Seducir a un extraño

Por danielacgalvis

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Jazmín es una joven que recién ha ingresado a un prestigioso Buffet de abogados en Colombia, inexperta en el... Mais

Sinopsis
Personajes
Prologo
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Epilogo

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Por danielacgalvis

The killers - Shot at the Night

Limpie mis labios porque mi labial se había corrido horrible, la boca de Vicent era testigo de ello, asi que también limpie restos del color rojo coral que había alrededor de esta.

- Debo ir al baño - di un paso atrás y choque con la mesa vecina en la que había una pareja-. Lo siento - me disculpe torpemente mientras seguía el camino al baño de damas.

¿Qué demonos Jazmín? ¿Vas a huir cada vez que tengas sexo con él o que te bese? Bueno la verdad es..¿que me garantiza que volveremos a estar juntos?

- Ahg... me odio por ser tan idiota - salpico agua al espejo y paso mis manos por mis cabellos tratando de conservar la calma.

Sólo debes salir de aquí ir allí y mantener un conversación normal con él es fácil. Puedes hacerlo.

- ¿Jazmín estás aquí? - su voz me hizo palidecer.

- Salgo en un instante - respondí nerviosa.

Me volví a mirar al reflejo del espejo y vi la figura de Vicent a mis espaldas. Había entrado allí, al baño de mujeres.

- ¿Qué haces? este es el baño de mujeres.

- Eso lo sé, el cartel es bastante claro - sonrió.

- Dije que salia en unos instantes.

- Verificaba que estuvieras bien.

- Sólo quería lavar mis manos.. ya sabes la higiene - no creo que Vicent se haya tragado eso, pero ahí estaba Jazmin con sus típicas respuestas idiotas.

- Me disculpo por lo de hace unos instantes - mete sus manos a los bolsillos y se acerca hasta mí-. No es propio de un caballero hacerlo.

- ¿Tiendes a disculparte de tus actos después de que los haces? - levante una ceja.

- Soy muy formal - se mofó.

- Eso veo - solté una risa-. Has dejado nuestra mesa libre, lo que supone que alguien más puede sentarse allí.

- No creo que suceda,cuando adelantas la paga - guiña un ojo y sale del baño.

Me quedo sin decir nada. Sigo sin creer lo loca que ha sido mi semana.

- ¿Vienes? - gira si vista hasta mí y sonríe mientras extiende su mano a la mía.

Ambos avanzamos hasta la mesa que habíamos tomado antes y nos sentamos para disfrutar de la comida que hemos pedido.

- Me gustaría saber más de ti - abre la botella de vodka y hace un gesto-. ¿Porque en un lugar como este no venden vino?

- Porque creo que eso se reserva para otro tipo de restaurantes - doy un mordisco a mi hamburguesa y él sonríe mientras me mira.

¿Tengo cebolla en las encias acaso?

- No has respondido mi pregunta - levanta una ceja.

- Bueno.. ¿Quieres que comience por la parte trágica o que vaya directo a en la que digo como llegue a la empresa de tu padre?

- Me gustaría saber ambas - da un sorbo a su vaso.

- Tenía diecisiete cuando decidí estudiar derecho, mis padres no tenían los recursos para inscribirme en la Universidad que mejor ofrecía el diploma, asi que estudie en una pública,nunca me importó eso pero a ellos pareció defraudarlos por no darme algo mejor. Mi vida en el Instituto era un infierno, los chicos pueden ser muy crueles, siempre se burlaban de mi estatura y me colocaban apodos, no les daba importancia, me daba igual lo que dijesen. Era muy solitaria para ese entonces.

- ¿Cuánto mides? Tengo curiosidad.

- ¿Prometes no burlarte?

- Lo prometo.

- Mido 1.53 - giro mi vista hacia otro lado.

- ¿Acaso no tenían espacio en sus cabezas para albergar tantas neuronas muertas?¿Qué son estúpidos o algo por el estilo?

- Bueno.. eran chicos de secundaria, sólo se pueden decir estupideces.

- ¿Qué pasó después? ¿Siguieron molestandote?

- No, las cosas en la Universidad fueron distintas, creo que son las mejores que atesoro en mi memoria - las humillaciones en el Instituto habían desaparecido, pero no los constantes comentarios de Javier. Aún recuerdo cuando me dijo que era anoréxica y convenció a mi madre de llevarme a una consulta médica por que según él tenía un desorden alimenticio. Cosa que jamás fue cierta, mi metabolismo siempre ha sido el mismo, y daría todo por subir unos kilos de más, pero parece que eso nunca sucede.

Javier ha sido el causante de muchas discusiones en mi casa, porque mi madre y Silvia siempre le hacen caso a sus opiniones. Estaba cansada de que nadie me escuchara. Era realmente horrible que ni mi propia familia me apoyara.

- Me alegro de que haya sido así.

- Y yo - le doy una sonrisa-. Aunque aún me falta graduarme.

- Sé que lo lograrás, eres muy buena.¿Cómo llegaste a las empresas, Leonardo te busco?

- Bueno..  vi un anuncio en una página de empleos online.

- Y diste con el imbécil de mi hermano.

- El señor Leonardo es amable, pero es otro cuando se le sube el estrés a su cabeza.

- Eso no justifica su mal trato con los empleados, en Francia se maneja más personal y hay mucho más trabajo que aqui, jamás he utilizado malas palabras con alguno de ellos o les he hecho reclamos delante de clientes. Eso es faltar a mi ética profesional.

- Creo que el señor Leonardo nunca tuvo una inducción en la que le dijeran como manejar la ira - me carcageo con eso.

- Siempre ha sido así, no lo culpo, nació en un ambiente algo hostil.

- Jamás he conocido a su madre.

- La madre de Leonardo falleció cuando el tenía diez en un accidente de auto.

- Yo.. no sabía. Debió ser duro para él.

- Esa mujer no actuó de la mejor forma en nuestra familia, pero siempre estuvo para Leonardo. Fue una buena madre con él. Mi padre no se volvió a casar después de eso.

- ¿La amaba?

- No Lo sé realmente - juega con la servilleta de la mesa-. Jamás comprendere algunas de sus decisiones.

- Entiendo..

- ¿Qué hay de tu padre?

- Él falleció hace un año.

- Lo lamento mucho. Debió ser difícil para ti superar su pérdida.

- Sus riñones ya no funcionaban y todo se complicó al punto en que necesitaba de una enfermera personal. Fue muy duro para las tres, era el único hombre en nuestra casa. Siempre con sus chistes malos.. en realidad no hay día en que lo extrañe.

- Mi intención no era herirte - coloca su mano encima de la mía y sonríe.

- No has hecho nada malo - le devuelvo una sonrisa y paso mis manos por su marcada barba. Sus ojos conectan con los míos y soy yo esta vez quien acerca sus labios para besarlo. Vicent sigue el ritmo de mi beso de una manera dulce y tierna. Me hace sentir un cosquilleo en mi estómago, y mis manos tiemblan de los nervios.

- Yo.. - me retiro de sus labios y trato de buscar algo de que hablar.

- Me ha gustado eso - esboza una sonrisa y toma mi mano entre la suya.

- Tal vez pienses que actuó como una tonta, por irme siempre así.

- Jamás he pensado eso de ti.

- Esto es nuevo para mí y no hablo sólo del sexo - murmuro por lo bajo-. Es nuevo el salir con alguien de nuevo.

- ¿Ya habías tenido novio antes? - levanta una ceja.

- Bueno si eso era ser su novia... Descubrí que no era la única "Novia" que tenía.  Por eso desconfío mucho de los hombres.

- Pues que afortunada fuieste en librarte de un tipo como él.

- Es por esa razón que todo esto me tiene confundida.. yo no sé que pensar de todo.

- Jazmín, es normal que te sientas confundida con todo, pero prometo que seré sincero respecto a la propuesta que te tengo.

- ¿Propuesta? - enarco una ceja.

- Así es, te dije que estaría dispuesto a enseñarte cosas en el sexo, sólo si estás de acuerdo.

- Yo.. no sé que decir.

- Demonios, ha comenzado a llover - interrumpe nuestra conversación mientras mira atraves de la ventana-. Creo que la lluvia nos ha tomado por sorpresa.

- Debería ir a casa..

- Déjame pagar la cuenta y nos iremos.

Vicent cancela lo que hemos comido y después de eso salimos del restaurante rumbo al auto, la lluvia ha empezado a caer de manera fuerte y las calles estan inundadas.

- La lluvia no me deja ver con claridad el camino señor - responde su chofer personal.

- Busca un atajo Carl.

- Eso está muy complicado, estamos cerca del hotel ¿Porque no esperar a que la lluvia pase allí? - gira su rostro hacia nosotros quienes tenemos nuestras ropas empapadas.

- ¿Qué dices Jazmín? - me pregunta y yo muerdo mi labio inferior.

- Esta bien, sólo hasta que pase la lluvia.

- Al hotel Carl - le da las indicaciones a su chofer y este avanza hasta unas cuatro calles de ahí para dejarnos en la entrada de este.

Subimos por el elevador hasta la suite y después de eso cruzamos la puerta de ese lugar, los colores son grises en las paredes junto con un enorme sillón de color negro, cada cosa está en perfecto orden y hay hasta un balcón con vista a la ciudad.

- Iré por unas toallas para que puedas secarte - dice mientras avanza hasta el pasillo. Me quedo observando las mesas y algunas decoraciones de la sala. Hay una fotografía en particular que se roba mi atención, es al parecer Vicent de niño junto a una mujer rubia de ojos grises.

Debe tratarse de su madre.

- Era en nuestra antigua casa de Francia - responde mientras se acerca a mí.

- ¿Es tu madre?

- Así es - me da una sonrisa.

- Es muy bonita.

- Mamá lo era - sonríe nostalgicamente-. En fin fue hace muchos años.

- No quería causarte un mal momento.

- Tú no me causas ningún mal momento Jazmín - esboza una sonrisa y aparta un cabello húmedo de mi frente, después baja sus manos hasta el quiebre de mis senos y se detiene allí.

- ¿Qué sucede?

- Se te marcan los pezones - me dedica una sonrisa sensual.

- Y a ti se te a pegado la camisa - sonrío y él me devuelve la sonrisa mientras me toma de las caderas y me acerca hasta él.

- ¿Quieres que lo hagamos de otra manera? - susurra en mi oído y bajo mis manos por su pecho mojado quitando su camisa.

- Me estoy muriendo por estar de nuevo contigo - beso sus labios con clemencia y él me levanta en sus brazos conduciendome hasta su cama.

Mis piernas se han enrroscado a sus caderas y mis manos se sujetan de sus hombros al mismo tiempo en que siento su erección rozar con mi vientre.

- Espera un segundo - me apoya en la cama y saca de su mesa de noche un preservativo, aprovecho el momento para desvestirme ante su mirada que me devora-. Me excita verte mientras te desnudas - responde con una sonrisa.

- Quiero que me enseñes otra forma de disfrutar del sexo - la mano de Vicent me jala a modo en que él queda recargado sobre la cama. Mis manos bajan automáticamente por su torso hasta llegar a su pantalón y bajan el cierre de este para después quitar su ropa interior.

Su miembro está erecto a modo en que se le facilita colocar el preservativo atraves de este.

- Ahora sube - me sujeta de las caderas y separa levemente mis piernas, mi entrada está a escasos centímetros de su pene y no se que hacer con mis manos libres-. Baja despacio - decido usar mis manos para tomar las suyas  guiandolas hasta mis senos.

Vicent atrapa ambos con sus manos encajan perfectamente en sus palmas, empiezo a bajar atraves de su miembro.Me tenso al ir hasta la mitad, está siendo un poco incómodo, pero sólo sigo mis movimientos.

- Despacio Jazmín, te lastimaras - toma control de mi cuerpo y alza sus caderas para que lo sienta de una manera diferente.

- Disculpa - digo presa del deseo, siento que mientras más bajo mis paredes se contraen, se siente diferente y es como si todo en mí explotara.

- Estas a punto de correrte, sigue así - me alienta a seguir mientras toma mis senos en su boca.

- ¡Ah!  - gimo cuando llego más hondo al punto en que siento el roce de mis nalgas con sus testículos.

- Jazmín, Jazmín..- susurra entre cada beso que me ofrece, Vicent cambia la posición a modo en que ahora estoy debajo de él sin habernos separado.

Empuja más fuerte su pene y yo aprieto las sábanas. Embestida, tras embestida. El sudor de nuestros rostros y mis manos temblorosas acariciando su pecho se convierten en una danza perfecta para los dos.

Vicent termina vaciandose por completo, incluso su semen ha caído sobre mis muslos. Jamás me había sentido tan caliente en mi vida. Su imagen es digna de admirar es un hombre muy atractivo y maduro.

Estoy cansada, mi cuerpo está adolorido y todo tiene un nombre él.

Vicent Laserre.

Me dejo caer en las suaves sábanas mientras él se retira al cuarto de baño.Cierro mis ojos y siento como después se mete entre las sábanas, le estoy dando la espalda en estos momentos pero eso no le impide que coloque sus brazos alrededor de mi cintura y apoye su cabeza en mi hombro.

- Quería tenerte así, en mi cama - susurra en mi oído.

- Ya me tienes en ella - mi corazón late a mil y me siento extraña de que nos estemos abrazando.

- Quédate Jazmín.

No sé que responderle, sea lo que estemos por iniciar Vicent y yo no irá más allá del sexo, y no quiero pasar por la idea de ser despreciada o utilizada.

Aprieto fuerte mis párpados y dejo escapar una lágrima, soy yo la que se tortura así misma dándole espacio a personas en mi corazón que después terminan lastimandome. Quiero creer que será diferente.

Me dejo quedar dormida en esa cama sin importarme que nunca había llegado tarde a mi casa o al día siguiente.

Cuando al fin despierto veo sobre la mesa de noche la hora que marca el reloj.

Ocho de la mañana.

Salgo rápidamente de las sábanas y él se despierta enseguida.

- ¿Qué sucede? - enarca una ceja mientras me ve recoger la ropa del suelo.

- Es tarde, debo irme - su mano me detiene.

- Jazmín, tomalo con calma.

- Tú no conoces mi situación Vicent, llevame a casa.

- Es aún temprano - da un ligero vistazo a su reloj.

- Entonces me iré en autobús - aquello  parece enojarlo.

- Ni que estuviera loco te dejo ir así, dame unos minutos mientras me cambio - sale de la cama y toma una camisa para después meterse al cuarto de baño.

Me siento en la esquina de la cama mirando las llamadas perdidas en mi móvil. Algunas son de mi hermana,  otras de mamá y hay incluso de Javier.

- Dios, esto está mal - meto el móvil en mi bolso y veo a Vicent salir con el cabello alborotado por el agua.

- ¿No vas a darte un baño?

- Quiero llegar a casa lo más pronto posible.

- De acuerdo - suena frío esta vez y toma sus cosas personales en sus manos.

En cuestión de minutos estábamos dentro de su auto, y ninguno de los dos se atrevía a decir algo. Mi cuerpo y mis manos temblorosas se calmaron cuando llegamos a mi casa.

- Gracias por traerme  - me baje de allí cerrando la puerta del auto rumbo a la puerta de mi casa sin devolverle una vista.

- Jazmín,espera - escuche su voz detrás mío mientras bajaba del lado contrario del asiento trasero.

Busque las llaves para abrir la cerradura rápidamente, pero la figura de Javier se cruzo en mi campo de visión.

- Bonitas horas de llegar cuñada.

- Déjame pasar - gruñí molesta.

- Tú no eres de las que llega tarde. ¿Estabas con él? - susurra en mi oído.

- ¿Jazmín todo bien? - escucho más cercana la voz de Vicent y hago a un lado a Javier.

- No te debo explicaciones.

- Pero si a tu madre y a Silvia, sabía perfectamente que el cuento de niña buena no iba contigo. ¿Te acuestas ahora con tipos por dinero?

- ¿Qué dices? - murmuro por lo bajo-. Quítate Javier. Eres un imbécil.

- Jazmín.. - la mano de Vicent sostiene mi brazo y estoy conteniendo mis fuerzas por no golpear a Javier por lo que ha dicho. Jamás me había sentido tan herida.

- Debió ser muy buena, ¿le pagas en euros o dólares?

La mirada de Vicent abandonó la mía para centrarse en la de Javier.

- ¿Cómo dices? - frunce el ceño.

- ¿Qué cuanto le has pagado por la noche? ¿Quince? ¿Veinte?

- Repite eso de nuevo - soltó mi mano y se quedó parado justo al frente de Javier, su estatura era el doble que la suya y Javier se puso de todos los colores que se puedan imaginar-. ¡Dije que lo volvieras a repetir! - su grito logró paralizarlo.

- Es una prostituta - respondió Javier y sentí roto mi corazón.

- No debiste decir eso - cerre mis ojos ante lo que fuera a suceder.

Hola, hola capítulos seguidos por estar ausente unos cuantos días ¿Qué piensan de Vicent? ¿Será que Jas ya toco su corazón?

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