Illumination

By A_Otonal

34 5 14

¿Qué sucedería si eres expulsada de tu tierra y te ves obligada a crearte una nueva identidad en el planeta «... More

Capítulo II

Capítulo I

17 3 9
By A_Otonal

XX/XX/XXXX

Siempre hay discusiones. Algunas son porque te olvidaste de algo importante, otras son por cosas sin apenas importancia y otras son porque tu pirámide de jerarquías no es aceptable a los ojos de tu compañera. En mi caso ha sido la última.

Para mi enorme desgracia, fui expulsada de mi tierra natal al mis ideas no ser agradadas. Me llevaron frente al portal y me empujaron, cerré los ojos para no ver el mundo al que fui mandada.

Lo único que escuchaba era una lluvia torrencial, algunos estruendos que me asustaban y las ramas crujir. Acabé por caer al suelo; me hice mucho daño, pero podía arrastrarme entre el barro. Avancé y avancé, hasta que mi mano tocó un objeto a ras del suelo con una extraña textura rugosa. No sabía dónde me estaba metiendo. Seguí avanzando un poco más.

Vi un poco tarde dos luces potentes en la oscuridad que se acercaban a mí, después, frenaron en seco. Un chirrido escapó del vehículo y después sus puertas se abrieron, dejando que dos siluetas salieran de allí. No hicieron mucho; se aproximaron a mí, me analizaron rápidamente y me metieron en la parte de atrás del vehículo, parecía que no les gustaba la lluvia.

No dijeron nada a partir de allí, sólo hablaban en una lengua desconocida mientras que dirigían el transporte, seguramente, al lugar donde ellos dos habitaban. A mi parecer, estaban tensos, así que moverme y comunicarme no era una opción, quizás cuando sepa sus verdaderas intenciones será mucho más seguro. Tras unos giros, acelerones y frenazos, el transporte se detuvo y lo que serían puertas se abrieron. Escuché sus pasos en los charcos de agua provocados por la lluvia, abrieron la puerta y me cargaron.

Subieron escaleras, dejando caer agua y barro por el camino, abrieron otra puerta más y me dejaron en el suelo. Yo me quedé en silencio, escuchándolos respirar con pesadez.

― Qué idea más brillante, Grace. Estoy seguro de que esto no cuenta como secuestro. ―Dijo una voz masculina, con cierto tono sarcástico, pero a la vez temeroso por alguna razón―.

― Anda, calla. Hay que comprobar si está vivo o algo. ―Respondió con sequedad―.

Sinceramente, creo que haberme levantado no fue una buena idea. Ellos me miraron confundidos y con miedo, por los tartamudeos que escuché. Me quité un poco del barro de encima y me di la vuelta, quería presentarme cordialmente a los seres. Pero ellos no vieron eso como lo que yo pretendía; tal vez me vieron como una amenaza.

― No... te acerques... ―dijo el del pelo largo, temblando un poco al verme; cada vez que ellos me hablaban, podía identificar mejor su idioma, creo que era español o algo así―.

Rodé un poco los ojos, al ellos no haber hablado lo suficiente, no sabía qué decir para que no me tuvieran miedo. Y por eso opté a hablar en mi queridísima lengua natal, tenía unas escasas posibilidades de que ellos me entendieran así. Carraspeé un poco y comencé a hablar.

― Qekunosmasabe, yecdare; moi teqyd karae Bai'Rai. ―Me presenté con seriedad, elevando mi mirada un poco, esperando ser entendida―.

― Bien, Grace, hemos traído un alienígena raro a casa que seguramente haya escapado del Área 51. ―La ironía que desprendía su voz era muy clara; la chica rodó los ojos―.

― Robert, por el amor de Dios... ―Respondió molesta, mirándome y después acercándose. No sabía lo que me iba a hacer; por lo que debería de estar muy alerta―. Bien, ¿sabes qué es el Área 51?

Me preguntaba algo, eso estaba claro, pero no sabía el qué. Incliné la cabeza confundida, lo que hizo que ella se diera la vuelta.

― ¿Ves? No sabe lo que es. ―Comentó con cierto ánimo, aunque el chico de cabello largo no parecía compartirlo. ― ¿Cómo te llamas?

Seguía sin saber lo que me decía, así que me tocaba suponer lo que me estaba diciendo. ¿Qué cosas se preguntaban cuando acabas de conocer a alguien?: su nombre, seguramente fuera eso.

― Bai'Rai. ―Dije, provocando una sonrisa emocionada en su rostro, además de unos pequeños saltos, parecía estar contenta con mi respuesta—.

— Yo soy Grace. —Dijo señalándose a ella misma y sonriendo. — Él es Robert.

Señaló al otro, todavía sonriendo; mientras que el señalado seguía con el ceño fruncido. Incliné la cabeza y toqué su frente con mi dedo índice, estaba caliente. Aparté la mano de golpe, si no lo había mencionado, no puedo sobrevivir con altas temperaturas. «Robert» se acercó corriendo para ver cómo estaba su amiga, antes de mirarme de mala manera.

— Tranquilo, no me ha hecho nada; su mano estaba... helada. Y creo que no le gusta el calor.

— A ver, ningún ser vivo puede sobrevivir estando a temperaturas tan bajas...

Me miraron de repente, el de cabello castaño hizo una mueca antes de hacer una pregunta un poco extraña:

— ¿Cuántos años tienes?

Definitivamente no estaba preguntando por mi nombre de nuevo, así que tocaba de nuevo adivinar lo que me decía. ¿Qué más cosas se preguntaban? ¿La edad? Puede, debía de probar.

— Nas-hai-xay-wah-xay-nas-hai-xay-nas-vlo-jha paar. —Respondí, aunque ellos se quedaron algo paralizados con la respuesta—.

— Una de dos: o ha dicho un número muy alto o tiene una manera distinta de medir el tiempo. —Incliné la cabeza, antes de mirar a esos seres; la más amable se señaló a sí misma. — Tengo veinticuatro años, dos-cuatro; y Robert también.

¿Qué significaba «veinticuatro»? Me pregunté mientras la miraba confundida, pues no entendía bien. De todas formas, viendo que había dicho muy poco comparado conmigo, supuse que debía de ser un individuo de corta edad, así que me tocaba cuidar de esos críos. Me acerqué un poco y miré los ojos de la chica fijamente; no de manera amenazante, sino más bien una curiosa. Ella correspondió la mirada y Robert se tuvo que poner en medio.

— Vale, dejad de hacer eso. —Se quejó, yo cogí a Grace en brazos, haciéndola reír—.

Aunque, a decir verdad, era molesto tocar algo cálido, y apuesto lo que sea a que a ella le molestaba el frío de mis manos. Me miró confundida, yo la levanté por debajo de los brazos y la examiné rápidamente, recibiendo una risa por su parte.

— Robert, tengo la sensación de que cree que soy un crío. —Rió, antes de que la dejara con mucho cuidado en el suelo para asegurarme que no le pasaba nada malo—.

Ahora tocaba encontrar algo para comer, mis tripas comenzaban a reclamar comida, y eso se notaba. Grace me miró y se fue de allí unos momentos, regresando con una especie de esfera naranja y un objeto puntiagudo. Confundida, incliné la cabeza y señalé la pelota naranja, a lo que ella comenzó a abrirla y pelarla con el objeto. Me dio lo que había dentro, que estaba fresco al tacto. La miré sin entender, ella cogió aquello, le quitó un gajo y señaló la boca; estaba claro que me estaba diciendo que comiera aquello.

Agarré el gajo y abrí la boca, ellos al ver mis dientes parecieron asustarse, y no les culpo; están diseñados para la carne. De todas formas, me lo metí en la boca y mastiqué con cuidado: ¡aquel alimento no sabía nada mal! Sonreí un poco, tragué lo que probé y me metí lo que quedaba de eso en la boca; les escuché reír al ver que me gustaba, creo que era una buena señal. Tragué de nuevo aquello y froté mi barriga, indicando que estaba bueno.

— Me da que le gustan las mandarinas. —Seguramente aquel delicioso alimento se llamaba «mandarina», según lo que dijo Grace a Robert—.

— Man...¿darina? —Traté de decir; la pareja me miró confundida, pero parecían estar bien con lo que había dicho—.

La mujer me asintió y repitió la palabra con una sonrisa, mientras que yo me esforzaba en decirla lo mejor posible; al menos ya sabía que esa comida se llamaba mandarina. Sonreí de vuelta, antes de mirar a Robert y señalar mi boca.

— Creo que sigue teniendo hambre. —Comentó a la otra, antes de irse por donde fue anteriormente Grace y regresar con otra de esas mandarinas—.

Estuve comiendo un rato, ellos me observaban un poco intranquilos sobre lo de quedarme allí o no, pero tal vez tendría suerte. Tal vez. Me senté en una de las sillas que había libres y ellos también, delante mía y mirándome fijamente, con esos ojos tan pequeños.

— Bueno, «Bai», ¿cuánto tiempo vas a estar aquí? —Ni idea de lo que me dijo, así que me encogí de hombros. — Agh, demonios.

Abrí un poco mi boca y bostecé suavemente, cerrando un poco los ojos. Ellos me seguían observando curiosos, comentando seguramente lo que harían conmigo. A pesar de no entender todavía lo que me decían, parecían muy amables, creo que no pretendían hacerme nada raro. Grace se levantó y me tendió la mano, antes de pronunciar una palabras extrañas.

— Si quieres, puedes quedarte a dormir en mi habitación y yo en el sofá.

No entendí una palabra, así que incliné la cabeza y me levanté. Me agarró de la mano y me enseñó un mueble que parecía cómodo. Me acabé por tumbar ahí y me acomodé como pude.

— Pero... Da igual.

Suspiró y me sonrió, antes de cubrirme con una manta y marcharse de nuevo con Robert. Les escuché hablar desde ahí sobre algo, pero sin identificar bien el qué. Solté un suspiro y cerré los ojos para poder tratar de descansar de una vez por todas; había sido un mal día para mí.

Continue Reading

You'll Also Like

9.1K 353 9
This story takes place in the universe of 40k. The only major difference is that all primarchs are female. Y/n is the recently installed commissar...
22.9K 1.6K 29
(Y/n)'s family was amongst the few people who had fled the city to find refuge in the forest far from society after the Infection had spread through...
His Queen By Eclipse

Science Fiction

29.3K 1.1K 28
This is a new version of New Beginning I will do a crossover with Harry Potter like the previous one but make a few changes I hope you like it like...
37.1K 1.5K 44
In 2048, the United States was moving toward a second frontier era, a second Manifest Destiny across the solar system. Then, one day, thanks to a str...