Las bombas fétidas explotaron bañando con su horrible olor a un grupo de Ravenclaw en la biblioteca, desde la distancia, prácticamente en la salida, se encontraban James y Sirius riendo de su pequeña broma, todas sus bromas iban viento en popa, Remus se les sumaba ocasionalmente a sus bromas cuando no estaba estudiando para las clases, Peter manteniendo vigilado a Evans para evitar que rompiese su parte del trato, y ellos haciendo bromas.
Sirius sabía que su prima había escapado del duelo junto a alguien más, no lo recordaba claramente, pero una duda le carcomía la cabeza, ¿Por qué? Bellatrix era fuerte y poderosa, aunque odiase admitirlo, por lo que su gran diversión era apagada ligeramente por esa duda, pero no pensaba permitir que una duda sin sentido arruinara su diversión, lo siguiente en su lista era lograr teñir el cabello de algunos Slytherin de rojo chillón.
Pero antes que hicieran eso debían asistir a clase de transformaciones, única clase que James no pensaba saltarse, y no lo culpaba ya que parecía ser su favorita, en el momento en que pusieron un pie en el salón recibieron las miradas curiosas de los Evans, más correctamente de Harry, solo suponía que se encontraba curioso por la ola de bromas que se encontraba azotando Hogwarts, y que sabía que era culpa de ellos dos, pero desvió su mirada a James con cierta sospecha en sus ojos, ¿Suponía que él era el culpable principal? Podría decirse que sí ya que James había sido quien aseguraba que debían divertirse a lo grande antes de su cumpleaños y debía darle la razón de que ese pequeño caos que estaban creando le divertía de lo lindo.
— Black —Saludó Lucius con esa sonrisa hipócrita con la que trataba todo el mundo sangre pura y gracias a esa maldita sonrisa sabía que esa conversación lo iba a incordiar como la urticaria— Oí que pronto será tu cumpleaños, y mi padre, Abraxas, y yo, nos preguntábamos si el regalo debíamos enviarlo a su hogar, o sí prefería recibirlo aquí —Cuestionó y Sirius tuvo que ahogar un gruñido.
— No es necesario que se me entregue ningún regalo, Malfoy —Respondió en un murmuro el de ojos grises.
— Pero eso sería muy descortés que en vuestro cumpleaños no le regale nada —Excusó Lucius con una mirada afilada, Sirius no era idiota, no estaba preguntando por que le agradase, le preguntaba para intentar ganarse el favor de la familia Black, además los regalos sangre pura eran tan… sosos, objetos de plata o demasiado pomposos para su gusto, o en su defecto libros demasiado anticuados.
— Hablemos de esto en otro momento, sería una lástima perdernos la clase —Postergó Sirius ganándose una mueca de inconformidad de parte del rubio, cuando Lucius dejó el campo de visión del Black esté se dio cuenta de que alguien lo estaba viendo, Harry Evans, se sentó junto a James que ya se había ido a sentar.
— ¿Una broma para Lucius? —Interrogó el de lentes sin verle, una pequeña sonrisa cómplice apareció en su rostro, James sabía levantarle el ánimo.
— Me encantaría llenar su cara de granos —Opino el de cabellos negros con una sonrisa.
— ¿Sabes que es casi imposible evitar todo lo de tu cumpleaños, verdad? —Le preguntó Remus, que estaba detrás del par, en un susurro.
—Lo sé, pero no quiero que los sangres pura como Lucius se enteren —Respondió con cansancio.
Al día siguiente
Harry volvía de las mazmorras después de tener una pequeña charla con algunos alumnos cuando se encontró con su hermana.
— ¿Vienes a buscar a Severus? —Le preguntó a su gemela elevando una ceja.
— Si, quería ver si podíamos hacer todos juntos el ensayo para pociones —Le respondió con una sonrisa animada.
— No se encuentra en las mazmorras, pero oí que se encuentra en las cercanías del lago —Le aviso antes de ir juntos a buscar a sus amigos— Por cierto, Lily, me parece que tendremos algo de trabajo por hacer —Le avisó con una ligera sonrisa que la pelirroja correspondió.
Por otro lado con los merodeadores estos se encontraban en su habitación discutiendo algo de extrema urgencia.
— ¿Todos tienen claras sus posiciones? —Preguntó James con una postura militar— Mañana, durante las horas diurnas desataremos el mayor caos que podamos con bromas, ¿Alguno de ustedes tiene una duda? —Interrogó acomodándose los lentes.
— Mañana temprano aprovecharé la invitación de Félix Graham para colarme en Hufflepuff para cambiar sus botes de champú por la pintura arcoíris que logramos conseguir —Empezó Sirius con una sonrisa, desconocía para que lo habrá invitado Félix a su casa tan temprano pero no pensaba desperdiciar la oportunidad.
— Durante el primer intermedio de clases usaremos las bombas de pintura y de mal olor que escondimos por los pasillos —Siguió un poco temeroso Pettigrew.
— Y pondremos polvos de aliento de fuego en la comida del club de las eminencias del profesor Slughorn —Terminó Remus con una ligera sonrisa.
— Para al final llegar aquí a festejar el cumpleaños de Sirius como se debe —Añadió James mientras sacaba unas pocas cosas de debajo de su cama.
— Pero si hacemos eso ¿No deberíamos avisarle a Harry? Digo, sigue siendo nuestro compañero de cuarto —Interrogó el licántropo con un poco de nervios.
— Sí se entera el mismo día de seguro se avergonzará, sería una broma que no puede tomar por broma, es la cereza del pastel —Respondió el de anteojos con esa mirada emocionada y tal vez un poco psicótica.
Al día siguiente, 3 de Noviembre.
Sirius salía rápidamente de su habitación, Félix le había mencionado que la hora para llegar debía ser, preferencialmente, dos horas antes del desayuno, incluso había tenido que omitir su deseo de intentar hacerle una broma a Evans para poder llegar a tiempo, había utilizado la capa de invisibilidad de James para llegar, idea del mismo Potter, al llegar a la entrada de la sala común de Hufflepuff se quitó la capa, solo un instante más tarde salió Félix, un tercer año, usando solo una toalla.
— ¿Llego en mal momento? —Preguntó el Black pensando que el chico había salido de bañarse.
— Por supuesto que no —Calmó haciendo espacio para que entrara en el lugar, en el momento en que Sirius entró en el lugar Félix dejó caer la toalla.
Una hora más tarde en la habitación de ciertos Gryffindor, Harry se encontraba arreglando su vestimenta mientras veía a sus compañeros levantarse, y en el caso de su padre tener poca vergüenza para salir desnudo del baño, pero en ese momento el de ojos verdes se dio cuenta de algo que llamó su atención, para su suerte.
— ¿Y Black? —Preguntó apuntando a la cama sin tender del mencionado, James, que para fortuna de Harry ya se encontraba en ropa interior, volteó a verlo nervioso.
— Félix, un Hufflepuff de tercer año lo invitó a algo en su casa —Respondió James viendo al chico de ojos verdes que enarcó una ceja.
— ¿Aceptó entrar a eso? —Preguntó haciendo una mueca, los otros tres compañeros voltearon a verlo curiosos. Normal, Harry no era tan abiertamente despectivo con algo.
— ¿Sabes a qué lo invitó? —Cuestionó Peter sorprendido.
— A mí también me invitó, le pregunté qué evento sería y cuando me respondió me negué —Respondió como si fuese lo más obvio.
— ¿Y te lo dijo? ¿Así nomás? —Interrogó sorprendido James, Harry solo elevó una ceja como si bastase como respuesta— Ok, entendí, lo amenazaste —Concluyó el chico sin hacer más preguntas.
Harry casi sonríe a eso, era divertido, los merodeadores y Rómulo más Hermione sabían que él no hablaba con los de la casa de verde y plata, sí no los amenazaba y/o torturaba (y solo porque se fue de boca esa vez no porque alguno lo haya visto y con eso confirmado sus sospechas), pero lo trataban como una pequeñez, una constante con la que estaban perfectamente normal y eso le divertía mucho ¡Denuncienlo!.
— ¿Y a qué tipo de evento invitó Félix a Sirius? —Retomó las preguntas Remus que parecía bastante preocupado por el destino de su amigo/camarada.
— Una orgía bisexual para los de cuarto año para abajo —Sentenció el de ojos verdes dejando con la boca abierta a los otros tres chicos que empezaron a boquear sorprendidos.
— No lo puedes estar diciendo en serio ¿Verdad? —Preguntó James cuando logró recuperarse de la sorpresa.
Harry se permitió un momento para observar las caras de sus compañeros de cuarto, Remus estaba completamente sonrojado, Peter tenía una mueca que no podría terminar de definir pero podía encontrar ciertas pistas de asco, James estaba como pez fuera del agua ante el asombro.
— Lo digo muy en serio —Y con esas palabras salió de su habitación.
Durante todo ese trayecto al gran comedor el de cabellos cuervo estuvo mordiendo su mejilla interior intentando aguantar los celos de que Sirius compartiera la cama o en general tuviera sexo con otros, pero con algo de esfuerzo logró mantener su cara de póker y a raya sus ganas de ir a la sala común de Hufflepuff y llevarse a Sirius de ahí.
Faltando solo 15 minutos para la hora oficial del desayuno, Sirius entró a toda prisa por las puertas sorprendiendo a sus amigos, el de ojos grises logró sentarse al lado de James, y al lado del propio Harry, antes de que entraran los Hufflepuff de grados menores, cada uno tenía el cabello de un color diferente pasando desde el verde pistache hasta el magenta, algunos tenían puntos o rayas, y pasados unos instantes los cabellos volvían a cambiar de color.
— ¿Lo que dijo Evans fue cierto? ¿Te invitaron a una orgía? —Preguntó asombrado James en un susurro apenas audible, Sirius miró por un instante a Harry que estaba ignorando la conversación a su lado mientras comía una sopa o fingiendo ignorar en realidad, estaba muy interesado en la respuesta.
— Sí, en el momento en que entré Félix se quedó desnudo, le dije que necesitaba un lugar donde cambiarme y aproveche el instante libre para poner la pintura, me manosearon bastante, para mantener apariencias y no levantar sospechas, pero escapé en cuanto vi entrar a Lucius —Contestó el otro, no negaría que las hormonas se le habían levantado un poco, según su familia debería entrar en la pubertad pronto, pero no estaba interesado aún en eso de la sexualidad— Por cierto, Evans, me pidieron que te preguntara si irás a la siguiente “reunión”
— No pienso hacerlo, sí alguien lo vuelve a ofrecer puede que lo maldiga —Mencionó Harry de forma condescendiente tomando una cucharada de sopa.
Primero muerto antes que dejar que lo tomen desprevenido otra vez de esa forma, además que no iba a perder su virginidad en una orgía y menos con lo que podía pasarle, su padre Connor lo mataría sí se entera que pidió una poción para evitar sorpresas, o peor, capaz lo hacía escuchar esa charla que nunca tuvo con ningún adulto y que todos sus amigos coincidieron que era fatal. Él no se hacía ilusiones, Harry podía ser un Lord, pero Connor aún podía pedir sus finanzas para revisar que no esté haciendo mal uso de su dinero (extorsión, porque según ellos sería muy… capaz) y los Goblins se las darían por el simple hecho de ser menor de edad.
El resto del día transcurrió con normalidad, sin contar que Harry tuvo que darle un zape a su propio padre por haber manchado su túnica, pero la parte más divertida probablemente vino cercana la cena, los cuatro merodeadores junto a Rómulo se encontraban cerca de la entrada al despacho del profesor Slughorn esperando el espectáculo, que vendría, un instante más tarde llegó Harry con un plato de comida, un corte de carne y puré de papas.
— ¿Qué haces aquí, Evans? —Preguntó Rómulo con bastante curiosidad, no pensaba arruinar la broma ¿O sí?
— Vine a ver el espectáculo, oí como lo hablaban con Rómulo, me pareció algo lo suficientemente divertido como para venir a ver —Anunció sentándose junto a su padre que le miraba como sí le hubiese salido una cola, alas y una segunda cabeza.
Pero la broma prometía valer la pena de tener que estar bajo esa mirada de quién fuera su padre en otro tiempo, aquí Slughorn tenía muchos sangre puras entre sus seleccionados e iba a ser divertido verlos escupir fuego; claro, la cosa cambiaría sí el hubiera estado allí, pero a pesar de ser invitado a su corta edad decidió esperar un poco más en unirse, tal vez el próximo año, todo dependería qué tan arrepentido terminaría de no ver el espectáculo en primera fila.
Solo tres minutos más tarde la puerta fue estampada por un chico que tenía la ropa medio quemada para que en el momento de abrir la boca saliera de esta un pequeño chorro de fuego, nada peligroso, la escena de los alumnos de grados superiores exhalando fuego y corriendo como gallinas sin cabeza fue lo suficiente divertida para que los chicos comenzaran a reírse, pero si algo desconcertó a todos fue escuchar la risa de Harry, una risa divertida y contagiosa, y aunque a Sirius le pareció extraña su propia línea de pensamientos le pareció linda, mientras iban caminando a su sala común estos seguían riéndose divertidos.
— Debo admitir que me sorprende que sepas divertirte, Evans —Admitió Rómulo recargándose en el hombro del chico con una gran sonrisa.
— Me gusta la risa como a cualquiera, solo me preocupo por los míos —Corrigió sonriente, aunque no evitó rodar los ojos por el comentario bobo del chico que extrañamente no sintió la necesidad de alejar de su cuerpo.
— Por cierto —Empezó James con una mirada divertida— Feliz cumpleaños, Sirius —Festejó el de anteojos antes de extenderle una caja de regalo.
— ¿Es tu cumpleaños, Black? —Preguntó Harry, los otros sonrieron de medio lado— Es una lástima… —Empezó sonando en serio como un lamento, antes de abrir la sala común—…Pero no me sorprende —Anunció al instante en que las luces se encendían, algunos alumnos, los miembros de las dos habitaciones masculinas y las chicas de la habitación de su hermana— ¡Sorpresa!
— ¿Lo sabían? —Preguntó Rómulo sorprendido mirando entre el grupo reunido y Harry, deteniéndose en éste último— ¡¿Acaso tienes una red de espionaje?!
— Lo escuché de Lucius - dijo con un tono de "eres idiota" mientras rodaba los ojo porque en serio, ese chico lo hacía voltear mucho los ojos - También escuché que Black quería hacerlo más discreto, por lo que "hablé" con los Slytherin de grados superiores para evitar los regalos “extremistas y pomposos de las familias sangre pura” además junto a Lily preparamos un pastel —Anunció mostrando un pastel que tenía escrito “Feliz cumpleaños Sirius” desviando perfectamente la atención de su tono irónico cuando dijo hablé— Espero te guste
— Se lucieron —Admitió Sirius con una sonrisa emocionada, la celebración pasó entre pláticas y juegos que llegaron hasta altas horas de la noche.
Cuando todos se habían ido a dormir solo quedaron Sirius y Harry, siendo que el último había jalado al mago sangre pura mayor al baño.
— Quería hablar contigo de algo —Anunció con las manos detrás de la espalda.
— ¿Quieres algo por esto? —Preguntó curioso el chico y sí lo admitía a sí mismo resignado.
— Para nada, considero que los cumpleaños deben celebrarse, era para entregarte algo —De detrás de su espalda sacó una pequeña caja negra con listón blanco— Es un regalo.
— ¿Una bomba fétida suprema? —Preguntó atónito viendo el pequeño objeto entre sus manos, esa pequeñez era capaz de provocar la peor peste imaginable y era demasiado complicado de quitar— ¿Cómo?
— Bueno, mi pequeña red de espionaje y extorsión - Sirius lo miró divertido y no pudo evitar reírse rodando los ojos - Ayer convencí a unos alumnos de Slytherin para que la consiguieran para mí —Explicó con una ligera sonrisa— Solo quería decirte, feliz cumpleaños Sirius
No esperó respuesta y salió dejando a un sangre pura conmocionado en el baño mirando el pequeño objeto, no era su primer regalo y tampoco era el primero que le hacía un amigo (los chicos se le adelantaron) pero se sentía especial de cierta forma, no solo eso, también el día en sí, lo había pasado tal cual lo quería, sin los pomposos sangre pura a su alrededor buscando el favor de la Más Noble y Antigua Casa Black, y todo porque Harry movió ciertas influencias (amenazó y capaz torturó un poco sí los rumores de sus encuentros con ellos eran ciertos) contra aquellos que él quería evitar, y todo ¿por él?.