atención:
contenido explícito y angst.
si no es de tu agrado,
abstenerse a leer.
Mientras el rubio jadeaba por el calor infernal que se instalaba en su vientre. Song Mingi trataba de salir de los brazos que lo acorralaban, pero parecía casi imposible. El aroma de Hongjoong cada vez era más fuerte, su delicioso y suave aroma a vainilla se inundaba en las fosas nasales del alfa.
Sentía que rápidamente perdería la compostura, no tenía la necesidad de hacerle algo que no quería. Pero estaba en casi duda, ya que el mismo Hongjoong tiraba de él tan lascivamente para que pueda complacerlo.
Entonces entendió, que ese calor que sentía no era por alguna enfermedad, mucho menos de un resfrío, el celo había llegado y esta vez mucho más fuerte. Su aroma sin duda era más embriagador que cualquier otro, no podía pensar en la fragancia de un omega que no sea Hongjoong, porque su esencia era única.
─Tengo mucho calor, ayúdame.─Siguió insistiendo mientras se aferraba al cuerpo del alfa.─Vamos, solo por una noche.
Empezó a especular que el celo le hacía perder casi la razón, lo único que quería era un alfa que lo llenará por completo. Y ese era por supuesto su mejor amigo, Song Mingi.
Sin embargo, solo iba a ser una noche. Ni más ni menos. Solo era una ayuda para liberar el placer que llevaba acumulado.
─Está bien, voy a empezar, espero que estés listo.
Tomó la cabeza del rubio y acarició su cabello, lamentándose de lo que le haría.
El cuello de Hongjoong, su piel tan suave y pálida como la leche, era preciosa. Parecía un auténtico muñeco de porcelana.
El castaño no pudo evitar no pasar su lengua por aquella textura de piel que sabía exquisita. Y mientras el alfa yacía dando besos y chupones en el cuello del rubio, este gemía mientras clavaba sus uñas en la espalda del más alto.
Una incomodidad recorrió todo el cuerpo de Song Mingi, rozando su cuerpo con ese rubio, su mejor amigo desde hace años, ambos saciando su hambre sexual.
Jamás se lo había imaginado, sobre todo una mentira.
Pensar que Hongjoong le había mentido a Mingi diciéndole que él era un alfa, cuando no era así. Porque claramente había nacido con sangre de un omega. Todo había sido una mentira.
Rápidamente desabrochó la bragueta del omega, haciendo que esté abriese sus ojos como dos platos.
─E-espera.─Carraspeó el omega.─Está mojado.
─Mucho mejor si es así.
Y sin más el alfa se despojó de los molestos pantalones que llevaba ese rubio, dejándolo solo en ropa interior. Mientras el omega simplemente cubría su cara con sus manos, pudo notar que las puntas de sus orejas estaban rojas cuál tomate. Y aquel castaño no pudo evitar dar una leve risita por ello.
En su mano estaba aquel condón, que le había dado Hwanwoong, no dudó en no usarlo. Por supuesto que le iba a dar un buen uso. Lo colocó entre su miembro, con suavidad y algo de torpeza porque después de todo, está iba a ser su primera vez.
─¿Es tu primera vez? no?─Preguntó el alfa con un hilo de incomodidad en su voz.
─Si, ¿Y la tuya?
─También.
─Me alegra que seas mi primera v--...─Dijo sin finalizar la oración ya que en ese instante, estaba siendo penetrado por aquel alfa.
Gemidos se inundaban en la habitación, suspiros cargados de placer que salían sin control alguno de sus bocas. Cada vez y con más fuerza Song Mingi embestía al pequeño omega que se mantenía aferrado a las sábanas, sintiendo como golpeaba su próstata frenéticamente con cada movimiento le hacía perder completamente la cabeza. Sentir como ese alfa lo llenaba era una de las cosas más placenteras que había probado en su vida. Más bien, sentir como su amigo de la infancia lo llenaba era un privilegio que no cualquier omega había sentido, sino que él se había sacado la lotería.
Los grandes y formados muslos de Song Mingi eran tomados por las manos del omega, que se apretaba de ellos. El menor evitaba en seguir gimiendo, ya que una vergüenza invadía su cuerpo, era mucho que procesar. Estaba viviendo una experiencia inimaginable. Con sus manos tapó su boca, procurando que ningún sonido obsceno saliera, lo que le llamó la atención al más alto.
─¿Por qué te tapas? ¿Acaso hay algo que te ponga incómodo?
─Me da vergüenza, Mingi-ah...
─¿Qué te da vergüenza? ¿Hacer esto que es natural?
─Gemir sabiendo que te tengo enfrente mío, me da vergüenza.
Una ternura invadió el corazón de Mingi, no podía soportar ver la cara sonrojada del rubio del mullet, se veía completamente adorable y las palabras que habían salido de su boca habían hecho más efecto en el alfa.
─Tu voz es perfecta, tus gemidos igual. No deberías preocuparte, porque a mi me gusta.
Joder que había dicho, sentía miles de puntadas en su corazón que latía sin control. Song Mingi estaba casi hirviendo de la vergüenza que sentía y por supuesto que el pequeño rubio mucho más.
¿Por qué había dicho algo como eso? ¿Y por qué sentía unos finos y suaves labios chocar contra los suyos?
Exactamente en ese instante, Kim Hongjoong yacía besando los labios carnosos de Song Mingi, aferrándose de sus hombros para mantener el equilibrio. Podía sentir como su corazón latía, casi como el suyo. Y su aroma se fundía en su nariz. El alfa no se negó ante el beso, por supuesto que siguió. Era un beso suave y delicado que expresaba muchas emociones encontradas en el momento. Sus bocas aún seguían juntas, sintiendo las respiraciones agitadas de cada uno. Aquel beso había sido el primero que había helado la sangre de ambos.
Lágrimas habían brotado de los ojos del omega, mojando sus mejillas, las gotas se desplazaban suavemente cayendo en parsimonia hasta desvanecerse en las blancas sábanas.
Al notar que el pequeño rubio estaba llorando, Song Mingi se asustó y decidió esfumarse de aquellos encantadores labios que se unían con los suyos. Había hecho algo mal, estaba seguro de eso. Había arruinado todo, era lo más probable. Había jodido todo peor de lo que ya estaba.
Y simplemente, abrochó la bragueta de su pantalón, desechó aquel material que conllevaba en su miembro y se se esfumó de allí tal como las lágrimas que caían aún de los ojos del rubio. Sus lágrimas seguían cayendo, con rapidez trató de detenerlo. Recordando aquella vez que había sucedido lo mismo. No quería que se vaya. No quería sentir nuevamente el mismo sentimiento de dolor y remordimiento.
Pero Song Mingi ya se encontraba caminando por los pasillos de la casa para poder irse de allí. Y corrió, tratando de seguirlo, sintiendo que al chocar con cosas que estaban a su alcance, chocó con un mueble que le provocó una herida en su pierna, que comenzó a sangrar, sintiendo como el líquido carmesí brotaba de su piel. Pero no le importó con tal de detener al castaño, ya nada importaba. Solo quería saber una cosa, solo le faltaba una pieza a su rompecabezas.
La mano había tocado el picaporte, casi girando la perilla para poder retirarse, pero cuando sus ojos vieron a ese omega. Únicamente con una camisa larga que tapaba casi sus muslos y su correspondiente ropa interior pudo ver ante sus ojos aquella herida, y el líquido que brotaba y se desplazaba por su piel y era aún más notoria con su palidez.
Estaba confundido, muy asustado también, ¿Había sido su culpa? ¿Fue su culpa? Ver aquella herida le hizo preocuparse ¿Era toda su culpa?
─Alto Mingi...─Dijo con un dolor en su voz.─Aclaremos de una vez por todas la situación.
─Estás sangrando... debería ayudart-- ─Habló antes de ser interrumpido por aquella voz demandante.
─Primero quiero que me escuches claramente y que me respondas con la verdad. La herida no importa, tu respuesta sí.
─Adelante, dime.
─Acaso ¿tú me odias?
El silencio reinó en aquella oscura casa, y lo único que se podía oír era el ruido del viento chocar en la puerta.
El rubio tragó saliva provocando que su nuez de Adán bajará y subiera. La curiosidad lo estaba matando, solo necesitaba saber eso. Desde el principio de aquel problema, lo necesitaba saber.
─Yo no te odio, Hongjoong.
El aroma suave de Hongjoong se esparcía en la nariz del alfa, sintiendo su aroma suave y envolvente. Podía sentir como aún el celo lo estaba matando, parecía una situación sumamente dura. Con sangre brotando de su pierna, con un celo que invadía su cuerpo, y con una cara mojada de lágrimas y angustias.
No estaba seguro de las cosas que había hecho, pero de lo que si estaba seguro era que no odiaba a Hongjoong y jamás lo había odiado. Porque había guardado en la cajita de su corazón, un sentimiento muy secreto. Que era casi imposible de decir.
No quería ser odiado, ni quería odiar. El jamás había tenido esas intenciones, él siempre estuvo pensando en Kim Hongjoong en algo más que un "simple amigo."
Después de todo solo había sido una noche, una noche en la que sus sentimientos aún seguía perdurando en su corazón y estarían atascados allí. Probablemente por un largo tiempo.
¡finalmente el capítulo 11!
lamentó haberlo publicado por equivocación, fue por un error de dedo.
pero aquí está, por
supuesto con una trama angst, espero que hayan disfrutado aunque sea un poco de este fic.
las escenas smut no son de las mejores, y por cierto quiero darle un giro a la historia, así que preparen sus pañuelos para llorar.
y un dato de suma importancia:
los omegas tienen su propio lubricante, por lo que no necesitan ser dilatados, ya que esto sucede durante la época del celo.
a parte, tengo dos posibles sorpresas para ustedes, así que espero que les gusten.
pregunta: ¿qué les gusta
más el smut o el fluff?
YUNHOREO ©