Todavía no sabía que, hacia una chica como yo en ese lugar, ya que no era muy bonita como las otras dos que iban a mi lado. Lo que si sabía es que eran de algunas mafia, estamos en la vida real y no creo que me vayan a presentar al presidente y menos algún famoso, estando ellos bien vestidos con sus uniformes negros y con pistolas en la mano.
El miedo que tengo es que pude notar que salimos de país y eso no era bueno, por lo que veo el hombre que tengo enfrente vestido con un esmoquin blanco y fumando un puro, era el jefe, a pesar de ser viejo se conserva muy bien eso es lo que pasa cuando estas forrado hasta el cogote, tendrá alrededor de sesenta años más o menos, este hombre nos obligó a subir a un avión y estuvimos horas en él, solo me da asco de solo mirarlo , con su sonrisa tonta de oreja a oreja mirando con deseo a las dos chicas que están a mi lado ya que lloraban en silencio. En el avión hicieron un gran escándalo y este hombre les amenazó con matarlas sino se callaban, mientras yo intentaba no expresar nada ya que hay que mantener la calma en todo momento, sino fuera porque estoy atada ahora mismo le hubiera roto la cara y así se le quita la cara de bobo que tiene.
-Tranquilas- dijo dejando el puro a un lado- no les hare daño, solo sois unos regalos para mis nietos
-Por favor, déjeme ir- dijo la rubia
-No nos haga daño- dijo la morena
No sé quiénes son, pero son muy bellas para ser españolas, el hombre no dejaba de sonreír y se acerca a ellas.
-Tranquilas yo no seré quien decida vuestro futuro- se vuelve apoyar en el sillón-tu fea
Sé que se refería a mí, ya que llevaba todo el camino llamándome así y no me importa ya es la costumbre de que la gente me llame así
-A ti más o menos te lo puedo decir ya que sé, que no vas a durar mucho, seguro que cuando lleguemos allí te maten
-Dime te doy las gracias o un regalo- dije con sarcasmo
Él se acerca y me agarra del brazo para que estuviera más cerca de él
-No permito que me hables así y menos que se rían de mi
-Pues acostúmbrate porque antes de morirme seguiré con la misma actitud
Me soltó y volvió a su sitio llevándose el puro a la boca, yo me acomodo como estaba antes y no dijo nada mas solo me sonreía. No sé cuánto tiempo estuvimos en la limusina, pero una vez que llegamos el hombre nos miro y seguido se bajó, a continuación, seguimos nosotras, ya que los cristales de la limusina eran muy oscuros no nos dejaba ver si era día o de noche y para impedir el camino que habíamos cogido al bajar de la limusina me di cuenta de que había anochecido, el exterior del edificio no se ve mucho solo llegó a visualizar que es de dos pisos, subimos unos cuántos escalones y al entrar por la puerta me sorprendo mucho al ver el interior, tenía una gran escalera que daba desde el primer piso hasta el segundo cubierta por una gran alfombra roja que cubría toda la sala, se veía varias puertas tanto a la derecha como a la izquierda, el hombre se mete por la izquierda de la escalera y nosotras le seguimos, al girar la esquina ahí un gran pasillo cubierta por la misma alfombra pero este no tenía puertas solo cuadros y figuras, llegamos al final del pasillo y nos topamos con una gran puerta de madera, desde fuera se puede oír las risa, cuando aquel asqueroso hombre abrió la puerta todas aquellas risas se detuvieron.