MYKE WALKER.
Me paso por el lugar de carreras, a pesar de la redada Kendo no deja su lugar de trabajo, si se le puede llamar así, claro.
— ¡Bestia! Pensaba que no te vería por aquí en una temporada. —Dice él.
— He venido a pedirte uno de tus coches para dar una vuelta, ya sabes, para irme a tomar por culo un rato.
— Claro, elige el que quieras.
— Creía que esto estaría lleno de policías. —Saco un cigarro.
— Tengo los papeles en regla, aunque cueste créelo, esto tiene licencia chaval.
— Si no me equivoco es falsa. —Digo y él ríe.
Me pasa un mechero para encenderme el cigarro y asiente con la cabeza.
— Tengo un colega que es un crack en estas cosas. —Confiesa.
— Lo suponía.
Pego un salto y me siento sobre el capó del coche que voy a llevarme. Un lamborghini negro con los cristales negros también.
— Que cochazo.
— Un rico que me debía dinero y bueno, pagó con su coche. —Ríe.
— ¿Por qué un rico te pagó con su coche una deuda qué pudo pagarte con su pasta de rico? —Pregunto dando golpes al capó.
— Porque estaba arruinado y no quería pedirle el dinero a su papá. —Responde.
— Esto vale más que tu puta casa.
— Ya ves chaval.
— Me voy. —Bajo del capó.
— Se me olvidaba, una chica ha venido preguntando por ti.
Encojo los hombros, abro la puerta para subirme al coche pero me detengo por curiosidad.
— ¿Qué ha preguntado?
— Pues cosas de ti, no he dicho nada por supuesto, solo lo que debía saber, tu apodo.
— ¿Te dijo quién era? —Pregunto alzando una ceja.
— Era un nombre poco común.. un momento, tengo que recordar. —Pongo los ojos en blanco.
— Mi paciencia tiene un límite, dímelo otro día.
— Yulima, si, eso es. —Dice él.
Pongo el brazo sobre el techo del coche y suelto una carcajada.
— Me piro.
— ¿Sabe quién es? —Pregunta.
— No me interesa. —Respondo.
Subo al coche y me voy conduciendo a una velocidad poco recomendable para alguien que valore su vida.
YULIMA TYLER.
Janet salió del baño para hurgar en mi armario y sacar la ropa que ha ella le apetezca.
— Janet, voy a matarte. —Amenazo.
— ¿Crees qué esto le gustará a Ángel? —Pregunta mirándose al espejo.
— Deja mi vestido negro de encaje donde estaba.
— Dime si o no. —Insiste.
— Claro que si, cuando te lo compres y dejes de cogerme la ropa. —Reímos— Además, no tienes que ponerte algo porque le guste a un niñato.
— Oye, Ángel no es ningún niñato, es.. un poco niño.
— Un niñato. —Repito.
Me lanza el vestido para coger otro azul marino de palabra de honor.
— Este es perfecto.
— ¿A ti no te castigan o qué? —Pregunto recogiendo ropa del suelo.
— Ya sabes que mi padre está ocupado con la empresa y mi madre pasa de mi. —Responde encogiendo los hombros— ¿Sabes qué me ha dicho? Que la próxima vez que me escape para ir a una carrera evite que me arresten por la prensa.
— Joder.
— A mi me da igual, me gusta mi libertad.
— Ojalá yo tuviera la misma suerte. —Resoplo— ya conoces a mis padres, tan perfectos.
— Ya, tú has salido diferente.
— Bastante diferente.
Se acerca a mi, me prueba un vestido por encima y sonríe, cuando sonríe así se que algo trama.
— No me escaparé. —Advierto.
— Nunca has ido con vestido a clase, este es sencillo, algo que te pondrías en un día normal.
— No, no empieces con tus consejitos de moda.
— ¿Hacemos algo? —Pregunta.
— Odio tus ideas.
— Un intercambio, mañana tú te vistes como yo y yo me visto como tú.
— ¿Qué yo me vista cómo tú? Ni de coña.
— No seas agua fiestas. —Me rio— Venga, será divertido.
Suplica sin descanso hasta que acepto por desesperación.
— ¡Vale! Pero solo un día.
— ¡Bien! —Exclama— Elígeme la ropa y yo te la elijo a ti.
— Esto no es buena idea, no me gusta nada.
— Deja de quejarte. —Me lanza una camiseta.
MYKE WALKER.
Después de conducir hasta llegar a un lugar alto, apartado de la sociedad y solitario, aparcó el coche y me tumbo sobre el capó.
Aquí es donde encuentro la tranquilidad, donde me siento en paz, no vengo mucho, tal vez dos veces al mes, pero es necesario para mi bienestar.
Aunque muchas veces la bestia que llevo dentro no me permite encontrar tranquilidad, que me hace mierda por dentro intentando salir.
La cabeza me duele, mi interior parece arder y mi cuerpo se retuerce.
— ¡Para! —Grito.
Parece que mis huesos se estén rompiendo, que alguien estuviera golpeando mi cabeza con un martillo y no consiga matarme.
YULIMA TYLER.
Al día siguiente siguiendo los consejos de moda de Janet, arrepintiéndome de haberme prestado para este juego nada más mirarme al espejo, consigo bajar para desayunar.
— Hija, hace un año que te regalé ese vestido de flores y nunca te lo había visto puesto. —Asegura mi madre.
— Si, es que.. no sé.
— Hermana, estas tan graciosa. —Añade el idiota de mi hermano.
— Vete a la mierda. —Lo empujo.
— Estas preciosa. —Dice mi padre— No te metas en líos y al salir de la escuela ven directa a casa ¿Vale?
— Si papá.
Prefiero no llevarle la contraria, quiero que su salud no sea perjudicada por mi culpa. Él nos lleva al instituto, todos me observan, parezco un bicho raro con este vestido, no sé porqué he aceptado la idea de Janet.
— Mírame. —Dice ella— ¡No sé cómo puedes vestir así!
— Me cambiaría por ti en este momento.
— Estas preciosa. —Sonríe.
— Estoy ridícula.
Jack se acerca haciendo gestos con las manos y poniendo caras de orgasmo, nunca dejará de parecerme un imbécil y con esa cara mucho menos.
— Estas guapísima. —Dice.
— Parezco una payasa.
— Déjame adivinar, una apuesta de Janet.
— Una de sus idioteces. —Resoplo.
— Estas guapa, no te rayes.
Cojo mi mochila y entro en clase.
Tras varias clases, por fin llega la hora de salir a desayunar, Janet y yo salimos a la cafetería.
— En realidad es cómodo, pero ahora entiendo porqué no cruzas las piernas, esto se te clava demasiado. —Me río.
— No cruzo las piernas porque no me da la gana, así de simple.
— Pero ahora debes hacerlo. —Se burla.
— No quiero que medio instituto me vea las bragas.
Salimos con nuestro desayuno ¡Dios mío! Justamente hoy no, en este momento siento un enorme "¡Tierra trágame!" El chico de ojos verdes, ese que dice Janet que se apoda bestia está fuera apoyado en el mismo árbol donde lo vi por primera vez.
— ¡Escóndeme!
— ¿Qué? ¿Por qué? —Pregunta Janet.
— Estoy ridícula.
— Pero mira quien esta aquí ¡Hey! —Exclama.
— ¡Janet!
Escondida detrás de ella nos acercamos a él.
— ¿Por qué te escondes? —Pregunta.
— No te importa.
— Precisamente he venido para hablar contigo.
MYKE WALKER.
Su mejor amiga se aparta tras hacer malabares para deshacerse de ella y conseguir que la vea.
Me mira con sus ojos color canela, toca su largo pelo castaño mostrando su nerviosismo a la vez que sube y baja la mirada para evitar mirarme a los ojos.
— ¿Y qué quieres? —Pregunta seria.
— Que la próxima que vez que quieras saber algo de mi, me lo preguntes directamente, eso de que tu portavoz sean mis amigos.. no me gusta nada. —Respondo.
Ella muestra su enfado y busca a su amiga que hace más de dos minutos que se ha ido.
— Yo no he preguntado por ti a nadie, ha sido la gilipollas de mi mejor amiga.
— Es tu nombre el que me han dicho.
— Pues no he sido yo, si quieres reclamar a alguien reclámale a ella. —Insiste.
— ¿Por qué será qué no te creo? Mírate, estas nerviosa.
— Pues porque tienes el ego por las nubes. —Asegura.
— No me conoces.
— Gracias a Dios. —Cruza los brazos— no te preocupes, no permitiré que Janet vuelva a preguntar por ti.
— ¿Te da vergüenza qué se enteren qué vas investigando vidas ajenas? —Pregunto.
Ella se acerca a mi, seria y enfadada.
— Tú tampoco me conoces como para asegurar que me da vergüenza o no.
— ¿Confirmas qué has sido tú? —Pregunto alzando la ceja derecha.
Ella ríe.
— ¿Por qué te ríes? —Le pregunto serio.
— Porque puedo, quiero y me da la gana. —Responde.
Por primera vez alguien vence mi seriedad y termina haciéndome reír. No se quien esta mas asustado, si la bestia o yo, esto nunca me había pasado.
Redes:
Instagram: rafivalderramac
Twitter: rvalderramaa1
Gmail: rafivalderrama3@gmail.com
Gracias, les quiero. ❤️🔥