Seducir a un extraño

By danielacgalvis

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Jazmín es una joven que recién ha ingresado a un prestigioso Buffet de abogados en Colombia, inexperta en el... More

Sinopsis
Personajes
Prologo
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Epilogo

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By danielacgalvis

magic - coldplay

Seguir ignorando lo que sentía en ese instante no se había convertido en una buena opción, menos callarme lo que pensaba acerca de su acción la noche anterior.

- Anoche desapareciste sin decir nada, incluso has llegado tarde- digo y me alejo de sus brazos-. Creí que llamarías.

- Lo sé, como sé que te debo una explicación.

Aprieto mis párpados fuertemente mientras espero su respuesta.

- Ayer me reuní con mi padre y Leonardo. Antonella también estaba allí, hablo con papá acerca de nuestro divorcio.

- ¿Qué sucedió después?

- Discutimos como era de esperarse. Mi padre aún no entiende los motivos de mi divorcio. Y Leonardo tampoco es de gran ayuda.

-Entonces se han visto.

- Si - aquello me destruye, me deja herido el corazón.

- ¿Pasaste la noche con ella?

Vicent gira su vista hacia la mía como si le costara creer lo que acabo de decir.

- Por supuesto que no.

- ¿Porque llegaste en la madrugada? Me quedé esperándote y nunca llamaste.

- Antonella bebió de más, estaba ebria y a punto de formar un escándalo en las empresas, no lo iba a permitir. No debí ni siquiera acceder a beber con ella y quedarme a escuchar lo que tenía por decir.

- Pudiste haberme escrito, y sin embargo no lo hiciste, he encontrado lápiz labial en el cuello de tu camisa. Tan solo dime lo que sucedió entre los dos Vicent, te juro que la intriga me está carcomiendo por dentro.

- Jazmin no ha pasado nada. Ella quería que regresáramos como marido y mujer, me negué a hacerlo y después intento abalanzarse sobre mí

Me quedo en silencio sin decir nada.

- Jazmín te estoy diciendo la verdad.

- No sé qué creer, me has dicho que no tenías por qué escucharla y ahora me dices que estuviste toda la noche con ella, él sólo hecho de imaginar que otra mujer pase la noche a tu lado me destroza el corazón.

- Nunca jugaría con tus sentimientos - su mano atrapa mi brazo y me siento inestable con tan sólo el roce de estas sobre mi piel.

- Quisiera decir que nada me sucede cuando veo que te alejas de mí, pero sería una mentira. Sobre todo cuando dices una cosas y terminas haciendo otra.

Salgo de aquel salón sin soportar la idea de que aún mantenga un vínculo con su ex esposa. Que inclusive su padre le haya dicho que regresen.

¿Qué podía esperar si nuestros sentimientos no estaban claros?

- Jazmín... - susurra a mis espaldas.

- Va a ser una tarde larga - digo mientras acomodo mi vestido-. Debería regresar a casa con mi mamá y terminar de celebrar allí. Y tu deberías regresar a las empresas... - silencia mis palabras cuando empieza a hablar.

- Voy a ser claro con lo que siento por ti, como desde hace mucho tiempo no lo he hecho - me toma por la espalda y apoya su quijada en mi hombro-. Me costaba admitir que una chica como tú fuese la culpable de mis noches buscando a la dueña de aquel cuerpo que me volvió loco, cuando volví a encontrarte descubrí que eras mucho mejor de lo que pensaba. Devolviste una especie de luz a las tinieblas de mi corazón, descubrí más que unos labios y unas manos que despertaban en mí el deseo y la pasión que no llegue a sentir por otra - ¿acaso esa era su confesión de amor hacia mí? Había sonado como la melodía más hermosa interpretada por su voz-. Cuando te fuiste y me dejaste por tan sólo unos minutos, corroboré lo horrible que se siente estar lejos de ti.

- Te amo Vicent - susurro mientras enlazo mis manos a las suyas.

- Lo sé mi pequeña Jazmín. Prométeme que nunca te vas a ir - mueve la punta de su nariz en mi mejilla.

- No quiero repetir lo de ayer, no quiero que estés con otra mujer.

- Sólo seré tuyo, como tú eres mía.

Giro mi figura hasta que quedo pegada a su pecho.

- Eres mi mujer Jazmín.

- Y tú eres mi hombre – acomodo mis manos en ambos lados de sus hombros.

Vicent se inclina hacia mí mientras me toma de la cintura para plantearme un beso profundo, su lengua se abre paso con desespero buscando la mía mientras yo lo recibo con la misma intensidad.

- Deberemos ir a casa de tu madre a celebrar – dice cuando nos cuesta retomar el ritmo de nuestra respiración.

- ¿En dónde está tu auto?- digo cuando no veo el jaguar gris, ni ha Carl por ningún lado.

- Lo envié al auto lavado.

- Oh - observo de lejos un auto acercarse a donde nos encontramos. La puerta del camaro negro último modelo se abre dejando ver Carl.

- Llegó esta mañana del concesionario señor - Carl le tira las llaves a Vicent y este las recibe en el aire.

- Gracias Carl.

- Siempre es un gusto. Iré por el otro auto al servicio de lavado.

- Entendido Carl.

- ¿Lo has comprado?

- Tenía que tener una segunda opción, ¿sube señorita?

- Por supuesto - me rio cuando abre el asiento del copiloto y él sube al volante.

- Bueno, veamos qué tan bueno es como lo describían en el folleto. Me recuerda al Vicent de dieciocho.

- ¿Eso fue hace exactamente cuánto? - suelto una risa.

- Hace muchos años, cuando era un imbécil solitario.

- No dices mucho de tu vida, bueno.. De tu juventud.

- No hay mucho que decir, era muy solitario para ese tiempo - enciende el estéreo y juega con la estaciones hasta que se detiene en una canción de Nirvana, Come as you are-. Mi padre pasaba la mayor parte de su tiempo cerrando negocios y yo estudiando finanzas. Tenía que hacerme el negocio algún día y todas sus expectativas estaban puestas en mí.

- ¿Qué hay de Leonardo? ¿Como era su vida?

- Chicas, bebida, una vida desenfrenada, mi padre lo amenazó con dejarlo sin un centavo si seguía con ese estilo, fue cuando asumió responsabilidades.

- El señor Leonardo ha sido un hombre que no maneja muy bien su ira, descarga su rabia con otros.

- Paso tres años en un reformatorio. Leonardo quiso siempre ser el centro de atención de mi padre y creyó que ocasionando problemas lo lograría.

- Espero que tu hermano algún día pueda mejorar su forma de actuar. Ambos llevan la misma sangre.

- Pero somos muy diferentes.

Vicent conduce hasta mi casa y una vez que llegamos puedo observar a mi hermana hablando con mamá.

- Silvia, si viniste –digo y ella mira mis espaldas a Vicent, hace una mueca de enojo en su boca.

- En realidad no lo he hecho por ti Jazmín - responde ella-. Tenía que hablar algo con mamá.

- ¿Está todo bien?

Las lágrimas se acumulan en los ojos de mi hermana.

- ¿Silvia que te sucede? ¿Por qué lloras?

- ¡Suéltame! - grita salida de sí-. Si no hubieras armado aquel escándalo aún seguiría con Javier.

- ¿Qué has dicho? - enarco una ceja-. No puedo creer que me digas esto cuando te hice un favor a desenmascarar a ese idiota.

- Por tu culpa, Javier jamás regresará. Has jodido todo en mi vida Jazmín. Mi hijo no tendrá a un padre en su vida.

Me quedo estática en cuanto a lo que ha dicho Silvia. ¿Hijo?

- ¿Estas embarazada?

- Sí - retira una lágrima de su mejilla-. Tengo cuatro semanas.

- Silvia.. Deja que te ayudemos.

- No quiero tu ayuda Jazmín. No quiero estar cerca de ti.

- Deja de hablar de esa forma de tu hermana como si fuera la culpable de todo, deja de culparla de tus propias acciones.

- ¿Tú también te podrás de su parte madre? No puedo creerlo, estoy segura que si Jazmín viniera y te dijera lo mismo que te estoy diciendo correrías a ayudarla, porque lo más seguro es que ese tipo de deje cuando te metiste en medio de un matrimonio.

-¿De qué hablas Silvia? Eso no es cierto..

- El hombre con el que sale estaba casado con una mujer famosa en la pasarela, posiblemente la dejo por probar a mujeres que se ofrecen – mi mano golpea su mejilla al escucharla decirme eso.

- No vuelvas a decirme que hacer con mi vida, me he cansado de que la cuestionen todo el tiempo, como si la de los demás fuera de fantasía – el enojo y la frustración de todos esos años termino por aflorar a una chica que jamás me había atrevido a sacar.

- Silvia deja de hablar o el siguiente golpe lo recibirás de mí – responde mamá.

- Lo mejor es que me vaya, Javier siempre me lo dijo, eres diferente a la niña buena que todos creen que eres - Silvia toma su bolso del suelo y se retira de allí dejándonos solas.

Me cuesta creer que mi propia hermana aún siga creyendo en las palabras de ese tipo y sobre todo que me culpe de lo que sucedido. Ahora que está embarazada las cosas serán más complicadas para ella, Javier no es el tipo de hombre que asume responsabilidades y un bebé en su vida no es lo que busca.

- Dios, tu hermana me va a volver loca - refunfuña mi madre-. ¿En qué momento se cegó tanto?

- ¿Jazmín estas bien? - pregunta Vicent mientras me toma de la mano.

- No - susurro entrando a la casa.

- Jas.. , no hagas esa cara, es tu graduación, no permitas que nada la arruine. Ni siquiera Silvia.

- No lo está - digo retomando el rumbo de mis palabras-. Voy a hacer ese postre tan rico que vi en Internet - me suelto del brazo de mi madre que segundos antes había colocado sobre mí.

- Jazmín.. Escucha a tu mamá - escucho su voz detrás mío y sólo me acerco a la cocina dejándolo atrás.

Comienzo a sacar todo lo necesario para preparar aquel postre y es entonces cuando descubro que aún sigo enfundada en ese vestido color lavanda.

- Te vas a ensuciar toda, deja que yo lo prepare - articula mi madre mientras la veo pasar a despensa y saca de allí su delantal.

- No entiendo a Silvia, ella y yo siempre hemos tenido nuestros problemas y aún así nos hemos mantenido unidas. Pero lo de hoy, me ha dejado con un nudo en mi garganta.

- Hija, tu hermana no está pensando muy bien las cosas. Sé que Vicent es divorciado, no has destruido nada.

- Javier no va a aparecer para hacerse cargo del bebé.

- Pues más le vale que lo haga - frunce el ceño mi madre-. Ahora lo que tú deberías hacer es ir y sentarte al lado de tu novio y dejarme a mí aquí con el postre.

- Las cosas entre Vicent y yo están complicándose, anoche hablo con sus ex esposa y aunque crea que entre ellos dos no existe nada, no dejo de sentirme rota al saber que la vio de nuevo, que estuvo con ella, que ella lo toco.

- Hija.. es normal que te sientas insegura cuando ves que la mujer que hizo parte antes de su vida aparezca de nuevo con la intención de romper lo tuyo. Pero creo que estas lo suficiente mayor para darte cuenta lo que deberías decidir. Y alejarte no es lo mejor.

- Sigo sin creer que esa mujer lo busque después de que lo culpara de su separación, de que dijera todo eso, ¿Porque no quedarse a su lado? ¿Porque no seguir con él?

- Porque no lo amaba quizás como decía hacerlo.

La presencia de esa mujer de nuevo en la vida de Vicent no era de mi agrado, y no lo decía como una mujer llena de celos, lejos de ser eso, estaba sospechando sobre sus verdaderos motivos.

- Voy a estar en el comedor con Vicent - me alejé de allí y lo encontré con su mirada fija, gélida en la pantalla de su móvil.

- Mamá hará el postre por mí - saque de al lado una silla y él sólo apretó sus dientes al igual que sus manos-. Tus nudillos están rojos ¿qué te sucede? - coloque mi mano encima de sus dedos y él logró relajarse de la postura tensa que mantenía su cuerpo.

- ¿No has vuelto a recaer?

- ¿A qué viene esa pregunta?

- Respóndeme Jazmín.

- No, he estado tomando esas medicinas que me envió el doctor.

- Sabía que no era una simple arritmia. Lo sabía, ¡maldita sea! - da un golpe en la mesa que me toma por sorpresa.

- ¿Quieres por favor decirme que sucede?

- Ha sido Leonardo, acabo de ver las cintas de seguridad y se ve claramente cómo sale de la cocina.

- Eso no demuestra nada Vicent.

- Creo a Leonardo de cualquier cosa Jazmín. Pudo ser peor.

- Estas demasiado alterado.

- ¡¿Cómo no estarlo joder?! - se levanta de manera rápida de la silla y sus ojos se oscurecen, cambian de un tino azul claro a uno que da miedo mirar-. ¿Cómo se atrevió a colocar algo en tu bebida? Pudo ocasionar un accidente.

- Lo que quiere Leonardo es que vayas y armes un escándalo con todo esto.

- ¡Me importa un coño! Voy a golpearlo hasta que su rostro quede irreconocible, voy a hacer lo que hace mucho tiempo debí hacer.

- Piensa en el hecho de que es tu hermano, Dios mío Hablas como si fueses otro.

- ¿Hermano? Lo que es, es un maldito demonio.

Su pecho baja y sube al ritmo de su respiración acelerada, está fuera de sí, está dejándose llevar por las emociones que lo afectan en estos momentos.

- Disculpa - pasa sus manos por su cabello-. He sido un grosero y en tu casa.

- Estoy bien ahora y lo importante es que Leonardo no hará de nuevo tal estupidez.

- Claro que no lo hará, yo me encargo de él.

Una vez más aquello me erizo la piel, conocía de lo que sería capaz de hacer Vicent, lo había visto con Javier aquel día, nada lo iba detener.

- El postre va a estar en unas horas - salió mi madre de la cocina y su mirada se centró en la de Vicent.

- Lo siento señora Rubí por no quedarme pero debo solucionar antes un asunto que deje pendiente.

- Oh,vaya. No sabía que surgiría algo de imprevisto.

- Me debo ir - lo vi avanzando hasta la salida de la casa y mi única reacción fue detenerlo, intentando con eso calmar los ánimos.

- No hagas una locura - murmure por lo bajo.

- Voy a ir y hablaré con Leonardo.

- ¿Seguro que vas y sólo hablas con él? - aquello no me convencía.

- Seguro - dijo mientras paso levemente su mano por mi mejilla.

Subí al auto junto a él, el ambiente era de los más de lo más tensionante, era frío y diferente al de hace unas horas. Pronto el camaro estaciono en una casa enorme, supongo que sería la casa de paso de la familia Lasserre, el portón se abrió de un lado a otro mientras veía a Vicent mover sus dedos uno a uno encima del volante.

- Bienvenido señor Lasserre - dijo uno de los empleados en cuanto nos vio bajar de allí.

- ¿Mi padre está adentro?

- Así es, está junto a su hermano jugando una partida de ajedrez.

- Excelente - esbozo una sonrisa y avanzó por la sala con pasos largos hasta lo que se supone sería el despacho.

Por instinto corrí tratando de alcanzarlo pero era demasiado tarde, Vicent atravesó aquellas puertas de madera dejando tanto al señor Esteban como a Leonardo con la vista fuera del enorme ajedrez que tenían en el centro para darle su atención al hombre que tenían por delante.

- Vicent que sorpre.. - la voz del señor Esteban se vio interrumpida por el puño de su hijo mayor sobre el menor provocando que cayera al suelo.

Ambos en segundos empezaron a devolverse los golpes sin decir nada, sólo como dos animales salvajes buscando despellejarse el uno con el otro.

- ¡Sepárense! ¡Sepárense! - grito el señor Esteban dándoles aquella orden a la que ninguno obedeció.

- ¿Qué sucede hermano? Tú siempre has sido el más calmado y civilizado de los dos - se mofo Leonardo.

- ¡¿Me ves calmado Ahora!? ¡Maldito desgraciado! - siguió golpeándolo en el suelo y los hombres de la casa tuvieron que separarlos.

- ¿Qué mierdas Vicent? ¿Qué has hecho? - cuestionó el señor Esteban.

- La quiso matar, quiso herir a Jazmín sólo porque quiere la presidencia y sabrá Dios que más.

- No me interesa la mujerzuela con la que te revuelcas.

- ¡Maldito miserable! - forcejeó intentando liberarse de la fuerza de esos hombres.

- ¿Lo has hecho por esa mujer Vicent? - cuestionó el señor Esteban mientras me miraba.

Mis manos temblaban, mi respiración era inestable y estaba presa del miedo y del pánico.

- Jazmín estuvo en cama por culpa de Leonardo, se enfermó porque él agregó algo a su bebida.

- ¿Es eso cierto? - la vista de Esteban se centró esta vez en Leonardo.

- ¿Vas a creer las mentiras de un loco?

- Tu hermano nunca ha mentido, dime la verdad Leonardo.

- Sólo quería darle un susto a la novia de Vicent.

- ¡Eres un maldito! - se logró soltar Vicent y se acercó hasta donde se encontraba Leonardo-. Pudiste ocasionarle un infarto, lunático de mierda - lo tomo del cuello de su camisa pero no lo golpeó-. Siempre te vi como mi hermano menor, al que debía proteger y ahora te veo como la peor escoria del mundo.

- ¡Déjalo! - la mano Esteban se posó sobre el hombro de Vicent-. Leonardo vete de la casa.

- No voy a..

- ¡Que te largues he dicho! - dio un fuerte grito. Vicent bajo a Leonardo.

- Siempre tienes lo que quieres, conseguiste incluso a una mujer preciosa como esposa, algún día sabrás lo que es perderlo todo hermano – Leonardo enseguida abandonó el despacho.

- Necesito un maldito Whiskey - respondió Vicent mientras deshacía el nudo de la camisa y se acercaba al mini bar.

- No debiste traer contigo a esta mujer, quiero que se vaya.

- Jazmín no se va a ir, ella es mi novia.

El señor Esteban se quedó mirándolo como si hubiera enloquecido.

- ¿Qué estupidez has dicho?

- Jazmín y yo estamos juntos.

- Deja de actuar como un adolescente de quince, deja a esta muchachita a un lado.

- Voy a encargarme de todo lo que tenga que ver con Jazmín. Voy a encargarme de ella y no entra a discusión, incluyéndote.

- Vicent.. Te casaste y divorciaste de una mujer que tú mismo escogiste como esposa y ahora apareces con una chiquilla que te hace volar sobre las nubes ¿Qué pasa por tu cabeza?

- No voy a regresar con Antonella.

- Pedirte que dejaras Francia fue quizás una mala decisión - se rasca la frente-. Tu ex esposa quiere intentar de nuevo contigo, quizás puedan tener el hijo que tanto quieren.

Decidí que no quería seguir estando allí, claramente no había ningún motivo por el cual quedarme.

- Jazmín detente ahí.

- Te espero en el auto.

Su figura se acercó hasta mí, su boca estaba roja producto de la sangre y su camisa manchada también.

- Estas hecho un desastre.

- Disculpa por no haberme detenido.

- Quiero regresar al hotel.

***

Nos habíamos regresado aquella misma noche al hotel, quería que ese día terminara de una vez por todas, el destino había escogido un mal momento para resolver todos los problemas por los que habíamos pasado. Sentía que mi cabeza iba a estallar si pasaba por otra situación similar.

- Fui yo quien termine arruinando tu noche especial – se queja mientras atravesamos la sala del pent - house.

- Nos has echado a perder nada – le dedico una sonrisa.

- ¿Has pensado en lo que te he dicho? – aquello me había tomado de sorpresa. Pensar en lo que me ha dicho.

- Si – susurro al fin y me apoyo en el mueble.

- ¿Tienes preguntas? – enarca una ceja.

- Solo una – contesto armándome de valor-. Se lo que me has dicho en ese salón, pero tan solo quiero que me digas sinceramente si sientes lo mismo que yo.

- Mi Jazmin.. – dice mientras pasa sus manos por mi cabello y los despeina-. Soy novato en esto de los sentimientos.

- Se honesto por favor.

- ¿Cuando dices que si siento lo mismo por ti? ¿te refieres a...

- Me siento de una manera en la que nunca me había sentido, es como si hubiéramos estado destinados a encontrarnos esa noche – su mano aparta un mechón de mi cabello y me hace sentar encima de sus piernas.

- Cada vez que miro tus ojos, puedo ver un lugar en el que soy eternamente feliz, estoy tratando de ser el hombre romántico, con flores, chocolates, citas y todas esas cosas que me jure no volver a ser, tan solo por ti. Has sido la mejor casualidad de mi vida Jazmín.

- ¿Incluso cuando he sido yo la que te ha dicho te amo primero?

- Incluso cuando lo has dicho de primera – esboza una sonrisa. Quería dártelo después de que saliste del salón, pero la situación con Leonardo hizo que lo olvidara – ha sacado de su bolsillo trasero una caja de terciopelo cuadrado-. Espero te guste – desliza por mi cuello un delicado collar plateado con un dije en forma de golondrina-. Siempre has actuado libre como un ave, y eso te hace autentica ante mis ojos.

- Gracias – digo con una sonrisa.

- ¿Porque me las das?

- Porque me has hecho feliz, mis días se convierten en los mejores cuando estoy contigo.

- Déjame venerarte Jazmín, déjame perderme en el elixir de tu piel por siempre..

Y me muero porque lo haga, porque haga lo que mejor sabe hacerme. Adorarme y amarme en la forma en la que lo hace. Ya no es un extraño en mi vida, creo que Vicent jamás lo ha sido. Ha sido el hombre por el que cualquiera se volvería loca. El hombre al que amo.

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