Dylan no pregunto nada acerca de mi o de mi padre, algo que agradecí. Se dedico a hacerme reír con tonterías muy propias de él, no sabía porque se había tomado la molestia de venir hasta mi habitación si no somos nada, tal vez Ryan se equivoca y él si pueda ser un amigo en que confiar, solo hay un detalle con eso, los amigos no se besan, como está volviendo a hacer Dylan en este momento.
Sus suaves labios se mueven despacio por los míos. Es una sensación que me hace alucinar, solo habían pasado dos días desde nuestro primer beso, pero ya me había acostumbrado a sentir sus fuertes brazos alrededor de mí. Es algo tan nuevo y tan difícil de comprender como fue que paso.
—Creo que eso de tu preocupación fue una excusa —dije levantando una ceja cuando nos separamos.
—¿enserio?, ¿para hacer qué? — pregunto mirándome.
Todavía estaba acurrucada en sus brazos, llevábamos unas dos horas así.
—Besarme —dije simplemente.
Bufó.
—Tienes el ego un poco grande, Gnomo.
—No creo que sea más grande que el tuyo, Bestia —Me separe de él y me senté a su lado, recargándome en el respaldo de la cama —. Me enseñaron a no hablar con extraños y mucho menos a dejar que se cuelen por mi ventana. Lo único que conozco de ti es que eres un idiota bipolar arrogante, así que, cuéntame ¿Qué hay de ti?
—Sabes mucho de mí — dijo.
—No es cierto.
—La gente te ha dicho cosas de mi, Taylor, lo sé.
—Pero eso no es todo, ni lo más importante que hay sobre ti.
—Claro que sí, es todo lo que le importa a la gente sobre mí.
—Pero a mí no me importa, ¿por qué a ti si? ¿Porque le tomas tanta importancia a lo que dicen los demás?
—No voy a hablar de eso contigo — dijo de repente con acidez en su voz.
Suspire pesadamente.
—Como quieras, sigue alejando a las personas que quieren ayudarte.
—¿Tu que sabes de eso? No te metas, no es tu problema.
Me pare y me cruce de brazos molesta.
—Querer saber sobre ti está mal, pero tú crees que puedes venir aquí y preguntar sobre mis cosas y eso está bien — dije molesta.
—Son cosas que a ti no te malditamente importan Taylor, deja de insistir —dijo molesto mientras se ponía de pie y se cruzaba de brazos.
—Tenias que joder el momento ¿no? —,solté irritada
—¿Cuál momento? Tú y yo no somos nada.
Iba a mandarlo a la mierda, pero se escucho ruido afuera de mi puerta. Dylan y yo nos miramos alarmados, me acerque a él y rápidamente lo empuje adentro del armario.
—Si te mueves o haces ruido, te juro que te mato idiota — lo amenace molesta.
—Vete a la mierda Taylor — dijo igual de molesto antes de que cerrara la puerta del armario.
Me voltee justo al tiempo en que mi tía entraba a mi habitación. Corrió hacia mí y me dio un abrazo.
—Ay mi niña, lamento no haberme dado cuenta antes ¿llevas mucho tiempo aquí? — pregunto mirándome preocupada.
Me separe de ella y sonreí un poco.
—No, no llevo mucho tiempo aquí. No te preocupes, tampoco es para tanto.
—Ese hombre cada vez parece más un troglodita, mira que encerrarte como si fueras una criminal — Reprocho mi tía molesta.
Mire el armario. Tenía que sacar a mi tía de aquí.
—No es para tanto, está bien —dije llevándola fuera de mi habitación.
—Iré a preparar la cena. Debes de tener hambre. Tu padre salió con Abby al parque desde hace un rato, no deben tardar el volver — dijo antes de irse.
Cerré la puerta de mi habitación con seguro y mire al armario cruzándome de brazos. Dylan salió unos segundos después. Seguía molesto.
—Lárgate —dije señalando mi ventana —. No te quiero ver.
—Yo tampoco te quiero ver.
—¿Qué haces a aquí entonces? Nadie te pidió que vinieras —dije abriendo la puerta de mi habitación —. Cuando vuelva no quiero ver tu estúpida cara aquí — Dije molesta y luego salí de la habitación.
Regrese minutos después y ya no estaba. Me sentí fría y sola de repente… ¿Qué esta pasando conmigo?
( ... )
Al día siguiente me levante medio dormida como siempre. Después de tomar una ducha me vestí con unos shorts negros, una camiseta blanca de tirantes, luego me puse una sudadera gris con un corazón en medio y por ultimo mis Vans grises, ate mi cabello en una coleta alta y me maquille solo un poco. Tome mi mochila y las llaves de mi auto.
Minutos después me estacione enfrente de la casa de Ryan, quién salió de su casa poniéndose una sudadera azul. Cuando entro al auto me dio un beso en la mejilla como saludo.
—Hoy hace un poco de frío. Odio el frío — dijo con un puchero.
Sonreí.
—A mí me gusta.
—Esta frío... como tu alma — dijo sarcástico.
—Exacto — conteste riendo.
Conduje en dirección a casa de Emily. El camino estuvo lleno de risas y en el momento en que me estacione fuera de la casa de mi amiga, Ryan me miro.
—No le diré nada a Emily de lo que hablamos sobre Dylan, no te preocupes — dijo con una pequeña sonrisa.
Tome su mano y le di un ligero apretón.
—Gracias, te adoro — Dije —. Aun no me siento cómoda con que alguien sepa de esto. No sé... Es extraño.
—Y yo te adoro a ti belleza —Dijo —. Y no hay nada raro en eso.
—¿Porque tienes que ser gay? — pregunte con tristeza.
—Lo siento belleza — dijo divertido — No todo lo bueno es para nosotros.
—No importa, lo superare algún día — dije divertida.
—Algún día encontraras a un chico sexy que te dome.
En ese momento entro Emily al auto.
—Hola, ¿Qué me perdí? — dijo acomodándose en el asiento.
—Le estaba diciendo a Taylor que algún día un chico la domara —dijo Ryan divertido.
—¿Eso será posible? —pregunto ella divertida — No creo que le guste ninguno de los idiotas que hay por aquí.
—No estés tan segura Em — dijo Ryan mirándome divertido.
Uff con estos amigos para que quiero enemigos.
Emily me miro.
—¿Te gusta alguien? —pregunto intrigada.
—No, claro que no, ¿Cómo crees eso? — dijo Ryan sonriendo, contestando por mi.
—Mejor no hablemos de tonterías — dije empezando a conducir a la escuela —. No me gusta nadie.
—Bueno, como digas —dijo Emily.
Cuando llegamos a la escuela me acerque a Ryan.
—Dijiste que no dirías nada al respecto – le susurre entre dientes sin que Emily escuchara.
—Vamos, nunca le dije que te besuqueaste con Dylan. Solo me burle un poco del hecho de que te guste alguien — dijo pasando un brazo alrededor de mi hombro de manera relajada.
—No me gusta Dylan — dije molesta.
—Sí, claro, y a mí me gustan las mujeres — dijo sarcástico.
—¿Qué tanto murmuran por ahí? — pregunto Emily.
—Nada, linda, nada — dijo Ryan pasando su otro brazo alrededor del hombro de Emily —. Ahora soy el chico mas envidiado del colegio — dijo con una sonrisa mirándonos a ambas mientras caminábamos al aula de clases.
—Odio la historia — dijo Ryan cuando entramos al aula.
-Dímelo a mí. Si vuelvo a escuchar otra palabra de la profesora Brown, terminare convirtiéndome en uno de los fósiles de los que ella habla — dijo Emily.
—Serias un lindo fósil, amiga — dije divertida desde mi asiento al fondo de la clase.
Ella me miro y sonrió.
—No te vez muy incómoda siendo la compañera de Dylan ¿sabes?... es más, parece que te agrada.
Bufe.
—Para nada — En ese momento entro Dylan al aula y me miro. Sin despegar la vista de él le respondí a Emily —. De hecho creo que es un arrogante idiota bipolar.
Se sentó a mi lado y se cruzo de brazos.
— Es temprano como para que empieces a joder Taylor.
—Yo nunca mencione tu nombre… — Dije mrando mis uñas — pero ya sabes lo que dicen, si te queda el saco… — agregue levantando un ceja.
—Vete a la mierda.
—Tu primero.
La profesora llego y la clase transcurrió igual de aburrida que siempre. Odiaba la historia. Y así siguió el resto de la mañana, luego fuimos a desayunar.
—Taylor, te invito a mi casa el martes, Emily vendrá también —dijo Ana a mi lado.
—Claro, ¿Qué vamos a hacer? — pregunte con una sonrisa.
—Tengo planeada una noche de chicas, quiero consentirlas.
—¿Puedo ir? — pregunto Ryan mirando a Ana con ojos de cachorrito.
Ana puso los ojos en blanco.
—Ya te dije que no, solo chicas.
—Pero me gustan los hombres.
—Eso no es suficiente.
—Eso mi amiga, es discriminación —dijo Ryan —. Haré mi propia noche de chicas y será mejor que la tuya —Dijo cruzándose de brazos. Miro a Luke — ¿Te apuntas a mi noche de chicas amigo?
—No lo creo, amigo — contesto Luke sin pensarlo dos veces.
—Tú te lo pierdes idiota.
Ana y yo empezamos a reír como locas. Emily llego tomando un jugo y cuando le contamos el motivo de nuestro ataque de risa, escupió el jugo y comenzó a reírse también.
—¿Qué pensabas hacer con Luke? — pregunte entre risas.
—Le haría manicure a mi novio — contesto Ana.
—Perras — dijo Ryan molesto.
—Oh vamos, no te enojes, lo sentimos —dijo Emily parando de reír.
( ... )
Entre al gimnasio con Emily y después de ir a los vestidores y dejar mis cosas fui a entrenar. Estaba golpeando un saco cuando alguien me tomo del brazo.
—Muévete. Es mi saco — dijo Dylan molesto.
—¿enserio volveremos a tener esta discusión? —dije con las manos en la cadera.
—Muévete Taylor.
—No eres quien para decirme que hacer.
—Hablo enserio.
—Yo también. Vete a la mierda Dylan.
Me miro enojado, ¿Cuál era su puto problema ahora?
—Taylor, no me hagas enojar — advirtió.
—No, no la hare. Enojado ya estas, así que lárgate con tu humor de mierda a otra parte, deja de estarme jodiendo —dije quitándome los guantes y empezando a caminar al vestidor de chicas.
Increíble, me había arruinado las ganas de hacer ejercicio. Ahora mi humor era terrible. Cuando llegue al vestidor cerré de un portazo la puerta y aventé los guantes a la banca frente a mí. La puerta se abrió y vi a un Dylan molesto entrar. Se acerco a mí con decisión y me levanto bruscamente, mi espalda choco contra los casilleros, mis piernas estaban enrolladas alrededor de su cintura y sin dudarlo me beso bruscamente, introduciendo su lengua en mi boca al instante, y yo, como la chica débil que soy frente a este idiota, le correspondí el beso con la misma furia.
Se separo de mí y me miro a los ojos.
—Eres una jodida molestia, me haces enojar y eso… me vuelve loco — dijo antes de volver a besarme.
—Tú eres un hijo de puta conmigo y no digo nada —dije mientras él besaba mi cuello.
Escuchamos ruido y Dylan rápidamente camino y nos metió en una de las duchas.
—¿Taylor?, ¿estás aquí? —Se escucho la voz de Emily.
—Sí — conteste simplemente.
—¿Estás bien? Te vi discutir con Dylan.
—Sí, es un idiota. No te preocupes, me duchare y me iré a casa. No estoy de humor.
—Como quieras, te veo mañana — dijo y luego escuchamos como la puerta se volvía a cerrar.
Dylan me miro con una ceja levantada.
—¿Me llamaste idiota?
—Sí ¿algún problema?
Me volvió a besar y después me bajo.
—Te llevare a casa — dijo más tranquilo. Como que ambos habíamos liberado un poco de tensión —. Me iré a cambiar.
Asentí y luego él salió.
( ... )
Cuando llegamos a mi casa en su moto, no quería dejarlo ir. Era tan extraño, yo solo quería seguir besándolo. Después de que se fuera entre a casa, cene y subí a mi habitación cerrando la puerta con seguro. Me puse mi ropa para dormir. Unos mini shorts blancos y una camiseta blanca de tirantes eran mi conjunto de la noche. Me metí en la cama, tome mi iPod y los audífonos, puse una canción de One Republic y cerré los ojos. Sentí a alguien acostarse a mi lado y me tense. Me quite los audífonos y me gire para ver quién era.
—¿Qué haces aquí?, ¿Cómo entraste?
—No cerraste la ventana Gnomo — dijo Dylan a mi lado — Y me preocupe, cualquier idiota pudo haber entrado y tú no te darías cuenta.
—Tienes razón, no me di cuenta cuando entraste. — dije divertida.
Entrecerró los ojos.
—Que graciosa — dijo sarcásticamente.
—¿Qué haces aquí?
—Quería verte — dijo con esa voz sexy que tiene, provocando que mi estomago cosquilleara.
—¿No puedes vivir sin mi? — pregunte un tanto nerviosa cuando me quito las sabanas y se puso encima de mí.
—Luego dices que el arrogante idiota soy yo — dijo muy cerca de mis labios.
—Olvidaste bipolar —dije enredando mis manos en su cabello.
—Eso también — Susurro antes de besarme.
Sentí todo su cuerpo encima de mi sin sentir su peso realmente, era una sensación indescriptible. Me moví hasta quedar encima de él, a horcadas. Una de sus manos se quedo en mi cintura y la otra comenzó a acariciar mi muslo. Se sentó y sentí su erección debajo de mí, solté un pequeño gemido, tome el dobladillo de su camiseta y comencé a tirar hacia arriba hasta quitársela. Sentí sus músculos bajo mis dedos, se sentían firmes y suaves. Comenzó a besar mi mandíbula y luego fue bajando por mi cuello, una de sus manos comenzó a masajear uno de mis pechos haciéndome suspirar.
—No puedo verte sin querer besarte, lo odio — dijo mirándome a los ojos.
Comencé a besar su cuello y fui bajando por su pecho, su respiración era acelerada.
—No eres el único que odia esto Bestia —Dije —. No sé qué me pasa contigo.
Dylan se movió y me volvió a dejar debajo de él, me beso profundamente. La burbuja donde estábamos se rompió cuando alguien toco mi puerta.
—¡Taylor! — se escucho la voz de mi tía.
Suspiramos al mismo tiempo y él apoyo su frente en la mía.
—Entra al armario Collins —dije.
—Si sigues metiéndome en armarios, juro que un día voy a terminar llegando a Narnia —dijo y sonreí.
Nos levantamos y entro en el armario como le pedí. Abrí la puerta encontrándome con mi tía en bata y con cara cansada.
—Lamento molestarte cielo, pero Abby perdió su muñeca y no se puede dormir ¿sabes donde esta?.
—Tal vez la dejo en la sala, siempre juega ahí, debe estar debajo de uno de los sillones.
—Tienes razón, iré a ver. Buenas noches.
—Buenas noches.
Cerré la puerta con seguro y Dylan salió.
—¿Puedo quedarme contigo? – pregunto.
—¿quieres quedarte? — pregunte sorprendida.
—¿Quieres que me vaya?
Tarde unos segundos en contestar.
—No, no quiero.
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Aqui un nuevo capitulo, se que subi ayer, pero me siento muy inspirada con esta novela.
hasta ahora que les parece la novela?? comenten sus opiniones.
si lo creen regalenme un VOTO! :´D
hasta la proxima
-Laura Sánchez.