo?
—Sí.
—Entonces no me... — me callo al darme cuenta de lo que ha dicho — ¿Qué?
—Que sí, que es de trabajo y es urgente — me pasa por un lado para poder llegar a la sala, donde toma asiento en uno de los sofás.
—¿Y por qué estás aquí? Si es de trabajo puede esperar a mañana.
—No, ya te he dicho que es urgente.
—¡Vale! Cualquier cosa que quieras tratar de trabajo puedes discutirlo con mi asistente, en la oficina... En horarios de trabajo.
—No, esto es importante y solo tú puedes ayudarme.
—¡¿Pero cuál es tu problema?! — estallo, pasándome las manos por el rostro frustrada.
Estoy cabreada y eso parece divertirle, a juzgar por la estúpida sonrisa perfecta que le adorna la cara.
—¿Me ayudarás?
Echarlo a patadas, eso es lo que quiero hacer.
«Podría, es mi casa» Me recuerdo, pero sé que no parará hasta conseguir lo que quiere y si soy honesta conmigo misma, ya estoy harta de pelear y discutir.
—¿Qué es lo que quieres? — cruzo los brazos sobre mi pecho, obligándome a permanecer en mi lugar.
Ni de chiste me voy a acercar a él.
—Un vestido.
Suelto una carcajada.
Todo me parece muy cómico hasta que me explica que es un regalo para una mujer.
Entonces un gusto amargo me sube por la garganta y las ganas de golpearlo aumentan. Tiene que estar jugando porque si piensa que yo voy a aceptar diseñar un vestido para Olivia está muy mal de la cabeza.
—Si quieres un vestido puedes discutirlo con cualquier persona del departamento de diseño — le digo entre dientes — Puedes llamar el lunes a partir de las 8:00 a.m. Ahora si eso es todo...
—Creo que no fui lo bastante claro — se levanta y yo retrocedo cuando comienza a acercarse.
Un metro, un jodido metro nos separa y aún así soy capaz de percibir el delicioso aroma de su colonia.
» Quiero que tú diseñes el vestido.
—Pues que honor, pero estoy en mi derecho de negarme y eso es lo que voy a hacer.
—Tori, por favor — dice y la forma en como pronuncia mi nombre me hace querer echarme a llorar — Eres la mejor diseñadora que conozco, además eres mi mejor amiga...
—Cállate, joder. Cállate — aprieto los párpados con fuerza — Como digas una palabra más te juro que soy capaz de dejarte aquí e irme yo.
Recapacita, no sé si se ha dado cuenta de lo ridículo de esta situación pero sigue mirándome con ojos de perrito perdido.
No seas una perra débil. No seas una perra débil.
Soy una perra débil.
Caigo y los siguiente que sucede es que me obliga a sentarme junto a él, después de cambiar mi bote de helado por una libreta y un bolígrafo para anotar. Quiere que le haga preguntas que puedan servirme de guía para el diseño y yo estoy que hiervo por dentro porque jamás imaginé terminar este día escuchando los gustos de Olivia.
Le pongo mi mejor sonrisa fingida, dispuesta a terminar con esto lo antes posible para poder irme a dormir.
—Azul — es lo primero que sale de su boca — Que sea azul, el rojo le sienta de mil maravillas pero el azul es su color favorito y cuando lo usa... — suspira como idiota enamorado — Es como un sueño.
«El azul también es mi color favorito», piensa mi lado masoquista. Pero no digo nada. Me limito a escribir, ignorando que cada trazo del bolígrafo sobre el papel es una grieta segura para mi corazón.
—Que sea largo, esta mujer tiene unas piernas que podrían llevar a la locura a cualquiera pero es un evento importante y bastante elegante, así que tiene que ser largo.
De mala gana, anoto.
—¿Escote? — cuestiono.
Lo piensa un momento.
—Pensaba en un escote no tan profundo pero tampoco tan pequeño, ¡oh! Y tirantes delgados.
Tuerzo la boca en una sonrisa furiosa.
—Parece que tienes bastante claro lo que quieres.
Se encoge de hombros, como si no fuera la gran cosa.
—¿Qué te digo? La conozco hace mucho tiempo — se inclina hacia mí, y de inmediato dejo de respirar. Sus ojos azules lucen decididos, más que nunca — Es terca como una mula, obstinada, orgullosa, cree que lo sabe todo pero al mismo tiempo es la persona más humilde a la hora de admitir sus errores.
» Es talentosa, creativa, tiene una mente brillante. Me encanta que sea una mujer madura, decidida, responsable, independiente, fuerte y que al mismo tiempo sea un niña curiosa, caprichosa, risueña, a veces algo gruñona.
Su voz se vuelve un susurro suave. Tiemblo de pies a cabeza cuando me acaricia la mejilla con los nudillos.
» Me tiene loco que no sea consciente del poder que tiene sobre mí, que no sepa que basta que me mire para convertirme en esclavo de sus hermosos ojos. Pero sobre todo, me fascina que sea mi mejor amiga.
Ni bien termina de decirlo para cuando yo ya estoy hiperventilando. Creo que mi corazón también se ha paralizado.
—Chris, si esto es una broma, déjame decirte que no me causa gracia — murmuro en apenas un hilo de voz y el que me tome después el rostro con ambas manos, me hace jadear sorprendida.
—No estoy jugando — sus labios se curvan hacia arriba en una sonrisa dulce — Estoy absoluta y completamente enamorado de ti, Victoria, y si tienes que pedir un nombre para personalizar la caja en la que vas a enviar el vestido entonces ya lo sabes, es el tuyo. Eres tú quien se ha robado mi corazón desde el primer momento en que te vi.
» Siempre lo he sabido, pero creo que una parte de mí (la menos valiente) se rehusaba a admitirlo.
Su discurso me deja sin aliento y la mente en blanco. No sé que decir, ni como reaccionar, solo puedo sentir que tengo la boca abierta y que la mandíbula me llega al piso.
—Di algo, por favor — me suplica, no solo con la voz pero con la mirada y eso me hace al menos parpadear.
—Yo... yo... p-pero ¿Y Olivia?
Chris cierra los ojos al tiempo que deja escapar un suspiro profundo. No parece molesto, por el contrario es como si hubiese estado esperando que preguntara por ella.
—Te dije que las cosas no eran como tú pensabas. Olivia fue a verme con la excusa de que tenía un problema con su ex novio — abro la boca pero él continúa — Y ya sé que fue estúpido creerle, ahora lo sé, debí suponerlo desde el momento en que apareció frente a mi puerta pero cuando me dijo que él la chantajeaba con mostrar un video sexual... no pude no creerle.
»Pensé que no podía inventarse una cosa así, que no podría bromear jamás con algo que para miles de mujeres es un problema real.
Sacudo la cabeza.
—Espera ¿Dijiste "pensé"?
Asiente con pesar.
—Lo hizo a propósito, lo entendí cuando te fuiste. Tenías razón, ella quería... no sé que pretendía al presentarse en mi casa y me gustaría decir que todo su teatro fue una absoluta perdida de tiempo pero no fue así.
Baja sus manos de mi rostro para entrelazarlas con las mías, sobre mi regazo.
» Te dejé plantada, falté a mi promesa y una parte de mí quiere culpar a Olivia pero también fue cosa mía.
Niego con la cabeza.
Ahora entiendo a lo que se refería Ava cuando dijo que debía escucharlo. Las palabras que dijo Lizzie cuando se enteró de que Chris volvía a salir con Jenny también me vienen a la mente. Lo que yo misma acepté durante ese mismo desayuno.
—Es cierto — Chris me mira y en sus ojos hay una mezcla de pánico y tristeza — Me dejaste plantada, pero no habría esperado menos de ti.
» Eres un hombre con un corazón de oro, Chris. Siempre ves y esperas lo mejor de las personas y entiendo que tu primer reacción haya sido querer ayudar a Olivia y no dudar de ella. Eso habla del gran ser humano que eres.
—¿Qué estás diciendo?
Respiro hondo al ver el drástico cambio en su semblante. Al notarlo confundido.
—Digo que debí haberte escuchado, debí haber tenido la cabeza fría para descubrir que Olivia solo quería jugar con nosotros, pero... — agacho la cabeza, no puedo decir la verdad y enfrentarme al mismo tiempo al escrutinio de sus ojos azules — Simplemente no pude.
» Llevaba dos semanas con el recuerdo constante en mi cabeza de lo que había pasado entre nosotros, en casa de tu madre. Estaba frustrada y enojada por no saber manejar la situación, por no saber entender mis propios sentimientos.
Me muerdo el labio inferior cuando me toma el mentón con suavidad y me hace alzar la cabeza para mirarlo a la cara.
—No te culpo por eso. Después de lo que sucedió entre nosotros, yo habría reaccionado peor si hubiese encontrado a otro en tu apartamento.
—No trates de hacerme sentir mejor.
—Hablo en serio.
—También yo — replico de inmediato — Fui a buscarte con la intención de aclarar todo de una vez por todas, pero terminé volviéndome loca.
Suspiro.
Aquí voy.
» No pude decirte que... que también estoy enamorada — expectante, se acerca hasta que mi rodilla roza la suya — De ti.
» Debí decírtelo antes, debí llamarte pero tenía mucho miedo. No quería arriesgar nuestra amistad.
—Yo... — Chris sacude la cabeza, como si tuviese demasiado ahí dentro como para asimilar mis palabras — Yo creí que te había presionado, creí que estabas arrepentida...
—¿Arrepentida? — niego entre risas — Chris, me conoces. No hubieses podido presionarme aunque quisieras, nunca hago nada por obligación.
—Lo sé, lo sé, solo... estaba asustado.
Lo miro un segundo y poco a poco sus palabras van formando una calma en mi interior, que me hace apoyar la frente en su mentón.
—No puedo creerlo.
—Ya, tampoco yo — siento como me rodea con sus brazos — Estuvimos distanciados dos semanas por falta de comunicación.
Asiento, incrédula y sintiéndome más estúpida que nunca.
—Y yo creí que éramos buenos en eso, en hablar las cosas.
—Bueno, siempre hay una primera vez — bromea, y yo levanto poco a poco la mirada, volviendo a conectarme con los océanos infinitos que tiene por ojos. Los nervios y los elefantes en el estómago vuelven cuando mi respiración se mezcla con la suya — ¿Me perdonas?
Arqueo una ceja.
—¿Por qué?
—Por dejarte plantada con lo de la sesión. Sé que era algo muy importante para ti y yo...
Le pongo un dedo sobre los labios, obligándolo a callar.
—Ya quedó en el pasado.
Sonríe agradecido y por primera vez en mucho tiempo, soy capaz de distinguir cuando me mira diferente. Con cariño, con adoración, con anhelo...
Me acerca a su rostro, sus labios llegan primero a mi frente. Luego bajan por mi mejilla, se desplazan a la punta de mi nariz, a la otra mejilla, al mentón y luego siguen la línea de mi mandíbula hasta mis labios. Los acaricia sin ejercer ninguna presión o prisa, solo se queda ahí un instante, permitiéndome sentir su cercanía.
—¿Vas a besarme? — murmuro sobre sus labios con un tono quedo, la expectación me está matando.
Mis palabras le arrancan una pequeña risa y antes de que pueda ser yo quien tome la iniciativa, él se inclina, tomándome los labios con suavidad.