simon says ー nct

By lostinrenjun

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Rubí, Esmeralda y Diamante. Tres equipos perfectamente creados para que uno solo sobreviva al final del juego... More

rubí
esmeralda
diamante
1.1. te están engañando.
1.2 la muerte es inminente.
1.3 mantén la cordura.
1.4 el ratón cayó en la trampa.
1.6 tus planes no son los míos.
interlude: answer.
1.7 yo soy simón
1.8 esto no ha terminado.
segundo round: ¿preparado para sobrevivir?
2.1 ocultos remordimientos.
2.2
2.3
2.4
2.5
2.6
2.7 la revelación de una bestia.
2.8: el inicio del caos.
2.9
2.10
2.11
2.12 poder absoluto.
2.13. una esperanza.
2.14. simón dice
2.15. el inicio del fin.
2.16 mentiras.
2.17. el ojo de dios (final)
morse codes.

1.5 es día de depuración.

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By lostinrenjun




❝Si no estás preparado, es mejor que mueras.❞




Sólo los mejores se quedarán.



Y los que no son lo suficientemente buenos, sufrirán en el averno hasta ser desintegrados por el mismo.



Es la consecuencia de sus malos actos, el cobro por sus pecados.



Pero, ¿cuáles eran sus pecados?



Esa era la cuestión. No existía pecado alguno en ellos.



Hasta el momento. 






Sus piernas flaquearon y no pudo seguir andando. Cayó de bruces a las gradas, y como si fuera poco, tampoco tenía demasiadas fuerzas como para levantarse de nuevo.



Se largó a llorar, sabiendo que ya no podría controlarlo. Sabiendo también que no podía revertir el tiempo.



Y cómo desearía poder hacerlo.



Johnny se sentía un estúpido. Había cometido un error gravísimo. El peor de su vida, de seguro. ¿En qué momento su cerebro creyó que matarlo era buena idea? ¿Cómo pudo dejar que sus impulsos le dominaran y terminar cometiendo un crimen tan grave como aquel? DoYoung no le había hecho nada malo. Él debió entender y dejarlo en paz. Las cosas le hubieran resultado si no hubiese sido un necio desde el principio. DoYoung no quería estar con él, ¿qué le costaba dejarlo en paz? Él no merecía la muerte, no de esa manera.



Con sus ahora débiles brazos, logró incorporarse. Apoyó su respaldo en el tronco de un delgado árbol y abrazó sus piernas para darse consuelo. Nadie vendría a socorrerlo ahora, porque nadie entendería el motivo de porqué lo hizo.



Sentía un arrepentimiento horrible. Esto no tenía otra manera de ser remediado que acabar con su vida él mismo.



Y de pronto no se le hizo tan mala idea.



A Johnny no le importaba ganar el juego, porque en el fondo sabía que probablemente no sería capaz de lograrlo. ¿Para qué intentarlo, entonces? Mejor acababa con su vida y listo, la cosa se le haría mucho más fácil.



Pero pensarlo no era lo mismo que hacerlo.



Volvió a explotar en llanto. Ya se conocía, sabía que no pararía en un buen rato. Y es que no podía ser más idiota. Mató a la persona que más amaba. Y lo peor de todo; que no podía recuperarla.



Sintió una presión en el pecho muy fuerte cuando pensó en ello. Se idealizó el hecho de no tenerlo más, de no poder tener la oportunidad de revertir el tiempo, de arreglar las cosas, y el agobio le dominó.



¿Cómo podía seguir adelante con aquella culpa? Y si iba a ser así siempre, ¿cómo iba a matar a los demás si se lo pedían? Moriría pronto, y eso lo tenía por seguro.



—¿Por qué lloras? —preguntó una voz a su lado. Johnny ascendió su vista, encontrándose con Yuta, quien le miraba con cierta preocupación.



Johnny carraspeó su garganta y sorbió su nariz.



—Nada. —Mintió. Evitaba el contacto visual, no quería que su compañero le viera llorar de esa manera, porque sabía que no sería capaz de contarle lo que había hecho.



—No me mientas. Algo te pasó, y quiero saber qué —Yuta se sentó a su lado. Johnny soltó un suspiro enojado, pero de igual forma aceptó que se sentara con él. Una vez sentado, siguió insistiendo—. Bien, ahora dime qué te sucede.



Johnny sintió aquel agobio por segunda vez. Limpió una lágrima con sus temblorosas manos, y se quedó en silencio, pensando minuciosamente en lo que iba a decir.



—No es fácil soltarlo.



—Ya lo sé. No te estoy presionando, tómate tu tiempo.



Johnny quiso pararse e irse sin decirle nada, pero sabía que aun así él le pediría después que le dijese lo que le sucedía. Se mentalizo, diciéndose que Yuta sólo venía a ayudar.



—No sé si decirlo...



—Sólo dilo, no te juzgaré —le acarició el hombro, confortándolo.



—Maté a alguien —dijo sin más. Usó sus segundos de valentía y le dijo a su compañero lo que llevaba en su mente desde hace un par de horas.



Yuta tragó saliva, y asintió, intentando parecer calmado.



—¿A quién mataste? —inquirió. Johnny volvió a guardar silencio.



—A... a DoYoung.



Yuta volvió a asentir.



—¿Tu novio? —Johnny asintió rápidamente.



—Fue un impulso... lo juro, yo no quise hacerlo —comenzó a excusarse—. Él no quería oírme, no quería saber nada sobre mí. Fue la ira... o no sé, pero terminé acabando con su vida —comenzó a sollozar. Yuta no se movió de su lugar—. Maté a mi novio... lo hice, con mis propias manos, Yuta.



Yuta sólo asentía con la cabeza, no se atrevía a abrazarle, porque no sabía si aquello era lo correcto. No tenía ni la menor idea de qué hacer ahora.



—¿Qué harás al respecto?



—No lo sé... dejarlo pasar. Al fin y al cabo, no será la última vez que acabe con la vida de alguien... —aquello último lo dijo con miedo.



—Eso es cierto —apoyó su compañero.



—Pero me da miedo, ¿sabes? —Johnny sólo soltaba lo que tenía en su mente—. No soy capaz de matar a nadie, y si lo hice ahora, fue sólo porque me convertí en alguien que no era yo. Fue la rabia y mis malos impulsos lo que me llevaron a cometer aquello, y no creo que sea capaz de volver a hacerlo. Soy débil con la muerte, le tengo terror, y lo único que he visto desde que llegué ha sido eso: muerte por todos lados.



Yuta sonrió para sus adentros.



—Lo único que debes hacer ahora es confiar en ti mismo, Johnny. Nada más, ni nada menos —dijo mientras se ponía de pie—. Debes sobrevivir, no seguir matándote con aquellos pensamientos. —Y se fue.







JaeMin se sentó en el pasto debajo de un árbol, sin poder dejar de pensar en lo que había sucedido hace un rato. RenJun no lo recordaba, Jeno se veía muy seguro de sí mismo y DongHyuck parecía ser el único que comprendía la situación, pero no decía nada por miedo.



JaeMin se sentía tan frustrado... la única oportunidad que tenía para poder recuperarlos y la había perdido. ¿Qué hacía ahora? JaeMin no quería perderlos, pero tampoco quería perder el juego...



Pensó, entonces, que debía hacerlo. Porque no le quedaba otra alternativa, porque aquella era la única manera de salir libre de todo.



Dejará la misericordia a un lado, dejará la amistad y la compasión y la tirará a la basura, porque si no se desliga de ello terminará muerto, tal cual como algunos lo están ahora.



JaeMin ya no es JaeMin.



Porque él no es JaeMin.







—Han pasado veinticuatro horas desde el último reto, y ya es hora de que el siguiente se les sea revelado.



»Les presentamos depuración, el nuevo modo de juego en donde el potencial de cada uno será evaluado. Aquí no hay compasión ni piedad. Quien sea capaz de sobrevivir lo hará porque está preparado para ello. El que no, simplemente morirá y no será capaz de alcanzar la libertad que buscó.



»Cada equipo deberá trabajar en conjunto. Deberán ser estratégicos si quieren que sobrevivir. Al momento de atacar podrán usar sus poderes, y aquellos que lo necesiten, podrán usar la pastilla que se les dio al principio. Sólo pueden consumir una, de lo contrario, la píldora hará su efecto y el jugador morirá al instante. Que la suerte los acompañe.








—Simón de verdad nos quiere ver muertos —dijo SiCheng luego de haber escuchado las indicaciones de Simón.



—¿Y recién te das cuenta? —ironizó Jeno, quien estaba a su lado.



—Bien. Es mejor que pensemos bien lo que haremos. No nos conviene andar desorganizados, porque si no, es sólo cuestión de tiempo para que todos terminemos muertos.



—Moriremos de todas formas —musitó Jeno con cierto desdén. XiaoJun le miró con molestia, pero optó por ignorarlo.



—Como decía, debemos organizarnos —los otros miembros seguían poniéndole atención—. Hay que ser estratégicos, por lo que yo propongo que sólo por esta vez seamos sigilosos. No creo que sea necesario ir y atacar a los del otro bando porque es obvio, estamos en desventaja. Hay que escabullirse entre los otros, y atacar por las espaldas.



Todos asintieron con la cabeza. La idea que su líder les proponía era buena.



—Me gusta la idea —opinó Jeno—. No eres tan mal líder, después de todo.



XiaoJun no supo qué responder a ello, pero al final lo tomó como un cumplido. 







—Volveré en un par de horas, cuando el reto se haya terminado —le anunció Ten a TaeYong mientras se alejaba de los demás. TaeYong le miró extrañado.



—¿A dónde vas?



—Ya sabrás luego de que hayamos ganado —dijo, y se equipó el francotirador en el hombro.



—¿De dónde sacaste eso? —Ten apoyó el dedo índice en sus labios y musitó un pequeño "Shh" que le decía a TaeYong que aquello era un secreto—. Simón dijo que se podían usar armas, pero nunca especificó cuáles sí y cuáles no.



Y se fue.



TaeYong le dejó estar, con tal de que sepa cuidarse y no muera en el intento, todo estaba bien.



Miró a los de su equipó, analizando a cada uno. Todos eran muy buenos, cualquiera de ellos tenía la capacidad suficiente para poder ser el ganador, aunque TaeYong no se quedaba atrás tampoco.



—¿No deberíamos crear un plan o algo? —preguntó YukHei saliendo de la nada misma. TaeYong saltó en su lugar del susto, pero respondió con el mismo tono indiferente de siempre.



—No lo creo —chasqueó su lengua—. No lo necesitamos. 







—Oye ChenLe, ¿ya tienes una idea más o menos de lo que vamos a hacer para el enfrentamiento? —JaeHyun le preguntó vacilón, abrazándolo por el hombro. ChenLe gruñó, mirando con odio a su compañero.



—Sí, y eso es matarte a ti para luego cocinarte.



—Eso se ve apetecible —musitó Mark, quien caminaba delante de ellos.



—¿Por qué eres tan antipático conmigo? —se cuestionó JaeHyun, quien parecía realmente dolido con lo que le había dicho.



—Porque sí.



—"Porque sí" no es una respuesta.



—Pues para mí sí que lo es —tomó el brazo de su compañero y lo apartó con cierto asco. Se sacudió la camisa con el dorso de su mano y se alejó de él a toda velocidad.



—Paremos aquí —ordenó Kun, quien era el que llevaba el control del grupo desde que DoYoung ya no estaba con ellos.



Se sentaron en un círculo, esperando a que ChenLe diera su plan.



—No tengo ningún plan en específico, solamente enfrentarnos a ellos. Tenemos ventaja, somos los que más potencial tienen y además, somos los únicos con mayor número de miembros. Los intimidaremos con sólo pararnos en frente de ellos.



Nadie objetó nada. La idea que ChenLe tenía era simplemente perfecta. 








El juego finalmente había comenzado.



Y el equipo Esmeralda lo estaba haciendo bastante bien.



Se escondieron detrás de unos árboles, mientras que los otros equipos se preparaban para atacar. Cada uno llevaba un arma distinta; Jeno una cuchilla que guardaba desde el principio, SiCheng una pistola de corta distancia que en realidad no le servía de mucho, XiaoJun portaba en su bolsillo una daga y un revólver con un par de balas, JungWoo, al igual que Jeno, guardaba consigo un cuchillo, y por último, YangYang, que sólo llevaba un cuchillo pequeño. Ya se sabía, él no necesitaba ningún arma de ningún tipo.



El plan ya estaba estipulado, ahora sólo bastaba esperar a que el juego terminara. Los equipos contrarios se mataban entre ellos y listo, ya se habían salvado de la muerte.



Sin embargo, no les funcionó como querían.



—El equipo que no participe será fusilado al momento. Tienen cinco segundos para moverse. Cinco...



—Ah, mierda —maldijo XiaoJun al ver que no le había funcionado.



—Yo no pienso pelear con nadie —objetó Jeno, alejándose inmediatamente de su equipo.



—Cuatro...



—No nos iremos —XiaoJun dijo a pesar de haber sido advertido por Simón.



—¿Y morir por ello? —cuestionó JungWoo—. Lo siento pero prefiero sobrevivir. —Y se fue.



—Tres...



—No me iré. No me arriesgo a morir. —XiaoJun estaba decidido a quedarse.



—¿Tienes miedo de que nuestro equipo muera, o tienes miedo de morir? —le preguntó SiCheng antes de irse también.



—Dos...



XiaoJun se quedó en silencio. No tenía miedo de que su equipo muriese, él tenía miedo de morir. Lo había encubierto inconscientemente con el sentido de liderar un equipo, y apoyarse en ellos. Pero la verdad era que XiaoJun le tenía miedo a la muerte.



—Uno...



—Ah, qué mierda. —Se fue por fin, rezando con todas sus fuerzas para que Simón no le castigara con la muerte a ninguno. Aunque XiaoJun se la tenía bien merecida.



—El juego comienza ahora.



Cuando Jeno oyó eso, comenzó a correr. No podía salir del campo de juego, por lo que lo único que le quedaba era esquivar a los otros jugadores. Podía ver a otros que peleaban entre ellos casi a muerte, pero percibía en sus ojos el miedo que les daba hacerles daño a los demás. Jeno estaba igual; no quería herir a nadie, tenía miedo de hacerlo.



Corría y corría, preso del terror. Sentía que en cualquier momento alguien iría a por él y le heriría, o en el peor de los casos, lo mataría. Jeno no quería morir, él le tenía miedo a la muerte, y más aún, tampoco quería perder el juego de una manera tan indigna como aquella.



Y por estar inmerso en sus pensamientos, ocurrió lo que él menos quería.



Vio que alguien venía a por él, divisó a lo lejos que se trataba de alguien del equipo Rubí. No reconoció su rostro al instante, pero sabía que lo había visto en alguna parte.



Su instinto le decía que debía de seguir corriendo, pero por alguna razón no pudo. El enemigo se acercaba cada vez más, y en cuestión de segundos, Jeno había sido herido por una puñalada en su costilla. Cayó de bruces al suelo, y fue allí en donde reconoció a su atacante. Era RenJun, lo supo al ver su tan característico lunar en su mano derecha, en donde llevaba también el arma con el que le había atacado.



Observó su rostro mientras se alejaba. Él era distinto a los demás, se le veía más decidido, sin ningún atisbo de remordimiento en él. Es más, parecía que lo estaba disfrutando.



Jeno sintió miedo, mucho miedo en ese momento. Tanto así que prefirió estar muerto antes de volver a ver a RenJun en otra ocasión.






Ya es evidente, ninguno de ellos está preparado para esta batalla. Y aquel que no está preparado, la mejor decisión es estar muerto.



Sin embargo, su suerte —o desgracia—, era mucha, puesto que habían sobrevivido a los ataques que sus enemigos querían propagarles.



...Excepto por uno.



YangYang había sido el único que no estuvo con su equipo desde el principio. Él se había infiltrado con los del equipo Rubí porque quería jugar. Su equipo no quería jugar con él, así que se buscó otros amigos. Le interesaba Mark, quería probar su sabor luego de que él le haya atacado la última vez y que, por cierto, aún conserva la herida que le hizo.



Logró escabullirse entre ellos, y cuando Simón dio la orden para que el juego comenzara, se fue sin rodeos hacia su objetivo. Lamentablemente, el juego no le duró mucho, puesto que fue en cuestión de segundos cuando alguien dispara y le llega la bala directo en el hombro. YangYang cae al suelo del dolor, tan grande había sido la bala que penetró en él dejando atrás una herida muy profunda y dolorosa. Pero no murió.



El caso de SiCheng y JungWoo es parecido. Ambos escaparon juntos, y por una distracción, ambos reciben un disparo en distintas partes del cuerpo: SiCheng en el brazo y JungWoo en la pierna. Cayeron rendidos al suelo, no podían hacer nada más por el dolor. No sabían quién había sido el culpable, pero aun sabiéndolo no habrían podido ser capaces de cobrarles venganza en ese momento. La sangre se expandía por sus oscuras ropas y el dolor era cada vez más fuerte, tanto así que lo podían sentir en todo el cuerpo. Sin embargo, tampoco murieron.



El desafortunado no fue ninguno de ellos, sino que lo fue el más soberbio y necio de los cinco.



Había hecho caso, había decidido atacar en vez de quedarse en silencio viendo la masacre. Decidió unirse a ellos a pesar del miedo que sentía y de la desesperación que le daba ver a los demás atacarse entre ellos. De pensar que su equipo ya debía de estar muerto, y de que quizás él era el único que quedaba.



No quería matar a nadie, porque él le tenía miedo a la muerte.



Pero había alguien entre todo ese tumulto de gente que no le tenía miedo, y que iba como león rugiente buscando a quien devorar.



Y lo vio a él. 






Él estaba dispuesto a matar a cualquiera que pasara por su camino. Estando escondido, de todas formas, nadie podrá atacarlo. Estaba haciendo el trabajo sucio, pero eso no le importaba. Sabía que Simón no le diría nada, porque él en cierto modo lo era.



Disparó por primera vez, y dio casi en el blanco. Un contrincante cayó rendido al suelo por una bala en el hombro. Lo identificó al momento, se trataba de alguien del equipo Esmeralda. YangYang, para ser más específicos.



—Uno menos.



Y luego, disparó por segunda vez. Alguien del equipo Diamante había caído luego de una bala en la pierna. Ten lo identificó como Kun, al leer su nombre en su brazo derecho.



Sin embargo, dejarlos heridos no le era suficiente. Necesitaba ver a alguien muerto para sentirse satisfecho.



Le apuntó a XiaoJun, quien se le veía perdido en medio del campo. Ten vio el miedo en sus ojos, cual cachorro perdido. Por unos segundos sintió lástima, pero aquel sentimiento sólo aumentó sus ganas de matarlo. Si no estaba preparado, no tenía para qué seguir vivo.



Lo siguió con la mira del francotirador, y vaciló unos segundos antes de lanzar la bala.



Alcanzó a presionar el gatillo, pero alguien le había encontrado, y no había sido precisamente para aliarse a él.







JiSung tomó una piedra lo suficientemente grande y pesada, para poder atacar.



Se había escabullido con éxito entre los arbustos, pasando desapercibido entre los de su equipo y burlándose de las reglas que Simón había impuesto antes de comenzar el juego.



Porque él en realidad tenía otra idea en mente.



JiSung no era dubitativo, mucho menos alguien miedoso. Y Ten tuvo que ser testigo de ello, dando su propia vida para beneficio del otro.



JiSung sin ningún tipo de pudor alzó la piedra, y la dejó caer justo en el momento en el que Ten se disponía a apretar el gatillo. La bala salió disparada, pero desviada.



—De él me encargo yo —dijo a regañadientes. Miró a Ten con soberbia, y vio cómo la sangre comenzaba a salir de su cabeza poco a poco—. Qué lindo te ves así... muerto. —Soltó una risita.



Ascendió la piedra de nuevo, y sin mayor problema, la estrelló contra su cara. Repitió lo mismo una, y otra, y otra vez, hasta que el rostro de Ten hubiese sido metamorfoseado en un cúmulo de carne y sangre, con pedazos de piel repartidos por todas partes, y aquel líquido escarlata repartiéndose por toda el área que les rodeaba.



JiSung dejó la piedra a un lado y, pisando el pecho del desfallecido, se dirigió a su siguiente objetivo.




—Joder, ya no puedo más —se quejó ChenLe luego de ver su mano empapada de sangre. Había herido por lo menos a cinco personas, y cada una dejó su marca en la mano de ChenLe, la cual ahora estaba manchada de los flujos de cada una de sus víctimas.



Intentó alejarse del tumulto de gente, viendo la horrible imagen de una masacre en todo su esplendor. Todos peleaban con todos, hiriéndose, casi matándose sólo por el hecho de querer sobrevivir. Veía a los de su equipo llorar de la frustración, a algunos cayendo al suelo por las heridas, otros peleando con lágrimas en los ojos, pensando en todo lo que les estaba pasando.



Porque esa era la realidad: ellos estaban aquí porque habían sido sometidos, ninguno quiso estar aquí por elección.



Todos, y cada uno, tenía antes una vida. Ya sea buena o mala, pero la tenían. Y cualquier estilo de vida era mejor que el que estaban viviendo ahora. ¿Qué habían hecho para merecer estar en este averno? ¿Qué tan mal habían hecho en sus vidas para estar aquí, para ser obligados a acatar órdenes macabras e inmorales? En donde tienen que sacrificarse y sacrificar a los demás sólo para sobrevivir uno solo. ¿Qué sentido tenía luchar, si al final, tarde o temprano, morirá?



ChenLe dejó que una lágrima se derramara de sus ojos.



—¿Para qué seguir si sé que terminaré muerto?



—No necesitas una respuesta para eso, porque la respuesta la tienes aquí mismo —aquella voz le tomó desapercibido, y cuando se dio vuelta, no vio venir a RenJun en su contra.



Le enterró la cuchilla en la costilla, haciendo a ChenLe gritar del dolor. La quitó con brusquedad, haciendo la herida más grande. Fue cuestión de segundos para que la sangre le empapara la ropa y, posteriormente, cayera rendido al suelo.



—Si no estás preparado, es mejor que mueras. 






Jeno, casi como un milagro, logró recuperarse de su herida. Seguía sangrando, pero al menos el dolor se había apaciguado y ahora era capaz de caminar un poco. Necesitaba irse con urgencia, no podía quedarse tirado en medio del campo de batalla.



Se puso de pie con dificultad, pero pudo hacerlo. Trató de ignorar con todas sus fuerzas la escena que se estaba formando a su alrededor, pero entre el sonido de los disparos y de los jugadores quejándose de sus heridas, no podía sólo ignorarlas. Su cabeza inconscientemente se giraba para ver, y la imagen no era del todo favorecedora.



Caminó entre los jugadores, andando lento, paso a paso. Podía sentir cómo la sangre se expandía por su ropa. Se sentía agotado, además; estaba perdiendo demasiada sangre.



Vio a lo lejos un árbol que estaba apartado de la gente. Decidió sentarse allí, debía de descansar.



Sintió entonces, una punzada en su herida, y tuvo que parar abruptamente. El dolor era tan fuerte que un grito salió de sus labios, y su diestra apretó aún más el cuchillo que portaba consigo. Se sintió mareado de pronto, y creyó que moriría en ese momento, lo presentía, podía sentir cómo su corazón paulatinamente latía más lento.



—¡Jeno! —oyó a lo lejos—. ¡Jeno!



Jeno al oír su nombre se giró con brusquedad, dándose cuenta de que quien le llamaba no estaba tan lejos, sino que directamente atrás suyo, y que se trataba de JaeMin, del equipo Diamante.



Y que le había enterrado la cuchilla en una de sus costillas sin quererlo.



Jeno cayó en pánico. Vio cómo su rostro se había quedado petrificado, mirando a Jeno con miedo. La sangre no tardó en salir, y Jeno ya no podía más de la presión, estaba a punto de caer desmayado.



—Lo... lo siento —se disculpó, y se fue.



No podía ayudarlo, porque él estaba igual, e incluso peor que JaeMin. Y su sobrevivencia era primero. 







JiSung no se fue con rodeos. Ya había divisado a su objetivo, y se dirigía diligentemente hacia él para poder lograr su cometido.



Lo observó por unos segundos, dándose cuenta de lo cobarde que era. Desde que el juego empezó, lo único que había hecho había sido mirar a los demás combatir, dejando que los demás de su equipo fuesen heridos.



—Maldito canalla —maldijo.



Del bolsillo de su pantalón, entonces, sacó un frasco. Aquel era el frasco que Simón les había proporcionado antes de que el juego empezara, y que, como él mismo había dicho, podían usar ahora.



JiSung se había dado cuenta de un detalle, y ese era, que ninguno más se había atrevido a usarlas. A excepción de algunos, que ya tenían las habilidades incorporadas.



Así que, sin perder de vista a su futura víctima, se tomó una píldora, y sintió cómo todo su cuerpo cosquilleaba, en especial su cabeza. Se mareó de una manera tan fuerte, que sintió que caería al suelo, si es que no lo había hecho ya. Pero, tal cual como los efectos llegaron, se fueron.



Podía escuchar ahora desde más lejos, y sentía una presión en su cuerpo que le decía que debía de correr. Y ese era el mejor momento para hacerlo.



Vio a XiaoJun y literalmente en menos de dos segundos ya se encontraba detrás suya, con el cuchillo alzado, listo para ser enterrado.



Y antes de que él se diera cuenta, JiSung ya había dejado caer el cuchillo en la nuca de XiaoJun.



Él no gritó, no alcanzó a pedir ayuda, ni siquiera pudo defenderse. Lo único que sintió fue la punzada en su nuca, y él ya estaba muerto.



JiSung quitó la cuchilla de su cerebro, y fue entonces que el espectáculo comenzó de nuevo. La sangre comenzó a salir a borbotones, chorreando en su ropa, manchando la de JiSung también. XiaoJun había sido derrotado, y no había sido un trabajo difícil.



—Ahora sólo quedan un poco más. —Soltó una risita—. A final de cuentas, uno le encuentra el truco al jueguito.








































































.... .- -... .-. .- -. / -.. --- ... / .-. --- -. -.. .- ... .-.-.

holas mis amores, perdón por haberme desaparecido:( 

Les soy sincera y directa: creo firmemente en que voy a apurar un poco la cosa, y creo que ya sé cómo jeje.

Como sea, antes de irme, quería dejar un registro de como van las cosas aquí SLKFJAL

He aquí la lista de los que siguen vivos, y de los que ya han muerto (F)


SOBREVIVIENTES:

ESMERALDA: JungWoo, YangYang, SiCheng, Jeno. 

RUBÍ:  TaeYong, Lucas, Yuta, Johnny, DongHyuck, RenJun. 

DIAMANTE:  JaeHyun, Kun, ChenLe, JiSung, Mark, JaeMin. 

MUERTOS: 

ESMERALDA: TaeIl, XiaoJun. 

RUBÍ: Ten. 

DIAMANTE: DoYoung. 


Haré esto cada ciertos capítulos, para que ustedes no se confundan, ni yo tampoco xD

Nos leemos pronto, los tkm, y que tengan una bonita semana<3





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