Buenas noches desde España... si, aquí esta un nuevo capitulo de "Un chico Normal" :D se que me he vuelto a retrasae en la subida.
Los que me seguís en la pagina de face "Si tan solo fuera sexo" ya lo sabéis, pero para los que no, he tenido problemas con el ordenador, mi viejito portátil Bell, falleció definitivamente, :( . Pero gracias a dios puede comprarme otro rápidamente (gracias a mi padre <3) Pero aunque lo tuve enseguida, tuve que pasarme todas mis cosas al nuevo portátil, bautizado con el nombre de "Ust" (si, soy una friki) . Pero con todo ya solucionado me he puesto al día y aquí esta :D.
El día de subida de los capítulos sera TODOS LOS MIÉRCOLES (la hora según pueda jiji) así que con el dia fijo decidido y con todas las ganas del mundo, espero que os guste. Os mando un beso enorme. GRACIAS por todo... Nunca sabré como daros las gracias como toca.
Este capitulo se lo quiero dedicar a todas las personas que por unas cosas o por otras están malitas, espero que os recuperéis pronto y espero haceros sonreír aunque sea solo un poquito.
<3<3<3 os quiero <3<3<3
PD: os aconsejo que escuchéis las canciones que pongo, te ayudaran a entender al personaje, la que pongo en este capitulo es una de mis preferidas... y si la escucháis sabréis porque...
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Jamás reconoceré que se me olvidó respirar, incluso se me paso por alto la función del habla. Un tremendo cortocircuito acababa de asolar mi pobre celebro lleno de pajaritos, y el responsable de aquello no había sido nadie mas y nadie menos que Quim, el tarado que decía ser vidente..¿quien es la que tiene los problemas ahora, Paula? .
Pero si analizaba bien la situación, que me atrajera una persona poco recomendable para mi, no era nada raro en mi vida, de echo si no me pasara aquello probablemente no seria yo. Aunque esta vez seguramente me llevaba la palma. ( Eso esta genial Paula, siempre te superas).
Sonreí sin poderlo evitar, siempre me habían gustado mas los hombres morenos, pero no sabía exactamente porque, Quim era del tipo de personas que parece que tienen un foco detrás, haciendo que su presencia sea como una aparición... no sabría exactamente como explicarlo, solo podría decir que parecía tener luz a su alrededor, quizá fuera porque a mi ya se me había ido la cabeza por completo, o que rubio que daba color a su pelo, fuera tremendamente llamativo. El echo era que...estaba increíble.
- mi apellido es Moreno...- susurré mientras usaba toda mi determinación para no parecer nerviosa
- Paula Moreno...- murmuró sonriendo – si, mucho mejor que Paula a secas es, ¿y a que se debe el honor de tu visita, señorita Moreno?
Me crucé de brazos y vi como levantaba las cejas divertido, sus ojos azules que se achinaban cuando sonreía, me dejaron tonta mas tiempo del que me hubiera gustado.
- No me habías dicho que tenias aquí una consulta o lo que quiera que sea esto, esta justo en frente de mi edificio, si estuvieras en el piso de arriba podrías ver mi casa.
Se echo a reír de una manera que me hizo fruncir el ceño.
- ¡que casualidad! Mi piso esta justo arriba... puede que si que te haya visto por tu casa...- lo miré visiblemente indignada- vamos no te enfades...
- ¿porque no me dijiste ayer que eras mi vecino?, ahora ya se porque sabías tantas cosas de mi... ¡¡¡me espías!!!
la carcajada que soltó me dejó alucinada, no se había ofendido ni lo mas mínimo, y tampoco intentaba defenderse... ¿pero que pasa aquí? , se metió las manos en los bolsillos y me miró levantando una ceja.
- Llevo aquí poco tiempo, de echo esto no es una consulta, es una oficina, soy abogado... es con lo que me gano la vida.
Abrí los ojos de par en par, ¿abogado?, me hubiera creído mas que era un cártel de la mafia colombiana, italiana, rusa o lo que fuera, menos un abogado.
- ¿estas de broma?, ¿abogado tu?
- Vaya... creo que eso debería ofenderme...- dio dos pasos hacia mi- ¿no tengo pinta de abogado?
Le miré de arriba a abajo... tenia pintas de tantas cosas... y todas tan pervertidas que ¡¡¡ ainss !!!
- tienes pinta de surfero... - vi por la expresión de sus ojos que le gustó mi respuesta – quizá sea por que eres rubio y llevas el pelo así.
Torció el gesto y me miró fijamente
- ya... - miró hacia otro lado y sonreí- no es la primera vez que me lo dicen, la verdad es que si que me gusta el surf, hace tiempo que no lo practico, pero es algo que tengo pendiente .
Si yo tuviera que ponerme al día en todas las cosas que tenia pendientes, estaría como unos veintisiete años mas...
- Quim, yo había venido a hablar contigo... - hablé después de un incomodo silencio- no te conozco de nada, y es extraño todo esto, pero de repente tengo la necesidad de saber porque has acertado en todo lo que me dijiste ayer...
- ya te lo dije, soy vidente... - resoplé y me crucé de brazos – Paula no te enfades, es la verdad...
- Quim, los videntes no existen, ¿conoces a Nico?, ¿A Manu?... ¿es algún tipo de broma? Dímelo ya porque no tiene gracia todo esto, y no contento con ello ahora descubro que vives justo frente a mi, es obvio que ayer no era la primera vez que me veías, - lo miré detenidamente- si querías ligar conmigo, haber dicho “hola” como todo el mundo...
abrió los ojos asombrado, quizás había pecado de creída o de prepotente, pero tenia que decirle que ir ligando con chicas con la escusa de que es vidente no era algo demasiado normal, de echo asustaba y mucho.
- Paula, mi intención no era ligar...- Normal, yo soy un moco y tu una estatua de marfil- aunque si es cierto que no era la primera vez que te veía... y he de admitir que si había querido hablar contigo antes, pero te prometo que lo de ayer no era nada mas ni nada menos que lo que fue.
Ha decir verdad me hirió en mi ego de mujer... yo le había dado la escusa perfecta para que se retractara y me reconociera que había sido una táctica para ligar y así pudiera quedarme tranquila al ver que no era un loco psicótico, sino un golfo con mil trucos para acercarse a una mujer.
- Mira esto es... algo muy raro y extraño, y ya he colmado mi cupo de cosas raras en mi vida, así que te pediría que por favor me dejes en paz, aunque tengas mil mensajes del mas allá, o se te ilumine la cabeza con un haz luminoso y se te rebele la verdad sobre mi vida, quedatelo para ti y déjame descubrirlo por mi misma ¿vale?
- ¿porque te pones así de borde? ¿he dicho algo que te haya ofendido?
Que no trataras de ligar conmigo....
- no es eso... es solo que estoy en un momento de mi vida en el que no quiero tonterías, y esto desde luego que lo es.
Me di la vuelta y me dispuse a salir por donde había entrado para así poder meterme en la cama e invernar un año, dos o treinta, total conforme estaba mi vida nadie lo notaría... justo cuando estaba cerca de abrir la puerta una fuerza me cogió tan fuerte del brazo que me hizo retroceder y volverme, Quim me había cogido de brazo y me tenía a pocos centímetros de su boca...mmm.
- No me gusta que dejen las conversaciones a medias, es de mala educación... - me miraba fijamente, sin parpadear... como si me conociera de mucho tiempo, cada vez entendía menos que pasaba, porque para mi era un absoluto desconocido, y una parte de mi se asustaba por el extraño comportamiento de ese hombre... pero otra parte parecía reconocerle... ¿que narices me pasaba? - ni siquiera me dejas explicarme. No es justo
- esto no es un juicio... tu estas loco, y me quieres volver loca a mi... y ¿sabes que? Llegas tarde, hace muchos años que perdí el norte.
Me soltó del brazo y se echo a reír, de repente volvía a estar normal y no sabia si era su risa contagiosa o esos hoyuelos que se le hacían al sonreír, pero no puede evitar relajar el gesto e imitarle. De repente quise acariciarle el pelo, tuve que cerrar el puño porque creía que no podría controlar aquel impulso.
- Paula... si ya das por echo que estoy loco, al menos déjame que te demuestre que no es así... al menos no tan loco como crees que estoy...
- ¿y como me lo vas a demostrar?... adivinando alguna parte de mi vida?, adivinando mi color preferido?, cuantos novios he tenido?, Mírame Quim... no soy tan difícil de descifrar, eres abogado...
- te menosprecias demasiado Paula...
- ¿eso cuenta como demostración? - se metió las manos de nuevo en el bolsillo y se mordió el labio
- eres realmente difícil... ¿y tu eres terapeuta? - ¿le había dicho que era terapeuta?, tendría que repasar mentalmente las cosas que le había dicho.
- ¿y te extraña que yo sea terapeuta, cuando tu vas por ahí dando mensajes del mas allá porque dices ser vidente?
Se echo a reír, y me tendió la mano
- ven, acompáñame... - le miré fijamente a los ojos... me recordó a la escena de Aladín, cuando le dice a Yasmin...¿confías en mi?.
Fruncí el ceño y le miré a los ojos durante un segundo, antes de que me hubiera dado cuenta ya le había dado la mano y me estaba dirigiendo por aquella casa, me llevó hasta su despacho, por el camino pude ver que habían varias puertas con nombres en ella... aquello era un bufete de abogados.
Cuando abrió la puerta se hizo a un lado para que entrara, cuando puse un pie en el interior suspiré, reinaba un color blanco pulcro, el sol que se colaba por el enorme ventanal daba una luz inmensa parecida a la luz que seguramente hay en los paraísos. Las estanterías eran de diseño, y el sofá que había a un lado de su despacho era de un blanco impoluto, lo único que tenía de un color mas oscuro era el enorme escritorio y la sillas que tenia tanto detrás del escritorio como delante.
Me quedé algo rezagada mirando con atención cada detalle, seguramente luego lo repasaría con mi estupenda memoria fotográfica que tenia, aunque con Quim tan cerca de mi, me era algo complicado concentrarme … ¿como podía pasarme aquello con tan solo dos días? ¡¡ No era posible !!
- ¿es bonito verdad? - me volví y me di cuenta que me estaba mirando apoyado en ese enorme escritorio – el blanco me ayuda a pensar...
- si, es precioso... y tan tan relajante...
se echo a reír, y dio unos pasos hasta que se posiciono detrás del escritorio, sin sentarse toqueteo el ordenador, y verle en aquella postura... joder.
- Paula, vamos a hacer una cosa... si acierto una canción que te guste... aceptaras tomar un café conmigo ahora, si no te das la vuelta y te vas, prometo no molestarte mas...
me crucé de brazos y me eche a reír, ¿tan tonta me creía?, ¿una canción que me guste?, ¿en serio?. Eso no era nada difícil, me gustaban millones de canciones, y teniendo en cuenta que vivía frente a mi, alguna vez podría haber escuchado la música que solía ponerme cuando limpiaba a fondo mi casa.
- ¿una canción que me guste?, ¿piensas que soy lerda? - se echo a reír ante mi comentario- eso no es difícil, hasta yo podría intuir alguna canción que te guste a ti...
- ¿ tu crees? - dijo metiéndose las manos en los bolsillos, me había dado cuenta que era un gesto muy común en el, aquello tendría que tener alguna connotación psicológica, tendría que mirarlo cuando llegara a casa – inténtalo a ver.
Lo miré durante unos segundos, la verdad es que lo había dicho demasiado a la ligera, ahora necesitaba mi tiempo para pensar, aun no sabía cierto su edad, pero tendría que tener sobre unos treinta o treinta y uno... aunque tenía una belleza dulce, había algo en el que me hacia sentir que también tenía un lado salvaje... quizá fuera el pelo, me lo pensé detenidamente cerré los ojos para que me fuera mas fácil concentrarme, cuando los abrí le pillé mirándome con una sonrisa demasiado cariñosa que cambió en cuanto se dio cuenta que lo había pillado.
- y bien? - dijo seguro de si mismo, lo que me hizo reír.
- Nothing else matters – frunció el ceño- Metallica por supuesto, no te veo escuchando la versión de Lucie Silvas...
Su cara era de autentica sorpresa, desde luego había acertado... no era tan difícil, esa canción le gustaba a casi todo el mundo.
- joder... - susurró
- te lo dije... no es nada difícil, yo lo he adivinado y no soy vidente.
Frunció el ceño y me miró desafiante, poco después soltó una risita que me asustó a la par que me excitó, ¿pero que narices le pasa a mi libido?
- no me subestimes señorita Moreno... - toqueteo algo en su ordenador – veremos que cara se te queda...
le miré atentamente, imaginé que me saldría con alguna canción de Luis Miguel, Alejandro Fernández, Pablo Alborán o Bustamante... muy de mi estilo. Si hacía eso, no me sorprendería en absoluto de echo me decepcionaría, pues una parte de mi deseaba que no estuviera loco.
“Querido Tommy, te escribo esta carta, no se si tu, realmente lees estas cartas, escribo para pedirte algo, que para mi es de vida o muerte, no pienses que exagero, es la verdad.”
El corazón me latió desesperadamente, me llevé las manos a la boca. ¿como había podido saberlo? Querido Tommy, de Tommy Torres eran ese tipo de canciones que se te clavan en el alma de una manera extraña, quizá fuera por el mensaje que me parecía enternecedor a mas no poder o quizá por...
- Te gusta tanto porque te recuerda a alguien que fue tu amigo – le escuché hablar mientras miraba el suelo incapaz de mirarle a los ojos- el fue quien te enseñó esta canción, iba de chico duro y eso te atraía bastante porque lo veías como un reto que conseguir, pero después le gustaban este tipo de canciones y te hacía ver que no era tan frio como el decía ser, supongo que se protegía de si mismo, incluso de lo que tu le hacías sentir. - levanté la mirada y me encontré con sus ojos- tienes un recuerdo al que le tienes mucho cariño, una vez la cantasteis juntos mientras ibais en su coche, fue un momento de esos que no planeas y surgen y quedan en uno para siempre... y cada vez que la escuchas piensas, ¿que hubiera pasado si me hubiera lanzado?. Porque realmente piensas que aquel chico valía realmente la pena.
Estaba atónita, incluso tenia los ojos llorosos, ¿como narices sabia eso?, jamas se lo había dicho a nadie.
- ¿como coño sabes eso?
- Ya te lo he dicho mil veces, pero te empeñas en no creerme
Dio unos pasos hacía mi, y yo otros pasos para alejarme de el, en aquel momento me sentía demasiado vulnerable.
- no te asustes Paula... en serio, no le des vueltas, hay cosas que no se pueden explicar, es imposible saberlo todo, siempre hay cosas que escapan a nuestra compresión, solo te pido que me escuches, que me dejes explicarte...
- no... - susurré- no puede ser
Resopló y se rascó el cogote.
- tienes una manía curiosa, que llevas haciéndola desde pequeña – le miré con el corazón a mil, a ese paso se me acabaría por salir- cuando ves que se te a caído alguna pestaña, la coges y la pones sobre tu puño, cierras los ojos, pides un deseo y soplas, si la pestaña vuela es señal de que se cumplirá... - me mordí los labios- eso te lo enseñó tu tía, a la cual adoras por encima de todo - quería llorar... ¿como podía saber esas cosas tan personales?, le miré sin saber exactamente que hacer- ¿como puedes creer que una pestaña cumplirá un deseo y te es imposible pensar en que quizá algo de lo que digo es verdad? Olvídate de lo que creas que es tu vida, de lo que creas que sabes de mi, y solo hazlo... confía en mi.
Me quedé sin respiración … nadie jamás me había dicho algo así, ni siquiera algo parecido, y quizá fuera porque era una enamorada del amor, o una soñadora empedernida que deseaba perdidamente ser sorprendida con algo distinto, pero asentí sin pensármelo demasiado.
Caminamos en silencio hasta nuestra cafetería que fue testigo de su asechamiento la tarde anterior. Solo habían pasado unas horas desde que lo había conocido y ya sentía que todo era distinto.
Nos sentamos en mi mesa preferida y ambos pedimos un café del tiempo, después de varios minutos en silencio por fin me decidí a preguntar, había algo en todo eso que me daba algo de repelús... yo no creía en esas cosas, o al menos no creía hasta hace un rato, y creo que la razón de que no creyera era el profundo respeto que sentía hacia lo que no conocía.
Me quedé embobada mirándolo, el miraba su café perdido entre sus pensamientos, dudaba en si había pasado por esta situación muchas veces, pero se le veía nervioso, casi tanto como lo estaba yo.
- ¿desde cuando puedes hacer estas cosas? - pregunté con un hilo de voz
levantó la cabeza de su vaso y me miró intensamente a los ojos, ver el azul profundo de sus ojos, fundido con la negrura de su pupila dilatada me sobrecogió.
- desde que tengo memoria, nunca fui un niño normal, - cogió aire- soy el pequeño, tengo tres hermanas mayores, mi padre era piloto y apenas estaba en casa, y cuando lo estaba no es que me prestara mucha atención, mi madre era la única que sabía ver que yo era distinto, es mi mejor amiga – le sonreí con ternura – desde bien pequeño imágenes de cosas que no entendía se me agolpaban en la mente, muchas veces era de gente que conocía, imágenes de sus pasados o futuros simplemente aparecían en mi cabeza como cuando pensamos en un recuerdo, ¿sabes como quiero decir? - asentí- al principio creía que era normal, que a todos nos pasaba, y cuando lo dije en casa se armó un revuelo importante, mi padre se empeñó en llevarme a un psicólogo, mis hermanas me tenían miedo y los niños de mi clase me hacían el vacío, y no los culpo, yo era un niño raro que decía cosas inapropiadas.
- Dios...- me puse nerviosa de solo pensarlo... yo misma había pensado que estaba loco, y me sentí mal en aquel momento.
- Mi adolescencia no es que fuera mucho mejor, seguía siendo el niño raro, y esto que tengo, se desarrollo mas... haciéndome la vida terriblemente mas difícil, mucha gente no quiere que nadie sepa sus secretos, y yo sin quererlo lo sabía, y al final me acababan dando de lado. Intente ignorarlo, hacer como que no me pasaba nada, como que aquellas imágenes que agolpaban mi mente eran producto de mi imaginación y que con tiempo pasaría... y me equivoqué.
- ¿que paso? - pregunté envuelta en aquella historia, tanto que la imaginaba en mi cabeza a modo de película.
- Que todo empeoró, caí enfermo, y casi dejo el instituto, hasta que una mujer, amiga de mi madre me enseñó todo lo que debía saber, sorprendentemente ella era como yo, y gracias a ella pude llevar una vida normal, después con los años deje de ser el chico raro, y ya no era ignorado, sino que tenia muchas chicas interesadas en mi, - no me extrañaba, era tan guapo...- pero yo no sentía interés por ninguna, todas eran vacías, que no estaba mal para un rato, pero nada que pudieras soportar mas de una o dos horas.
Asentí sabiendo a que se refería, yo no tenia aquel “Don” pero de igual modo sabía que quería decir.
- y pasaron los años y fuiste la universidad y te sacaste la carrera...- hablé mientras sonreía
- si... fueron unos años buenos.
- ¿y porque derecho y no cualquier otra cosa?
Se sonrió y me puse roja... esos hoyuelos serian mi perdición.
- porque tengo la capacidad de saber quien dice la verdad y quien no, es raro que pierda un juicio
- oye... eso no es justo, no juegas limpio...- se echo a reír
- ¿y quien juega limpio en esta vida Paula?.
Le miré durante unos segundos, ¿puedes creer en algo que no ves?, me hacía preguntas una y otra vez, me había demostrado que sabía mas de mi que muchas personas, aunque quizá es que solo fuera muy muy observador, o que me hubiera leído la mente con algún aparato inventado por la C.I.A y que estuviera en método de prueba. Me reí por lo absurdo que eran mis pensamientos, cuando me di cuenta Quim me miraba sonriendo.
- fuera lo que fuera que estabas pensando, te hace reír... espero que no sea de mi.
- No me rio de ti, sino contigo, que es diferente.
Nos miramos sonriéndonos y di un trago a mi café, estaba nerviosa, demasiado nerviosa.
Unas horas después nos despedimos en la puerta de mi edificio, no nos habíamos dado los teléfonos, y no habíamos hablado de volvernos a ver, simplemente nos habíamos dicho adiós, y había de admitir que había sido el adiós mas triste que daba en mucho tiempo, ya que... ¿con que pretexto iría ahora a buscarlo?, tampoco es que me hubiera echo otra predicción sobre mis futuros días... y lo curioso es que me hubiera gustado comprobar de nuevo si volvía a acertar. Pese a que debía reconocer que había algo especial en ese chico, me costaba creer que fuera algo que no se pudiera explicar mediante la ciencia, ¿desde cuando había dejado de creer en la magia?.
Aquella noche di mil vueltas en la cama, no se que hora sería cuando pude al fin quedarme dormida.
Abrí los ojos al sentir que había demasiada luz en la habitación, parpadee varias veces hasta que puede ver lo que había a mi alrededor, me quedé de hielo al comprobar que no estaba en mi habitación, y dudaba seriamente de que estuviera en mi casa, sobre una lujosa cama había una chica plenamente dormida, tenia el pelo dorado que le caía por distintos lados a causa de su atípica postura para dormir, no tardé en descubrir que probablemente estuviera soñando. Solía tener sueños muy nítidos y lucidos, aunque ciertamente aquello era algo distinto, aun así me fije en cada rincón de aquella habitación, ahora que miraba con mas atención, tenia una decoración algo anticuada, a decir verdad, bastante anticuada.
Lo que me llamó enormemente la atención fue una cómoda en madera caoba y marquetería, con sinuosas curvas en su estructura, la típica Cómoda que ves en películas del siglo dieciocho o así. Cuando quité la vista de la cómoda la chica se había movido y se había incorporado en la cama, antes de que pudiera parpadear la puerta se abrió y una mujer de color entró con un barreño de agua, iba de negro exceptuando un delantal blanco, su pelo perfectamente recogido me hizo envidiarla al instante, miles de veces me había querido hacer aquel recogido para parecer mas elegante y lo único que había conseguido había sido un chufo ridículo.
- ¡¡¡ Señorita apúrese !!!! - dijo aquella mujer sin parar de moverse- Filipo esta a punto de llegar, y mire como sigue usted.
La chica dio un brinco y por fin se apartó el pelo de la cara, y lo que vi hizo que dejara de respirar, era...era yo. Una versión de mi, algo mas joven y distinta, se parecía a mi cuando yo tenia dieciocho años.
La joven salió de la cama de un salto y se metió rápidamente en otra habitación, yo parpadeaba y me restregaba los ojos deseando despertar de una vez, ¿que narices era aquello?. La mujer de color volvió a mi campo de visión y dio unos pasos hacia mi, y ignorándome por completo abrió el enorme ventanal y un aire helado entro por aquella ventana, olía a césped mojado, a montaña,a flores y a aire puro... aquello no era la cuidad, me asomé por la ventana y un prado enorme me daba la bienvenida... ¿donde podría existir aquel paraíso?, antes de que pudiera darme cuenta dos hombres paseaban por aquel prado, ¿de donde habían salido?, reían y hablaban sin apartar la mirada del inmenso jardin, de repente una voz me hizo dar un brinco.
- Señorita, Filipo ya esta con su padre en la parte trasera de la casa.
- Enseguida estoy Mambi, - saco la cabeza por la puerta y casi muero de nuevo... era como verme en un espejo – dígame...¿esta guapo?
- Usted que cree? - mi fotocopia echó una sonrisa y yo giré la cabeza, en cuanto despertara, analizaria el sueño de cabo a rabo
Me apoyé en el alfeizar de la ventana, y suspiré. En aquel momento un carraspeo me hizo mirar hacía abajo, tuve que sujetarme porque pensé que me caería, alguien tremendamente parecido a Quim me sonreía con las manos metidas en los bolsillos, verle con el pelo peinado y con aquella ropa se me hizo raro, no estaba muy puesta en la moda masculina del siglo diecinueve, pero me recordó a Edgar Allan Poe. Aquella chaqueta con solapas enormes y entallada le quedaba de maravilla.
Me llevé las manos a la boca y ahogué un grito, fue entonces cuando sentí que me estaba mirando, volví la cabeza, pero detrás de mi no había nadie, volví a mirar hacía abajo y aquel chico sacó la mano de su bolsillo y me saludó. Di un traspiés y me golpeé el codo con aquella cómoda.
- ¡¡joder!!! - grité mientras me pasaba la mano por mi codo derecho
Cuando volví a mirar hacía abajo aquel chico ya no estaba.
Un sonido atronador me hizo despertarme de un golpe, el despertador, resoplé al ver que estaba en mi habitación, me llevé las manos a la cara y sonreí, Genial... me estaba volviendo loca.
Me duché y poco después me puse de camino al trabajo, hoy extrañamente me sentía contenta, me hice una nota mental, en cuanto tuviera diez minutos anotaría todos los detalles de aquel sueño y buscaría el significado de cada cosa, incluyendo el gesto que había visto en Quim varias veces, que hasta mi inconsciente había incluido en el sueño.
- ¡¡vaya!! - levanté la cabeza de la mesa y miré a Elena que me sonreía- ¿has cambiado de perfume?
- ¿yo? - fruncí el ceño – no, ¿porque?
- No se... hueles distinto – se encogió de hombros – como a hierba fresca, a flores a algo así...
abrí los ojos de golpe, mi perfume era dulce, no floral... de repente la imagen de aquel sueño me invadió la mente, apoyé los codos en la mesa y me tapé la cara para intentar calmar mi incipiente nerviosismo, entonces di un alarido.
- Mierda...- dije tocándome el codo – como duele...
- Menudo moratón te esta saliendo – dijo Elena justo a mi lado- te has tenido que dar un buen golpe... si lo que yo diga, estas en la parra.
Tragué saliva y sentí que el corazón me latía desesperadamente, ¿que esta pasando aquí?. No sabía exactamente como, pero tenía que contárselo a alguien... aquella misma tarde vería a Cristina, y aunque corriera el riesgo de acabar encerrada en un loquero, tenia que hablarlo con alguien, y si debía terminar en un manicomio, esperaba que no fuera uno como el del vídeo juego “outlast” (si... momento friki del día)
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espero que os haya gustado... este libro es distinto a las otras historias, cierto. Y será aun mas distinto conforme avance, me encanta ponerme retos, y como algunas personas sabéis, me aburre la monotonía... aunque en esta historia doy mi palabra que habrá de todo lo que os gusta ^^ , amor, ternura, sexo, risas, y cosas paranormales.... todo eso mezclado, agitado y servido bien fresquito jajaja,
os espero en la pagina de Facebook "si tan solo fuera sexo" o en Twitter @miiiojeda.
¡¡ Hasta el Miércoles!!!