Seguí a Elizabeth hasta el auto que nos llevaría a la casa de mi hermano y cuando llegamos, Scarlett y Emily ya nos estaban esperando.
—Ahora que tengo un momento, quiero que sepas que amo tú línea de ropa — dice esta última, forzando la voz y la sonrisa como si le costase contener la emoción.
Su amabilidad y sinceridad me hacen sonreír y justo cuando estoy por responder, Elizabeth se suma a la plática, asintiendo con entusiasmo.
—Tiene razón, amo cada prenda. Ahora por tu culpa tendré que buscarme un armario más grande.
—¿Más? — chilla Scarlett, escandalizada. Olsen le lanza una mala mirada mientras Emily trata de contener la risa a su lado, pero la rubia las ignora a ambas al centrarse en mí — El armario de Lizzie es como el de Narnia — me cuenta divertida — Podría montarse una nación propia ahí dentro si quisiera.
Aprieto los labios con fuerza para no reír cuando veo a la recién mencionada llevarse una mano al pecho en un gesto dramático.
—Eso es una absoluta mentira — se defiende — Mi armario es de un tamaño adecuado pero ahora si que necesitaré espacio para las futuras colecciones de Victoria.
Scarlett hace como que no le cree.
—Y luego sale con que no tiene nada que ponerse — bromea Emily, desatando la indignación total de la rubia número dos.
—Bueno pero que pesadas están ¿eh? ¿Por qué no se comportan como amigas normales y me hacen quedar bien con Victoria en lugar de avergonzarme?
Eso sí que me hace reír, sobre todo cuando veo de reojo al chófer. Va centrado en el camino y finge que no nos escucha, sin embargo, lo he atrapado varias veces negando con la cabeza o aclarándose la garganta cuando siente que la risa le gana.
—Me halagan mucho, en serio — digo, queriendo evitar que sigan discutiendo por esto. Creo que Elizabeth esta a dos de mostrarme las fotos de su armario para probarme que ella tiene la razón — Significa mucho para mí que alguien que no sea mi hermano me diga que le gusta lo que hago.
Y ojo, dije que significa mucho para mí, no que lo necesitase porque en realidad no es algo de lo que dependa mi estabilidad profesional o autoestima. Soy muy consciente de que tengo talento, de que destaco y soy excelente porque me he esforzado mucho por serlo. No obstante, siempre es grato conocer personas que tienen opiniones tan positivas de mi trabajo.
—Pues acostúmbrate a que te lo diga muy seguido porque cada nueva colección que lanzas me deja más enamorada que la anterior — Lizzie me da un ligero empujón con su hombro y luego ella y Emily se ponen a hablar de la línea de abrigos de la colección de invierno de hace dos años.
Scarlett se limita a observarlas con diversión pero de vez en cuando también hace algún comentario de alguna prenda, que me pone a saltar el corazón como un loco dentro del pecho. Me hace ridículamente feliz darme cuenta de que son realmente sinceras cuando dicen que les encanta lo que hago, por eso lo siguiente sale de mi boca sin pensar.
—De hecho — elevo un poco la voz y de inmediato las tres se callan y me miran.
La idea en mi mente se esclarece, ahora puedo ver también los pros y contras de extender tal invitación, sobre todo tomando en cuenta que acabo de conocer a estas mujeres pero es muy tarde para arrepentirme y, siendo muy honesta, en el fondo si que quiero saber como resulta todo si me arriesgo. Por lo que continúo.
»El siguiente mes es el lanzamiento de la línea de otoño — la confusión resalta en sus rostros, como que aún no terminan de entender a donde quiero llegar, así que no me extiendo y suelto lo que quiero decir — ¿Les gustaría ir?
Silencio.
Ya ni siquiera sé si siguen respirando.
Lizzie mira a Scarlett con el ceño fruncido y Scarlett hace lo mismo con Emily. Se quedan en ese patrón unos minutos hasta que la del armario enorme arquea las cejas en mi dirección, al mismo tiempo una sonrisa enorme tira hacia arriba de las comisuras de sus labios.
—¿Hablas en serio? — inquiere extrañada y sorprendida a partes iguales.
¿Acaso es una idea tan loca?
Asiento lentamente.
—Claro, me encantaría verlas ahí — sueno más entusiasmada de lo que me gustaría pero no me importa.
Aparte de Robert y Ava, jamás he compartido un evento así con nadie más y no porque no haya tenido la oportunidad sino porque no soy realmente una persona que se haga de relaciones o amistades demasiado largas. Ninguna persona, por más interesante o importante que sea ha durado mucho en mi vida al grado de involucrarse en mis asuntos personales como logros profesionales.
Simplemente no es algo que me guste disfrutar y vivir con cualquiera pero estas personas... no lo sé. Tienen algo diferente, no sabría decir si es el hecho de que forman parte de la vida de mi hermano pero me inspiran confianza.
—Yo me apunto — dice Scarlett rápidamente — Solo debes avisarme la fecha exacta para poder tener ese día libre de compromisos.
Yo asiento y volteo a ver a las otras dos.
—¿Ustedes qué dicen?
—No nos lo perderíamos por nada — exclama Elizabeth en nombre de ambas.
—Bien — sonrío emocionada — Les enviaré la información lo antes posible.
—Señoritas, llegamos — la voz del chófer llega a la parte de atrás con claridad y de inmediato nos preparamos para salir.
Robert me contó que la fiesta después de la Premiere se volvió una tradición entre "Los Vengadores". Sin embargo, ahora han decidido que preferían festejar en familia y sin tanto circo y mi hermano (como no) se ofreció a poner su casa. Por lo que al bajar del auto no nos encontramos los molestos flashes de los paparazzi.
Veo el estacionamiento lleno, hay autos de todas las marcas y colores y eso me hace suponer que ya han llegado.
Yo entro de primera por tener llaves, las chicas dejan sus abrigos y bolsos en el living y luego nos dirigimos al patio. No hay rastro de mis sobrinos por ningún lado, eso me hace cuestionarme un par de cosas pero decido guardármelas para después cuando las voces y risas se van escuchando cada vez más fuertes, a medida que atravesamos la casa.
Llegamos a nuestro destino y como lo supuse ya la mayoría está aquí, mi hermano esta con Hemsworth y Evans preparando unos tragos en la barra, Sebastian, Anthony y los dos Paul están en una mesa en el jardín, y a lo lejos alcanzo a ver a Susan y Elsa sentadas cerca de la alberca.
—Ya llegué por quien lloraban — exclamo nada más acercarme.
Todos ríen y le hacen burla a mi hermano cuando deja un tierno beso en mi frente.
—¿Desde cuando eres cantinero, Downey? — Lizzie alza una ceja, divertida y yo suelto una gran carcajada al ver la cara de pocos amigos que le ha puesto Robert.
—Oh no, yo solo estoy viendo, el cantinero es Hemsworth.
Chris se encoge de hombros cuando todas lo miramos.
-Es que soy multifacetico
Evans suelta una carcajada escandalosa al escucharlo, como si no le creyera ni una palabra.
Nos quedamos bromeando con ellos un rato más hasta que el australiano nos entrega nuestras bebidas. El mismo ha bautizado los cocteles y se ha tomado muy en serio su nuevo trabajo pues ni siquiera ha querido decirnos que llevan, pero igual los aceptamos porque se ha tomado la molestia de presumir que estaban riquísimos.
La siguiente media hora se vuelve una guerra pues nos pide que califiquemos su habilidad para mezclar alcohol. Como es mi esposo ficticio me he visto en mi derecho de ser buena con él al darle un sobresaliente pero el resto se han aprovechado para chincharle con que es un pésimo barman. Cuando Hemsworth los reta a hacerlo mejor que él, las chicas y yo nos disculpamos para alejarnos donde Susan y Elsa.
Ya veo que todas tenemos en común que nos gusta ver el mundo arder pero no arder en él.
—¿Y Hasta cuándo te quedarás en Los Ángeles, Tori? — me pregunta Elsa luego de un rato, cruza una pierna sobre la otra y yo me pregunto como puede verse tan perfecta cuando ya se ha quitado los tacones y han pasado al menos 7 horas desde la Premiere, ni una gota de maquillaje corrido hay en su rostro — Susan me dijo que el próximo mes tienes otro lanzamiento.
Asiento después de dejar la copa sobre la mesita de madera que hay entre las tumbonas.
—Así es, solo me quedaré un par de días. La próxima semana debo regresar para ultimar algunos detalles — explico sin poder evitar el tono de decepción en mi voz.
Esta es la única cosa que odio de ver a mi hermano, siempre tengo que despedirme y es la jodida cosa más difícil del mundo.
—Escuché que este lanzamiento sería diferente — dice Emily de pronto, no sé si ha notado que me había bajado el ánimo o no pero le agradezco que dejara atrás lo de mi vuelta a Nueva York.
—Será diferente de los otros porque este será el más importante — concedo, haciendo una pausa para crear expectación.
—¿Entonces? — presiona Susan, sentándose más cerca de mí.
—Semana de la moda en Milán — digo y toda la tranquilidad que pretendía mantener se va al traste cuando mi cuñada grita emocionada y se levanta, parándome con ella para poder abrazarme.
Me contagia su energía de inmediato.
—¡Felicidades, hermosa! — cierro los ojos, devolviéndole el abrazo con la misma fuerza — Estoy muy, muy orgullosa, Tori — añade y yo me aparto despacio, intentando disfrazar el nudo en mi garganta con una sonrisa.
Los sentimientos encontrados luchan por acumularse en mis ojos en forma de lágrimas pero no me permito llorar. No quiero ahogar el momento con mis cosas.
—Gracias, Susan.
—Enhorabuena, Tori. Es un logro realmente impresionante — me sonríe la española una vez que vuelvo a sentarme.
—Muchas gracias, he invitado a las chicas y ya me han dicho que sí ¿Por qué no vienen también? — les extiendo la invitación, importándome muy poco que que los lugares que me regalan sean limitados. Ya luego veré como lo soluciono.
—Sí iré — dice segura, haciendo reír a Lizzie y a Emily — Tendré que dejar a los niños con mi mamá o con la mamá de Chris pero de ninguna forma voy a perderme el desfile de moda más famoso del mundo.
Susan suelta una pequeña risa ante su entusiasmo y luego se vuelve hacia mí.
—¿Ya le dijiste a tu hermano?
Abro la boca pero ningún sonido alcanza a salir de ella antes de que la voz del susodicho llene el espacio.
-¿Decirme qué? - pregunta llegando junto con todos los demás, me doy cuenta que ahora también han llegado Mark, Tom Holland, Don Cheadle, Chadwick y Jeremy.
—Era una sorpresa — digo, riendo nerviosa por todos los pares de ojos que ahora están sobre mí — Mmh, les comentaba a las chicas que el trabajo ha ido muy bien...
—Oh no, no, no — Robert me interrumpe de golpe, dejándome confundida cuando agita las manos frente a mi cara — Hoy está prohibido hablar de trabajo, Victoria.
—Eh, cariño escúchale primero y luego sacas conclusiones ¿Vale? — le pide Susan con un tono de desaprobación que de mala gana le hace cerrar la boca.
Inspiro profundo, llenándome los pulmones de aire antes de continuar.
—Voy a presentarme en Milán.
Robert frunce el ceño y el resto se mantienen en silencio, esperando que explique con más detalle de lo que hablo.
—¿Milán? - inquiere mi hermano, dudoso.
Asiento.
—En la Semana de la Moda... en Milán — el silencio permanece solo que ahora abundan caras sorprendidas — Y ya que están todos aquí, me gustaría invitarlos también.
Reparo los rostros de cada uno, algunos parece que aún no terminan de procesar lo que eso significa y otros se muestran bastante emocionados, como Evans, que encuentra mis ojos con una sonrisa al tiempo que articula un inaudible "Felicidades".
Al cabo de un momento, Robert me toma del brazo para levantarme. Lo hago sin rechistar y lo siguiente que percibo apenas es la fuerza con la que me estrecha entre sus brazos. Me paralizo un momento, incluso creo que no respiro hasta que escucho de fondo las risas y burlas de parte del cast. Los chicos palmean la espalda de mi hermano, pidiéndole en broma que no vaya a llorar porque ellos son capaces de hacerlo también.
Aquello me hace reír en medio de la sensación de regocijo que me llena el pecho.
—Muchas felicidades, corazón — murmura en mi oído con un tono suave.
—Gracias — le beso la mejilla antes de que me suelte.
—¿Cuando planeabas decirme?
—La verdad es que con todo esto de la Premiere hasta lo había olvidado, pero el tema salió en el auto cuando veníamos con las chicas — le sonrío y me abraza por segunda vez.
—Estoy muy orgulloso de ti — me da un apretón en el brazo y yo asiento aceptando sus palabras y agradeciendo que no vuelva a abrazarme o estoy segura de que ya no podré seguir conteniendo las ganas de echarme a llorar.
Él mira el suelo por largos segundos, se aclara la garganta y luego, cuando vuelve a alzar la cabeza, la cara le cambia por una de auténtico reproche al encontrar a todos sus amigos viéndolo como si fuese un cachorrito perdido.
—¿Y ustedes que están esperando? Han escuchado que mi hermana la adoptada se presentará en Milán y siguen aquí parados — recrimina, con fingida molestia.
Hemsworth y Sebastian se miran con el ceño fruncido, entre ellos se preguntan con la mirada que es lo que mi hermano espera con exactitud hasta que Robert vuelve a explotar.
—¡Que es como si volviera a graduarse de la Uni, y nuestros vasos siguen vacíos! — exclama, señalando al australiano — Chris número 2 ¿No eras el de las bebidas? No me hagas quedar mal que no vuelvo a contratarte. ¡Esto tenemos que celebrarlo!
De a poco, el rubio comienza a reaccionar. Don Cheadle le golpea suavemente con su codo y él parece espabilar, pues rápidamente se da vuelta sobre sus talones para caminar de vuelta a la barra.
—¡¿Eso quiere decir que vas a pagarme?!
—¡Encuentra la botella de champagne y luego vemos! — responde mi hermano, yendo tras él después de asegurarnos entre risas que Chris no sería capaz ni de encontrar el estante donde están las copas.
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—Entonces ¿Qué dicen? — después de brindar, miro a los chicos con la ansiedad e ilusión brillando en mis ojos — ¿Vienen a Milán a ver a un montón de modelos caminando con mi ropa?
—Estaré ahí sin falta — dice Evans de primero y mi sonrisa se ensancha cuando me guiña un ojo.
—Me encantaría ir, enana pero creo que para entonces ya estaré grabando Thor: Ragnarok — murmura Hemsworth, algo apenado — Aún así lo revisaré y de todas formas Elsa irá ¿no es así?
—Claro que sí — dice su esposa, abrazándome por los hombros.
-Pues yo sí iré - dice Jeremy levantando la mano y haciendo énfasis en el "sí" - tal vez en la próxima Premiere me pida matrimonio a mí - sus palabras hacen que Robert y Chris casi se ahoguen con su bebida apesar de que van dirigidas a Hemsworth.
—No, no, no eso si que no, sobre mi cadáver — dice Robert moviendo exageradamente las manos mientras Susan le da golpecitos en la espalda.
—No lo creo amigo, siempre he sido yo — Hemsworth le palmea la espalda a Jeremy, como intentando reconfortarlo en tanto le dedica una sonrisa divertida.
—Eso es injusto — se queja el castaño con Robert — ¿Por qué a él si lo aceptas? ¿Es que tu cuñado tiene que ser rubio y de ojos azules?
-Vaya creí que lo de la declaración había sido una broma - murmura Tom asombrado y yo volteo a ver a Robert
-¿Acaso hay una persona en el planeta a la que no le hayas contado acerca de eso?
—Me ofendes, Victoria — se lleva una mano al pecho en un gesto dramático — Lo dices como si siempre fuera por ahí contando las anécdotas más divertidas de tu vida.
Le pongo mala cara y él tuerce los ojos.
—En mi defensa, Hemsworth también debía llevarse el secreto a la tumba pero mo veo que a él le reclames nada por haber hecho pública tu declaración.
—¡Favoritismo! — grita Jeremy.
¿Él no estaba discutiendo con Hemsworth?
Entre todos, distingo los ojos azules de Evans. Me mira divertido y luego niega con la cabeza, como si no tuviera remedio.
Esa es mi señal para intervenir.
-Ok calmense todos ¿vale? - les digo alzando la voz - es tiempo de que dejemos ir ese recuerdo, hay que superarlo
—Tori, creo que ellos jamás lo superarán — dice Scarlett y como si se hubiesen puesto de acuerdo, Jeremy, mi hermano y el australiano niegan al mismo tiempo con la cabeza.
—Tiene razón, nos pides imposibles — dice Mark, dejándome sorprendida por escuchar que los apoye y no tanto porque esta es una de las pocas veces que lo he escuchado hablar durante la noche.
—Ay no ¿tú también? — hago un puchero con los labios — Ya no te juntes con ellos, contaminan tu mente.
—¡Ey! — escucho a todos (menos las chicas) quejarse.
—¿Yo que tengo que ver? No he dicho una sola palabra acerca de eso — Evans trata de defenderse mientras atraviesa todo el círculo para acercarse a mí — Estoy de tu lado.
—Bien — concedo y me giro de nuevo a Mark — Solo te puedes juntar con Dorito — pasados unos segundos me doy cuenta de lo que he dicho y volteo a ver a Chris apenada.
» Lo siento.
Siento las mejillas a punto de explotar.
—No hay cuidado — me frena, dedicándome una sonrisa amable — Ya me acostumbré a que me llamen así y sería raro que me tú me digas Chris todo el tiempo.
-Es cierto - dice Sebastian asintiendo en mi dirección.
—Además nos ayuda a hacer las cosas más fáciles cuando él y Hemsworth están juntos — Lizzie ríe, aún desde una de las tumbonas — O puedes llamarlo también el Chris número 3.
—¿Tres? — Chris arruga la nariz en evidente desacuerdo al número que le han asignado — ¿Qué clase de ofensa es esa? ¿Quién es el número 1?
—Pine — responden Scarlett, Lizzie, Emily e incluso Robert al mismo tiempo.
—Eso tiene sentido — pienso en voz alta al tiempo que me encojo de hombros y me veo obligada a morderme la lengua para no soltar una gran carcajada cuando Chris y Hemsworth se miran entre ellos con la mandíbula desencajada.
—Creo que hemos oído mal — el australiano se inclina en nuestra dirección con una mano alrededor de su oreja — ¿Pine? ¿Por qué Pine? ¿Cuáles fueron los criterios en los que se basaron para elegir los lugares?
—Unos muy injustos obviamente, si nos dejaron el lugar 2 y 3 — le apoya Chris, poniéndole mala cara a Scarlett — Creí que éramos amigos, Scar — la rubia abre la boca pero en lugar de palabra le sale una risa y ante eso, los ojos azules del actor caen sobre mí — ¿Y cómo está eso de que tiene sentido? ¿Qué tiene sentido exactamente? ¿Qué... qué se supone que significa eso?
Me muerdo el labio inferior sin saber que decir en tanto le doy un golpe a mi hermano de forma disimulada, con los ojos le pido que me ayude pero él me ignora completamente al pasar por un lado del rubio hacia la casa.
—Yo no sé nada — dice antes de desaparecer.
Chadwick se lleva el borde del vaso a los labios en un gesto incómodo y después, por lo bajo, le susurra a Sebastian.
—Nunca me había gustado tanto mi nombre.
Los dos ríen como si hubiesen hecho alguna travesura mientras los rubios llamados iguales siguen recriminándonos con la mirada.
Esta noche no podría ir mejor.