Jugando Con El Amor ||Camren||

By angelXXVII

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Lauren una jugadora de voleibol estaba feliz por haber conseguido su tan soñada beca en la Universidad Metrop... More

Buenas noticias... Grandes cambios...
Volviendo a casa...
A primera vista?
Un día perfecto!
Amor de un solo día?
Bienquerer o mal querer?
Encuentro Sorpresa...
Família... Problemas y nostalgia...
Celos y sorpresas...
Revelaciones y sentimientos...
Tentaciones y sentimientos...
Sospechas, descubrimientos y novedades...
Convivencia
Punto Final...
Entre versos y poesías...
Recomenzar...
Victorias...
Deseo...
Cediendo al deseo...
Discusiones y desentendimientos...
Resolviendo problemas.
Descubriendo la verdad.
Esclarecimientos...
Amor... Sublime Amor...
Tensiones...
Vendetta...
Amor x Prejuicio...
Revelando la verdad...
Conviviendo con la diferencia...
Propuestas tentadoras...
Las varias formas de ganar...
Nostalgia y esperanza...
Revancha, mentiras y desconfianzas...
Quiero ser feliz también...

Emociones cotidianas...

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By angelXXVII

Camila nunca había visto a su madre tan seria en su vida. Incluso pensó que algo serio había pasado cuando llegó a casa para almorzar.

-¿Por qué traes esa cara mamá? – preguntó todavía en la mesa – ¿Algún problema?

-Me temo que sí, hija.

-¿Puedo ayudar? ¿Cual es el problema?

-A decir verdad es sobre tu universidad.

-¿Sobre la universidad? ¿Que tiene? - la levantadora preguntó – No recuerdo haber sacado malas calificaciones.

-¡El problema no son tus calificaciones, hija! – dijo su padre entrando en la conversación – ¡Sino el precio de las mensualidades! No creo que podamos pagarlas como antes.

Camila escuchó la noticia sorprendida.

-¿El consultorio anda muy mal? – Se las arregló para preguntar.

-Sí. Está difícil encontrar a buenos clientes que paguen al día.

-¡No queremos que abandones los estudios, Kaki! – dijo Sinu sonriendo a su hija – Pero para que eso no ocurra, te sugiero que solicites el programa de becas deportivas de la Metropolitana. ¡Si tu hermano consiguió, tú también puedes, hija!

La chica sabía que las becas para el voleibol eran mucho más complicadas que para la natación. Eran más difíciles porque el nivel era alto y la competencia también.

Todo estaba tan perfecto en su vida. Incluso con Lauren, no estaban en un relacionamiento propiamente dicho, pero había una camaradería, un intercambio incesante de miradas, ¿por qué tenía que suceder esto ahora? ¡Los problemas de dinero eran un asco!

-Está bien, mamá. Me informaré sobre el programa de becas. – Se las arregló para decir con tristeza. No pudo evitar pensar en la ironía que sería, ella, que odiaba a Lauren porque era una becaria, tendría que convertirse en una de ellas para poder jugar. ¡La vida daba muchas vueltas!

Ally estaba un poco nerviosa con la situación. Pero se dio cuenta de que Chris lo estaba aún más. Tartamudeaba, se tomaba un minuto completo para abrir un botón de su camisa.

Sonriendo comprensiva, ella trató de ayudar a su novio a deshacerse de su ropa y acostarse completamente desnuda a su lado.

-¿Estás bien? – preguntó acariciando su rostro – Pareces nervioso.

Chris sonrió apenado. Nunca había estado así, completamente cómodo con una chica. Claro que ya había tenido sesiones calientes con ellas, pero nunca había terminado. O él se emocionaba demasiado antes o ellas desistían por miedo. Estaba contento que estuviera allí con Ally.

Al comienzo de su relación, pensó que solo se trataba de deseo, de querer ser visto con aquella guapa en el campus. Pero pronto se descubrió completamente enamorado de ella. Y se dio cuenta de que era totalmente correspondido. Eso lo había dejado muy feliz.

-¡Estoy muy ansioso! – dijo – Sabes que nunca...

-Shiii! – dijo Ally callándolo con el dedo sobre sus labios – No necesitamos apurarnos. Tranquilo, todo saldrá bien. Ven aquí, ven.

Los descubrimientos y sensaciones de esa tarde fueron inolvidable para ambos. Era la primera vez que dormían juntos, e incluso con todo el nerviosismo y la falta de experiencia, había sido perfecto.

Cuando llegó a casa esa noche, Chris solo sonrió de felicidad. Si antes dudaba que pudiera estar aún más enamorado de lo que ya estaba, después de esa tarde estaba seguro.

Lauren miraba la televisión en la sala cuando su hermano mayor llegó desbordando alegría.

-¡Hola hermanita! – dijo feliz, besando su frente y corriendo a la cocina.

El cariño fue tan inusual que a la chica le pareció raro y se fue a hablar con el nadador.

-¿Qué te pasa? – preguntó con curiosidad. – No recuerdo la última vez que te vi tan alegre. ¡Parece que saldrás brincando por las esquinas!

Chris sonrió mientras bebía agua.

-¡Estoy feliz, Lauren! ¡Y cada vez más enamorado!

Lauren entendió y no puede evitar sonreír.

-¡Tuvieron sexo! – afirmó riendo.

-¡Lauren! – lo regañó Chris – ¡No digas esas cosas!

-¿Y por qué no? Son novios. Es normal que tengan sexo! Pero dime, ¿cómo te fue?

El nadador miró a su hermana con seriedad.

-¡Lauren no te daré detalles de mi vida íntima! ¡Que cosa!

La jugadora de voleibol sonrió con diversión ante la vergüenza de su hermano.

-No quiero detalles, tonto. ¡Solo dime si lo disfrutaste, si fuiste cariñoso con Ally!

-Ay mi Dios, ¿qué clase de hermana eres tú que quiere saber esas cosas, eh?

-El tipo de hermana que te ama mucho y quiere verte muy feliz con mi amiga. ¡Ahora dime la verdad! Fuiste amable con ella, ¿verdad? Porque si fuiste como uno de esos desesperados que solo piensan en sí mismo, ¡te mataré! – dijo la chica poniéndose seria.

Fue el turno de Chris de sonreír.

-¡Estaba temblando por entero! – admitió – Ella me ayudó a hacer bien las cosas.

Lauren sonrió y abrazó a su hermano.

-¿Pero fue bueno?

Chris asintió con la cabeza.

-Muy, muy bueno!

-¿Para ti y para ella?

-Para los dos. – confirmó el nadador.

-¡Entonces estoy muy feliz por ti! – dijo la delantera – Y no lo olvides nunca, tonto. A las mujeres les gustan los cariños. Mucho cariño. No hay necesidad de desesperarte y solo pensar en la penetración.

Chris asintió.

-Estás muy informada sobre los gustos femeninos, Laur! – dijo desconfiado – ¿De dónde sacas todo ese conocimiento, eh?

-Además de ser mujer, tonto, por experiencia, ¿verdad?

Esto fue seguido por una verdadera crisis de sobreprotección y celos por parte de Chris, quien hasta entonces no había sospechado que su 'querida hermanita' ya no era virgen.

-¿Quién te hizo eso, Laur? – dijo Chris serio – ¡Quiero saber quién es el bastardo!

Lauren se echó a reír. Su hermano era realmente una comedia. Acabada de tener relaciones sexuales con su novia y ahora quería bancar el moralista y "romper" el tipo que "deshonró" a su hermana. ¡Que locura!

La chica cambió de tema y no dijo nada. A Chris no le gustaría saber que para "lavar el honor" de la familia, tendría que golpear a una de sus ex novias, la tal responsable por la primera vez de Lauren.

El miércoles no hubo un entrenamiento propiamente dicho. Solo Dinah comentando el juego, elogiando el desempeño del equipo y la doctora Sandra haciendo exámenes clínicos para asegurarse de que todas estaban bien.

Como siempre, la entrenadora quería hablar en privado con Lauren y Camila.

-¡No hay necesidad de hacer esas caras chicas! – dijo Dinah sonriendo – Solo quiero felicitar el profesionalismo de ambas en la cancha. Fueron perfectas. ¡Dejaron los problemas del corazón fuera de la cancha!

-Gracias, entrenadora.

-Gracias, Dinah.

-Oh, una cosa más antes de que se vayan! - habló la técnica cuando ya estaban de salida – Están liberadas de las prácticas de martes y jueves. No veo más necesidad ahora que están sincronizadas. ¿Combinado?

Las dos atletas asintieron y salieron.

-¿Escuchaste lo que dijo? – preguntó Camila preocupada.

-¿Sobre los problemas del corazón?

-¡Eso! ¿Será que ella sabe lo de nosotras, Lauren?

La delantero asintió.

-Dinah no es ciega, Camila. Ella debe haberse dado cuenta de que había algo entre nosotras.

-¡Estoy casi segura!

En ese momento Austin, sentado en las gradas, llamó a Camila. Las dos se detuvieron cara a cara.

-Tu novio te está llamando – dijo Lauren tímidamente.

-Él no es mi novio – aclaró Camila – ¿Como está tu amiga?

-No sé. Ella vino nada más para el fin de semana, no nos hemos visto desde el juego. Te lo dije, Kendall es solo una amiga.

-Sí, ¡solo que tienes la extraña costumbre de follar con tus amigas!

Más una vez Austin la llamó.

Camila miró a Lauren con tristeza. Aunque no estaban saliendo, a ella le encantaba estar cerca de ella.

-¡Tengo que ir! – dijo torpemente. – ¡Cuídate, Lauren!

La delantero asintió.

-¡Tú también!

La vio irse acompañada por el nadador. Y se sorprendió al darse la vuelta y chocar con la entrenadora.

-Hola, técnica! – dijo tímidamente – No sabía que estabas allí.

-Si realmente te gusta, no te rindas fácilmente. – dijo Dinah de forma seria – Yo me di por vencida con la mujer que amaba y hasta hoy me arrepiento.

Lauren estaba paralizada con la revelación de la entrenadora. No tenía la costumbre de compartir cosas tan personales con otras personas.

-Ella está con Austin – dijo tímidamente.

-Está. ¡Pero sabes que ella te ama! Y eso es suficiente para que no te rindas.

Lauren notó la mirada alentadora de la entrenadora. Qué extraña conversación. Pero al menos ella la apoyaba y no la criticaba.

-¿Desde cuándo lo sabes? – preguntó la chica.

-Desde que las vi juntas por primera vez – admitió Dinah – Nerviosas, llenas de miradas, muy incómodas cuando están cercas... Todo eso no me pasó desapercibido, pero nunca interferí o pretendo hacerlo. Siempre y cuando eso no interfiera con el equipo.

La delantera asintió. Entendía perfectamente la posición de la técnica.

-¡Me tengo que ir! – dijo al fin.

-¡Te veo el viernes! – dijo Dinah – Y recuerda: -¡no te rindas!

Lauren sonrió más animada.

-¡No lo haré! ¡Hasta luego, entrenadora!

-¡Nos vemos, Lauren!

Ed estaba esperando a su prima cambiar de ropa y, mientras tanto, hablaba animadamente con Malú. La entrenadora de levantadora y líbero tomaba notas del juego sentada en el banco reservado a la comisión técnica.

-¿Cómo lo haces? – preguntó el chico al mientras se acercaba.

-¿Como hago qué? – respondió la chica sin levantar la cabeza.

-¿Verte aún más hermosa de lo que ya eres, con un simple peinado nuevo?

Malú no contuvo la sonrisa. Le encantaba los cumplidos. La hacían sentirse irresistible.

-¿Te conozco? – preguntó solo entonces volviéndose hacia Ed.

El chico ofreció su mano para el saludo.

-¡Soy Ed, el primo de Lauren!

La mirada de Malú barrió el chico de arriba abajo. No era tan guapa como su prima, pero tenía potencial.

-¡Hum! ¿Y qué haces aquí en el entrenamiento de voleibol, Ed?

-Estoy esperando que Lauren salga del vestuario y, mientras tanto, no me canso de mirarte. – dijo el chico sonriendo maliciosamente.

-¿Es impresión mía o me estás coqueteando? – preguntó Malú con una sonrisa divertida en sus labios.

-¿Tendría una oportunidad si estuviera coqueteando contigo?

La preparadora sonrió.

-¿Cuántos años tienes? 18? 19?

-Tengo 20. ¿Eso hace diferencia para ti?

Malú balanceó negativamente la cabeza.

-Depende. ¡Desde que sepas qué hacer, la edad no me importa!

Los dos intercambiaron sonrisas. Y Lauren apareció malhumorada en ese momento.

-Ed! – Le gritó a su primo – Vamos, tonto! O vas a estar allí toda la tarde?

Ed sonrió y se volvió hacia Malú con una sonrisa.

-Lo siento, me tengo que ir. ¡La familia me llama! ¡Espero verte de nuevo!

-Adios – dijo Malú sonriendo también al verlo alejarse – ¡Quizás nos vemos por ahí!

-Sí, quien sabe!

La preparadora observó a los dos primos alejarse. El chico realmente tenía potencial. Y sería aún más interesante si pudiera acercarse a Lauren a través de él. Aquella novata no salía de su mente desde que había entrado al equipo. Si no fuera por la entrometida de Camila esa tarde, ¡las cosas podrían estar bien adelantadas! Pero Malú sabía cómo ser paciente. ¡Conquistaría el chico y a su prima, dos pájaros de un solo tiro! Sonrió ante la divertida perspectiva que eso le causaba. Los tendría para ella. Siempre obtenía lo que quería. No había razón para que las cosas cambiaran ahora, ¿verdad?

Camila aceptó la invitación de Austin para cenar, porque pensó que sería solo una celebración a dos, por la victoria del equipo. Ahora estaba allí paralizada ante la pedido del chico para que fuera su novia.

-¡No dejo de pensar en ti, Mila! – dijo el nadador – Quiero ser más que tu amigo e ir de la mano contigo por el centro comercial. Quiero ser tu novio. Poder abrazarte y besarte, ¿entiendes?

La levantadora asintió.

-Austin, realmente estoy muy feliz con el pedido... - comenzó.

-¿Pero? – él la interrumpió.

-Pero no me siento lista para salir con alguien en este momento. Estoy muy confundida por mis sentimientos y no quiero lastimarte.

-No me lastimarás, Mila – dijo, sonriendo y tomando sus manos entre las suyas. Que manos ásperas, las chica no pudo evitar pensar. – No tienes que responderme ahora, ¿de acuerdo? Al menos prométeme que lo pensarás con cariño. ¿Lo prometes?

Deseando sentir las suaves y delicadas manos de Lauren en ella, Camila no quería destruir las esperanzas del chico para siempre.

-Lo prometo, Austin. Lo pensaré, ¿vale? Solo no me presiones, por favor!

Austin sonrió con más entusiasmo ante la respuesta de la jugadora de voleibol.

-¡No lo haré, quédate tranquila! Tienes todo el tiempo del mundo.

-Gracias.

Más tarde en su habitación, Camila miraba el techo e intentaba poner las ideas en su lugar. Había tenido muchas emociones los últimos días. Kendall, Austin, la victoria y Lauren. Siempre ella, perturbando y conturbando sus pensamientos.

Estaba casi durmiendo cuando sonó su celular. Ella respondió sin ni siquiera ver quién era, segura de que debía ser Taylor queriendo ponerse al día.

-¿Hola?

-¿Camila? – dijo una voz tan conocida que hizo que su corazón latiera más rápido y que la chica se enderezara en la cama.

-Lauren ¿eres tú?

-¡Sí soy yo! Lamento llamarte a ésta hora.

-¡No hay problema! Estaba despierta. ¿Pasó algo?

-¡No! Quiero decir, más o menos.

-¡Decídete, Lauren! – la levantadora se atrevió a decir.

La otra sonrió del otro lado de la línea. Y le contó a Camila la conversación que tuvo con la entrenadora. Omitiendo por supuesto, el incentivo para que ella no desistiera de Camila.

-¡Así que ella realmente sabe de nosotras! – comentó la levantadora desconcertado – ¿Será que alguien más del equipo se dio cuenta?

-Creo que no. Al menos entre las chicas no. ¡Lo habrían comentado estoy segura!

-Sí, también lo creo. ¿Pero que pasa con el cuerpo técnico?

-Ah, ¡no lo creo! ¡Apenas nos ven!

Camila estaba realmente preocupada. ¿Habían sido tan obvias así? Esperaba que no.

-Gracias por avisarme, Lauren! – dijo realmente agradecida.

-De nada, pensé que deberías saberlo – Dijo Lauren, un poco triste por tener que colgar el teléfono tan temprano. – Nos vemos en el entrenamiento.

-Ah, buen juego el lunes! – dijo Camila tratando de prolongar la llamada – ¡Te luciste!

Lauren estaba avergonzada.

-No es para tanto, tú estabas inspirada!

Un momento de silencio un poco incómodo.

-Bueno, buenas noches Camila. Que duermas bien!

-Buenas noches, Lauren. ¡Cuídate!

En sus respectivas camas, cada una se tumbó y permanecieron allí durante horas pensando en la otra y en cómo querían estar juntas. No se cansaban de esperarlo. Esa noche en particular, ni siquiera el sueño las separó. Se quedaron dormidas y juntas soñaron una con la otra.

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