El sonido de la lluvia inundaba la habitación de dos pequeños amigos de no más de seis años.
—Senku ¿Cómo se forma la lluvia?—___ mira al rubio.
—Es bastante fácil de explicar, todo se inicia con la condensación del vapor de agua que se encuentra dentro de las nubes y que, por ser más pesado al ser frío, cae por la gravedad hacia el suelo—el mencionado mira a su amiga.
La chica pone una cara de confusión mientras el rubio se ríe ante su reacción sabiendo que no había entendido mucho.
—De verdad eres tan increíble para saber esto con tanta facilidad a nuestra edad—lo mira.
Un trueno se escucha en la sala asustando a ___ quien grita y se aferra a Senkuu asustada tirando al pequeño quien estaba agachado.
—L-lo siento Senku—___ lo mira apenada.
—De verdad eres algo idiota—Senku la mira sobándose una parte de su cabeza la cual se había golpeado.
La chica seguía apenada por lastimar así a su amigo pero se aferra nuevamente a él para abrazarlo al escuchar otro estruendo.
—¿Le tienes miedo a los truenos?—el rubio la mira tratando de no reír avergonzando a su amiga.
—N-no te burles—lo mira murmurando apenada.
Senku iba a contestar cuando alguien abre la puerta, era el padre del rubio quien se había acercado para ver como estaban ambos.
—Senku, ___ ¿Todo bien? Escuche un grito—Byakuya mira a los niños.
—Lo que pasa es que ___ se asustó por los truenos es una miedosa— Senku mira a su padre quién ríe al ver la cara de enojo de ___.
—¿Que están tramando ahora?—Byakuya los mira notando que en la mesa se encontraban un tipo de planos y pequeñas piezas.
—Estamos haciendo una pequeña maqueta del cohete funcional que haremos después—___ mira al padre su mejor amigo con una sonrisa emocionada por sus planeas a futuro con el chico.
—Entiendo entonces dejenme ayudarlos—menciona acercándose a la mesa con los pequeños para ayudar pues el padre de Senku era astronauta sueño que también anhelaba su hijo.
Y así se fue el resto de la tarde, el grupo seguía con su proyecto de construir un modelo de su futuro proyecto que ilusionaba a todos, a los dos pequeños por ser su proyecto y a Byakuya por ver como estos se emocionaban.
Ese fue el mejor día de lluvia de sus vidas.