Seducir a un extraño

Av danielacgalvis

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Jazmín es una joven que recién ha ingresado a un prestigioso Buffet de abogados en Colombia, inexperta en el... Mer

Sinopsis
Personajes
Prologo
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Epilogo

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Av danielacgalvis

Bruno mars - it will rain

En ese instante el puño de Vicent estampó en el rostro de Javier. Inmediatamente la sangre empezó a salir de su nariz, mientras yo tomaba el brazo de Vicent para que evitará seguir golpeándolo.

- ¡Maldito infeliz!, ¿cómo te atreves a faltarle el respeto? - gritaba salido de sí.

- ¿Qué está sucediendo aquí? - la voz de Silvia se escuchó después de unos segundos.

- Ese tipo me ha golpeado - se quejó Javier mientras se limpiaba la nariz.

- Dile porque lo he hecho - apretó Vicent sus dientes.

- ¿Javier que es todo esto? ¿Me explicas?

- Sólo ha sido un malentendido - dijo Javier y eso hizo enfurecer más a Vicent.

- ¿Llamas malentendido el llamar a Jazmín prostituta?

- ¿Javier es eso cierto? - enarco una deja Silvia.

- Por supuesto que no - negó todo-. No sé de dónde saco todo eso, yo sólo pregunté por qué Jazmín había llegado tarde a casa, no es cortes de un hombre traerla a estas horas.

Silvia le creyó como la mayor parte del tiempo, y me señaló con la quijada que mamá estaba adentro.

- No le digas nada a mamá - dijo en un murmuro y resignada pase de largo chocando mi figura con la de Javier.

- ¡Jazmín! - escuche la voz de Vicent a mis espaldas y sólo le di un gesto con mis rostro de que lo mejor que podía pasarnos a los dos es que se marchase.

Supongo que lo hizo casi de inmediato porque sólo escuche después de eso los reclamos de Silvia por mis horas de llegada.

- ¿Cómo puedes decir que Javier dijo eso de ti?

- No puedo creerlo ti, en verdad lo dijo y tú no me crees.

- Javier te quiere mucho Jazmín, estaba preocupado por ti - rodé los ojos a veces mi hermana era tan estúpida que me sorprendía su inocencia.

- ¿Porque inventaría tal cosa de Javier?

- Tal vez porque.. estas celosa de que yo tenga a alguien, Es decir de seamos pareja - me burle de aquello.

- ¡Por Dios Silvia! ¿Qué envidia tendría de ti? Lo mejor es que te salgas de mi habitación, me duele la cabeza y no quiero hablar contigo.

- Ese tipo no te conviene Jas.

- No hables de él, como si lo conocieras.

- Después no digas que no te lo dije - salió cerrando bruscamente la puerta de mi habitación mientras yo me dejaba caer en las sábanas, estaba ahora llorando defraudada de que una vez más mi única familia me diese la espalda. Siempre me sentía así y nadie se atrevía a preguntar cómo me sentía.

El móvil reflejo una llamada de Vicent pero decidí rechazarla, no me sentía en las mejores condiciones para entablar una charla después de lo que sucedió.Horas antes me había sentido la mujer más afortunada por despertar al lado del hombre que me lleno de pasión y deseo desde aquella noche y ahora me sentía como la mujer más frágil del mundo.

Era una real porquería.

No sabía que era peor en mi vida si el que Silvia no creyera nunca lo que le decía de su novio o el que yo siguiese viviendo en la casa soportando todo aquello. Supongo que lo hacía por mamá, ella quedaría sola y devastada si yo me marchaba de allí.

- ¿Jazmín estas ahí? - la voz de mi madre me hizo limpiar una lágrima de mi rostro y enseguida me puse de pie para abrir la puerta.

- Hola mamá.

- Jas.. Silvia me dijo que te habías quedado con Violeta ¿porque no me lo dijiste? me tenías preocupada.

- Si, con Violeta - susurre torpemente-. Lamento haberte preocupado mamá.

- ¿Qué te está sucediendo? Tú nunca haces eso.

- Nada, es sólo que era muy tarde para tomar de regreso un taxi, además de que estaba lloviendo.

Mi mamá me dio una ligera sonrisa.

- El desayuno está servido, te esperamos.

- Lo siento pero no tengo hambre.

- Pero Jas...

- Violeta me dio desayuno en su casa.

- Oh, siendo así... está bien. No olvides cambiarte para la reunión de la empresa.

- Si mamá.

Se suponía hoy era la reunión con el señor Esteban, y Leonardo había organizado todo en el Buffet para que se viera de manera formal. Pero creo que la sorpresa de todos sería el que el señor Esteban viera a sus dos hijos, principalmente a Vicent a cargo ahora de la presidencia desde el mismo día en que llego.

No necesite de mucho tiempo para arreglarme puesto que sólo iría por tres horas y mi guardarropa contaba en su mayoría con prendas de oficina.Decidí tomar de allí un vestido color rojo vino y resaltarlo con unos tacones de color plata. Mi cabello lo había dejado en una media cola y ni me preocupe por el maquillaje. Quería algo sutil. Casi a los quince minutos me encontraba lista para ir rumbo al Buffet. Tome un taxi lo más rápido posible y me sorprendí al ver el cúmulo de empleados que habían en la entrada.

- ¿Qué sucede? - le pregunté a Alba mientras ella miraba su reloj.

- El señor Leonardo no ha llegado y él señor Esteban está que echa fuego por las narices.

- ¿Y el señor Vicent?

- Calmando los ánimos del señor Esteban, ambos están en el auto - di una leve vista al auto en el que se encontraban pero no pude observar con claridad ya que tenía los vidrios oscuros.

- El señor Leonardo ha llegado - dijo Alba señalando con su quijada el Porsche último modelo que hace poco había comprado, yo misma lo acompañe aquel día a escogerlo.

Leonardo se baja de su auto e inmediatamente gira su vista hacia mí, me toma de la mano y me hace a un lado.

- Jazmín nunca creí decir esto pero... estoy nervioso - se rasca la nuca.

- Su padre ya ha llegado.

- Eso lo sé, y Vicent está con él ¿Tú me ayudarías a calmar los ánimos entre ellos dos?

- ¿Qué? No sé cómo hacer eso señor Leonardo.

- Eres muy buena en explicar el manejo de la empresa, servirá.

- Usted muy bien sabe que la empresa ahora no se encuentra en las mejores condiciones, hasta su hermano se ha enterado de ello.

- Jazmín sólo quiero que digas la verdad, se le dio un buen manejo a las empresas a principios de año. Quiero que rescates eso.

Lanzo un suspiro.

- Esta bien lo haré.

Una voz se aclaró a nuestras espaldas y supe reconocer de quien se trataba.

- Mi padre te necesita Leonardo - dijo y casi de inmediato Leonardo salió camino al auto-. ¿Te importaría hablar un momento conmigo Jazmín?

- Por supuesto.

- Muy bien, sígueme - ambos avanzamos hasta una de las oficinas que había allí desocupadas.

Me hice justo a un lado de la puerta.

- ¿Qué más sucedió con ese bastardo?

- Nada, todo está bien.

- Jazmín es claro que no está bien el que ese tipo de insulte.

- No tienes por qué preocuparte por eso.

- Tal vez sea mi culpa, no debí decirte que fuéramos al hotel.

- No te culpes por eso Vicent - tome su brazo con mi mano-. Los dos queríamos.

Un brillo se hizo presente en sus ojos mientras me dedicaba una mirada a los labios. Sólo quería lanzarme en sus brazos y decirle que me tomara de nuevo, que me hiciera suya de la forma en que lo hace.

Lo necesitaba.

- Yo.. - alejo su mano cuando esta busca mi cintura-. No puedo, lo siento.. - me retiré de allí cerrando la puerta de aquella oficina a mis espaldas, casi de inmediato sentí los pasos de Vicent sobre mí pero a su vez el señor Esteban nos interrumpió, la reunión se haría de inmediato y no podía esperar más tiempo puesto que su viaje de regreso a Francia seria en unos días.Accedí a petición de Leonardo ayudarlo con aquello de la imagen del Buffet porque en el fondo de mi ser sentía pena por él y si estaba en mis manos ayudarlo en lo más mínimo lo haría.

- Entiendo lo que dice señorita Vega, pero lo que si me saca de casillas es el pésimo servicio que mi hijo le ha dado a los clientes.

- Podemos mejorar eso señor Esteban - sonreí segura de mi misma-. Quizás rebajar los precios en torno a las consultas.

- Tu secretaria es muy profesional Leonardo no sé que fuera de ti sin esta mujer.

- Te dije que Jazmín era grandiosa - dijo orgulloso Leonardo y Vicent lo fulminó con la mirada.

- No decías lo mismo de ella cuando llegue, hasta la insultaste.

- ¿Es eso cierto Leonardo? - enarco una ceja su padre.

- Padre fue un error, no volverá a suceder.

- Un error que casi nos cuesta mucho de qué hablar en el Buffet.

- ¡Tú no te metas como si conocieras el Buffet! - grito salido de si Leonardo.

- Compórtate como un hombre de treinta y no como un crío de quince - Vicent se levantó señalándolo con el dedo.

- ¿Es acaso porque no soy hijo legítimo como tú? ¿Por qué soy un bastardo?

- ¡Basta ambos! - el señor Esteban los calló a los dos-. Tuve dos hijos varones pero se comportan como dos niñas. Señorita Vega, ¿le importaría si nos da un momento o a solas?

- Por supuesto - me retiré de esa bochornosa situación, el genio de ambos hermanos se igualada y allí estaba por armarse la tercera guerra mundial.

Me senté en mi cubículo esperando a que solicitarán mi ayuda pero eso nunca sucedió. Al contrario el señor Leonardo salió de allí y lo único que me dijo es que me daría unas vacaciones.

- ¿Qué ha dicho?

- Nunca te he dado vacaciones Jazmín te las mereces.

- Pero..

- Tomate unas semanas, unas dos mientras este lío se arregla - me guiña el ojo y sale de allí con las llaves de su auto en las manos. Al poco tiempo Vicent salió de allí y se encaminó a donde me encontraba tomándome del brazo.

- Tengo que decirte algo Jazmín - me dijo mientras ambos estábamos dentro del baño de mujeres y él cerraba la puerta.

- Espera, no es un buen lugar para hablar.

- El lugar es ahora lo que menos me importa, vas a escuchar lo que tengo que decir.

- Adelante - susurre.

- No quiero que confíes en Leonardo, mantente lo más alejada de él que puedas.

- ¿Porque me dices esto?

- Porque conozco a mi hermano y se de lo que es capaz por volver a tomar el control en las empresas. No te fíes de él.

- Lo tendré en cuenta - intente irme de su lado pero una vez más su brazo me detuvo.

- Deja de huir como si estuviera prohibido el vernos.

- Vicent, déjame ir.

- No quiero que te vayas Jazmín - unió sus labios a los míos y aunque quise correrlo me fue inútil le correspondí el beso con la misma intensidad mientras me apoyaba en el lavado del baño y separaba mis piernas.

Lo deseaba y él también a mí.

- Me provocas muchas cosas Jazmín - susurro en mi oído y contuve el aliento mientras me provocaba presionando su erección en mi centro.

- Hazme tuya de nuevo - la palabra salió automáticamente de mi boca,más como una petición.

Una sonrisa se dibujó en su boca y disfrute de sus manos viajar por mis senos.

- ¿Jazmín? - la voz de Alba nos hizo separar.

- Es Alba - me queje mientras recobraba el aliento.

- Mierda - mascullo mientras escuchaba el sonido de la perrilla.

- Ocúltate en el último baño - me aleje de él y Vicent rápidamente corrió al último baño de allí.

- Hola Alba - la salude de la manera más normal posible.

- Hola Jas, escuche que Leonardo te dio vacaciones, muy extraño ¿no? ¿Acaso le dio lepra y delira ahora?

- Creo que es la presión de su padre.

- Bueno, me alegro por ti, no es fácil soportarlo ¿A dónde vas a ir?

- No lo sé realmente - fingí lavarme las manos en el lavado.

- Tengo una amiga que sabe de buenos luagares.

- Lo pensaré.

- Bueno, me tengo que ir - tomo su bolso de la despensa de arriba-. Debo cuidar a mi sobrina, que te vaya bien en tus vacaciones - sonrío y salió de allí. Vicent salió al poco tiempo del baño.

- ¿Vacaciones?

- Me las dio hoy - me encogí de hombros.

- ¿Piensas viajar?

Busque rápidamente una respuesta en mi cabeza.

- No - dije finalmente.

- ¿Podemos vernos en ese tiempo?

- Yo.., Vicent Creo que esto no es lo mejor, no por ahora - salí de allí mientras le daba la espalda, todo ahora era un caos, en las empresas, en mi casa, quería tiempo para pensar que haría, tiempo sola, y no podía decirle a Vicent que aceptaba otra vez el vernos.

No hasta que estuviera segura.

Después de dos semanas las cosas parecían no mejorar, por lo contrario, empeorar. Tome una semana a partir de eso para trabajar y después la siguiente la utilice para mis vacaciones. Leonardo estuvo de acuerdo con ello, en cuanto a Vicent seguía evitándolo, creo que llegó a un punto en el que se aburrió de escribirme por el móvil.

Javier había logrado convencer a mi madre de que yo no era una hija sincera y que ocultaba ciertas cosas, sin embargo mi madre tenía total confianza en mí que le era difícil creer eso.Empezaba a creer que las vacaciones en un lugar fuera de mi casa sonaban tentadoras, ya no quería seguir viendo la cara de Javier aunque fuera por una sola semana, con eso bastaría.

El mismo viernes tome pocas cosas de mi armario y las metí dentro de una mochila, iría a un lugar alejado de la ciudad, un pueblo situado en las montañas en el que hacía un frío delicioso, las veces en las que había ido lo había hecho en compañía de Silvia y mi mamá, pero esta vez iría sola.

Una vez mi mochila estuvo lista fui directo a la terminal de transportes de la ciudad dispuesta a esperar el autobús que me llevaría, pero el auto inconfundible de Vicent se atravesó en mi campo de visión.

Se bajó de allí y se paró justo al frente mío.

- Pensé que te habías ido.

- ¿Cómo supiste que estaba aquí?

- Te busque y tu madre me dijo que estabas aquí.

- Voy a irme sola, mi autobús ha llegado - lo señale con la quijada.

- Espera, déjame llevarte.

- ¿Sabes manejar carretera?

- Claro que sí.

- No conoces el camino - estaba inventando excusas para evitarlo y él no me la hacía fácil.

- Pero tú sí, me indicas y llegamos.

- ¿Porque quieres llevarme?

- Porque me hace falta el tenerte junto a mí.

Me sonroje, era lo más lindo que alguien me había dicho.

- No sé si esto esté bien.

- Yo también estoy de vacaciones, sube - me abrió el asiento del copiloto y termine aceptando subir con él.

- ¿Tu chofer no viene hoy?

- No siempre ando con Carl - tomo en sus manos el volante y aceleró-. Hoy somos solo tú y yo.

Durante todo el camino no dejaba de observar la ventana del auto mientras veía los paisajes de las montañas recibirnos. Estaba callada porque no sabía que decir. Vicent había despertado en mi cosas nuevas y no quería enamorarme de él.

No quería eso.

- Jazmín lo que estamos haciendo no está mal, ambos estamos solteros.

- No es lo mismo.

- ¿Porque? ¿Es acaso la edad?

- No - negué mientras limpiaba mi mejilla al recordar las palabras de Javier.

"Prostituta"

- ¿Qué está mal? Dime, así podemos solucionarlo.

- No me quiero enamorar de ti, eso es lo que sucede.

Él se quedó unos minutos en silencio no necesitaba de más para desvanecer las vagas ilusiones que tenía guardadas de que sintiera por mí algo diferente.

- Entiendo que puedas sentirte de esa forma Jazmín, pero en el momento que no quieras seguir con esto, renuncio a ti.

- Tú no eres un tipo del que yo me enamore, eres demasiado directo y.. Romántico.

Él soltó una risa mientras me miraba.

- ¿Romántico?

- Si - le dediqué una mirada con una sonrisa.

- Y tú eres como una niña.

- Deja de decirme que soy como una niña, te hace sonar como un viejo decrépito.

- Soy mayor que tú.

- Dije que la edad no me importa.

- Si lo dices - me guiña un ojo.

Duramos cerca de una hora y media para llegar hasta el pueblo en medio de las montañas, pero me sentía mareada por el camino, Vicent se detuvo en más de una ocasión para que vomitara pero ya no soportaba mi estómago devolver la comida. Necesitaba detenerme a vomitar en un baño o lo haría en la hermosa cojineria de cuero de su auto.

- Te ves mal ¿Quieres que me detenga aquí?

- Si - asentí.

- Esta bien - Vicent aparco en una cafetería, pero esta estaba cerrada hasta que vimos un hombre abrir la puerta para salir a regar las flores.

- Disculpe señor ¿podría prestarnos el baño? Mi chica no se siente bien - dijo él mientras yo me recargaba en su hombro.

- Oh por supuesto - nos sonrío el anciano-. Sigan.

Entramos juntos mientras yo seguía al hombre a donde se encontraba el baño.

- Es aquí linda.

- Gracias - entre de rapidez y vomite en el excusado lo poco del desayuno.

- Jazmín ¿te encuentras bien?

- Siento que voy a morir - salí de allí apoyándome en las paredes.

- Déjame ayudarte - Vicent me tomo suavemente mientras me hacía sentar en una de las mesas-. Te ves mal.

- Tomate esto, debe ser el viaje, la carretera ahora tiene muchas curvas - el ancinan me extendió un té caliente y lo bebí lentamente.

- Lamento la molestia, ¿sabe de algún sitio en el que podamos quedarnos?

- Están de suerte, alquilo cabañas, hoy me queda sólo una, con vista a la montaña y a una cascada ¿La quieren? Se supone era para mi nieta, pero aplazo sus vacaciones.

- No podemos coste...

- La tomamos - respondio él.

El viaje que se suponía era sólo mío, ahora había resultado con él a mi lado y lo peor de todo enferma por el viaje.

- Si necesitan algo me avisan, el desayuno se sirve a las siete - nos dijo mientas abría la habitación de aquella cabaña, era pequeña pero hermosa.

- Muchas gracias, es usted muy amable - Vicent se despide del hombre mientras yo me quedo sentada en el borde de la cama.

- ¿Cómo te sientes? - acaricia mi mejilla.

- Un poco mejor - me quito los zapatos y me dejo caer en la cama.

- Tal vez deba pedir otra de esos té s.

- Estoy bien - susurre.

- Mírame Jazmín - se acostó a mi lado-. ¿Porque querías viajar sola?

- Ya te dije, vacaciones..

- No me creo eso - frunció el ceño-. ¿Tiene que ver conmigo?

- Vicent...

- No importa si nos ven, realmente no me importa eso, sólo que tu estés cómoda.

- Necesitaba tiempo para mí, para organizar mis sentimientos.

- ¿Porque?

- Porque no sé lo que me pasa cuando estoy contigo, eres como una maldita adicción, siempre quiero más, me desconozco a mí misma.

- Eso se llama conexión y no lo logras con cualquiera. Me pasa lo mismo - esbozo una sonrisa-. Creí que era un loco por buscar a una mujer desconocida y ahora me creo más loco aún por seguirla hasta aquí.

- ¿No te gustan estos planes?

- Jamás había hecho estos planes - se ríe -. Pero me agradan, son diferentes.. Tu eres diferente, transparente y tierna..

- ¿Tierna?

- Auténtica - sonrío mientras me besaba dulcemente en los labios le correspondí el beso y está vez no hubo nada que nos detuviera a seguir basándonos o tocándonos.

Mis manos pronto se deshicieron de sus ropas como las suyas de las mías y caímos desnudos sobre la cama, separe mis piernas para sentirlo dentro de mí y él lo hizo de una manera suave, perfecta.

Me sentía en el paraíso mientras entraba y salía de mí y yo me perdía en el movimiento de su lengua jugar dentro de mi boca.

- Eres mía Jazmín - susurra en mi oído mientras mis manos se entrelazan con las suyas y lo siento vaciarse dentro de mi por completo.

- Lo soy - esboce una sonrisa amplia mientras seguía moviéndose y disfrutaba de sus besos.

Describir la forma en la que nos habíamos entregado en esa noche no me alcanzaría, me bastaba con decir que había sido lo más romántico del momento. Me había sentido como nunca en mi vida.

Abrí mis ojos cuando escuche el sonido de los pájaros cantar en el ventanal y la luz del sol de colaba por las cortinas. Su brazo estaba rodeando mi cintura como su fuera yo su más grande posesión.

Me removí de las sábanas lentamente y sentí su respiración quemarme el cuello.

- Hueles delicioso, mi Jazmín - me apretó más contra él y no pude evitar sonreír.

- Buenos días - pase mis manos por su rostro mientras él me devolvía un beso.

- Buenos días - su pulgar viajó por mi espalda trazando una caricia. Sentí mi cuerpo estremecerse y me pegue más a él hasta que mis senos desnudos chocaron con su pecho.

- Acabas de provocarme una erección con eso - se burló mientras me hacía sentirlo.

- Debes buscar una solución pronto - me subí encima de él y lo obligue a que me tocara.

- ¿Quieres tan temprano arriba?

- Me muero por tenerte de nuevo adentro - lo bese con intensidad y él me volteo a modo en que me aprisiono debajo de su cuerpo.

- Quiero ser romántico esta vez - apoyo sus brazos a mis lados buscando mis manos enlazándolas besándolas suavemente.

Vicent Lasserre era mi perdición. Ahora lo era.

** Hay mas que sentimientos de pasión en esta relación o ¿que creen ustedes?

Fortsätt läs

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