JULIO MULTISHIPP [Drabbles y...

Von Sammy_Frs

4.9K 322 8

¡Empieza el Julio Multishipp! Desde las parejas tradicionales y cannon, ¡hasta las más raras e imposibles! Si... Mehr

01. CITACIÓN
02. INSOMNIO
03. PAREJITA FELIZ
04. DOS PERSPECTIVAS
05. ¿AMOR O AMISTAD?
06. DISCUSIONES Y ESGRIMA
07. INVITACIÓN INESPERADA
08. MONTAÑA RUSA
09. TARDE DESASTROSA
10. CUADRILÁTERO
12. TRAZOS
13. MENTIRAS
14. EVIDENTE
15. PIJAMADA
16. COLUMPIO
17. BUFANDA
18. MINECRAFT
19. CINE
20. FILOSOFÍA
21. PASARELA
22. SI TAN SÓLO...
23. DULCE Y SALADO
24. ¿DE QUIÉN HABLÁBAMOS?
25. DUDAS
26. SECUESTRO
27. TERROR
28. DECÍDETE
29. BICHITO DE BUENA SUERTE
30. LÁGRIMAS
31. NUBES FURTIVAS

11. ROSTRO FAMILIAR

147 7 0
Von Sammy_Frs

La azabache no dejaba de darle vueltas al asunto. Intentando resolver embrollo que ocurría en su cabeza después de aquella agitada mañana. No entendía nada de lo que había pasado, mucho menos cuando había caído en las garras de aquel malvado akuma.

Todo pasó tan rápido. Había tenido una ardua pelea contra Ladybug y Chat Noir como Onii Chan, producto de las malintencionadas y deliberadas acciones de la castaña, a la que guardaba un rencor indescriptible. Esa chica nunca le inspiró confianza, y menos ahora, que se acercaba tanto al rubio y que por ella, se convirtió nuevamente en la victima perfecta del personaje antagónico de París.

Pero lo curioso era, que una vez librada de la mariposa negra, no recordaba ni una sola cosa mientras estuvo bajo el control de Hawk Moth. Todo era borroso y confuso, nada en concreto. Sólo fragmentos muy pequeños, que eran como flashes en su mente.

Al que sí recordaba bien era al héroe vestido de negro y de apariencia felina, y la caballerosidad con la que la trató.

No entendía el porqué, pero la imagen de Chat Noir cargándola y llevándola hasta su casa se repetía una y otra vez en su memoria. Como si aquel gesto hubiese sacudido completamente su mundo.

Le resultó tan extraño el que él haya dejado de lado el característico choque de puños con su compañera de batallas, sólo para llevarla a su casa. Y no entendía la razón. Después de todo, aquel corto paseo en brazos del héroe no fue nada fuera de lo ordinario. A menos, para el resto de los parisinos.

Pero ella lo percibió de una manera muy diferente.

Recordó cómo, al estar tan cerca del pecho del varón, al cargarla, sentía el fuerte palpitar de su corazón. Puede que el agite de la lucha haya tenido algo que ver, pero no eran latidos cualquiera. Y estaba casi segura de que, tanto al llevarla como al dejarla en su casa, un persistente y notable sonrojo permanecía en sus mejillas. Y eso es algo que no podía pasar con alto como si nada.

Mientras más lo pensaba, más se enredaba y menos encontraba respuestas. Y la verdad, Kagami ni siquiera sabía porque le importaba tanto. Si es que de causalidad aquel galante felino estaba interesado en ella, no era algo de lo que tenía que preocuparse.

Pero al mismo tiempo, esa idea removió algo en su interior. El hecho de que Chat Noir mostrara atención para con ella le produjo alegría, sin comprender bien el motivo. Dejando escapar una risita cuando se imaginaba aquello.

«Solo te trajo a casa, Kagami, no te ilusiones...»

¿Por qué pensaba así? ¿No se suponía que estaba perdidamente enamorada de Adrien? ¿Por qué de repente Chat Noir la conmocionaba tanto? Sí, estaba cien por ciento segura de que su corazón pertenecía al joven de hebras doradas, y que nadie, ni siquiera el héroe más famoso de París, podía comparársele.

Pero algo no encajaba. Mientras más lo pensaba, más se frustraba. Quería respuestas, quería razones. Como si aquello fuera su derecho. Porque no podía negar, además de lo que Chat Noir le hizo sentir esa tarde, que había algo familiar en él, algo que la hacía dudar.

Pero no podía conectar al héroe con alguien en particular. Porque por más familiar que le resultase, no hallaba en su confundida mente a quien le recordaba.

«A este paso, te volverás loca en cuestión de minutos. Júralo.»

Sacudió su cabeza, tratando de impedir que aquellas interrogantes socavaran más profundo en su mente. Evitando que un simple acto de caballerosidad de Chat Noir le carcomiera la cabeza y le hiciera perder la razón.

Tal parece que la suerte no estaba de su lado, porque apenas se acercó al ventanal de su habitación, un curioso gatito se colgaba de cabeza, espantándola de inmediato.

— ¡Dios mío! —Exclamó pavorosa, tras reconocerlo— ¡Me has asustado! ¿Qué estás haciendo aquí? —Interrogó con los brazos en jarra.

El de apariencia felina habló, pero su voz se vio interferida por el ventanal, que permanecía cerrado. Percatándose de ello, la de raíces japonesas se apresuró a abrir la ventana, cediéndole el paso al intruso.

—Discúlpame, no quise asustarte... —Respondió, con cierto nerviosismo en su hablar— Sólo quería asegurarme de que te encontraras bien, después de lo de hoy... —Rascándose la nuca— Perdona si te he molestado... Ya me voy... —Tomando su bastón, preparándose para irse.

— ¡No! ¡Espera! —Peticionó ella con rapidez— Es decir, no molestas... Sólo me asustaste, es todo.

—Es un alivio saber eso... —Respondió él, haciendo un raro movimiento con las manos, como si se tratara de un tic nervioso.

—Yo... En realidad —Sin saber que decir exactamente, mirando el irresoluto semblante de su contrario—, quería saber si... Pues...

«Kagami, debes estar loca para hacer esto...»

Sin permiso del varón, se acercó arriesgadamente a su rostro, y lo tomó en sus manos.

Lejos de hacer algo atrevido, la practicante de esgrima permaneció inmóvil, escrutando los detalles del joven frente a ella. Achicando sus ojos para no pasar nada por alto. Sus pequeñas y diminutas pecas, visibles incluso con el antifaz negro, esparcidas como puntillismo en su nívea y tersa piel. Su rubia cabellera despeinada, tal como lo era el pelaje de un gato, con traviesos mechones rozando su frente. Su radiante y única sonrisa (que en ese momento era provocada por los nervios), que era capaz desarmar a cualquiera. Incluso a ella.

Pero se centraba en particular en esas brillantes gemas esmeraldas, grandes, cristalinas, radiantes, especiales... Y familiares.

«Lo conozco de alguna parte... Estoy segura...»

Entretanto, aquella acción había erizado la piel del héroe. ¿Estaba nervioso? ¡Pues claro que lo estaba! La joven con la que practicaba esgrima, y con la que tenía cierta debilidad amorosa, estaba peligrosamente de su rostro, sin entender bien las razones. Más o menos tenía una idea de lo que la azabache podía sentir por él, pero o estaba seguro del todo. Pero algo si tenía claro. La cosa era con Adrien, no con Chat Noir. Entonces, ¿por qué ese repentino acercamiento? ¿Quería golpearlo? ¿Quería besarlo? ¿Le estaba jugando una broma?

Lo evaluó por un par de minutos más, lo que para Chat Noir fue una eternidad. Más si se trataba de la muchacha que tenía al frente. Claro que quería abrazarla, besarla, amarla... Pero aquello no tendría ningún sentido. Al menos, no vestido como Chat Noir. Por eso intentaba no perder la calma ante aquella doncella japonesa que le robaba el corazón cada vez más.

Aun así, los nervios lo traicionaron, haciendo que su rostro adquiriera una fuerte tonalidad carmesí, y que su pulso se encabritara completamente. Además del fuerte latir de su corazón en su pecho. Y que obviamente, no pasó desapercibido por la chica de orbes marrones.

«Su corazón... Su corazón está palpitando de nuevo...»

Casi al mismo tiempo, su corazón pareció conectarse con Chat Noir, porque empezó a latir con la misma intensidad que el de él. Hasta que entendió que lo que estaba haciendo podía ponerlo nervioso (o hasta incómodo), por lo que decidió apartarse.

Escuchando un suspiro por parte del ojiverde, que captó su atención.

—Perdón por incordiarte... —Acomodando nerviosamente un mechón detrás de su oreja, mientras el color rojo se adueñaba de su rostro— No sé por qué hice eso... De verdad, lo siento mucho Chat... —Adhiriendo sus marrones a los verdes de él.

—N-no tienes porque d-disculparte... —Agregó con titubeo, esbozando una encantadora sonrisa, que pareció descolocar a la azabache— Supongo que ahora, debo irme... —Mirando la ventana abierta.

—Oh, eh... Sí... Entiendo... —La mirada de la joven pareció decaer levemente.

El héroe felino se extrañó un poco ante la respuesta un tanto triste de la de rasgos asiáticos. Y en eso, una descabellada idea surcó su mente. Era osada, y de seguro traería riesgos en su relación con su alter ego, pero a veces, el corazón puede más que la voz del razón.

Se acercó con audacia a la fémina, siendo él esta vez el que examinaba los pormenores de su rostro, mientras tomaba su mentón. Sus mejillas se llenaron de color escarlata, tras ser tomada por sorpresa por aquella deliberada acción.

Cayendo presa de sus cautivantes y radiantes esmeraldas. Sintiéndose indefensa su cercanía y a su delicado tacto en su barbilla, mientras sus cálidas respiraciones se mezclaban en una sola, orquestando una armoniosa sinfonía.

Sin resistirse más, el de traje negro adhirió sus carmesíes a los de la asiática, plantándole un delicado y casto beso en los labios.

Y con la misma rapidez con la que se acercó, se alejó, agitando su mano y retirándose de la habitación con prontitud, dejando a la azabache con la palabra en la boca. Con eso, y con un gustoso y dulce sabor en sus labios.

Chat Noir saltaba y trepaba por los techos de París, emocionado, feliz y enamoradizo ante el valiente acto que acababa de realizar. Alegre por haber besado a la chica que le revoloteaba el estómago en clases y que miraba furtivamente mientras estaba distraída. La chica que después de eso, lo había terminado de conquistar.

Por otro lado, la joven Tsurugi había quedado estática en el lugar donde Chat Noir la había dejado, mientas con las yemas de sus dedos rozaba sus labios, incrédula ante lo que acababa de pasar. Pero al mismo tiempo con su corazón retumbando fuertemente bajo su pecho, como hubiese colocado su mundo de cabeza tras ese efímero contacto.

«Me besó... Chat Noir me besó...»

Se sentó en frente de su tocador, intentando ordenar sus desordenadas ideas en su mente. Viendo como quedó en la nada sus anteriores lógicas y argumentos con respecto al felino. Sólo quedándose con la sensación de que lo había visto en alguna otra ocasión, estando segura de que lo reconocería si lo veía sin el disfraz.

Pero ahora, era la escena del beso que no desaparecía de su mente, repitiéndose como un video en bucle. Sólo había sido un beso, nada de qué preocuparse, ¿o sí?

Miró su reflejo en el espejo, quedando atónita ante el remarcado tono rojizo en sus pómulos. No podía creerlo. Se había sonrojado. Parece que no podía ser tan indiferente ante el beso de Chat Noir.

«Chat Noir, ¿qué me has hecho? ¿Porque no puedo sacarte de mi cabeza?»

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

669K 33.1K 24
↳ ❝ [ ILLUSION ] ❞ ━ yandere hazbin hotel x fem! reader ━ yandere helluva boss x fem! reader ┕ 𝐈𝐧 𝐰𝐡𝐢𝐜𝐡, a powerful d...
3.9M 158K 69
Highest rank: #1 in Teen-Fiction and sci-fi romance, #1 mindreader, #2 humor Aaron's special power might just be the coolest- or scariest- thing ever...
1.1M 48.5K 95
Maddison Sloan starts her residency at Seattle Grace Hospital and runs into old faces and new friends. "Ugh, men are idiots." OC x OC
305K 6.8K 35
"That better not be a sticky fingers poster." "And if it is ." "I think I'm the luckiest bloke at Hartley." Heartbreak High season 1-2 Spider x oc