Se echa a un lado dejando pasar a su madre que como siempre luce impoluta. Se queda ciertamente aturdida con el vuelo de la falda plisada que lleva y el sonido de sus tacones... aun no cree que la tenga delante contemplando minuciosamente la casa
- Pues está bien- sentencia al acabar de hacer un vistazo rápido
- Mamá...- dice Aitana más por completar el silencio que por otra cosa, pues no sabe muy bien cómo actuar
- ¿No me vas a dar siquiera un beso?- pregunta su madre abriendo ligeramente los brazos
Y no duda, se fue entre gritos de casa, pero es su madre y todo este tiempo la ha echado mucho de menos. Se refugia en los brazos de esa mujer como cuando era una niña indefensa. Aspirando ese olor que le hacía olvidar sus pesadillas.
- ¿No está tu hermana?- pregunta cuando Aitana cesa en su abrazo
- Está en el parque- explica mientras camina hacia el salón esperando que la siga
- ¿Sola?- pregunta sorprendida
- No mamá, pero qué más te da Laia ahora...- se queja, pues no acaba de entender su presencia
- Que haces con todo eso por ahí... vaya desorden...- la indica Montse al ver el conjunto de telas que hay sobre la mesa del comedor
- Estaba haciendo un trabajo de la universidad- aclara
- ¿En el salón?- pregunta incrédula- no es lugar
- Esta no es tu casa y tampoco tus normas- rebate - ¿A qué has venido exactamente?- pregunta sentándose en el sofá
- He estado con Raoul- suspira
- Ni se te ocurra decir nada, no es asunto tuyo- reacciona advirtiéndola elevando su dedo índice
- Filleta meva...-dice acariciando la pierna de su hija- dale una oportunidad...
- ¿De verdad has venido solo por eso?- pregunta incrédula retirando el tacto de su madre
- Filleta, llevas un tiempo confundida- insiste
- Lo de Raoul lo tengo muy claro- contesta incorporándose de la rabia
- No es lo que dice él, ni si quiera respondes a sus llamadas ni mensajes- media
Y entonces Aitana recuerda la última vez que tuvo contacto con Raoul, ese mismo miércoles y como cerró de golpe ese capítulo...
Mientras Ana acaba de cerrar el negocio, Aitana revisa el teléfono con la esperanza de encontrar algún mensaje de Luis en él. En cambio lo único que recibe son varios mensajes de Raoul. En ellos la pide que le llame, que aún pueden arreglarlo y que está muy arrepentido de todo lo que sucedió. Y ese todo lo que sucedió, vuelve a su mente una vez más... intenta buscar el por qué de llegar a ese punto, en qué momento se empezó a descarrilar la conversación o de si por lo contrario, se veía venir y no fue capaz de verlo nunca. Tan ensimismada está en sus pensamientos que solo una insistente Ana consigue devolverla a la realidad
- ¿Estás bien? Estás temblando...- advierte la canaria
- Es... es Raoul- la confiesa
- Quizás me meto donde no me llaman pero... si tener noticias de él te pone así, igual es mejor que no puedas tener noticias de él- intenta hacerla ver
- Es raro... siempre ha sido mi amigo antes de todo, pero ahora ni le reconozco- explica
- Entiendo lo que es desconocer de pronto a la persona que tenías al lado... ya sabes, es mi historia de siempre... yo vine de canarias por Dani y cuando ya me tuvo aquí no me tenía en cuenta para nada, yo creo que hasta se avergonzaba... No era el Dani que conocí en canarias... A veces la gente cambia- dice pasando el brazo por sus hombros
- Tienes razón- afirma tras unos segundos en los que caminan juntas- voy a bloquearle, este Raoul no me hace bien
La canaria responde reforzando su agarre
- Aiti, sé que no nos conoces desde hace mucho y que ciertos temas a veces son difíciles de explicar, pero puedes contar conmigo siempre que necesites- la recuerda al llegar a la altura de su coche
- Gracias- responde Aitana despidiéndose con un abrazo- hoy me ayudaste mucho
La voz que ahora percibe lejana de su madre y un gesto delante de su rostro la devuelve al presente
- Filleta... filleta meva... ¿estás bien?- pregunta su madre preocupada situada mucho más próxima a ella que antes
- Mamá no quiero saber nada de Raoul, no puedo...- confiesa con la voz algo rota
- Solo estás pasando por un mal momento- intenta tranquilizarla acariciando su pelo- pero él está dispuesto a perdonarte todo esto
Aitana frunce el ceño ante las palabras de su madre... ¿qué la quiere decir exactamente?
- ¿Qué hablas?- pregunta confusa separándose ligeramente de la mujer
- Raoul me contó que estabas confundida con un chico que conociste aquí
La joven se incorpora con rapidez revolviendo su pelo incapaz de entender cómo ha sido tan rastrero de ir con ese cuento a su madre después de lo que pasó en esa habitación de hotel y después del desliz que también confesó él
- Llevas una temporada muy nerviosa, es normal, son muchos cambios y eso confunde- dice levantándose para acercarse a ella- ¿Te preparo una tila?- propone al verla en ese estado de nervios
- ¡No necesito una tila!- reacciona con brusquedad- Necesito que deje de ser tan hipócrita, que dejéis de serlo, ¡los dos!- contesta con rabia contenida
- Esto no puede seguir así... te tienes que volver conmigo a Barcelona, no estás bien cielo...- murmura preocupada Montse
- ¿Qué no estoy bien?- pregunta con lágrimas contenidas en sus ojos- ¿Sabes cuando no estaba bien? Cuando he pasado días sin saber nada de mi madre- confiesa liberando alguna lágrima
- Tú tampoco me has llamado- se excusa la mujer
- Pero la adulta se supone que eres tú- contesta con rabia
- Y por eso sé que tienes a tu hermana los fines de semana, que trabajas en un bar, que Amaia vive contigo, que has retomado aquí tu carrera, incluso que el hermano de Amaia está a veces por aquí...- expone
- ¿Cómo...?- pregunta algo aturdida
- Solo hay que saber a quién preguntar...- le hace ver su madre que en verdad está bastante informada de todos los pasos que ha dado
- ¿Y no era más fácil preguntarme a mí?- pregunta de nuevo con la voz ahogada
- Los adultos también nos equivocamos a veces supongo, además te dije que no quería ayudarte en esta locura- explica
La mirada de Aitana que parecía haberse vuelto nostálgica recupera la incredulidad
- No me mires así, no te apoyo en esto pero soy tu madre y me preocupas
- Pues haberte hecho cargo de Laia, si tanto te preocupo- dice recuperando la seguridad- que sepas que necesito tenerla cerca
- No puedo Aitana- afirma en un tono similar a la desesperación
La catalana esboza una media sonrisa irónica
- Si has venido a intentar que vuelva a Barcelona puedes irte- expone cruzándose de brazos
- Solo quiero que estés bien, estás tomando decisiones equivocadas- insiste
- ¿Vuelves a hablar de Raoul no?-pregunta harta dejando caer sus manos a ambos lados de su cuerpo
- Filleta... son muchos años... sois amigos...- empieza a hablar- ya teníais una vida hecha... Gerard está que no se lo cree y Elena... a Elena aun no le ha contado nada...
- ¿Qué más me dan a mi Elena y Gerard mamá?- pregunta enfadada, pero antes de que su madre continúe hablando sigue su verborrea- Ya sé que tienen mi vida planeada, pero no es la que quiero y además, mi vida con Laia ha cambiado- cuenta con rapidez
- Elena y Gerard te han tratado siempre como una hija- rebate Montse
- Hasta que he hecho lo que me ha dado la gana y no lo que se esperaba- hace una leve pausa- ¿Sabes qué cené con ellos? ¿Sabes cómo me trataron? Eso no te lo han contado seguro- resopla
- Estaban preocupados por ti...- dice acercándose a ella para intentar abrazarla
Y aunque ahora Montse no lo sepa, debería agradecer el sonido del timbre porque de igual forma su hija hubiera rechazado su contacto. Pero no la hubiera dolido igual el gesto, le hubiera dolido el doble.
Los tacones de la mujer siguen a poca distancia el andar de Aitana que sin excusarse si quiera se dirige a la entrada. Abre la puerta sin mirar y se encuentra la única estampa que podía devolver una sutil sonrisa a su rostro, Laia y Luis con una bolsa de supermercado
- En vez de traer comida creemos que es más divertido hacerla los...-empieza a explicar él mostrando la bolsa pero se calla al ver a una mujer que no conoce a pocos pasos de la chica
- ¿Es tú mamá?- pregunta Laia pensativa señalando a Montse mientras intenta hacer memoria
- Sí petita es mi mamá- contesta acariciando el pelo de la niña sin quitar la mirada de Luis que se muestra impactado
- Igual yo...- empieza a decir
- No Luis...- le interrumpe ella agarrando su brazo
- ¿Es por él?- pregunta Montse sin recortar la distancia
Aitana resopla ante el comentario de su madre sabiendo que tiene que acabar esa conversación con ella y espera que Luis y Laia no se lo pongan más difícil y sobre todo él la entienda sin necesidad de muchas palabras
- Oye Laia- continúa agachándose para estar a su altura- ¿sabes que Luis tiene una gatita?- pregunta
- ¿Sí?- reacciona la niña mirando al gallego
- Se llama Lola- aclara él
- Te puede llevar ahora a conocerla...- propone mirando a Luis esperando que esté presente esa conexión que tantas veces siente
- Claro, podemos ir ahora que además se me ha olvidado dejarla la comida- improvisa el gallego
- ¿Y tú no venes?- pregunta Laia a su hermana
- Tengo todavía deberes- se excusa
Laia entiende que no debe insistir más, por el tono que ha usado Aitana y deja como despedida un beso en la mejilla de su hermana. Cuando la chica recupera su estatura piensa en dar un beso a Luis, ya que de verdad lo siente y además, daría en los morros a su madre. Pero está Laia delante y sería más caótico todo. Por eso se conforma con dejar una cariñosa caricia en la nuca del gallego a la par que le devuelve un "Gracias".
...
Toca al timbre antes de introducir la llave, primero porque no sabe si su hermana está en casa y de estarlo, para que sepa que no viene solo. Es una especie de clave que han acordado tras mucho tiempo de convivencia. Y pese a que Miriam sabe que su hermano no viene solo, su cara no puede evitar la sorpresa al ver que viene únicamente con la pequeña Laia
- ¿Dónde está Lola?- interrumpe la niña el silencio que se ha formado entre Luis y la pareja de gallegos que están viendo la tele en el sofá
- ¿Viniste a ver a Lola?- reacciona Miriam separándose del regazo de Roi
- ¿Sois novios?- responde Laia curiosa
- Sí- le confirma riendo ella- mira, se ha dormido- la explica extendiendo su brazo para que la niña se acerque a ella
Luis aprovecha para llevar hacia la cocina los ingredientes para la tortilla que pretendía haber preparado en casa de Aitana y Roi sigue sus pasos aprovechando que Miriam y su maña entretienen a Laia
- ¿Y Aitana?- pregunta Roi al entrar a la cocina- ¿viene ahora? ¿ya sois novios?
- Shh- le indica- ¿quieres que te oiga la niña y sea todo más difícil?- pregunta algo molesto con su amigo- somos amigos con ciertas concesiones- explica- y no, no viene
- ¿Y entonces por qué está Laia aquí?- pregunta curioso
- ¿Te molesta?
- Sabes que no... pero admite que esto es raro- intenta hacerle ver
- Dormí en casa de Aitana anoche, esta mañana fui al parque con Laia mientras Aitana acababa un trabajo y al volver estaba su madre creo- explica confuso- me "pidió"- dice recalcando las comillas- que me la trajese, no tenía buena pinta esa conversación
- Bueno... seguro que no es para tanto...- intenta rebajar la tensión Roi
Vuelven al salón donde se encuentran una escena adorable. Miriam observa enternecida a la pequeña que con sumo cuidado acerca su mano a la gata para acariciarla sin despertarla. Tal es el ensimismamiento de la gallega que no se percata de que su hermano y su novio han vuelto de la cocina
- No la he despertado...- susurra Laia satisfecha
- Es que eres muy mayor ya...- le da la razón a su espalda Luis sobresaltando a ambas
- ¿Nos podemos quedar más para jugar cuando se despierte?- pregunta Laia acercándose a él
- Claro, aunque aquí no hay juguetes habrá que pensar en otra cosa mientras- la explica Luis
- Yo a lo mejor puedo tener algo...- interviene Miriam pensativa haciendo memoria de si tiene en casa alguna cosa de los talleres que hace con los niños en el colegio
- Tú también tenes un piano- se sorprende Laia al echar un vistazo rápido al salón
Miriam traga con dificultad al escucharla, pues aunque a ella indudablemente ese instrumento la traslada a su madre, es a Luis al que mayor trastorno le ha producido siempre. Cosa que por otro lado es normal, pues tiene los recuerdos mucho más nítidos por su edad cuando sucedió todo.
- ¿Puedo tocarlo?- pregunta ante el silencio de todos
- ¿Sabes?- no puede evitar preguntar Roi
- Amaia y tata me están enseñando- responde
- No sé si funcionará es muy viejo pero... podemos probar- sorprende a todos contestando Luis
- ¿Estás seguro?- le pregunta su hermana
- Si a ti no te importa sí- responde seguro, pidiendo indirectamente permiso para que por primera vez unas manos que no son las de su madre toquen esas teclas
La gallega asiente con una sonrisa de orgullo, orgullo porque ve como su hermano aleja viejos fantasmas, orgullo porque se enfrenta a sus emociones, orgullo porque se entrega en alma a otros... Y ese orgullo se transforma en sorpresa cuando el sonido del teclado empieza a inundar la habitación. Sonido que primero la estremece y la conduce a la nostalgia pero que poco a poco la invita a acompañarla
- Estrellita ¿dónde estás? me preguntó, ¿quién serás? en el cielo o en el mar un diamante de verdad- empieza a cantar Miriam suavemente al ritmo de la melodía que toca la niña
Luis por su parte intenta recolocar sus emociones. El sonido de esas teclas le provoca un nudo en el estómago, pero ver a esa niña tocarlo con esa destreza hace que su mente empiece a viajar lejos de sus recuerdos. Pero si algo en ese momento podía acabar de emocionarle, fue escuchar la voz de su hermana acompañando esa melodía.
...
Cierra la puerta quedándose apoyada en esta para reunir fuerzas porque sabe que lo que se le viene ahora es algo bastante similar a una guerra, al menos emocionalmente
- ¿Es por este chico?- vuelve a preguntar su madre- Por Dios Aitana ¿estás loca? ¿Cuántos años tiene?- pregunta
- No dejé a Raoul por Luis, ya estábamos mal de antes- contesta intentando mantener la calma, mientras vuelve al salón
- Seguro que te está manipulando... ese chico no tiene 20 años...- expone algo nerviosa
- ¿No me estarás intentando manipular tu?- pregunta harta- Se clara, ¿a qué has venido?- dice firme mirándola a los ojos
- T'estimo molt filleta pero...- empieza a hablar algo abatida sentándose- no puedes romper con toda nuestra vida en Barcelona, no al menos ahora
- ¿Qué me estás pidiendo?- pregunta verdaderamente confusa
- A ti y a Raoul os une más que un barrio, una amistad o un romance- intenta explicar- y ese algo más no puede romperse así como así, no al menos ahora
- Me estás diciendo que tengo que seguir con Raoul exactamente por...- contesta incrédula
- Hace unos meses hice una mala inversión y me quedé en números rojos...- empieza a explicar
- ¿Por qué no me dijiste nada?- la interrumpe Aitana
- No quería preocuparte y la solución era fácil- expone empezando a perder la compostura por primera vez al menos físicamente- Gerard se enteró y me cedió las acciones de su empresa que algún día serían tuyas, así sería más fácil que yo recuperase lo que perdí y no me endeudara- continúa con su vista al suelo pues se avergüenza de lo que está contando
- ¿Por qué no pediste ayuda a papá?- no puede evitar preguntar ella
- Era mucho dinero Aitana... no podía pedirle aquello después de cómo acabamos...- contesta revolviendo su melena rubia
- Era mejor tomar prestado algo que ni siquiera sabías si algún día sería mio...- le echa en cara- ¿y ahora qué pasa?- pregunta ante el silencio de su madre
- He recuperado parte de lo que perdí pero si no estás con Raoul tengo que devolver el importe de esas acciones a Gerard y te aseguro que no me llega con lo que tengo- confiesa con la mirada cristalizada
- ¿No se supone que son tus amigos? Sabrán darte un tiempo- rebate
- En los negocios no hay amigos filleta...- responde abatida
- No pienso volver con Raoul mamá, lo siento, pero no puedo- contesta con la voz temblorosa
- Pero si apenas os veis, solo será unos meses hasta que reúna el dinero, sois amigos no puede ser tan difícil...- presiona
- Te juro que no puedo...- dice aguantando las lágrimas-me... da miedo- confiesa
Montse eleva su mirada para observar a su hija, a la que ve temblar como una ligera flor. No entiende la reacción de la catalana, no entiende los pensamientos que recorren por su mente, no entiende sus últimas decisiones. Pero no puede soportar ver a su hija en ese estado. Por eso no duda en alargar sus brazos y refugiarla en su pecho
- No te preocupes, ya veré cómo lo consigo- cede acariciando la melena de Aitana
Ante ese gesto maternal que tanto ha echado de menos, la chica no puede evitar dejar escapar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos
- No me llores petita...- intenta calmar Montse- no tengas miedo que no va a pasar nada...- la tranquiliza meciendo su cuerpo
- ¿Cuán... cuánto dinero es?- pregunta desde el pecho de su madre
- No cielo, ya lo resolveré... no pienso entorpecer tu futuro- rechaza la propuesta que cree que su hija tiene en mente
- Esas acciones iban a ser mías, por lo tanto esta deuda también lo es -se impone incorporándose retirando los restos de sus lágrimas
- Lo de tu padre fue una desgracia, pero al menos te dejo un futuro asegurado y no pienso arrebatártelo- se opone
- Ya me lo devolverás... no tengo muchos gastos y con mi sueldo me da para vivir- razona Aitana- a fin de cuentas aún parece que va para largo que me concedan la tutela de Laia- concluye resignada
Las últimas palabras de Aitana parecen hacer estremecer a Montse. La joven lo achaca al rechazo de su madre ante tal responsabilidad por su parte
- Aunque de todas formas ella tiene su futuro asegurado porque su parte del dinero no pienso tocarla- aclara- Venga... déjame ayudarte... déjame demostrarte que ya no soy una niña...- pide poniéndose de cuclillas frente a su madre y así quedar la mirada de ambas a la misma altura
- Está bien- cede- pero te lo pienso devolver religiosamente- advierte levantando esta vez ella el dedo índice
Aitana se abraza con fuerza al cuello de su madre por retirar al fin ese orgullo que a tantos problemas le ha llevado sin ser consciente en muchos momentos de su vida
- ¿Me vas a dejar conocer a Laia antes de que vuelva a Barcelona?- pregunta Montse aún entre los brazos de su hija
- De verdad quieres...- reacciona ella sorprendida
- Se parece tanto a ti...- contesta enternecida
...
Tras una sesión de piano y música mucho más larga de lo que en un principio podrían imaginar cualquiera de ellos. Laia se ha metido con Miriam en la cocina para preparar una empanada gallega para comer, o al menos intentarlo, pues las dotes culinarias de la gallega no son demasiado reseñables. Mientras, Roi aprovecha para intentar conseguir que Luis se desahogue
- Ahora en serio, ¿me vas a contar qué juego os traéis?- pregunta
- ¿Es necesario?- contesta intentando esquivar esa conversación
- Si lo intentas evitar creo que si- responde acomodándose
Luis lanza un cojín a su amigo como venganza y revuelve su pelo como si de ese modo sus pensamientos fueran a situarse en un lugar mejor
- ¿Tú no la has notado rara esta semana?- le pregunta directamente antes de hablar
- En el curro yo la veo igual- contesta Roi encogiéndose de hombros
- No te enteras de nada joder...- se queja- desde que Elsa nos pilló besándonos está diferente y tanto Ana como Amaia me han dado una charlita como que vaya con cuidado... ayer me confesó que tenía miedo de que me cansara de ella... ¿Me explicas de dónde saca eso?- le cuenta nervioso
- Hombre... a poco que sepa de tu historial con las mujeres...- le recuerda su amigo
- Esto se que es diferente- afirma
- Sin embargo le pones el mismo nombre de siempre- razona certero
El gallego más mayor va a replicar cuando a su teléfono llega una notificación
Aitana:
Perdona lo de antes, ya podéis volver
Necesitaba algo de intimidad para aclarar unos asuntos con mi madre y no quería que Laia nos escuchase
Yo:
Te importa que vayamos después de comer?
Laia está cocinando con Miriam y seguro que se enfada si la dejo a medias
Aitana:
Tranquilo os echaré de menos, pero puedo esperar
Una sonrisa inconsciente aparece en el rostro de Luis que le hace a Roi deducir con facilidad
- ¿Es ella no?- pregunta sabiendo la respuesta
- Ya puedo llevar a Laia, pero... mejor que coma primero esa empanada o nos va a odiar a todos- le explica
Yo:
Nosotros también te hemos echado de menos hoy
Se atreve a enviar finalmente, pues las palabras de su amigo justo antes de recibir el mensaje de Aitana aún resuenan en su cabeza.
...
El menú con su madre se ha basado en unas alcachofas, parece poco atractivo pero es uno de los platos preferidos de la joven y eso provocó que la brillaran los ojos de ilusión al volver a compartir momentos de complicidad con su madre. Había hecho lo que tanto hace ella con Laia, aprovechar los pocos días juntas premiándola con uno de sus platos favoritos. Apenas están acabando de recoger todo lo que han usado cuando suena el timbre, lo cual provoca que los pies de Aitana caminen casi con vida propia hasta la puerta
- ¡Petita!- exclama al abrir la puerta recibiendo entre sus brazos a la niña
- Lola es superdivertida y he tocado el piano y cantado con Miyam y tamben he cocinado y no se ha quemado...- empieza a explicar la pequeña emocionada
- Vaya... os lo habéis pasado genial, el plan de Luis ha sido un planazo...- contesta mirando al gallego transmitiéndole un sincero agradecimiento
Apenas ha devuelto a la niña al suelo cuando Montse hace su aparición en el recibidor
- Laia, esta es mi mamá ¿te acuerdas?- indica a la niña señalando a su madre- se llama Montse, ¿le das un besito?
La niña parece resistirse y retrocede ocultándose tras las piernas de Luis, pues la vergüenza que presenta ante los pequeños encuentros hace su aparición
- Vaya con las vergüenzas... - intenta rebajar él la tensión que de pronto se forma ante el rechazo de Laia
- Un besito igual aún no- cede la mujer- pero... me enseñas tus juguetes y así escogemos a cuál jugar...- propone para empezar a ganarse la confianza de Laia y así dejar de manera premeditada intimidad a su hija con ese chico con el que intuye que pasa algo
Para sorpresa de Aitana, su hermana asiente levemente y comienza a caminar hacia las escaleras esperando a que Montse la siga, eso sí, evitando el contacto visual. Una vez que ambas han desaparecido en la planta superior ellos retoman la conversación
- Bueno yo me voy yendo entonces...-comenta él algo confuso pues pensó que el mensaje de la catalana significaba que su madre no estaba
- Puedes pasar el día con nosotras igualmente- insiste ella
- Creo que necesitáis pasar tiempo las tres- indica él
- ¿Estás molesto?- pregunta frenándole ella- sé que fue muy raro cómo te pedí que te llevases a Laia, tampoco te expliqué nada... y ahora nos ves tan normal...- empieza a hablar con rapidez
- No pasa nada... entiendo que vuestra situación es delicada- contesta retomando el contacto con ella acariciando su brazo- pero me es algo incómodo estar con vosotras y tu madre-admite
- Está bien- cede ella- pero... ¿vendrás a dormir esta noche?- le propone poniendo morritos
- ¿Se puede decir que no a esa cara?- pregunta él recuperando en su rostro esa media sonrisa
Aitana sonríe victoriosa y se aventura a aproximarse más al gallego, tanto que es este el que se apresura a sujetar una de las mejillas de la joven a la vez que con la otra mano acerca su cintura y así reencontrar sus labios nuevamente
- Esta noche sin bichillo de por medio- le promete ella aún sobre sus labios
- ¿Me vas a conceder el privilegio de dormir de nuevo en tu cama?- pregunta bromeando
- ¿No quieres o qué?- responde ella levantando una ceja mientras ríe
- La duda me ofende- contesta devolviéndola un rápido pico
- ¿Te escribo entonces cuando se vaya mi madre?- pregunta ella para asegurarse
- Escríbeme cuando quieras, ya sabes que siempre vengo...- bromea
Aitana no replica, solo se abraza al tronco del chico alargando más una despedida que no tendría por qué causar tanto "dramatismo". Luis posa sus labios sobre la melena de la catalana siendo ya este casi como un sinónimo del punto y final de un momento. Y en esta ocasión, es el punto y final de esa despedida pues tras ese contacto sale de la casa, dejando a una Aitana supervisando todos sus pasos hasta que la vista le alcanza desde el marco de la puerta.
- Tata, ya hemos escogido juebo- la sorprende Laia- ¿Peceda se ha ido?- pregunta algo decepcionada cuando su vista alcanza a ver a su hermana sola
- Tenía cosas que hacer pero a la noche viene si quieres...- le indica pese a que sabe que la escucha su madre
Laia camina hacia el salón conforme con la respuesta de Aitana, mientras esta permanece estática esperando la reacción de su madre
- Te preguntaría tantas cosas...- dice en un suspiro- pero tranquila, quedé para cenar con la prima Lourdes así que no os molestaré- la explica haciéndola ver que ha percibido el motivo por el que el gallego se ha ido
- No todo es como te han contado- se limita a contestar antes de entrar también en la sala
Sala donde Laia ya está empezando a colocar los bloques de esa torre para jugar al jenga. Bloques que coloca con delicadeza y haciendo un sobreesfuerzo de destreza para que no se tambalee antes de tiempo. Para que no caiga antes de que empiecen a sacar algunas piezas. Y es que a veces Aitana se siente esa torre de jenga, esa que la faltan piezas, porque desconoce los motivos de lo que la pasa o de lo que la ha pasado, de todo eso que la han dejado fracturas y muchas veces temblando, a punto de caerse por completo. Como lo hace esa torre cada vez que un judador saca una pieza. Pero aún está en pie y creciendo, como crece el jenga. Porque cada pieza que sacas la colocas en la parte superior y al final, son esos baches que le está poniendo la vida, los que la están haciendo crecer a pasos agigantados. Por eso, solo espera seguir ganando la partida, manteniendo el equilibrio perfecto y esperando que no se derrumbe la torre.
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Hola! se que he tardado más de la habitual pero estabais avisados de que podía pasar... aún así dar gracias que tenía un par de capítulos ya escritos... No se si Montse os sorprende para bien o para mal en este capitulo. Tampoco se llega a producir un encontronazo entre Luis y Montse o al menos no por ahora... ¿Qué os parece? Por otro lado Luis y Aitana tienen una "cita" esta noche lo veremos en el próximo capítulo
Muchas gracias por vuestro apoyo a través de votos y comentarios a través de mensajes aquí mismo o twitter (nurulo15). De verdad que estoy inmensamente agradecida
Os leo😘🤗❤