Y esa bala es disparada hacia mi cabeza. Todo fluye lento se detiene el tiempo, miro al rededor aún no estoy muerto, se detuvo el reloj, ya las horas no pasan, camino doy un paso por mi casa. Me abundan recuerdos de cuando pequeño, cuando corría de arriba a abajo. Salgo a la calle, todo inmóvil, el sol sin embargo seguís brillando, camino un poco y me siento en el banco bajo un árbol, ahora que tengo el tiempo de del mundo,
¿que hago?
Me siento solo no se qué haré, miro la fuente frente mí, la caída infinita del agua me relaja en este mundo apocalíptico. Pienso que ya no podré verte, pienso en cómo se sentirá este mundo sin mi presencia. No me había dado cuenta de todo a lo que renunciaba, miro dentro de la fuente y me sonríe la muerte, me arrastra dentro y aparezco frente a la bala.
Siento no poderme despedir.
Fue demasiado tarde.