Nada más escuchar el timbre salgo a toda prisa de la clase, Historia del Arte estaba a punto de acabar conmigo del aburrimiento. Me dirijo hacia la cafetería seguida por Hayley, quien habla con gran entusiasmo sobre la teoría y función del arte. Me gustaría poder tener las mismas ganas que ella por estudiar una asignatura, así a la hora de prepararme un examen no me distraería hasta con el movimiento de las cortinas.
Al llegar a la cafetería observo la gran cola de gente que hay esperando a hacer sus pedidos, voy a tener que esperar para comerme un mísero sándwich, qué triste y cuánta hambre hay.
—La verdad es que se me hace raro volver a estar juntas en clase, bueno, juntas en general —dice de pronto Hayley, mientras tomamos puesto en la cola.
—Solo han sido dos meses y pocas semanas sin hablar —normalizo frunciendo el ceño.
—Ni siquiera sabía dónde estabas, nos tenías bastante preocupados —reitera ella avanzando un par de lugares, yo la sigo por detrás.
—Tuve que dedicar todo mi tiempo a ayudar a mi hermana en la casa, ahora estamos viviendo solas.
—¿De verdad? —pregunta ella bastante asombrada.
—Sí, mi padre y mi madre se han ido a Vancouver.
—¿A Vancouver? ¿Y eso?
—Ni idea, no sabemos nada, tan solo que están en casa de mi tía… —me doy cuenta de que ya nos toca pedir bastante tarde, ya que me quedo un rato de pie frente a la barra sin enterarme de nada. El chico que anota los pedidos me observa con una ceja levantada, esperando impaciente a que me decida de una vez a pedir, lo cual me lleva a sentirme un poco mal por hacerle perder el tiempo— Oh, perdona, estaba distraída. Dame un sándwich mixto y un refresco light.
Hayley se comienza a reír discretamente y la obligo a compartir la gracia conmigo.
—Soy fan de la cara que te puso el tío, fue muy en plan “¿y estudié para que esta niñata me tenga aquí esperando como un retrasado para pedir?” —se mofa ella.
—Pues si estaba pensado eso le debería decir que mucho no tuvo que haber estudiado para terminar trabajando en la cafetería del instituto —le susurro, luego recojo de la barra lo que pedí y lo llevo hasta la mesa en la que nos sentábamos siempre el año pasado, situada en el centro del sitio, donde no da de lleno el sol que entra por las ventanas, ni está pegada a la fría pared.
Al cabo de un rato llegan Matt y Dani, ambos montados en el skate de Dani tratando de mantener el equilibrio, aunque no tardan en caer al suelo y hacer reír a toda la cafetería. Por mi parte yo muestro una pequeña sonrisa a falta de ganas de reír de forma exagerada.
Los dos se acercan a saludar a Hayley efusivamente, lo cual me hace sentir inexplicablemente incómoda y me obliga a comenzar a dar grandes bocados a mi sándwich.
—¿Qué hay Jenna? ¿Estás pensando en alguna forma de desaparecer por otros tres meses? —bromea Matt.
—Esta vez al menos avisa —interviene Dani.
—Parece que no vais a perdonarme nunca —les respondo.
—Nunca.
—A menos que me dejes un poco de tu refresco —advierte Matt negociando.
Rio al escucharlos, prácticamente es inevitable, siempre han sido los graciosos del grupo, se pasaban el día haciendo el tonto por los pasillos y molestando a unos sí y a otros también.
—Espero que comprendas que se trata de una elección bastante difícil —le digo acercando mínimamente la botella a su mano.
—Estamos hablando de un refresco light —dice Hayley totalmente seria, causándome el efecto contrario a su actitud y haciéndome reír bastante.
—Vaya, sí que quieres que te perdonemos —responde Matt irónicamente, cogiendo la botella para abrirla y luego dar un trago.
Hay algo en Matt que me impide quitarle el ojo de encima, eludiendo el tema de que es sumamente atractivo, dotado con esa profunda mirada oscura pero apacible, siempre me he sentido en la obligación de ser amable con él y de permanecer cerca suya, de hecho tengo muchas ganas de retomar la amistad con él; aún recuerdo las largas noches de los sábados, en las que todo el grupo nos escapábamos al descampado a las fiestas que se organizaban siempre, Matt siempre se quedaba cerca de mí procurando que no me pasase nada, haciéndome estallar en carcajadas sin parar y siendo él el único que me acompañaba de vuelta a casa. Me siento nostálgica al verle y acostumbrarme de nuevo a su presencia.
Al fondo veo a Luke venir hacia nuestra mesa, nada más llegar suelta la mochila de golpe y saluda a todos, exceptuándome a mí. Alzo una ceja y bajo la mirada sonriendo irónicamente. ¿Se puede saber qué coño le pasa? Todo el buen rollo que había se lo acaba de cargar con su actitud tan infantil, a mí no me cuesta nada saludarle, aunque no me cayese bien, le saludaría por mera educación. ¡Es que no le entiendo! Él a mí no me cae mal y juraría que yo a él tampoco le caía mal, estoy enormemente confundida y no me veo capaz de pedirle una explicación por su forma de ser conmigo. Será mejor ignorarle, igual que él hace conmigo.
—¿Qué tal tío? —se dirige Dani a Luke.
—Ya sabes, Química es una mierda y no me entero de nada —responde él sacando una caja de cigarrillos de su mochila y metiéndosela en el bolsillo de sus ajustados pantalones negros.
Ah, que ha comenzado a fumar, vaya.
—¿Qué profesor te ha tocado? —pregunta Hayley.
—Granville.
—Dios, ese es de los peores, habla tanto que incluso se te olvida en qué día estás —gesticula ella sacando el cuaderno de Historia del Arte, acto seguido termina los apuntes que le habían quedado pendientes, copiándolos de una hoja en sucio.
—¿Habéis tenido Historia del Arte? —pregunta Luke al ver el cuaderno de Hayley.
—Sí, la verdad es que me gusta —contesta mientras que yo me dedico a asentir levemente.
Su presencia y su actitud tan borde me hacen sentir refrenada, como si este no fuera mi sitio, como si no encajara aquí, y es cierto que nunca he sido muy sociable, ni conozco a todos los del instituto, pero al menos podía estar a gusto con ellos. De verdad que me gustaría poder averiguar qué ha hecho que Luke sea así conmigo.
[…]
Por fin terminó la última clase del día, tan solo tengo ganas de llegar a mi casa y dormir para siempre, me he acostumbrado terriblemente a estar despierta hasta altas horas y levantarme cuando el cuerpo lo cree necesario. Siento las pestañas bastante pesadas y me creo la idea de que en cualquier momento los párpados se me caerán solos y no podré abrir los ojos de nuevo. Me froto los ojos para intentar mantenerme despierta y cuando quito las manos observo a Matt justo en frente de mí.
—¿Qué hay? —una impecable sonrisa se hace notar en él al verme, es agradable que vuelva a tratarme como siempre.
—Hey, ¿qué tal?
—No tan cansado como tú, pero quiero salir ya de aquí— dice antes de reírse.
—¿Tanto se me nota?
—A ti y a todos, el primer día siempre es el peor.
Le dedico una sonrisa a modo de respuesta pensando en qué decirle, por lo que se crea un silencio incómodo entre ambos. ¡Odio quedarme en blanco y no saber de qué hablar!
—¿Y para qué me buscabas? —idiota, tal vez no me buscaba, igual tan solo me vio de lejos y quiso saludarme porque estaba sola.
—Oh, pues el sábado hay una fiesta, ya sabes, en el descampado, pensé que querrías venir —de nuevo muestra su preciosa sonrisa y claro, ¿cómo podría negarme? Será genial volver a estar todos juntos.
—Estaría bien.
Matt asiente vacilante sonriendo de medio lado nuevamente y se despide de mí antes de que llegue Luke y se lo lleve junto con Dani, por detrás llega Hayley y se detiene al llegar hasta donde estoy.
—¿Nos vamos? —pregunta ella, sin embargo yo me quedo en silencio, aún torturándome a mí misma preguntándome por qué a Luke le resulto indiferente.
NOTA DE AUTORA: ¡Hola a todas! Tan solo quería informaros de que me costará subir constantemente capítulos de esta novela ya que también tengo otra en proceso, a la cual le doy algo más de prioridad (Nothing 2, podéis encontrarla en mi perfil), aunque dado a que está teniendo una buena acogida intentaré actualizar tan pronto como pueda. También aprovecho para recordaros que añadáis el fic a vuestra biblioteca para que os notifique de las próximas actualizaciones. Espero vuestras opiniones en los comentarios y vuestros votos, un besito muy fuerte. ¡Nos leemos!