Capítulo siete.
Marinette:
Obedezco.
La culpa me carcome al ver que había olvidado que saldría hoy con Luka.
—¿Quieres ir a algún lugar en especial?
—¿No iremos directamente al barco?
Me mira de soslayo mientras me da una media sonrisa.
—Lo mejor para el final, ¿No crees?
Duditativa, asiento.
Nos encaminamos hacia el centro. La torre Eiffel nos reciba desde la lejanía mientras los niños y las palomas adornan el lugar.
—Mira Mari. Los helados de André.
Sin nada que decir, me toma sutilmente de la mano y me lleva hacia ellos. André al vernos llegar se muestra un poco sorprendido mientras ve a Luka.
—Ulala, una nueva pareja en la ciudad de París. ¿A quienes tenemos aqui?
—N-o And-ré. Somos amigos. —Me apresuró a decir. Luka no dice nada.
—Entiendo. Aquí están sus helados. Para la bella Marinette, vainilla como su cabello y verde como sus ojos.
—Gracias André, tus helados son los mejores.
—Y para el joven, azul como su cabello y cafés como sus ojos.
—Gracias. —Agradece, mientras sus ojos se dirigen hacia mí, viéndome, para luego bajarlos por un segundo y regresar a ver mi helado.
—Nos vemos André.
—Au revoir les gars.
El camino es silencioso, cada quien se concentra en disfrutar de su helado.
—Marinette.
—Dime.
—¿Que piensas de los helados de André?
—Son los mejores.
—¿Crees en ellos? —Su pregunta me hace verlo.
—¿Creer? ¿Te refieres a lo de tu predestinado?
—Sí.
—Hm... Puede ser cierto pero tampoco es como si el mundo pudiera funcionar bien.
—Si, ¿verdad?
—Sí.
—No pude evitar fijarme en tu helado. Hay una persona con las características que dijo André.
—Lo sé. —Es lo único que digo, se que Luka sabe que me gusta Adrien. El mundo parece saberlo.
Menos él.
—Mi helado, lo único que tiene es tu cabello Mari. La bola cafés se ha derretido y queda la azul. Me comeré esa.
Lo miró y sin poder evitarlo, sonrió.
[—Me gustas]
Después de terminar nuestros helados, nos dijirimos hacia el barco. Me encuentro con Juleka cuando mis cachetes se calientan.
Ella lo sabe.
Miró hacia otro lado mientras nos subimos a flota. La mamá de Luka y Juleka se encuentra alterada, busca entre las cosas desesperada.
—¡Luka! Ya estas aquí, que bueno. Necesito tu ayuda, no lo encuentro...
Luka me da una mirada y se disculpa, —Puedes ir a mi habitación Mari, no tardó.
Y cuando dijo eso, la mamá me ve.
—Oh. Lo siento, no sabía que habías traído a Marinette. ¡Hola querida!
—Hola señora.
—Suegra, Mari. —Juleka susurra detrás de mi oreja, mientras finje estar viendo hacia Luka.
Me sonrojo.
—No es así, Juleka. —Por alguna razón, necesito aclararselo.
—Por ahora.
Luka se acerca hacia nosotras. Toma levemente mis hombros mientras me aparta de Juleka.
—¿Sucede algo?
—Para nada, Luka.
—Bien. Si nos disculpan, me llevo a Mari.
Sin esperar respuesta, empuja mis hombros con delicadeza para hacerme caminar. Nos dirigimos a su cuarto.
Recuerdo el póster de Jaged Stone y su cama. No vi más allá. El cuarto de Juleka se encuentra a la par.
—Toma asiento.
—Gracias.
El busca debajo de su cama su guitarra, la saca con cuidado y la desenfunda. Toma asiento a la par mía.
—Te dije que había compuesto algo nuevo, ¿No es así?
—Sí.
—Bueno, espero que te guste, a través de la música se expresar mis sentimientos y el de las personas. Y esto va dedicado a ti.
¡Nueva portada!
Hecha por Jimmy_A