RAIN [Libro 1]

By EllaDijo

37.1K 5.2K 1.9K

¿Te gustan los pequeños placeres? ¿Cómo sentir la lluvia contra tu rostro? Si es así, eres afortunado (a). ... More

Nota de la autora.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
River.
Playlist.
Agradecimientos para ustedes.
Anuncio.
Entrevista.
Avance de la segunda parte de RAIN.

Capítulo 48.

436 76 67
By EllaDijo

Corro ayudarle a River para cerrar la puerta, pero es inútil. Es imposible vencer a seis militares. Dos de ellos someten a River y uno a mí, situándonos de rodillas sobre la madera. Están por hacer lo mismo a mi abuelo, pero el sede con una tranquilidad que siempre envidie.

— No se atrevan a hacerle daño, no a él.— grito, hacia los militares de a un lado de mi abuelo.

Uno de ellos me mira fijamente, es corpulento pero no tan alto como los otros, su cabeza está afeitada pero el pelo comienza a crecerle.

— ¿Entonces a él sí? — señala, hacía River.

El hombre hace un movimiento con la cabeza y el que sostiene a River lo jala por el cabello haciendo que su cabeza caiga hacia atrás.

River no grita, ni hace la más mínima expresión.

— Con qué te estás resistiendo, ¿te crees muy valiente? — el hombre se aferra de su cabello y suelta un puñetazo contra su cara.

Suelto un grito.

Pero River sigue si expresión alguna.

— ¿Llamas valiente al que trae a cinco hombres consigo?  — el hombre de cabeza afeitada hace el mismo movimiento con la cabeza y otro de ellos suelta un puñetazo en su estómago.

— ¡Basta! — suplico — ¡Por favor, por favor déjenlo!

El hombre viene hacia mí y se inca para estar a mí altura.

— Niña, tú no decides lo que puedo hacer o no. — acaricia mi cabello —. Si yo hago esto — mueve su mano y enseguida le dan otro golpe a River en la mandíbula provocando que suelte un jadeo —. Ellos me obedecerán, eso se llama poder. El que por lo visto ninguno de ustedes tiene.

Mis ojos se encuentran acuosos, el tipo acaricia mi rostro pero River grita— : ¡Quita tus manos de ella maldito cabeza de rodilla!

El tipo sonríe de una forma poco agradable, lo siguiente que hace es levantarse y ponerse frente a él, pero River sin ningún miedo o temor le escupe.

— No tengo tiempo para esto.

Y sin ningún aviso dos de los hombres comienzan a soltar golpe tras golpe, mis gritos inundan el cuarto.

Intento soltarme de su agarre.

— No mires, gotita, no mir.... — jadea, arrastrando las palabras.

El hombre me toma por el rostro apretándome por mis mejillas.

— Te aseguro que por dentro está deseando morir, y te prometo que se lo vamos a conceder.

Aprieto mis ojos no queriendo ver lo que le hacen a River. Su camiseta está llena de sangre al igual que su cara.

No puedo, no puedo soportar tanto dolor.

— Mira con atención. — Me aprieta más fuerte.— ¡Te estoy diciendo que mires!

— ¡Suéltenlo! ¡Por favor! — mi abuelo implora.

La puerta se abre y los golpes se  detienen cuando esta persona entra a la habitación.

Amelie.

— ¿Qué ocurre aquí?

Camina por la habitación deteniéndose frente a River.

— Mi señora, el chico necesitaba respetar a sus superiores.

— Yo te di una orden y no fue matar a este chico a golpes.

El cuerpo de River está tendido en la madera y no se mueve al igual que mi corazón.

River por favor, River.

Mi madre me mira y después dirige su mirada hacia el cuerpo.

— Brenna tu provocaste esto, si no hubieras escapado — se agacha a acariciar el rostro de River cubriendo su mano de sangre —. Él seguiría vivo.

Mi cuerpo tiembla, sollozo y mi voz duele.

Amelie viene con dirección a mí y sin descaro alguno limpia su mano en mi hombro dejando rastros de sangre que pertenecen a River.

Más lágrimas brotan, solo que esta vez no hago ningún ruido.

Ahora mi corazón solo cuelga de un hilo, tengo que aferrarme a ese hilo.

— Me iré contigo — jadeo —. Aceptaré irme, pero déjalos a ellos. Déjenlo a él.

— ¿Él que es para ti? ¿Tan importante es?

Trago el nudo en mi garganta y le sostengo la mirada.

— Es mi lluvia interna, mi propia lluvia interna mamá.

Ella mira hacia el suelo y de nuevo me mira.

— Ya no más Brenna, se acabó.

— Amelie, ¿En qué tipo de monstruo te has convertido? — musita mi abuelo.

Mi madre se acerca a él tomando su rostro por ambos lados.

— No soy un monstruo papá, hago lo mejor para ustedes — sus ojos se ponen acuosos —. Creí que estarías orgulloso.

— No lo estoy — por su rostro caen lagrimas —. Estoy muy decepcionado de ti hija.

Por la cara de mamá ya ruedan lágrimas también. Deprisa las limpia, soltando una respiración que parecía haber estado conteniendo.

— Llévenlo a la plaza principal. — Ordena —. Y átenlo al poste.

¿Qué? ¿Qué?

— ¡No! — chillo — ¡Mamá!

Los militares comienza a tomarlo por lo brazos, pero mi abuelo no pone ninguna resistencia.

— ¡Es tu padre!

— ¡Y yo soy su hija! — señala  su pecho.

Forcejeo para liberarme, tengo que impedirlo. No puede hacerlo, pero sé que lo hará.

— ¡Mamá, por favor! — suplico — ¡Te estoy diciendo que iré contigo!

— Eso no cambia nada, ni mucho menos lo que tu abuelo piense de mí.

El militar que me sostiene me lleva hacia afuera siguiendo a los otros.

— ¡Abuelo! — grito con todo el aire en mis pulmones — ¡Por favor, por favor!

No hay manera de que cedan, a ambos nos llevan a la plaza principal. Mi cuerpo ya no puede al grado de caer repetidas veces.

— Levántate niña, no tengo tu tiempo — gruñe el militar.

Rayos comienzan asomarse en el cielo, la lluvia aún no cae pero lo hará. Tengo que sacar a mi abuelo de aquí.

Gente comienza a asomarse desde sus casas y a cuchichear entre ellos.

Llegamos a la plaza principal y sitúan a mi abuelo en el poste frente a mi. Comienzan a atarlo de manos.

Comienzan atar mi corazón.

¿Por qué mi madre hace esto? ¿Por qué?

Personas llegan con sus paraguas e impermeables listos, situándose a nuestro alrededor. Es evidente que no reconocen a mi madre.

Toda ella cambio.

En realidad ella nunca regreso.

Mamá se pone aún lado de Reynald y del otro lado está el hombre calvo. Murmullos se expanden hasta que el militar habla.

— Este hombre que tienen aquí en frente, ha cometido traición a la república — mi corazón cuelga y se tambalea —. Robó e hizo difusión de información confidencial militar, lo cual es considerado como alta traición.

En sus manos sostiene mi mochila al igual que los mapas que días anteriores nos habían dado.

— ¡Fue mi culpa, yo fui la que robo esos mapas! — grito.

Más murmullos comienzan a expandirse. Mi abuelo levanta la mirada viéndome directo a los ojos.

— Yo soy el único culpable — se acusa —. Mi nieta solo dice por  salvarme de mis errores.

— ¡Qué pague! — se escucha que gritan.

¡El anciano debe pagar! ¡El señor Reynald nunca haría eso!

Más gritos se propagan.

La multitud se divide, ya que parte de ellos conocen a mi abuelito y saben que no haría algo así.

No él.

Sin embargo, por otro lado esta la gente que solo le gusta ver sufrir a otros. Personas  que solo están aquí por querer presenciar la muerte.

Miro a mi madre y ella no habla, solo está ahí parada con los ojos cerrados.

¿A qué se estará resistiendo?

— ¡Silencio! — grita el militar —. El veredicto se ha decidido.

Los murmullos se detienen.

Mamá abre los ojos y aprieta sus manos en puños.

— Yo, Amelie Carver, como esposa del gran General de Luviana sentenció a Reynald Caufield a pena de muerte — lo mira —. Por la difusión de información privada de la república de Luviana.
Considerado como traición hacia su nación, será atado al poste y la lluvia se apiadara de él. Así es determinado el veredicto final y que sirva de enseñanza a aquellos que quieran romper las leyes de sus autoridades de Luviana.

— ¡No, no! — me arrastro hacia mi abuelo.

La gente no parece darse cuenta que quien sentencia a mi abuelo es su propia hija, tal vez porque ni siquiera uso su apellido.

Ella eligió a su prometido, antes que a su familia. Que a su propio padre.

Tal vez si sea un monstruo.

— Suéltala. — le indica al militar que me sostiene.

Sin dudarlo me arrastro hacia mi abuelo y lo abrazo porqué sé que será la última vez.

La última.

— Brenna, mírame. — me ordena.

Tomo toda la fuerza de voluntad que tengo, no quiero verlo, no así. Miro sus ojos color café inundados por una capa de agua. Pero siempre con luz, la misma luz de siempre.

— Mi niña, escúchame — sollozo —. Cuida mucho a Grisel enséñale a no tener miedo a la lluvia, demuéstrale que después de ella vendrán peores tormentas pero que al final de todo siempre sale el sol — lloro, jadeo y dejo de vivir —. Eres más grande que cualquiera mi pequeña gota de lluvia, lucha por lo que quieres, lucha por lo que te hace Brenna. Tienes a personas que aprendieron amarte como yo lo hago. Quédate con ellos, son tu nueva familia y yo estaré ahí con ustedes siempre.

Lo abrazo, lo abrazo y beso sus mejillas.

— Perdóname, perdóname — es lo único que me escucho decir.

— Perdóname a mí por dejarlas. — llora mi abuelo.

— Te amo abuelito, gracias, gra... — mi voz se rompe.

El cielo cruje y mi corazón también lo hace. Sujeto fuertemente a la persona que me hizo darme cuenta que solo tú puedes formarte, la persona más humana que pude haber conocido. Que con errores y defectos sigues siendo hermoso. Tengo entre mis brazos a la persona más valiente.

Reynald Caufield.

Lo abrazo como si eso fuera la única cosa que impidiera lo que está por suceder. Me vuelvo fragmentos cuando la primera gota cae, el hilo que sujeta mi corazón se rompe. No queda nada, no cuando me arrebatan lo que más amo.

Ahora todo se vuelve más oscuro que antes, ya no sólo cae lluvia, los relámpagos se hacen presentes.

La tormenta se acerca, me persigue.

Continue Reading

You'll Also Like

976 204 12
Saga «Legado Prescrito» "Casi siempre llega alguien que cura lo que no provocó, y restaura lo que no destrozó." ~BooksLove701 Una chica con cabello a...
151K 4.3K 27
la historia va a ser divertida y habrá lemon🍋😉 ⚠️perdón por mis faltas de ortografía ⚠️
1.3K 70 51
Que no se puede explicar con palabras, inenarrable.
79.5K 11.2K 54
En un mundo en donde los héroes y los hechiceros conviven con cierta armonía la cual se vera rota