Jugando Con El Amor ||Camren||

By angelXXVII

158K 8.1K 582

Lauren una jugadora de voleibol estaba feliz por haber conseguido su tan soñada beca en la Universidad Metrop... More

Buenas noticias... Grandes cambios...
Volviendo a casa...
A primera vista?
Un día perfecto!
Amor de un solo día?
Bienquerer o mal querer?
Encuentro Sorpresa...
Família... Problemas y nostalgia...
Celos y sorpresas...
Revelaciones y sentimientos...
Tentaciones y sentimientos...
Convivencia
Punto Final...
Entre versos y poesías...
Recomenzar...
Victorias...
Emociones cotidianas...
Deseo...
Cediendo al deseo...
Discusiones y desentendimientos...
Resolviendo problemas.
Descubriendo la verdad.
Esclarecimientos...
Amor... Sublime Amor...
Tensiones...
Vendetta...
Amor x Prejuicio...
Revelando la verdad...
Conviviendo con la diferencia...
Propuestas tentadoras...
Las varias formas de ganar...
Nostalgia y esperanza...
Revancha, mentiras y desconfianzas...
Quiero ser feliz también...

Sospechas, descubrimientos y novedades...

4.9K 243 15
By angelXXVII

Taylor apenas había podido dormir bien esa noche. Había esperado la llamada de Camila hasta tarde, pero su amiga no había llamado. ¿Que habría pasado? ¡Ella nunca le había fallado antes!

Hace unas semanas, la chica había tenido una sorpresa desagradable. Su menstruación, siempre correcto y en la misma fecha, no había llegado. A pesar de parecerle extraño, la jugadora de voleibol no se preocupó. Los retrasos menstruales les pasaba a todas.

Lamentablemente pasaron los días y la tan esperada menstruación no apareció. Eso le puso a Taylor un poco nerviosa, principalmente porque sabía que hace algún tiempo había estado teniendo relaciones sexuales con Liam.

Ella no era virgen cuando conoció al nadador, pero su fama de mujeriego, la hizo preservarse por más tiempo y no ceder ante las constantes peticiones del hermano de su amiga.
La primera vez fue después de más de dos meses de estar saliendo. Y desde entonces, lo estaban haciendo con más frecuencia. A veces recordaba aún más preocupada, que el deseo habia sido mayor que la responsabilidad y ellos tuvieron sexo sin condón.

Decidida a compartir esa preocupación con alguien, Taylor había llamado a Camila el día anterior. Pero no había conseguido hablar con su amiga.

En aquella mañana lluviosa de martes, salió de casa decidida a contarle todo a Camila y tomar la valentía de hacerse una prueba de embarazo.

Tampoco quería considerar las consecuencias si se confirmaba esa posibilidad. Liam era un irresponsable y ella tenía toda una carrera como jugadora por delante. ¡No podía estar embarazada! ¡Eso arruinaría por completo su vida!

Muy ansiosa y preocupada, la chica permaneció en silencio camino a la universidad.

"-Ayúdame Dios mio! Si me ayudas, prometo no fallarte más!" – ella rogó un poco nerviosa.

Lo último que quería Camila después de aquel infernal lunes era escuchar el lloriqueo de Taylor tan temprano en la mañana. Pero su amiga tenía una cara tan preocupada, que la levantadora pensó que era mejor escucharla.

-¡No puedo creer que hayas tenido sexo sin condón, Taylor! – fue lo que logró decir después de ser sorprendida por las sospechas de su amiga – ¡Aún más sabiendo que mi hermano es un mujeriego!

-No me regañarás ahora, ¿verdad? – preguntó con una cara triste. – Estoy desesperada, ¡Mila! ¡No puedo estar embarazada! ¿Que dirán mis padres?

-Creo que deberías hacerte una prueba pronto. ¡En la farmacia venden a montones! – dijo Camila – Después del resultado, pensaremos en qué hacer. ¿Ya le has dicho a Liam?

-¡Por supuesto que no! ¿Estás loca? Él pensará que fue a propósito!

-Él es el padre de ese bebé si estás realmente embarazada. ¡Y tendrá que asumir la responsabilidad de lo que ha hecho!

-¡Las cosas no son tan simples, Mila!

-Sí lo son. Ustedes lo hicieron juntos, y si ésto se confirma, juntos asumirán las consecuencias.

-¿Vienes conmigo a la farmacia después de la clase? – preguntó Taylor con un tono suplicante en su voz. – ¡No quiero pasar por ésto sola!

Camila asintió con la cabeza.

-¡Por supuesto que lo haré! ¡Anímate y todo estará bien! Ya lo verás.

En ese momento, Lauren y Ally pasaron conversando por ellas. La primera todavía se volvió y miró a Camila. Pero la chica bajó la cabeza. No quería el menor contacto con ella. Tenía que olvidarla.

La chica no escuchó ninguna de las palabras que Taylor estaba balbuceando mientras se dirigían a sus respectivas clases.

Era sorprendente cómo Lauren tenía poder sobre ella. Una mirada fue intercambiada y ella robó sus pensamientos, su concentración.

Camila no pudo evitar sonreír cuando recordó las piernas temblorosas y la deliciosa sensación que el contacto con el cuerpo de Lauren le proporcionaba.

-¡Tengo que olvidarte! – ella dijo con firmeza.

-¿Olvidarte?! – preguntó Taylor, sorprendida con lo que escuchó de su amiga – ¿De qué estás hablando exactamente, Mila?

Camila estaba avergonzada. Estaba tan absorta con Lauren en sus pensamientos, que terminó hablando en voz alta.

-Nada, Taylor. Solo estaba pensando en voz alta. ¿Nos vemos después de clase?

-Después de clase. Necesito sacar ésto a limpio pronto.

-Está bien. ¡Hasta luego!

-¡Adiós!

Rebecca se sorprendió cuando escuchó que llamaban a su puerta, al caer la tarde. No esperaba a nadie y Michael siempre avisaba cuando aparecía. ¿Quién podría ser?
Dejó a Taylor jugando con los crayones en su corralito que le había comprado y se fue a atender.

La chica alta, pelinegra y de ojos color verde que estaba allí era totalmente desconocida para ella. Pero algo en ese rostro le pareció muy familiar, tan pronto como la vio.

-¿Hola?

-¿Eres Rebecca? – la extraña preguntó con una voz suave, cautivante.

-Sí. ¿En que te puedo ayudar?

-No creo que me conozcas. Me llamo Lauren Jauregui. Soy hija de Michael y Clara.

Rebecca sonrió. Sabía que había visto esa mirada y esos rasgos afilados en alguien. Había oído hablar de la hija de Michael, una que vivía con sus tíos y jugaba al voleibol. Pero no esperaba que la chica fuera tan hermosa y que llamara a su puerta.

-Lo siento. – dijo apenada – Tu padre ya me había hablado de ti, pero nunca me mostró una foto.

Lauren sonrió ante la vergüenza de Rebecca.

-Todo bien. Lo estaba buscando a él. Nos peleamos, nos desentendimos y quería disculparme. Mi mamá me dio tu dirección y vine esperando encontrarlo. ¿Él está ahí?

-No he visto a tu padre desde el sábado, Lauren. – dijo Rebecca seria – Ya no estamos juntos. Él siempre avisa cuando viene a ver a Tay. Pero él no vive con nosotras, si es eso lo que pensabas.

Lauren se sintió mareada. Su padre también habia sido un sinvergüenza con Rebecca. Más de lo normal, que ella no quisiera tener más nada con él.

La jugadora de voleibol no pudo evitar notar los hermosos rasgos de la "amante" de su papá. Era de mediana estatura, cuerpo con buenas curvas, cabello castaño, ojos avellanos y una boca muy bien hecha. Debe tener como máximo 25 años.

En ese momento, una pequeña voz infantil desde el interior se escuchó, llamando su atención.

-¿Mamá? – dijo TayTay saltando el corralito y saliendo en busca de Rebecca.

Pronto apareció en la puerta de la casa. Pequeñita, con el pelo atado con una liga de colores, y vestía un pantaloncito y una blusita, pero se había quitado las sandalias en el camino. Se aferró a las piernas de su madre, pero observó a Lauren con gran interés.
Ambas hermanas tenían los mismos ojos claros. Verdes.

-¿Quieres pasar? – Rebecca invitó sonriendo – Estaba jugando con ella, pero iba a preparar un café.

-No te quiero incomodar.

-No me incomodas. – dijo Rebecca dándole paso. – Siéntete como en casa. Bueno, puedes aprovechar la oportunidad para conocer a tu hermana!

TayTay vio a su mamá ir a la cocina y a Lauren entrar y cerrar la puerta. Contrariamente a lo que se esperaba, ella no tenía miedo o vergüenza frente a esa extraña. Tenía curiosidad.

Lauren se agachó hasta que sus ojos estuvieron a la altura de los de su hermana. No tenía palabras para describir lo hermosa que era. Tan pequeña, tan tierna y frágil. Quería presionarla con fuerza contra su pecho.

-¿Quién eres tú? – preguntó TayTay un poco desconfiada.

Lauren sonrió.

-Soy Lauren. ¿Y quién eres tú?

-TayTay! – dijo la pequeña con un puchero y agitando los brazos alegremente.

-¿Me darías un abrazo, TayTay? – Preguntó la jugadora de voleibol abriendo los brazos.

Taylor sonrió y se aferró al cuello de Lauren. Incluso Rebecca extrañó toda esa afinidad.

-¡Ella nunca es tan simpática así con nadie! – dijo sonriendo cuando vio a su hija en el regazo de Lauren, jugando tranquila y curiosa con el celular de la chica, mientras tomaban un café – Creo que se encantó por ti.

Lauren sonrió. Nunca había pensado en tener una hermana menor. Era algo difícil de imaginar, pero estaba disfrutando todo ese contacto con TayTay.

-Rebecca, ¿te importaría si les visitara a menudo? Sé que debe ser extraño para ti, pero no quería alejarme de ella.

Rebeca sonrió.

-Estaría encantada que vinieras, Lauren. He estado trabajando más en casa ahora. Como no tengo a nadie con quién dejar a TayTay. ¡Me encantaría tener a alguien con quién hablar!

Las dos intercambiaron sonrisas amables.

-¡Te pareces mucho a tu madre! – dijo la secretaria – Tienes una mirada seria, que es intimidante. Pero si volvemos a mirar, nos damos cuenta que no es como aparenta.

Lauren sonrió.

-¡Acabas de definir a doña Clara! Ella aparentemente es una fiera, pero en realidad es un amor de persona.

-Lo sé. Me ayudó mucho cuando quedé embarazada de Taylor.

-Mi papá no quería...

-No, no quería. Dijo que había pasado la edad de tener hijos – dijo Rebecca con cierto dolor en su voz. – Pero gracias a tu madre, él finalmente se hizo cargo de la hija que hizo.

-Debe haber sido muy difícil para ti!

-Sí que lo fue. Pero afortunadamente todo salió bien. Y puedo criar a mi hija con tranquilidad.

Lauren sonrió y se levantó, colocando a TayTay en el suelo.

-Me tengo que ir. Pero volveré en cuanto pueda.

-Siéntase a gusto para venir. A Taytay realmente le agradaste.

Después de muchos besos a su hermana y de despedirse de Rebecca, Lauren salió feliz de aquella casa que hace poco le parecía tan extraña.

Su padre realmente era un idiota. ¿Como podría haber renunciado a una mujer como Rebecca? ¿Además de ser bella, culta e inteligente? Por supuesto que no se compara con su madre, pero era muy atractiva.

La chica no pudo evitar pensar que hay males que vienen para el bien. Había perdido a una hermosa madrasta, pero había ganado una cosita linda como hermana.
Eso ya era algo.

***

Dinah observó a Miley sentada frente a ella. Había tomado su decisión hace mucho tiempo, y no retrocedería. Por mucho que lastimase a la atleta.

-Sabes por qué te llamé aquí, ¿verdad, Miley?

La chica asintió.

-Me sacarás del equipo, ¿no?

-Sabes que no estás viniendo a los entrenamientos y las raras veces que vienes, aportas muy poco.

-La facultad...

-Lo sé, Miley. Entiendo que es difícil para ti manejar la medicina y el voleibol, ¡pero estamos en vísperas del Campeonato Regional! Tenemos que entrenar más, marcar entrenamientos adicionales y sabemos que no podrás manejarlo.

La jugadora estaba triste con la noticia. Pero sabía que la técnica estaba en lo cierto. El equipo era más importante que una sola jugadora.

-¿A quién pondrás en mi lugar? ¿Cara o la novata?

Cara, era la atacante reserva del equipo. Y la "novata", como todos sabemos, era Lauren.

-Aún no sé. Ambos han tenido un buen desempeño en los entrenamientos. Hasta entonces lo decido. ¿Le das la noticia a las chicas o prefieres que yo misma lo diga?

-Prefiero que tú lo digas – escogió Miley – Sería más difícil para mi.

Dinah sonrió. En el fondo, odiaba hacer aquello. Sabía lo difícil que era salir de un equipo. Dejar el campo, las amigas, los sueños en común. Pero como entrenadora, ella tenía que pensar en el equipo.

-¡Sabes que siempre puedes volver, Miley! Siempre y cuando puedas participar efectivamente en el equipo.

-Lo sé. Pero me resulta difícil. El año que viene las cosas se pondrán más difíciles y después está la graduación, residencia. Estoy casi segura de que el equipo termina aquí para mí.

-Ven a vernos en el Regional. ¡Necesitamos de toda la hinchada posible!

Miley se levantó.

-Por supuesto que voy a venir. Cuenta con eso.

Cuando la atleta salió de la sala, Dinah se quedó pensando en lo que haría. Cara era una buena atacante, pero Lauren era excelente. Es sorprendente cómo se habían llevado ella e Ivna, la levantadora reserva. Sabían las jugadas combinadas, improvisaban y varias veces el equipo reserva tenía mejor desempeño que el titular.

La técnica estaba muy inclinada a darle una oportunidad a la nueva jugadora. Pero para hacer eso, tenía que hacer que ella y Camila se entendieran, aunque solo dentro de la cancha. Y luego estaba Taylor. La jugadora estaba muy distraída en los últimos días. Tendría que hablar con ellas. Las tres deberían entenderse. El equipo era más importante que las discusiones y celos tontos de novios.

Más emocionada, Dinah no pudo evitar sonreír. Aquel equipo era realmente muy bueno. Una vez superadas esas intrigas, seguramente ellas tendrían la oportunidad de ganar el Regional. Y ella realmente quería hacer eso. Ganar y demostrar a Normani, entrenadora de la Federal, que su equipo era mucho mejor que el de ella. Tal vez no cambiaría de opinión y volvería a salir con ella, pero sabría con seguridad quién era la mejor entrenadora de voleibol de la zona. Eso Dinah le garantizaba que lo sabría.

Dinah informó al equipo el miércoles la salida de Miley. Hubo algunas protestas, anhelos, lamentos, pero las chicas entendieron la posición de la técnica.

El entrenamiento había rendido normalmente. Lauren estaba inspirada, y Taylor parecía feliz y dispuesta como hace tiempo Dinah no la había visto. Incluso Camila, casi siempre distante, se había animado un poco.

Al final del entrenamiento, cuando las otras jugadoras ya se dirigían al vestuario, la técnica llamó a Camila, Taylor y Lauren. Quería hablar con ellas en particular.

Lauren dejó que sus  amigas se adelantaran. Ella no pudo evitar notar que Taylor estaba más animada que de costumbre. Parecía aliviada por algo.

En cambio Camila estaba tratando de concentrarse en lo que decía su amiga, a veces viendo a Lauren caminando detrás de ellas. ¿Como podía lucir tan hermosa incluso después de horas de entrenamiento físico y colectivo?

-¡Pasen! – dijo Dinah – ¡Las tres!

Además de la entrenadora, estaban en la sala Malú, la Dra. Sandra y Abreu.
Una verdadera comitiva encarándolas seriamente.

Taylor y Camila se sentaron en las sillas vacías frente a la mesa, pero Lauren prefirió mantenerse de pie junto a la puerta. Quería evitar aproximaciones innecesarios con Camila.

-Bien, ustedes escucharon que Miley salió del equipo. No estaba más pudiendo con la facultad y los entrenamientos. Fue mejor así.

Todas permanecieron en silencio y Dinah continuó.

-Con la salida de Miley, tengo dos opciones para la posición de delantera: Cara y Lauren. Y creo que todos nosotros en ésta sala estamos de acuerdo en que Lauren ha estado haciendo un gran trabajo en los entrenamientos.

-¿Pondrás a la novata en lugar de Cara?! – Taylor preguntó sorprendida.

-Eso es posible. Por eso las llamé aquí. Hace tiempo que me di cuenta de que son las dos únicas en el equipo que todavía hostilizan por completo a Lauren. Y eso ya no puede continuar. Por el bien del equipo.

Taylor estaba indignada con aquello. ¿La iba a regañar frente a todo el cuerpo técnico por esa novata?
Ella se levantó un tanto irritada.

-Si ella juega en el equipo titular, ¡quien no juega soy yo! – dijo señalando a Lauren – Cara ha estado esperando esta oportunidad hace tiempo, ¿y ahora le pasas atrás para poner a esa?

Dinah no toleraba ese tipo de rebeldía en su equipo.

-Abreu, acompaña a Taylor a la salida. Cuando se calme y recuerda que la entrenadora sigue siendo yo, hablamos de nuevo.

Cuando Taylor salió de la sala, quejándose todavía indignada, la atención de todos se dirigió a Camila y Lauren.

-Siéntate, Lauren. – dijo Dinah tan seria que la chica ni siquiera pensó en no obedecer. Era extraño estar al lado de Camila. Tan cerca y sin poder tocarla. - Tu amiga es una excelente jugadora, Camila. Pero no acepto ese tipo de comportamiento aquí. Le daré una oportunidad a Taylor. Espero que hables con ella y lo resuelvas.

-¡Cuenta con eso, Dinah! – dijo Camila en un hilo de voz. Aquella proximidad con Lauren la torturaba.

-Espero que no tengamos el mismo problema con ustedes dos. Porque estoy realmente decidida a darle una oportunidad a Lauren, pero necesito tu colaboración, Camila.

-¿Que puedo hacer? – preguntó la levantadora sin entender.

-Eres la líder de éste equipo. Tienes que mostrarles que Lauren está aquí para ayudarnos a ganar y no lo contrario. Y además, eres la levantadora. Son de tus manos que salen las jugadas que ella podrá finalizar.

-Nunca jugamos juntas, entrenadora! – dijo Lauren – ¿Estás segura de que esto funcionará?

-Ahí es donde entro yo. – dijo Malú sonriendo encantadoramente a las chicas – Las dos tendrán un entrenamiento específico conmigo los martes y jueves. Queremos que se conozcan en la cancha, las jugadas, las improvisaciones, esas cosas.

-¿Eso es realmente necesario? – preguntó Camila. La perspectiva de entrenar sola con Lauren no le agradaba. – ¡Podemos jugar juntas durante los entrenamientos normales!

-Ya está decidido, Camila! – dijo Dinah – Los martes y jueves ustedes dos entrenan con Malú. Cuando estén preparadas, las pondré jugando juntas en los colectivos. ¿Algún problema para ustedes?

Las dos lo negaron tímidamente.

-Genial! – dijo la técnica sonriendo – Prefiero que no comenten nada con las chicas por ahora. ¡Y no olvides hablar con Taylor, Camila!

-Está bien.

Sandra notó la incomodidad evidente entre las chicas y las acompañó cuando salieron de la sala.

-Chicas? – las llamó.

-Sí!

-Vengan aquí, por favor.

-Diga, Sandra. ¿Algún problema?

-Eso es lo que quiero que me digan. – dijo la médica mirándolas seriamente – Me di cuenta de que no les gustó la idea de entrenar con Malú. ¿Que pasa?

Lauren y Camila se miraron en silencio.

-Nada, Sandra. – dijo la levantadora.

-¿Lauren?

-Está todo bien, Dra. Sandra! – confirmó la atacante.

-Sinceramente, creo que ustedes dos todavía no se han dado cuenta del potencial que tienen si trabajan juntas – dijo la médica – Así que quiero invitarlas a que me ayuden el sábado.

-¿Vamos a entrenar los sábados también? – preguntó Camila sorprendida e incómoda con aquello.

Sandra sonrió con la cara de la chica.

-No. Las quiero a las dos conmigo el sábado por la mañana. Trabajo como voluntaria en un orfanato. Asistencia médica, odontológica, y ahora ustedes dos pueden hacerse cargo por la parte recreativa. ¡A los niños les encantará!

-Trabajo los sábados, Dra. Sandra. – dijo Lauren. Era su última esperanza de no tener que estar cerca de Camila todos los días de la semana.

-Pida permiso. No quiero excusas o rechazos. Las quiera a las dos conmigo, sábado por la mañana. ¿Saben dónde queda el refugio para niños Nuestro Hogar?

Decepcionada con esa nueva noticia, Camila asintió.

-Entonces nos encontramos allí a las 8hs. Espero que se reúnan y propongan algo para entretener los niños. Será un sábado divertido.

-Cuente con eso! – dijeron las dos sin mucha emoción.

-Entonces estamos combinadas. ¡Pueden ir al vestuario ahora!

Caminando una al lado de la otra, ambas sabían que estaban bajo la mirada observadora de Sandra.

-¡Eso no cambia nada entre nosotras! – dijo Camila hablando en voz baja.

-¡No hay nada entre nosotras para ser cambiado! – Espetó Lauren.

-Tenemos que hacer algo para el sábado.

-Sí, tenemos. Cuando po...

-¡Yo te aviso!

-Está bien. Es mejor que sea aquí en el campus.

-También creo.

-No tuve nada que ver con eso, Camila. No le pedí a Dinah que me pusiera en el equipo.

-Yo sé que no. Ella no cedería ante tal pedido. Te pondrá por qué cree que juegas bien.

-¿Y tú?

-¿Yo qué?

-¿Crees que juego bien? – Lauren preguntó con una pequeña sonrisa.

-No soy la entrenadora. No tengo que creer nada.

-Tu amiga estaba enojada hoy.

-¿Taylor?

-Sí! ¿Por qué me odia? ¿Todavía está celosa?

-¿Por qué no preguntas a ella?

-¿Para qué si ya sé la respuesta? – dijo Lauren – Te vi entrando en la farmacia hoy después de clase, ¿estás bien?

-¿Para qué quieres saber? ¡No pensé que te importara!

-No tienes que ser grosera conmigo, Camila. No salimos bien como novias, pero creo que podemos tratar de ser amigas.

-No me gusta cómo te relacionas con tus amigas – dijo Camila con ironía, aludiendo a la intimidad de la delantera con Kendall.

Lauren la detuvo por el brazo, impidiéndole entrar al vestuario. Las dos quedaron cara a cara en la puerta del baño femenino.

-Puedo tratarte de una manera especial, que ambas sabemos que te gusta. – dijo Lauren, sonriendo medio burlona.

Camila soltó su brazo de sus manos.

-¡Nunca más volverá a suceder, Lauren! – dijo enojada. – Solo me mantendré en contacto contigo porque estoy obligada, ya que estamos en el mismo equipo. Pero fuera de aquí, ¡no tenemos ninguna relación! ¡Espero que estés consciente de eso!

-De acuerdo, Camila. Si así lo prefieres. – dijo Lauren rindiéndose. – ¡Ahora no hagas escándalos de celos cuando me veas acompañada de alguien! Y ni siquiera te atrevas a atacar quienquiera que esté conmigo.

Aquella perspectiva no agradó a Camila, pero sabía que tenía que ser fuerte.

-Quédate tranquila en cuanto a eso. ¡Eres una mujer libre para salir con quien quieras!

-Está bien entonces. No hay nada más que decir al respecto. ¡Espero que encuentres a alguien que realmente te ame! – dijo Lauren – Y que seas muy feliz.

-Sí, lo seré. No te preocupes.

En ese momento se abrió la puerta del vestuario, dando paso a la esbelta figura de Taylor. Que se sorprendió al ver a su amiga hablando con la novata.

-¿Qué quieres con ella? – le preguntó a Lauren.

Lauren y Camila intercambiaron miradas.

-No quiero nada con ella, ¡quédate tranquila! – dijo la delantera entrando al vestuario y dejando solas a las dos amigas.

-¿Cuál es el motivo de la charla? – preguntó Taylor, sacando a Camila de sus pensamientos.

La levantadora relató a su amiga la conversación con Dinah y con la Dra. Sandra.

-Pero no pueden obligarte a hacer eso, Mila! ¡Están forzando una aproximación con esa chica!

-Sí, pero mejor no discutas. Y te me calmas. Dinah estaba molesta por lo que hiciste. Si no te agrada Lauren, está bien. ¡Pero no lo pongas por encima del equipo!

-¿Quién me está hablando es mi amiga o la capitana?

-La capitana. Si no quieres jugar, Dinah te pondrá en el banco, Julia entrará en tu lugar y luego ya sabes ¿no? ¡Volver al titular será difícil! ¡Así que contrólate!

Taylor sonrió ante la cara seria de su amiga.

-¡Sí señora, capitana! Después de tener la maravillosa noticia de que no estoy embarazada de tu hermanito, ¡haré cualquier cosa!

-¡Eso espero! Ven, entremos. No me he duchado todavía.

-¡De verdad que lo necesitas, amiga! – dijo Taylor mirando a su amiga sudorosa con una mueca.

Camila se rió.

-Si no caminas pronto, te abrazaré de todos modos.

-¡Ew! – dijo Taylor corriendo con asco de Camila al vestuario.

La levantadora siguió a su amiga sonriendo. Toda esta semana al lado de Lauren sería un tormento. Pero tenía que ser fuerte y resistir las ganas de agarrarla. No podía ceder. Pero, ¿como hacer eso si su cuerpo parecía echar de menos el de ella? Tenía que encontrar una manera. Si es que había alguno.

Continue Reading

You'll Also Like

2.7K 146 8
Bell cranel un chico de 14 años que se dirige a la ciudad de orario para cumplir su sueño de ser un heroe y vivir grandes adventuras mientras trata d...
487K 34K 15
- No quiero - - No me importa lo que quieras, eres mío y de nadie más Volver a pasar lo mismo.
246K 14K 49
Sinopsis: -¿Cómo sucedió esto?- preguntó mi padre confundido y sin mirarme. -Todo era tan perfecto y ahora....- -Esto es real.- susurré intentando...
370K 51.6K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...