Paraisos Prohibidos | KookTae

By yoongifem

115K 11K 8.6K

Taehyung y Jimin son un par de hermanos adoptivos que viven en la comunidad gitana de su pueblo bajo el manto... More

Booktrailer NUEVO
Booktrailer VIEJO
Capítulo 1: Nuevo Empleo.
Capítulo 2: El Préstamo.
Capítulo 3: ¿Por qué es así?
Capítulo 5: Casi.
Capítulo 6: El Beso.
Capítulo 7: Nuevas Sensaciones.
Capítulo 8: Hotel.
Capítulo 9: La Salida de Rose.
Capítulo 10: La Llegada de Yoongi.
Capítulo 11: Sentimientos Encontrados.
Capítulo 12: En la comunidad.
Capítulo 13: La Extraña Dama.
Capítulo 14: Extraños Comportamientos.
Capítulo 15: Búsqueda.
Capítulo 16: Respuestas.
Capítulo 17: Los Amantes.
Capítulo 18: No tengo miedo.
Capítulo 19: Verdades.
Capítulo 20: Te Quiero.
Capítulo 21: Revelación.

Capítulo 4: Inevitable.

7.7K 675 775
By yoongifem

Luego del almuerzo, Sunhee prefirió pasar la tarde libre en su taller. Para su suerte no hubo malos momentos ni comentarios negativos durante la comida. Era un milagro siempre que eso pasaba, pues era costumbre comer incomodos o terminar peleando.

—¿Lograste saber algo? —preguntó Sunhee, en cuanto vio a Yangmi cruzar la puerta, quedando solas ahí dentro.

—Ambos son hermanos adoptivos por una misma mujer. —dijo la anciana, yendo a su lado para apreciar la figura humana que comenzaba a pintar, aun sin una forma definida.

—Esa es una información muy valiosa. —pensó.— Tengo que saber más sobre ellos.

—¿Por qué tanto interés en los jóvenes? —aunque creía saber por dónde venia el asunto.— Señora, ese bebé murió, debería no pensar más en eso, han pasado muchos años.

—No, yo estoy segura que mi hijo no murió. Yo lo escuche llorar, sé que está vivo, y ahora él puede tener la edad de esos chicos. ¿Sabes qué tanto que deseo encontrarlo? —volteo a verla, con una mirada que expresaba todo el dolor que sentía por aquella situación.— Ni siquiera sé si puedas imaginarlo.

—Pero el señor Daehyun dijo que el niño murió, por eso se esmeró en encontrar otro que ocupara ese vacío.

—No, Yangmi, mi hijo no murió. Cuando nació estaba vivo, y yo estaba débil, pero lo escuché llorar, lo sentí moverse.

—En todo caso no sabe si sigue vivo o si sigue en esta ciudad.

—Pero yo mantengo la esperanza de que él está cerca. —regresó a su pintura, intentando tranquilizarse.

A veces le frustraba que Yangmi no le creyera, que la tomara por loca, porque ella no lo decía, pero sabía que lo pensaba. Se sentía incomprendida, sin embargo, no se iba a dejar vencer, y mucho menos por Daehyun. Ese niño regresaría a ella tarde o temprano.


***



Se acercaba la hora del anochecer, y Jungkook aun seguía pensativo en todo lo que su madre había dicho, lo mal que lo trataba y la forma despectiva en la que se refería a él. Seguía sin captar que era lo que hacía mal para que obtuviera ese trato de su parte. Le afectaba más de lo que le gustaría, por eso ocupaba su tiempo y mente en los quehaceres de la hacienda.

Ni siquiera se había detenido a hablar con otros empleados o si quiera a saludar a Taehyung en todo el día. Andaba callado y eso el castaño lo había notado, por lo que no pudo evitar acercarse cuando lo vio ir al establo.

Cuando entró, Jungkook le daba de comer a su caballo mientras le hacía mimos, como si esa fuera una terapia contra lo mal que se sentía.

—¿Estas bien? —preguntó Taehyung en cuanto estuvo cerca.

Jungkook volteo a verlo, algo sorprendido. No esperaba que Taehyung le hablara y menos para preguntarle eso. ¿Tanto se notaba que algo le afligía?

—Si, ¿por qué?

—Te ves pensativo, y hasta diría que algo dolido.

—Solo ando pensando en cosas de la hacienda y unos asuntos personales que debo resolver.

—Está bien, solo quería saber. —Jungkook asintió.— ¿Necesitas ayuda en algo?

—Estoy bien, no te preocupes.

Taehyung solo asintió, sin decir más nada. Era obvio que algo le afectaba, pero también era obvio que no iba a decirle de que se trataba. Fue tonto pensar que iba a contarle de sus problemas como si fueran amigos de toda la vida, pero al menos lo había intentado.

La más joven de las empleadas se asomó por la entrada del establo, aliviada de encontrar al fin a Jungkook; —Joven Jungkook, su primo esta al teléfono. —dijo Nayeon.

La sonrisa en el rostro de Jungkook fue notoria. Al parecer se llevaba muy bien con él, tanto que hasta no dudo en salir corriendo de allí, dejando a Taehyung con sus tareas.

—¡Al fin llamas, tarado! —exclamó Jungkook, en cuanto tuvo el teléfono en su oído.

¡¿Y tanto te cuesta llamar tú?! —preguntó Yoongi, al otro lado de la línea.

—Soy un hombre atareado, mi agenda es grande. —exageró.

Si, me imagino, tus amigos los caballos.

—Cállate, son buenos amigos.

Llamaba para decirte que en cuanto salga del penal ire a pasar unos días a tu casa
a ocupar lugar y comer tu comida, hace tiempo no nos vemos.
—penal le decía a la universidad.

—Al fin, tengo cosas que decirte. —observó que nadie estuviera cerca.— Pero ya sabes, no por acá. —pues habían otros teléfonos en la casa y cualquiera podía escucharlos.

¿Y ahora en qué andas?

—Es algo complicado... código azul. —era la señal de que andaba en la baba por un hombre.

Ay, no de nuevo. —se carcajeo.— Creí que habías superado esa etapa, pero ya veo que es definitivo, prefieres más el chorizo que la empanada.

—Cállate. Es que está demasiado... —apretó los labios, pensando en cómo describir a Taehyung.

¿Demasiado qué?

—Es como una escultura. Curvas por aquí y por allá, y un trasero que uff, para que te digo.

¿Tan así? Tendré que verlo para aprobarlo, ¿en dónde lo conociste?

—En un bar... y hubo casual. —dijo por lo bajo, paseando sus ojos por la sala para estar seguro.

¿Y se pasaron números?

—Es de clase baja. —siguió susurrando.— Y por ironía a las semanas resultó venir aquí a trabajar como el nuevo domador de la hacienda.

Mmm encima de que es hombre, no es de tu clase, o sea que de todos modos estas en la mierda. —volvió a carcajearse.— Ay no, que mala suerte la tuya. Solo no dejes que los vean cuando se den por el heno o donde sea. —largó un suspiro, ahora poniéndose más serio.— Si tu padre se entera... te escapas conmigo a Europa, a la casa de campo en España.

Bien consciente estaba Yoongi de que su tío era un homofóbico de primera, ni siquiera sabía cómo es que aún lo quería sabiendo que era bisexual. Quizá le reconfortaba saber que aún le gustaban las mujeres y no del todo los hombres, no tenía idea, pero sabía que muy en el fondo no le hacía mucha gracia que fuera tan compañero de Jungkook. Como si fuera algo que se contagiaba.

—Si se entera se va a la mierda todo esto, me matara... por eso voy a estudiar una carrera. Si algún momento pasara algo así, tendré algo con que valerme solo. Es por si acaso, ¿entiendes? Tengo que tener asegurada mi vida ante cualquier posibilidad.

Está bien que pienses así. Cualquier cosa puedes llamarme.

—Si, obvio. ¿Entonces cuando vienes?

No sé bien todavía, te diré en cuanto tenga todo listo. Aun no se lo digo a tu queridísimo padre, pero seguro no se negará. Debo dejarte ahora, tengo tarea que hacer, así que hablamos luego.

—Está bien. Me avisas con tiempo, eh. Nos hablamos, adiós.

Escuchó como Yoongi colocaba el teléfono en el pie y la llamada se cortaba. Largó un suspiro, pensando en lo que podría llegar a pasar si su padre se enteraba, aunque le daba curiosidad que tanto seria su favorito si eso pasaba.

Ahora no solo debía luchar contra las ganas de ver a Taehyung a diario, sino también contra la ansiedad por la noticia de que Yoongi iría. Era como su mejor amigo, el único al que podía confiarle lo que sea, y que estuviera tan lejos le cagaba. Al menos tenía el consuelo de que se acercaban las vacaciones y lo tendría ahí para charlar e ir de joda juntos.

Cuando Jungkook regresó al establo para seguir con sus tareas, logró ver como Taehyung se mojaba el cabello por el calor, cayendo un poco de agua en su camisa y haciendo que se pegara a su piel canela.

Sin poder evitarlo, su vista bajó a su trasero. No importaba que tipo de pantalón usara, siempre se le iba a marcar la forma redonda y perfecta que este tenía. Era un pecado.

Le daban ganas de ir y azotarlo, dejarle mordidas las nalgas y metérsela bien rico. No sabía cuánto podría aguantar, aunque quizá una vez más no dañaría a nadie, la cosa era que Taehyung estuviera dispuesto también.

Se acercó a donde estaba Lucifer y lo sacó de su corral, dispuesto a bañarlo. Se quitó la camisa para mostrar abdominales, satisfecho de saber que Taehyung había volteado a verlo. Sin embargo se hizo el idiota mientras iba por los baldes con agua y los cepillos.

Taehyung sentía que tendría un problema bajo el bóxer de ver como se le marcaban los músculos siempre que hacía fuerza. Las ganas de comérselo aumentaban rápidamente y no podía dejar que eso pasara, así que le dio la espalda, ignorándolo e intentando controlarse.

Jungkook notó eso, y aunque por un lado le decepcionaba que no le coqueteara también, por otro se sentía bien. Había logrado lo que quería. Taehyung se resistía a verlo porque evidentemente también tenía ganas.

El problema es que ya tenía un dilema bajo el pantalón. Hasta él estaba sorprendido de lo rápido que había pasado.


***


A las cinco de la tarde terminaba el horario de trabajo. Todos iban a ducharse y luego a relajarse hasta la hora de la cena. Era cuando Sunhee comenzaba a rondar por la casa y Daehyun llegaba del trabajo en la empresa. También cuando Lalisa salía a ver los caballos y Seokjin se lamentaba por ya no tener tiempo de seguir observando a Hoseok por la ventana de su cuarto.

Por otro lado, las empleadas comenzaban a preparar la cena. Daehyun tenía órdenes estrictas de que la familia debía cenar temprano, pues al otro día todos se levantaban temprano para cumplir con sus obligaciones.

A más tardar, ocho o nueve ya andaban cenando.

—Jennie quiere venir a pasar unos días en la casa. —habló Daehyun.

Seokjin no pudo evitar rodar los ojos ante aquel comentario. ¿Por qué debía tocar ese tema en la cena sabiendo que le disgustaba? A veces sentía que lo hacía a propósito.

—¿Ahora esta hacienda es un lugar de alojamiento? —preguntó Seokjin, consciente de que eso causaría problemas, pero es que no pudo evitarlo.

—No veo lo malo, es buena chica.

—Pero a mí no me gusta. Se supone que yo debo elegir con quien estar.

—Es buen partido para ti...

—No puedes elegir con quien voy a casarme. Tú tienes tu vida, no arruines la mía, no más de lo que ya lo has hecho. —exclamó.

—No la arruino, pienso en lo mejor para ti. —frunció el ceño. Odiaba que le contradijeran.— Gracias a mis decisiones has mejorado.

Seokjin largó una risita ante aquel comentario. ¿De qué mejora hablaba si seguía babeando por hombres?: —¿Y según tú lo mejor para mi es estar con una mujer que jamás voy a amar? Que absurdo.

—Tú vas a estar con quien se me dé la regalada gana y punto. —sentenció, con un tono de voz fuerte y demandante que hasta Lalisa se sintió intimidada.

—¿Por qué no mejor discuten esto en otro momento? —preguntó Jungkook, harto de esas situaciones.— Estamos comiendo.

Daehyun no dijo más nada, solo se dedicó a comer, ignorando toda mirada llena de odio y rencor que Seokjin podría darle, viendo por el rabillo del ojo como este se levantaba y se iba escaleras arriba, rumbo a su cuarto, sin siquiera terminar su plato.

—Luego te quejas y mira como eres tú. —dijo Sunhee, totalmente furiosa de como Daehyun trataba a su bebé.

Se puso de pie y siguió a Seokjin para hablar y tranquilizarlo. Eso le dolió un poco a Jungkook, porque ella nunca corría tras de él para hablar cuando se sentía mal, pero no quería ponerse mal por eso de nuevo, así que prefirió ignorarlo.

Mientras tanto, en la cocina había un gran bullicio por la competencia de ver a quien le entraban más albóndigas en la boca. Solo quedaban tres mientras los demás gritaban cosas que se confundían unas con otras.

Jimin enseñó su plato vacío, con la boca llena de salsa. Tanto él como Taehyung parecían ardillas, sumado a otro de los vaqueros que no parecía ceder antes sus contrincantes.

—¿Dónde están las empleadas? —preguntó Daehyun, notando que ninguna de ellas estaba allí, totalmente ignorante de que estaban más ocupadas viendo la competencia. Miró a Lalisa.— Ve a preguntar si hay postre y de paso fíjate donde están todos.

—¿Yo? No he terminado de comer. —se quejó la menor.

—No creo que Jin regrese a comer. —dijo Jungkook, poniéndose de pie.— Iré yo. —Daehyun asintió mientras tomaba lo que le quedaba de vino en la copa.

En cuanto Jungkook entró a la cocina, se quedó viendo la batalla que andaban teniendo de albóndigas. El bullicio se calló y el silencio reinó en el lugar, mientras observaban al joven allí parado. Yangmi se apuró en acercarse: —¿Pasa algo? —preguntó.

—Mi padre pregunta por el postre. —dijo Jungkook, aun con la mirada clavada en sus empleados.

—Si hay, ¿ya terminaron?

—Si. Llévale a Lalisa y a mi padre por favor. —se acercó a la mesa.— ¿Todavía hay albóndigas?

—Aún quedan algunas. —dijo Rose, quien apenas iba terminando su plato.

Nayeon se levantó apurada de donde estaba: —Si, joven. ¿Quiere que le sirva?

—No, no te preocupes yo puedo. —dijo Jungkook, y fue él mismo a servirse, mientras Taehyung tapaba su boca en un intento de masticar y tragar todo lo que tenia.— ¿Hay un espacio por aquí? —preguntó en cuanto tuvo el plato lleno, y fue a sentarse junto al castaño.

—¿Vas a unirte a la competencia? —dijo Hoseok, sorprendido.

—No, ustedes van a intentar ganarme, así que vayan apurándose porque tengo boca grande. —observó como Taehyung se ruborizaba mientras intentaba tragar. Intentaba no pervertir su potencial.

La pequeña fiesta continuó cuando uno de los vaqueros se animó a competir con Jungkook, mientras Taehyung apenas lograba pasar todo lo que tenía en la boca.

El castaño esta vez prefirió no participar, observando como Jungkook se metía en la boca cuanta albóndiga podía, manchando sus labios de salsa y tragando como animal. Parecía habérsele ido lo educado. Este parecía ser un problema menor para el azabache cuando Taehyung sintió la mano de este en su pierna, bajo la mesa y con el mantel protegiéndolos.

Taehyung no se esperaba eso. Sin embargo, bajó una mano y la dejó sobre la suya, disfrutando el contacto a pesar de sus esfuerzos por ignorarlo. Quizá debería mandar a volar eso de resistirse y tomar la oportunidad si pasaba.

En cuanto la diversión terminó, Jungkook se despidió de todos y fue a prepararse para dormir, sin ganas de alejarse de Taehyung. Todos se habían ido a dormir mientras terminaban de ordenar la cocina.

Lavaba sus dientes pensando en la forma que Taehyung aceptó la mano en su pierna. Estaba claro que se resistía ante lo inevitable, pero que al mismo tiempo lo deseaba.

Su entrepierna crecía de solo pensar en la posibilidad de estar dentro suyo de nuevo, de tocarlo y besarlo como aquella noche... ¿Por qué debía quedarse con las ganas? Tomar un riesgo de vez en cuando no hacía mal.

Esperó a que todo estuviera oscuro para salir de la hacienda en silencio, como ladrón. Saludó descaradamente a los guardias nocturnos que se paseaban por ahí y cruzó los establos y corrales yendo a los cuartos de los empleados. Aprovechaba la luz de la luna para ver por dónde iba, sabiendo de sobra cual era el cuarto que le habían dado a Taehyung y Jimin.

En cuanto llegó, abrió con cuidado la puerta, pues sabía que los empleados no podían tener llave. Entró con cuidado de que nadie lo viera y se fijó en que cama dormía Taehyung. Cuando lo vio, no dudo en meterse entre las sabanas, sintiendo lo cálido que se encontraba el castaño ahí dentro.

Taehyung se movió algo adormilado, sintiendo el peso a su lado. Apenas estaba logrando dormirse y lo que menos esperaba era encontrar a Jungkook tumbado a su lado.

Sin esperar, Jungkook se pegó a su cuerpo, acercando la boca a la oreja del castaño: —¿Qué haces durmiendo? —susurró en su oído.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Taehyung, volteando un poco a verlo.

—Estaba aburrido en mi habitación. Salí a dar una vuelta y decidí pasar a saludar. —lo tomó de la cintura, posicionándose sobre él con total descaro.— ¿No quieres saludarme, uh? —se acercó a su boca. Esos labios finos y tentadores.

—Me encantan tus saludos entonces. —no sabía bien que estaba haciendo, pero se le antojaba.

—¿Quieres jugar? —besó la comisura del labio, llegando a la boca de Taehyung.— ¿A no hacer ruido? —susurró en sus labios, consciente de que en la otra cama dormía Jimin.

—Solo quieres matarme. —sonrió.

—Pero de placer. —lo observó, tan cerca.— ¿No quieres?

Taehyung lo observó detenidamente. La forma en la que las manos de Jungkook lo tomaban de la cintura le encantaba. Su fornido cuerpo tocando el suyo y esos labios... tenía ganas de morderlos, besarlo hasta que le quedaran rojos, que sus lenguas se tocaran y la saliva se hiciera hilos cuando se separaran.

No sabía que tan morboso era hasta que conoció a Jungkook.

—Claro que quiero. —contestó, dando luz verde.

Sin esperar más, Jungkook atacó la boca de Taehyung, besándolo con tantas ganas que daba miedo. Era algo salvaje, pasional, lleno de ganas, mientras sus manos recorrían al contrario por completo, buscando deshacerse de las molestas prendas.

—No sé si pueda ser silencioso. —jadeo Taehyung por lo bajo, mientras veía como Jungkook se quitaba la camisa, mostrando abdominales.

—Pues no querrás que tu hermanito nos vea disfrutando ¿o si? —dejó que Taehyung paseara sus manos por su pecho.

—Hagámoslo, necesito de ti.

Jungkook volvió a inclinarse, comenzando un nuevo beso. Bajó su boca hasta su cuello y pecho, llegando a sus pezones, los cuales chupó y mordisqueo. Dejo marcas rojas en su piel, unas que no se irían fácilmente. Pero había algo que deseaba más que nada.

Ayudó al castaño a quitarse el pantalón de dormir, notando que no traía en ropa interior. Lo volvía loco saber que le gustaba acostarse así, ocurriéndosele miles de nuevas pervertidas ideas.

No dudo en voltearlo, dejándolo boca abajo y le dio una nalgada. Taehyung solo movió su trasero de un lado a otro en una clara provocación, haciendo que Jungkook tomara ambas nalgas, apretándolas y dejando su entrada aún más expuesta de ese modo.

—Te gusta provocarme, ¿verdad? —preguntó Jungkook, dándole otra nalgada.

—Me encanta provocarte. —jadeo Taehyung, mordiéndose el labio inferior.

Jungkook tomó el pañuelo negro que Taehyung solía usar y se lo puso en la boca como si lo tuviera de rehén, para acallar sus gemidos. Acarició su espalda, disfrutando la vista de tenerlo sin nada frente a él, totalmente entregado.

El azabache sabía que debía prepararlo, pero no quería solo usar sus dedos como la vez anterior, así que bajó hasta su entrada, dando una lamida allí, lo que hizo gemir a Taehyung. Gracias que la tela en su boca acallaba sus ruidos, porque la lengua de Jungkook estaba haciendo maravillas ahí atrás. Algo cálido y húmedo que entraba y salía, chupaba y degustaba. Incluso un par de dedos se movían en forma de tijera en su interior.

Y cuando Jungkook supo que estaba listo, se quitó lo que le quedaba de ropa, quedando sin nada también. Dejó caer saliva en su pene para lubricarse también, mientras Taehyung acomodaba las almohadas debajo suyo para estar más cómodo.

Taehyung moría de ansias de solo sentir lo duro que estaba, como Jungkook daba golpecitos en su entrada con esa verga divina que tenía, así que se movió buscando que entrara.

Jungkook sonrió satisfecho de verlo así de desesperado por sentirlo, pero tampoco quería esperar, así que no perdió más tiempo y entró lentamente, aprovechando que estaba lleno de saliva aún. Se pegó a su espalda, tapando a ambos en un ambiente más cálido e íntimo, comenzando aquel vaivén delicioso.

Taehyung se tomó de lo que pudo, apretando los puños en cuanto Jungkook aumentó la velocidad de sus embestidas. Intentaba ser silencioso, pero algún que otro gemido se escapaba contra su voluntad. El azabache besaba y mordía sus hombros, su cuello, su espalda, mientras su masculinidad entraba y salía cada vez más rápido.

Jungkook se aferró a su cintura y se movió tan rápido como pudo, siendo sus pieles chocando y sus respiraciones agitadas lo único que se escuchaba.

La saliva caía por el mentón de Taehyung, el pañuelo totalmente húmedo en la zona de su boca. Jungkook le estaba dando en el punto justo que lo hacía tocar las estrellas y poner los ojos en blanco, totalmente extasiado.

En cuanto llegaron al clímax, Taehyung hizo a un lado las almohadas, manteniendo su trasero alzado mientras Jungkook daba las ultimas y más profundas estocadas. Tomó su propio pene y se masturbó tan rápido como pudo, sintiendo como el azabache se venía en su interior, largando sexys gruñidos y jadeos. Pronto él también lo hizo, manchando las sabanas.

Jungkook salió de su interior, viendo como el semen se escurría por su ano y sus testículos, resbalando por su pierna y cayendo un poco en la cama. Era la mejor imagen en años, tremendo trasero siendo llenado por él.

Taehyung uso el pañuelo para limpiar así no más las sabanas y él mismo. Después de todo, ya iba a tener que lavarlo al otro día.

Jungkook se recostó a su lado, atacando la boca del castaño con un beso, esta vez uno lento y bonito, mientras sus manos recorrían al cuerpo caliente y sudado del otro. Sus cabellos estaban levemente húmedos y algunos cabellos se pegaban a su frente.

—Me encantas, me encantas todo. —dijo Taehyung, acariciando su cabello y tirándolo hacia atrás.— Debes volver, ¿verdad? —Jungkook asintió.

—¿Por qué?

—Me gusta la idea de que duermas conmigo, pero... —lo miró a los ojos, sabiendo que se estaba metiendo con él más de lo que le hubiera gustado, sin embargo no podía evitarlo.— Nada, olvídalo, es tonto.

—¿Quieres que me quede a dormir contigo? —lo observó también, alzando una mano para acariciar su rostro. Taehyung asintió, con un toque de emoción bastante notoria.— Bien.

No era buena idea quedarse, cualquier cosa podía pasar en medio de la noche y ser descubiertos, ¿pero a quien engañaba? Él también quería dormir junto a él y que lo abrazara mientras. Si se despertaba más temprano que todos, tal vez nadie los veía en esa situación, así que solo se quedó recostado a su lado, siendo la almohada personal de Taehyung, mientras este apoyaba la cabeza en su pecho para dormir mientras escuchaba su corazón latir.


***



Cuando Jimin despertó por la mañana y refregó sus ojos, lo primero que vio fue a aquel par de cochinos enredados en la cama de una plaza. Ni siquiera pudo pensar en lo incomodo que debía ser al darse cuenta que estaban semi desnudos. ¿En verdad habían tenido algo con él ahí? ¿Qué les pasaba? Al menos ni siquiera se había enterado.

Aguantó la risa, pues a leguas se notaba la noche intensa que habían tenido. La ropa estaba regada por el suelo y hasta roncaban. Lo único que no le gustaba era que Taehyung había prometido no meterse con él, y sin embargo era lo primero que hacía.

Negó, medio indignado, medio divertido, mientras esquivaba lo que estaba tirado para vestirse y salir de ahí, debía alistarse para comenzar con sus obligaciones laborales.

Al rato era Jungkook quien despertaba, con Taehyung abrazado a él como garrapata. Observó a su alrededor con los ojos entrecerrados, cayendo en cuenta de lo que había pasado. Anoche ni siquiera lo pensó, simplemente fue hasta el castaño y lo hizo suyo nuevamente, algo que iba a pasar si o si, quisiera o no.

Movió a Taehyung, logrando que se moviera un poco, totalmente adormilado.

—Un poquito más~ —se quejó Taehyung, apretando los ojos en un intento de seguir durmiendo.

—Se está haciendo de mañana. —se sentó, viendo donde había quedado su ropa. Taehyung alzó la mirada, refregando sus ojos. Parecía un tierno bebé, con su cabello despeinado y sus ojos hinchados. Hasta de ese modo era bonito.— Eres lindo dormido, eres lindo como sea. Pareces un bebé.

—Tú igual. —se abrazó a la almohada ante la ausencia de los abdominales de Jungkook.— Creo que aunque no nos hubiéramos conocido en el bar, de igual manera terminaríamos así.

—¿Tú crees?

Taehyung asintió.

—Ayer me tentabas mientras bañabas a Lucifer. Quería comerte ahí mismo.

—Y ayer tu trasero me andaba llamando. ¿Cómo es que lo tienes tan grande y redondo?

—¿Te gusta mucho? —le lanzó una mirada coqueta por sobre su hombro.

—Es delicioso. Me gusta.

—A mí me gusta esa boquita linda que tienes. Ayer hizo maravillas. —estiró una mano y acarició su espalda, recordando lo delicioso que había sido sentir la lengua de Jungkook en su entrada.

—Yo aún no he sentido tu boquita, aunque estoy seguro de que debe ser igual de delicioso. —sonrió ladino, repentinamente ansioso de sentir los labios de Taehyung envolver su falo.

—Puedo demostrártelo cuando quieras. —habló en un tono grave y sensual que hizo que los vellos de Jungkook se erizaran.— Pero vamos a dejarlo para una próxima vez. —se sentó también, viendo la hora.

—Si. Ahora tengo que irme antes de que alguien me vea. —se puso de pie, poniéndose el pantalón.— Nos vemos al rato, y cuidado al sentarte. Mordí mucho.

Taehyung largó una risita, mientras lo veía vestirse e irse rápido. Lo que menos quería era que se le antojara un mañanero, porque ahí si estaría muerto.


***


La mañana había transcurrido sin accidentes ni nada raro, todo llevaba su curso normal. A la mitad, Jimin se acercó a la cocina por algo de tomar, dándose la casualidad de que su querido hermano estaba ahí también, exactamente por la misma razón que él.

Notó que ni Rose, ni Nayeon, ni Yangmi estaban ahí, por lo que aprovechó a tocar el tema que había estado rondando en su cabeza desde que despertó.

Se acercó a Taehyung y le dio una nalgada, llamando su atención. El castaño se sobresaltó, casi echando un poco de jugo afuera. Volteo a ver al rubio. Por un momento había creído que era Jungkook, aunque quería pensar que no era tan tonto de arriesgarse a tanto.

—Así que... noche intensa ¿eh? —dijo Jimin, yendo a tomar un vaso.

—No hagas eso, me duele un poco. —dijo Taehyung, riendo por lo bajo.— Me mordió.

—¿Es un hombre o un animal? —dejó su vaso junto al del castaño, para que le sirviera también.— Estaba tan dormido que no me di cuenta hasta la mañana.

—Un salvaje que lo hace muy rico. —llenó su vaso, yendo a dejar la jarra en la heladera.— Mejor que no escucharas. De igual modo no sé cómo he hecho para no hacer ningún ruido. Fue tan sexy y placentero... y fue mi venganza por la vez que te tiraste a esa chica al lado mío mientras dormía, cuando compartíamos colchón de dos plazas, ¿lo recuerdas? Eres un sucio.

—Sucio tú que fuiste a hacer lo mismo. —se carcajeo.

—Como sea... la cosa es que fue espectacular y dormir con él se sintió lindo.

—Mmm. —hizo una mueca.— 'Dormir con él se sintió lindo' —lo imitó, haciendo más grave su voz y luego rodó los ojos, en forma de burla.— ¿Qué fue eso? Creí que no querías fijarte en él.

—Ya se, y no quiero, pero fue inevitable. Además lo abrace todito y así me dormí. —bebió.

—Deberías de controlarte más, Tae. —observó a su alrededor y bajó un poco la voz.— Él es el hijo del dueño de la hacienda. Además... es hombre, y sé que eso no te importa, tampoco a mi, pero supongo que sus padres no saben de sus preferencias.

—Ya sé, pero él me buscó. —se quejó, pasándose las manos por la cara, algo frustrado.— Ayer puse todo de mi por ignorarlo, pero anoche entró al cuarto y se acostó conmigo. Comenzó a besarme y no pude decirle no, si yo también quería.

—¿Así como si nada entró? —abrió su boca, sorprendido.— Deberíamos de poner seguro. —lo miró seriamente.— Deberías de preguntarle qué es lo que sucede entre los dos, así no tienes tantas dudas.

—Lo haré en cuanto pueda. —asintió.

Jimin no dijo más nada y bebió lo que le quedaba de jugo, yendo a sus quehaceres con la señora Sunhee. Por otro lado, Taehyung se quedó un momento pensando, mientras miraba el vaso que ni siquiera había tocado. Su hermano tenía tanta razón. No debía fijarse en Jungkook, no de otro modo que no fuera el casual, porque conocía a los de su tipo y sabía cómo iba a terminar.

Entonces, salió de la cocina hasta los corrales, caminando decidido hacía Jungkook en cuanto lo vio con otros vaqueros. Lo tomó del brazo en cuanto estuvo cerca: —Jungkook, necesito hablar contigo. Es sobre nosotros. —dijo serio, lo que le hizo adoptar el mismo gesto al azabache.

Jungkook asintió y se dirigieron al establo, a la parte del fondo, dónde nadie pudiera molestarlos fácilmente. Con tanto empleado cerca, no había privacidad de ningún tipo. Taehyung por su parte no esperaba otra cosa. Era obvio que para todos Jungkook era un macho heterosexual.

—¿Qué pasa? Te escucho. —preguntó Jungkook finalmente, curioso sobre lo que diría.

—Quiero saber cómo seguirá esto, es decir... está claro que tus padres no saben sobre tus preferencias. O sea... ¿Tú pretendes continuar con lo que hacemos? Porque tuvimos un encuentro sin conocernos, bien, pero ahora es diferente. Quiero saber que harás para saber que hare yo.

—Como ya dijiste mis padres no saben de mis preferencias, y mi padre en especial es altamente homofóbico, así que... no sé, realmente no sé. Créeme, lo estoy pensando también, no eres el único al que ese tema le ha estado martillando la cabeza. Me atraes mucho, claro está.

—Me siento igual, por eso quiero saber que pasara. No quiero que llegues a gustarme del todo cuando sabemos que no tengo chance de ningún tipo.

—¿Por qué piensas eso? —frunció un poco el ceño.

—¿En serio lo preguntas? —largó una risita, totalmente sorprendido.— Creí que era algo obvio.

—Si lo dices por las diferencias sociales a mí eso no me importa. El único problema es que somos hombres.

Taehyung volvió a carcajearse, esta vez con ganas: —A tu familia si parece importarle. Tú no podrías vivir ni un día como yo.

—Pero a mí no, me da igual eso. —se cruzó de brazos.— ¿Ah no? ¿En serio crees que no podría vivir un día como tú?

—No, no podrías. —dijo firme, porque realmente lo creía.

—Mmm... pues yo no creo eso.

Taehyung apretó los labios. Estaba claro que Jungkook no tenía idea de las condiciones en las que había crecido o que nunca le había faltado nada. El azabache vivía en una enorme y próspera hacienda, con todo el dinero que quisiera, mientras que él estaba prácticamente en la miseria, sin realmente nada. 

—Jungkook, si no hubiera sido por Hoseok probablemente ahora mi madre no tendría su puesto. Era la única fuente de ingresos que teníamos y estábamos a nada de perderlo. Estuve semanas buscando algo decente y no encontraba nada, ya hasta estaba pensando seriamente en venderme, en prostituirme de algún modo porque era eso o no comíamos. —negó, con los grandes ojos del azabache mirándolo fijamente.— No tienes idea de lo que estás diciendo. Estas demasiado acostumbrado a todas las comodidades que tienes aquí, y da igual que no te importe, porque al final si sería un problema. Y como dijiste; somos hombres, ese es el problema mayor, porque el dinero... —hizo una mueca y movió su mano, restándole importancia.— Uno se las rebusca para sobrevivir, pero ser hombre ya no lo puedo cambiar y por esa razón yo no quiero que me gustes.

—Pues eso es lo que me tiene pensando desde que te vi aquí. Sabía que no me iba a resistir, pero al mismo tiempo sabía que estaba mal, y sin embargo me deje llevar... dos veces. —largó un suspiro, dejando de lado el tema económico, pues notó que a Taehyung le afectaba.— No creo poder controlarme contigo.

—Vas a terminar gustándome... y yo no quiero estar ocultándome para que tú juegues a ser el hetero de pies a cabeza. —se conocía, sabía que así serían las cosas.— Creo que lo mejor es mantener las distancias, cortar con esto antes de que tome otros rumbos.

Jungkook asintió, aunque no le gustaba del todo la idea. Tampoco a Taehyung, pero era la mejor solución que podían encontrar por el momento.

—Pero si vamos a poner distancia al menos deberíamos darnos una debida despedida ¿no crees? —dijo Jungkook, tomándolo para que no se fuera.

—No sé...

Claro que quería sentirlo de nuevo, ¿a quién engañaba? Pero sabía que si lo tocaba una vez más no iba a querer que se alejara, iba a querer más, le iba a terminar gustando y eso era justamente lo que quería evitar. Pero ahí estaba Jungkook, rogándole por tenerlo nuevamente y no se podía negar.

—No digas nada, solo disfruta. —susurró, tomando a Taehyung de la nuca.

Taehyung se odio por no poder resistirse y corresponder el beso de Jungkook. Sus labios uniéndose y sus lenguas encontrándose con tanta facilidad que parecían dos piezas de un rompecabezas. Pronto sus manos buscaban desesperados liberar un poco de piel, cayendo al heno totalmente metidos en su mundo, aunque eso bien podía salirles caro.

Daba la casualidad que Seokjin tenía la tarde libre y unas ganas inmensas de montar a caballo, o quizá eran las ganas de ver a Hoseok y fingir que aún no sabía poner bien la silla cuando no era verdad, sin embargo, este siempre lo ayudaba sin saber porque hacía eso.

Entró al establo buscando donde estaba el suyo, el cual hacía tiempo no visitaba por andar ocupado con los estudios, cuando escuchó leves jadeos al fondo, acompañados de 'aplausos'. En seguida supo que se trataba de algún par de cochinos teniendo relaciones donde no debían, y por un momento tuvo miedo de que fueran Rose y Hoseok, pero aquellos gemidos eran demasiado graves como para ser de una chica.

Se acercó en silencio de donde provenía el ruido, apenas asomándose para ver. Esperaba cualquier cosa menos eso.

Recostados de costado y a medio vestir, Jungkook mantenía una pierna de Taehyung sobre su cintura, mientras entraba y salía rápidamente del castaño. Con su otra mano tapaba su boca para que no hiciera tanto ruido y besaba la piel expuesta de su cuello, dejando nuevas marcas en su piel canela. Le susurraba cuanta cochinada morbosa se le ocurriera, haciendo que Taehyung no pudiera más de excitado y duro. Al castaño le encantaba que le hablara así.

Taehyung no hacía más que jadear mientras lamia y chupaba suciamente la mano de Jungkook, acariciando el brazo con el que sostenía su pierna. A veces la llevaba a su miembro, masturbándose con el presemen que aun goteaba. En otras volteaba su rostro para alcanzar su boca, besándose con ganas, como si no lo hubiesen hecho en siglos.

Se odiaban por sentirse así de bien.

La imagen era suciamente erótica, totalmente pasional, algo que aún tenía anonadado a Seokjin. ¿No que muy hetero el favorito de papá? Sin duda se lo tenía bien guardadito, pero ahora él sabía su secreto y no se lo dejaría pasar tan fácil.

Por el momento, optó por dejar que siguieran. Se veía fuerte la cosa y no deseaba matarles el momento, así que se alejó en silencio, tal como llegó. Miles de ideas se le cruzaban por la mente, sabiendo de sobre como usaría tal información.


***


Jungkook se vestía luego de una ducha helada. Su piel ardía de solo pensar en el delicioso polvo que se había mandado en el establo, consciente de que luego de aquello debían mantener la distancia, como si nada hubiese pasado nunca. Aunque sabía de antemano que iba a terminar cayendo ante sus encantos nuevamente.

Olvidarse de Kim Taehyung no iba ser nada fácil.

Alguien tocó la puerta y Jungkook le indicó a ese alguien que pasara. Grande fue su sorpresa cuando vio que se trataba de Seokjin, quien entró y cerró la puerta, viéndose algo serio, eso preocupó a Jungkook.

—Necesito hablar contigo. —dijo Seokjin.

—¿Sucede algo? —preguntó, sin saber mucho que esperar.

Seokjin asintió.

—Deberías tener más cuidado de en donde echas polvo y buscar un lugar más privado, más si vas a hacerlo con un hombre. —se cruzó de brazos, viendo como Jungkook se hacía el idiota e iba a dejar la toalla húmeda al baño.— ¿No que muy hetero?

—No sé de que hablas.

—¿Ah no? ¿Entonces quién era el que se estaba follando a Taehyung en el establo? —Jungkook no dijo nada. Era obvio que lo había visto en pleno acto, por lo que no tenía caso negarlo ya.— No te preocupes, no voy a decirle nada a papá... pero mi silencio tiene un precio.

Jungkook alzó la mirada, sorprendido. No creía que Seokjin fuera de esos y no llegaba a ocurrírsele que podía darle a cambio.

—¿Cuánto quieres?

—No no, no quiero dinero.

—¿Entonces?

—Quiero a Rose fuera de aquí y lejos de Hoseok.

—¿Te gusta Rose? —alzó una ceja, haciendo que Seokjin riera ante su ingenuidad.

—¿Eres tonto? ¿Por qué crees que a papá le urge que me case con Jennie? Porque sabe que me gustan los hombres y Hoseok me gusta... me gusta demasiado.

—Pero no puedo despedir a Rose así como si nada, es buena empleada y jamás he tenido quejas.

—Pues a eso vas a ayudarme si no quieres que le diga a papá tu secreto. No es justo que tú puedas revolcarte con Taehyung sin tener miedo ni importarte nada, y yo que me he pasado ya dos años mirando a Hoseok, sólo haya podio acercarme como amigo. —escupió, casi resentido, casi envidioso.

—Bueno, es que Hoseok es hetero, ¿qué quieres que haga con eso? Es imposible.

—Eso déjamelo a mí. —bufo.— Solo quiero que saques a Rose de esta hacienda. Que quede mal con todos... con Hoseok también. —Jungkook pasó saliva. Realmente no conocía ese lado oscuro de su hermano mayor.— Sólo ayúdame y tu secreto estará a salvo.

Jungkook asintió, consciente de que era capaz de abrir la boca si no ideaba plan alguno. Comenzaba a sentir pena por Rose de antemano, pero era ella o él, y no podía perder todo lo que tenía por un estúpido descuido.

Estaba claro, la pelirroja no pasaba del fin de semana trabajando en esa hacienda.


***

Sin nota porque tengo que irme rápido a mis obligaciones laborales también xdxd

¿Les gustaron las fotos que subió BH? ARTE.

Las amo, gracias por leer <3

Continue Reading

You'll Also Like

126K 6.7K 16
Lee Felix es un adolescente común de 18 años, apunto de acabar la preparatoria y obsesionado con los dulces. Un dia el y su mejor amigo llamado "Han...
530K 12.4K 43
﹝🐍﹞ ── Traducciones de historias sobre los Slytherin Boys
63.4K 3.5K 40
Violeta Hódar 23 años (Granada, Motril), es una estudiante en último curso de periodismo en Barcelona. Esta se ve envuelta en una encrucijada cuando...
93.6K 10.9K 65
➵ CARREFOUR - au ➵ Todo es humor.