Adrián
"Yo ya te dije que no pienso lastimarte de nuevo".
Las palabras de ese Edel me irritan ¿Qué quiso decir con eso? ¿La golpeó? Deseo salir a pegarle, pero me lo aguanto. Bueno, en realidad no, ya que cuando veo que la besa, no puedo evitar entromerme. Para mi sorpresa no es estúpido, descubrió que no soy profesor de baile y me lo acaba de aclarar.
—Tienes razón, no soy Adrián Rickman, ni mucho menos profesor de baile, aunque bailo muy bien —se lo admito mientras Elena está cada vez más nerviosa —. Soy Adrián, Adrián Ricoy, y estoy enamorado de tu prometida.
Elena se sonroja y se queda quieta perdida en la declaración, mientras Edel creo que quiere matarme, se pone delante de ella, entonces frunzo el ceño, pero él es quien habla.
—¿Estás coqueteando con mi mujer? —expresa indignado.
—Corrección, aún no es tu esposa.
—Escúchame zángano —Me agarra de la ropa de forma agresiva —, no voy a permitir que un Ricoy le meta cosas en la cabeza a mi adorada Elena ¿Entendiste?
En realidad no le metí nada en su cabeza, sino entre sus piernas, pero no le puedo decir eso y pensarlo ya me está excitando.
¡Adrián, concéntrate!
—Entiendo... —Hago una pausa —¿Insinuas que solo coqueteo con ella por su empresa? Pues estás equivocado —Lo empujo y me alejo —. Yo te amo Elena —Miro a mi amor —. Nunca creas otra cosa de mí, mis sentimientos son reales.
—Nunca lo había pensado —susurra la rubia mirando hacia el suelo.
Está analizando la situación, perdida en sus pensamientos.
—¡Elena! —la llama Edel y ella reacciona —¡¿Has estado con este tipo?! —le pregunta furioso.
—¡No! —expresa rotundamente.
Esa es la señal para irme, no porque me rinda, sino porque no quiero seguirle complicando las cosas a ella, solo hasta que se decida.