Hourglass | Avengers

By NaerysSnow

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H| Morgan Stark decide viajar al pasado, dispuesta a salvar a su padre ... ¿ Qué malo podría ocurrir ? ______... More

Hourglass
Reparto
Gráficos
Prólogo
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04

Capítulo 01

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By NaerysSnow















" Somos los imprudentes,
Somos la juventud salvaje.
Persiguiendo visiones de nuestros futuros,
Un día revelaremos la verdad."

═════════    ¤ ◎ ¤   ════════















Había una ligera tensión en el comedor del hogar Potts Stark, mientras que las dos féminas comían en silencio. Morgan repasaba mentalmente varios ejemplos de prueba que podía llegar hacer en el garaje, sobre su plan del viaje en el tiempo; a la vez que Pepper tomaba café y observaba a su única hija estar muy silenciosa. Sus cabellos oscuros y su mirada pensativa cuándo planeaba algo, eran rasgos distintivos de su padre. Se sentía afortunada de ser su madre, la chica era una mente brillante y vivaz, demasiado inteligente e inquieta, pero llena de amor hacía los demás. Notando que su hija no iba a prestarle la atención requerida, tuvo que carraspear suavemente, eso provocó que la joven  Stark levantara su rostro con rapidez a su madre y le diera su enfoque a ésta.








— ¿ Dijiste algo, mamá ? Perdón, es que estaba pensando en otra cosa.

— No, pero ahora que tengo tu atencion, lo haré. — Pepper suspiró suavemente para luego sonreirle levemente. — Se que no hemos compartido en éstos meses a causa de mis viajes de negocio y te invitaría, pero ... —

— Los encuentro tediosos y sin sentido. No te preocupes mamá, entiendo muy bien. Ademas estaré bien, tengo a Happy y Peter que me haran compañía si los necesito. — le aseguró Morgan, intentando no preocuparla. Pero Pepper Potts no era alguien que era convencida a la ligera.

— ¿ Qué tal si después de este viaje de negocios, vamos a cualquier parte que desees ? Sólo tú y yo, tengamos nuestro momento de madre e hija. ¿ Spa, Playa, Margaritas ? — el tono alentador y ver a su madre alegre ante esa perspectiva hizo que la chica cediera.

— Suena muy bien. — asintió positivamente mientras cortaba una tostada francesa. Quizas ya su plan estaría concluido y su padre vivo y en casa. — Creo que podría alejarme un poco del patriotismo andante y de los Tweedledee y Tweedledum. — añadió fingiendo molestia, pero no engañaba su madre, la cual sólo negó divertida. Definitivamente era idéntica a su padre.

— Digas lo que digas, ellos te hacen la vida más divertida. — replicó, Morgan se encogió de hombres. Tenía la boca llena de comida. — También me he dado cuenta que has pasado mucho tiempo en el garaje. ¿ Algo interesante que quieras contarme ? — preguntó pero luego se exaltó — ¡ Morgan ! — exclamó al ver que la chica casi se ahogaba y de inmediato darse unos golpes en el pecho y tomarse el jugo por completo, la mujer estaba casi levantada, pero su hija alzó una mano deteniéndola.

— Estoy bien - afirmó. — Ay, pensé que moría — susurró para si misma y miró a Pepper. — ¿ Qué ? ¿ yo ? No, nada que contar. Sólo matando el tiempo allí hasta que empieze de nuevo el curso de la universidad.

— ¿ Segura ? Me preocupa que no estés durmiendo o comiendo como es debido, Morgan. — empujó un poco la mujer al ver la actitud nada convincente de su hija.

— 100 % segura. — mintió con una sonrisa, Pepper la observó por unos segundos pero luego asintió de igual manera prosiguiendo las dos a terminar el desayuno mientras hablaban de trivialidades. La directora de las empresas Stark, se despidió de su hija, a la cual vio dirigirse al garaje. Dirigiendose al carro que la esperaba, agarró su celular y marcó un familiar número. Esperó mientras escuchaba el timbre sonar hasta que una firme pero amable voz contestó.

— Steve, necesito pedirte un favor. — dijo Pepper sin preámbulos.




Morgan colocaba unos datos de energía cuántica para el plano de la máquina. Aún faltaba varias cosas para que estuviera perfecto, un ejemplo sería las partículas Pym y la pequeña plataforma que se situaba en medio del lugar. Necesitaba las partículas para viajar, pero no podía aparecerse frente al matrimonio Lang y pedirle prestado una pequeña muestra. Sabía que rápidamente llamarían a su madre y ésta terminaría por castigarla hasta el fin de los tiempos.







— Friday, me gustaría llevarte conmigo pero no quiero que haya confusión con tu yo del pasado. — explicó mientras terminaba de escribir y movía el holograma de un lado a otro.

— Descuide, Srta. Stark. Entiendo perfectamente, le deseo suerte en su misión. — la IA respondió tranquilamente.

— Gracias Friday. — Barajando en sus manos unos programas de inteligencia artificial, encontró el que buscaba.


Thursday


Suspirando, colocó el programa en la computadora, en la cuál apareció una diminuta faz de un rostro masculino.




— Estoy a su servicio, Srta. Stark. — dijo la voz de programa.

— Hace tiempo que no te usaba, T. — saludó Morgan mirando a la pantalla.

— Y hasta yo mismo no me hubiera utilizado con ese nombre dado, Srta. — replicó el IA con sarcasmo, la chica sólo rodó los ojos.

— Sólo ajusta tu programa a la memoria dada en Rescue, Thursday. — ordenó dándole la espalda

— Si, Srta. Stark. — obedeció.




La joven sacó su caja de herramientas y empezó a trabajar en la plataforma. Pensaba frustrada de que no terminaría nunca con el ritmo lento de hacerlo todo sola. Pero tampoco podía decírselo a alguien. Se sentía entre la espalda y la pared. Cuándo ajustaba un tornillo, escuchó el sonido de la puerta del garaje querer abrirse así que lanzando el destornillador, jaló una enorme trozo de tela y torpemente empezó a cubrir la máquina.








— ¿ Morgan ? — llamó una voz desde la entrada. La chica inspeccionó que la tela cubriera la máquina y alzando su mano, presionó un botón que otorgaba la entrada al susodicho. Un joven entró al lugar, su cabello rubio y sus ojos azules junto a su físico trabajado a sus 22 años, lo hacían destacar. Vestido con unos vaqueros, botas y una simple camiseta, James Rogers era una dicha para los ojos; bueno para cualquier fémina que no fuera Morgan.

— Hola, libertad andante. — saludó ella intentando no mostrarse tensa. James rodó los ojos ante el sobrenombre. Sin decir nada se sentó en una silla disponible y miró a la chica. — ¿ Qué te ha dado para visitar a ésta grandiosa, magnífica y asombrosa chica en su humilde morada ? — preguntó y una ligera sospecha de que su madre estaba involucrada, cruzó su mente.

— Lo diré sin rodeos Mor, tu madre llamó a mi padre. — contestó James y sí, allí estaba su confirmada sospecha.

— ¿ Y ? — presionó ella sin darle importancia aunque por dentro pensaba que quizás sacar su fortuna y desaparecer, no sonaba mala idea.

— ¿ Ahora que has hecho ? — soltó el rubio sin decoro alguno. El labio de Morgan tembló. Maldito rubio y su intelecto heredado.

— ¿ Porqué lo dices como si hubiera hecho algo malo ? — contraatacó defendiéndose.

— Porque la mayoría de las veces, el 95 por ciento de las veces es malo. ¿ No te acuerdas de Bucarest ? — replicó rápidamente James dando un punto válido. Morgan abrió la boca sorprendida.

— ¡ Hey ! Ese fue un pequeño error de cálculo. — se excusó.

— ¿ Y que me dices de Bogotá ?

— Eso fue en cierta culpa de Barton. — replicó ella entrecerrando los ojos.

— Y en el cuál estabas incluida y ¿ Qué tal de Barcelona ? Ahora me dirás que no fue tu error. — ofreció el chico cruzándose de brazos.

— Lo fue. — lo admitió ella — Pero tú estabas conmigo y por lo tanto también es tu error. — una sonrisa victoriosa apareció en los labios de ella ante la mirada incrédula de él.

— No me lo recuerdes, papá me hizo correr hasta que casi se me salieran los pulmones. — se lamentó el chico.

— Debo admitir que tu padre se ve sexy corriendo.

— Ugh, Mor ... estás hablando de mi padre.

— ¿ Y ? — la chica se encogió de hombros.

— Mejor olvídalo. Ahora no cambies el tema, ¿ Qué estás haciendo ? La tía Pepper le dijo a mi padre que apenas sales a comer y te la pasas metida aquí, Mor. ¿ Qué es lo que no me quieres decir ? — el bombardeo de preguntas casi marea a la joven, ella al ver la preocupación en el rostro de su mejor amigo; sospesó las probabilidades. Si le decía, quizás podría ayudarla y si no lo hacía, tendría a su madre y a su tío Steve frente a la puerta del garaje en menos de lo que Peter podría decir onomatopeya.

— Si te digo, ¿ Prometes no decirle a nadie ? — preguntó con rapidez.

— ¿ Tan malo es ? ¿ En que estás metida ? — preguntó James para levantarse y acercarse a ella. Ésta negó para detenerlo.

— Prometelo, por favor. — pidió ella mirándolo fijamente.

— Mor.

— Por favor, James. — suplicó ella agarrando su mano. Éste al ver el desespero de ella, asintió.

— Te lo prometo por mi madre. — aseguró él con seriedad. Morgan suavizó la mirada mientras suspiraba.

— Tampoco tenías que llegar a ese extremo, Sr. Rectitud. — musitó.

— Ahora dímelo. — exigió él sin perder el tiempo.

— Estoy construyendo una máquina en el tiempo para poder viajar al pasado y así rescatar a mi padre. — soltó ella de golpe y con demasiada velocidad que si no fuera porque James había heredado el suero de su padre y su madre, no la habría escuchado.

— ¿ Qué ? — sólo salió de sus labios.

— Que estoy cons... — Frustrada empezó a repetir de nuevo.

— ¡ Ya lo escuché ! ¿¡ Pero en qué rayos estás pensando !? ¡ No puedes alterar el pasado por más que lo desees ! — exclamó James completamente en shock.

— Mi padre y el tuyo lo hicieron. — replicó ella.

— Sí. - concordó él. — Pero ellos lo hicieron para salvar al planeta y tú ... tú ... — él ni siquiera podía terminar la oración, mientras se paseaba de un lado a otro por el lugar.

— ¡ Quiero a mi padre de vuelta ! ¿ Acaso no quieres que tu madre regrese ? — preguntó molesta, eso hizo que James se detuviera y la mirara ofendido.

— Eso es jugar bajo, Morgan. — dijo él, negándose. Morgan se sintió mal, él tenía razón en esa parte.

— Lo siento, pero ¿ Acaso no lo has pensado ? Tener a nuestros padres aquí con nosotros. Que tú no tengas que ver a tu padre melancólico cada vez que una danza rusa o vodka o mi madre cada vez que hay un Expo o nunca verla entrar al garaje. Quiero cambiar eso, James. — explicó ella sentándose cabizbaja en una silla.

— ¿ No crees que estas pensando egoístamente ? — la pregunta de su amigo hizo que ella alzara su rostro.

— ¿ Y crees que tú nunca has pensado egoístamente por ti ? ¿ En serio no quieres a tu madre contigo de nuevo ? — lo contradijo ella, James arrugó el ceño e iba a decirle algo pero fue interrumpido.

— Srta. Stark, Happy Hogan se acerca al garaje. — anunció Thursday. Morgan miró al chico que estaba pensativo.

— Por favor, James. No digas nada. Por favor. — suplicó ella mientras se acercaba a la puerta del lugar. James la observó desde su sitio, quizás no estaba de acuerdo a lo que su amiga estaba proponiéndose, pero sabía mantener un secreto.

— De acuerdo, pero Morgan; ésto no está bien ... aunque sea por un bien que creemos mayor. — replicó él, para pasarle de lado y salir del lugar. Saludando a Happy, se montó en su jeep y se alejó del lugar con el pensamiento lleno de contradicciones y confusión.
















En la tarde, Steve observó a su hijo que jugaba con la comida; cuando normalmente habría estado comiendo su tercer plato. El ex-soldado, ahora Director de la Iniciativa de Vengadores demostraba todavía su usual complexión atlética y fuerte, gracias al suero. Apenas tenía varias arrugas y algunas que otra cana cubría su cabello rubio. Sus ojos azules demostraban un brillo preocupado hacía su único hijo.








— ¿ Ocurre algo, James ? Llegaste algo ansioso de la casa de Morgan. — la voz de Steve sacó de su estupor al joven chico que alzó la cabeza como ciervo en luces y Steve entendió que si ocurría algo.

— No ... no — James se empezó a calmarse para luego darle una sonrisa algo tensa a su padre. — Estoy bien, sabes como es Morgan. Suele meterse con mis nervios a causa de sus actitudes. — mintió algo torpe.

— Nada diferente a lo que era su padre. — confirmó Steve con una sonrisa sin notarlo.

— Creo que no. — le dio la razón a su padre. Aunque no había conocido al famoso Iron Man, por las historias contadas; Morgan Stark era muy parecida a su progenitor. — Padre, ¿ Crees que si tuvieras la oportunidad de salvar a mamá, lo harías ? — preguntó de golpe, Steve que iba llevarse un poco de pasta a la boca, se detuvo y miró confuso a su hijo. Hablar de Natasha no era un tabú pero tampoco preguntaban de la nada, pero el rubio mayor decidió contestar la pregunta al ver la mirada ansiosa de su hijo. Quizás eso podría calmarlo.

— Sin dudarlo, pero a veces las cosas no salen como deseamos. Tu madre murió por algo más grande, ella salvó todo lo que era importante para ella. — contestó tranquilamente.

— ¿ La extrañas ? — James sabía que era una pregunta tonta pero la presión que sentía en su pecho necesitaba cierto alivio, aunque fuera de su padre.

— Todo el tiempo. — fue la réplica inmediata del vengador. — Ella fue mi amiga y soporte cuando llegué a éste nuevo siglo y cuando ocurrió la decimación, no pude haber pedido mejor esposa. Nunca dudes de que ella nos amó. — le aseguró a su hijo.

— No lo hago, padre. Pero a veces desearía que ella estuviera aquí, no digo que lo hagas mal, — una sonrisa apareció en los labios de Steve — pero me gustaría que ella estuviera aquí con nosotros. — se lamentó el chico con pesar.

— Lo sé, hijo. Lo sé. — fue la respuesta del hombre fuera de tiempo. — Yo también.




Más tarde, James iba a su cuarto luego de ir al baño en medio de la noche, cuando se detuvo a mitad del pasillo a causa de una luz tenue que provenía de la sala. Entendió que era la televisión, mayormente su padre la mantenía encendida cuando no podía dormir y luego de haber corrido. El joven iba a decirle a su padre algo cuando se detuvo sigilosamente en la esquina. Su padre observaba un album de fotografías que desde el lugar donde estaba James, notó que eran fotos de su padre y madre juntos sonriendo. El perfil de su progenitor parecía austero pero el joven Rogers no tenía que ser adivino para saber que los ojos azules de su padre estaban llenos de una desolada y triste nostalgia. Así que lo decidió. Ayudaría a Morgan en su cometido, iría a salvar a su madre.














Morgan se sorprendió en la mañana siguiente cuando encontró a James en la puerta de su hogar con una mirada decidida.







— Rescatemos a nuestros padres. — fueron las palabras de éste. Y sin perder más tiempo, los dos jóvenes pasaron toda una semana en el garaje con intervalos de comida y sueño. Excusándose con sus padres de que estaban planeando una estrategia para una próxima misión, Steve y Pepper decidieron darle su espacio aunque no estaban muy convencidos de hacerlo. Mientras James ajustaba unos de los cables de energía y Morgan añadía un dato al plano, escucharon un golpe en la entrada del garaje. Los dos se miraron confusos.

— Thursday, ¿ Quién está afuera ? — preguntó, James se había levantado y se acercaba cuando una pantalla holográfica demostraba la imagen de afuera. Vieron dos figuras conocidas.

— Los jovenes Barnes estan afuera, creo que fueron dejados por Sr. Wilson. — explicó el IA. — ¿ Debería lanzar un protocolo de exterminio que programo para ellos ? — James miró incrédulo a su amiga.

— S... - iba a decir ella pero James la interrumpió.

— ¡ No ! - exclamó asustado. — ¡ Nada de eliminar a nadie, Morgan ! — añadió para irse abrir la puerta encontrándose a unos ojos azules como el invierno mirándolos fijos. — ¿ Qué hacen ustedes aquí ? — preguntó rapidamente. La fémina del duo habló primero.

— Papá y mamá tenian una misión con el tío Steve y el tío Sam y nos dejaron aquí a tu cuidado a lo que el verdadero niñero llega. — el tono de ella era suave pero directo. Su largo cabello castaño caía por su espalda mientras un vestido de verano cubría su delgada figura. Rebecca Barnes parecía una diminuta versión de su madre aunque Bucky afirmaba que veía rasgos de su fallecida hermana en su hija. James suspiro fastidiado pero abrió más la puerts y los dejó pasar. Morgan lo fulminó con la mirada, pero éste se encogió de hombros.


— ¿ Qué están haciendo ? — preguntó el otro chico recién llegado. De igual color de cabello y ojos que su hermana, Steven Barnes demostraba cierto músculo en su delgada figura. Sus vaqueros, converse y una camiseta de Star Wars complementaban su indumentaria. Los dos gemelos de 16 años eran clones de sus padres, especialmente el niño. Alto y con una sonrisa traviesa, los dos jovenes más grandes sabían que nada bueno traía.

— Nada. — respondieron al mismo tiempo James y Morgan ganándose unas miradas sospechosas de los recien llegados.

— No parece nada. — replicó Becca mirando el lugar, ya que casi nunca estaban allí.

— Oye, ésto no se parece a la máquina de la memoria de papá, cuando el tío Steve .... — empezó a decir Steven, mientras se acercaba al obejcto. Morgan y James abrieron los ojos asustados y prácticamente casi corrieron para detenerlos de acercarse más. Morgan giró al chico Barnes y lo empezó a dirigir a la salida.

— Ok, ya estuvieron mucho aquí pulgas, muevansen ... shu shu .. rompen la armonía interior que siento. — decía Morgan.

— Es una máquina del tiempo. — dijo Becca, no era una pregunta. Era una afirmación. La Stark y el Rogers se petrificaron por unos segundos, la joven mayor maldecía en su mente.

— ¿ Porqué construyen una máquina del tiempo cuando hay una en las instalaciones ... espera ... quieres viajar en el tiempo .... ? — empezó a decir Steven hasta que abrió los ojos al ver la mirada de los otros dos.

— En primera, no me leas la mente, es muy creepy y en segunda ... — empezo a decir Morgan.

— Te dije que esconderle algo a ellos sería imposible. — dijo James a espalda de ella, Morgan lo ignoró.

— ¿Tía Pepper y Tío Steve, saben ? — preguntó Becca con tranquilidad. Los escucharon suspirar.

— No. — respondieron ellos.

— Están muertos. — dijo Steven en tono divertido.

— Gracias por el dato cosa uno. — replicó Morgan sarcástica.

— Aunque la construyas, necesitarás de la partículas Pym y no las tienes. Tendrías que hablar con Hope Lang y no creo que ella te preste alguna. — mencionó la ojiazulada.

— Yo me encargo de eso, cosa dos y como dije ... muevansen. — Morgan movió su mano dandoles entender que se movieran hacía la entrada.

— Puedo ayudarte. — afirmó Becca.

— Si, ella puede. — la apoyó su hermano.

— No gracias, ahora muevanse. — se negó la chica Stark.

— ¿ Qué pasaría si algo saliera de mis labios ... ? — empezó a decir Steven mirando a Morgan.

— ¿ Y nuestros padres se enterarán ? — concluyó Becca.

— ¿ Ustedes siempre terminan las oraciones como si fueran una versión arcoiris de las gemelas del hotel ese ? — preguntó Morgan con la paciencia agotándose.

— No siempre. — contestó Becca.

— Sólo cuando nos conviene. — le siguió Steven.

— Son unos mocosos bien astutos. — gruñó Morgan. James aguantaba una risa ante el intercambio de éstos.

— Gracias. — dijieron al mismo tiempo.

— Si le llegan a decir a alguien sobre ésto, me encargaré de descubrir todos sus secretos y postearlos en la internet. — amenazó Morgan.

— ¿ No crees que haríamos lo mismo ? — desafió Steven cruzándose de brazos.

— A diferencia de ustedes, yo puedo borrar toda evidencia y eso los incluye a ustedes. — una sonrisa nada inocente apareció en los labios de ella.

— Te dije que era una mala idea y ahora mismo, nuestras opciones son limitadas, Morgan. — dijo James con un suspiro.

— Ésta bien, ésta bien ... ¿ Qué es lo que quieren a cambio ? La nueva versión de PlayStation, ver a sus actores favoritos, dinero ... lo último es más fácil. — enumeró con aburrimiento.

— Todo es fácil para ti, Mor. — musitó James al rodar los ojos.

— Callate James. — dijo Morgan sin mirarlo. Los gemelos se miraron al mismo tiempo como si se hablaran telepáticamente. James y Morgan se miraron también algo nerviosos.

— Queremos viajar con ustedes al pasado. — dijo Becca.

— ¡ NO ! — exclamaron los dos adultos de un golpe.

— Absolutamente no. — dijo Morgan con severidad.

— El tío Bucky y la tía Wanda nos torturarían y que se diga si les pasa algo. Papá y la tía Pepper nos asesinaran, si es que los primeros dos no lo hacen primero. — explicó James mirando a los gemelos seriamente.

— Estoy de acuerdo con el franjas y estrellas 2.0. — dijo Morgan, mientras el sobrenombre le quitaba seriedad al asunto.

— Ok ... vamos Stev, papá dijo que le hacía falta practicar con su rifle. — dijo Becca encogiéndose de hombros para dirigirse a la entrada, seguida de su hermano. Morgan rápidamente activó desde su muñeca el control automático de Rescue, la cuál con una velocidad rápida se interpuso en la entrada bloqueando el paso de los gemelos. Éstos se voltearon a mirarlos.

— Saben, son los peores gemelos que he conocido en mi vida. — dijo Morgan molesta.

— Somos los únicos que conoces. — aclaró Steven pero Morgan lo ignoró.

— Volviendo al punto importante, Morgan quizás es una señal de que deberíamos desistir. Los chicos podrían decir algo, recuerda que tía Wanda lee mentes. — mencionó James, sentandose en la plataforma casi terminada. Morgan alzó sus manos exasperada.

— Antes que nada, ¿ Desde cuándo eres tan pesimista ? Alégrate, me pones de nervios y lo otro, no desistiré porque  éstos dos renacuajos de Dr. Seuss me quieran manipular ... ¿ de acuerdo ? — James se encogió de hombros algo resignado ya que no quería discutir con ella. Entonces Morgan miró a los gemelos. — Si se meten dónde no deben, los dejaré en la era prehistórica. — aseguró ella, éstos asintieron rápidamente.

— ¿ Sabías que no tienes que ir hasta San Francisco a buscar las partículas Pym ? — dijo Becca sentándose en una silla.

— ¿ Qué quieres decir, Becca ? — preguntó James algo confundido.

— Que hay unas muestras en el área de seguridad máxima del complejo de los Vengadores. — explicó la chica con una sonrisa triunfante.

— Son los restos que el tío Steve robó del pasado. — concluyó Steven cogiendo un destornillador que Morgan le quitó con rapidez. Ésta parecía que no cabía de la emoción.

— ¡ Son unos genios ! — exclamó ella mirando a James con alegría.

— Lo sabemos. — contestaron éstos con suficiencia. Morgan se acercó a la pantalla holográfica y James hizo lo mismo para ver los cálculos de su amiga. La máquina estaba casi lista.

— Sólo hay un problema. — dijo Becca y los otros dos miraron a los gemelos Barnes. Cómo si los cuatro se sincronizaran, Morgan abrió los ojos y James golpeó su frente con su mano.

— No, él no. — dijo Morgan en negación.

— ¿ Qué se supone que le digamos a Nate ? — preguntó Steven mirándolos, Nathaniel Barton era el encargado de cuidar a los gemelos y mantener un ojo en James a lo que sus padres estaban de misión. Era cómo la Mary Poppins del grupo, sólo que más sarcástico y con humor negro. Y él y Morgan tenían una competitividad innata.

— Maldición. — musitó Morgan con frustración.

— Lenguaje. — la reprendió James.

— ¡ Oh ! Piérdete, Rogers.
















___________




¡ Y aquí está el primer capítulo de Hourglas ! Super largo y me sacó canas. Amé a los gemelos, son divertidos de escribir. Morgan y James se parecen a sus padres. Nate aparecerá pronto.

También la voz de Thursday es la de mi querido Jake Mulaney.

Recuerden dejar sus votos y comentarios, éstos motivan al escritor.



Chao

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