Aquí estoy...
resbalando en la sonrisa sarcástica de un viejo horrible.
Aquí estoy
sumido en la barra
una vez más,
de los hombres libres.
Seré prisionero una vez más
de la saliva quede moja tu cintura,
seré esclavo de esta humedad
que resbala en el centro de tu ombligo tibio,
y seré esclavo de los que sabían
que te irías y que tenían razón.
Pero no...
¡para esta soledad no guardaré la calma!
construiré un mundo nuevo donde ya no te quiera.
Construiré un mundo
donde pueda envenenar a los ángeles del amor
que lleguen a mi vida.
Cuando tú te vayas para siempre,
escribiré las canciones más tristes
y los poemas más arrastrados
de este puto mundo.
Mis manos ya no sentirán el temblor
y la ansiedad de dejarte para siempre,
me quedaré arrastrando esta maldita sensación de olvido.
Arrastraré tus cadenas y seré un fantasma,
para que sientas el rubor de un hombre que alguna vez murió por ti.
Pero no...
para esta soledad derrumbaré todos los muros,
para que haya espacio para
tu maldita sentencia de silencio
y para envejecer pensando en ti...
Para tirar todas mis naves,
para dejarme aquí,
observando la vida en el fondo
de mi asqueroso blues,
contando copas y canciones para llegar a ti.