Mi cuerpo cae duramente en el suelo y me llevo una de mis manos a mi cabeza, volteándome con pesadez y lentitud. Estoy exhausta, como si no hubiera dormido en horas y lo malo de eso, es que si dormí, contra mi voluntad. Estiro mis piernas notando lo incomodas que posiblemente estuvieron así durante el trayecto en el maletero de un auto. Al observar el lugar completamente desconocido para mí, aunque viéndose tan inofensivo. Es el living de una casa, pero no la conozco, todo esta tan silencioso.
—Vamos. Ni siquiera te lance tan fuerte.
Escucho una voz masculina. Volteo la mirada encontrándome con un hombre recostado en el umbral de la pared. Sus ojos marrones me observan detenidamente y se cruza de brazos con tranquilidad. ¿Cómo es posible que no lo haya visto antes?
—¿Y tú quién demonios eres? —le pregunto tosiendo mientras intento incorporarme, pero mis brazos me fallan. Estoy muy débil.
—No hay tiempo para presentaciones. Necesitamos hablar. Por eso te traje aquí.
—Espera, ¿tú me trajiste aquí? —pregunto nuevamente, confundida.
—¿Eres sorda, Sophie? —pregunta seriamente con su voz calmada. Me hace rodar los ojos.
—Entonces me conoces —digo incorporándome con toda la fuerza que me queda, mi cuerpo me pesa. Es como si hubiera estado dopada. Cosa que seguramente pasó— ¿Por qué no me dices quién eres y por qué estoy aquí? Te ahorrarías el escuchar las mismas preguntas lo que dure mi estadía aquí.
El hombre —que posiblemente tenga la edad de Derek o cerca— entorna sus ojos. Entrecierro los míos esperando que mi insoportable insistencia sirva de algo en estos momentos. Cuando vuelve la mirada hacía mí y con una sonrisa extremadamente falsa, contesta:
—Me llamo Dean y estás aquí porque eres un estorbo —me dice, su sonrisa falsa se desvanece y vuelve a mostrar su seriedad que por lo que veo, lo caracteriza— Ahora levántate.
Horas antes...
Por suerte para nosotros, nadie se enteró de que entré en la oficina de Cameron. Eithan no se vio como sospechoso con el tema de la cámara porque conoce a los de seguridad y sólo charlaban sobre lo que le sucedió a Olivia, y lo triste que es todo. Stella no notó que hice una copia de sus preciados textos, los cuales según Joe, descifrará enseguida. Jm. Eso lo veremos.
Hoy no salí de mi habitación con la excusa de que me sentía un poco mal. Por suerte para mí aquí a nadie le interesa en bienestar físico del otro. Sólo Peter se apareció por mi habitación para ver cómo estaba, ya que él es el único que no sabe que es una mentira para poder descifrar los textos con tranquilidad y privacidad.
—¿Ves? Yo dije que no era un buen lugar para niños... —me dice riéndose de mi supuesto resfriado.
—Creo que Cameron piensa que todos somos niños y no podemos descifrar esos textos. Me molesta que nos prive de verlos una vez más, por lo menos —entorno mis ojos.
—Cameron siempre fue así, hasta cuando sólo era un agente como nosotros. Siempre quería estar a cargo de todo y llevarnos la delantera, nada de trabajo en equipo. No es lo suyo —me cuenta jugando sus dedos.
—¿Él era un agente también? —pregunto.
—Lo era —asiente con la cabeza— Hace un año. Antes de que el señor Cohan lo nombrara sub director —eleva las cejas y su tono de voz indica desaprobación.
—No pareces contento con esa decisión —le digo arqueando una ceja.
—Sinceramente, me parece acomodo —se ríe, dejando de lado su molestia por el puesto de Cameron— Hay personas que merecen ese cargo mucho más. Personas que si saben trabajar en equipo.
—¿Cómo tú?
Remoja sus labios y me mira.
—Como tu padre.
La mención de Derek hace que sienta un nudo en el estómago y de repente me sienta inquieta. Sonrío pensando en él como sub director. De hecho, diría que hasta director. Derek además de ser muy inteligente y astuto, también es un gran líder, y trabaja genial en equipo.
—Lo extraño —digo bajando la mirada y admitiendo por primera vez en voz alta, y no a mí misma, mis sentimientos sobre esta situación. Al instante de admitirlo me siento mucho mejor, el nudo no se siente con tanta intensidad— Y tengo miedo de no encontrarlo.
—Lo haremos —me dice llevando una de sus manos sobre la mía, haciendo exactamente lo mismo que en el avión, sólo que esta vez no la quita— Y estaremos allí en primera fila en tu graduación. Todos.
Me río pensando en mi graduación. Aún falta que comience mi último año, pero mi graduación es la única razón por la que me esforcé todos los años o más o menos. Será mi noche soñada y ya planee como será todo; mi vestido, a quienes enviarles la invitación, Derek y mamá en primera fila sonriéndome orgullosos de mí. Aprieto mis labios para evitar que tiemblen. Rápidamente mis ojos se cristalizan y el miedo vuelve a instalarse en mi interior.
—Ven aquí —me dice abriendo sus brazos donde sin pensarlo me escondo mientras mis lágrimas caen por mis mejillas— Te entiendo, Sophie.
Al soltar mis lágrimas siento que he estado reprimiendo mucho mis sentimientos sobre Derek y automáticamente me siento mejor, como si solté una gran mochila que cargaba sobre mis hombros. Nos separamos y seco mis lágrimas con las palmas de mis manos, apenada.
—Qué vergüenza —digo riéndome— Lo siento.
—No tienes que disculparte —responde y sonríe. Frunzo el ceño divertida, pensando lo contrario— Me agrada que seas así. Como nadie de aquí.
—¿Qué significa eso? —pregunto sonriendo con confusión.
—Eres alegre, inocente, no eres manipuladora. No haces esto porque es tu trabajo, sino porque de verdad quieres volver a ver a esas personas. Pones el corazón en esta misión. Tienes un maravilloso futuro por delante —muerdo mi labio al escuchar la palabra manipuladora. Recuerdo como manipule horas atrás a Eithan y la culpa vuelve— Lamento que estés tan involucrada en esto.
Frunzo el ceño al escuchar la última oración. Estoy a punto de responder cuando la puerta de mi habitación es golpeada suavemente. Descubro mis piernas para levantarme para atender, pero Peter se me adelanta haciéndolo él. Del otro lado, el rostro de Joe me indica que no esperaba que sea Peter quién se encargara de recibirlo. Una sonrisa triunfante se instala en mi rostro al haber intercambiado papeles en esta ocasión.
—Joe, que bueno verte —digo con falsa emoción— ¿En qué podemos ayudarte? —recalco la palabra podemos, sólo para hacerlo molestar.
—Venía a pasarte un mensaje de tu madre, pero si estás ocupada... —alarga encogiéndose de hombros, haciendo el intento de irse, pero lo detengo.
—¡Espera! —exclamo logrando mi cometido. Eleva sus cejas— ¿En serio lo dices? Por supuesto que quiero escuchar su mensaje.
Peter se ríe.
—De nada por honrarte con mi compañía, Sophie —hace una reverencia logrando que suelte una pequeña risa— Nos vemos luego —guiña uno de sus ojos sonriéndome divertidamente.
En todo momento, Joe sólo observa a Peter ser divertido conmigo y por la expresión de su rostro, puedo entender que realmente hemos cambiado los papeles. A diferencia de que Peter sólo me ve como una niña que obviamente le cae bien y con Stella... quién sabe cómo diablos lo ve, pero es su ex novia. Definitivamente no lo ve de la misma forma que Peter a mí.
Cuando Peter nos deja solos comienzo a reírme mientras Joe cierra la puerta de la habitación. Se recuesta en ella y frunce el ceño.
—¿Me perdí el chiste? —pregunta elevando sus cejas y un poco el mentón.
—Aish, que gruñón, capitán —respondo quitando el edredón que cubría mis piernas. Su expresión pasa a ser un poco más suave, divertida— No debes tener celos de Peter —le aclaro caminando hacia él.
—¿Celos? Actúas como si no me conocieras —me dice actuando indiferente. Ahora soy yo la que le observa incrédula.
—Entonces... esa mirada asesina, ¿No era de celos? —pregunto frunciendo mi ceño mientras trazo líneas imaginarias sobre su camiseta blanca.
—No lo era.
—Bien —asiento fingiendo decepción y hago puchero. Cuando alejo mis manos de su cuerpo me observa extrañado— Entonces, si me disculpas iré a continuar mi charla con Peter.
Finjo que saldré por la puerta cuando me detiene tomándome por la muñeca, me acerca de un suave tirón hacía él. Mis labios se entreabren porque esta acción me tomo por sorpresa y sin saber que decir ante eso, ambos sonreímos al mismo tiempo. Cada vez que observo esa sonrisa despreocupada y alegre, quiero detener el tiempo.
—Lo entiendo. Eres Sophie —me dice admitiendo disimuladamente que sí estaba celoso. Me hace hacer una mueca divertida.
—¿Eso es un cumplido? —pregunto soltándome de su agarre y vuelvo a trazar líneas imaginarias en su pecho.
Eso me hace pensar en lo que hable con Eithan; los sentimientos de Joe por mí. Mi ceño se frunce y todas esas preguntas e inseguridades vuelven a hacerse presentes en mi interior. Esto no sé qué es. A simple vista parece amor, pero podría no serlo. Podrían simplemente ser una aventura de verano, obviamente sólo para él. Suspiro. Mi dedo se detiene, dejando de trazar líneas sobre su suave camiseta y aprieto mis labios.
—Lo es —asiente divertido. Me quedo en silencio, sintiéndome incomoda con su cercanía— ¿Qué está mal?
Todo, pienso. Mi mirada se va a mi celular donde tengo los textos y pienso en el libro de códigos que Eithan me trajo esta mañana, que obviamente escondíamos bajo la cama. Tengo tanto por averiguar, el texto que resolver, encontrar a Derek. No puedo estar preocupándome por mis dramas amorosos, no ahora.
—Cuando los encontremos —digo con seguridad, porque aunque sea lo último que haga, encontraré a Derek— Quiero que hablemos de nosotros —abre la boca para cuestionarme, pero antes de que diga algo, continúo— No ahora, por favor.
Joe asiente con lentitud, viéndose preocupado por mis palabras. Me alejo de él sentándome en la cama con las piernas entrelazadas. Le indico que me pase el libro de códigos y así lo hace, sentándose a unos pocos centímetros aunque dándome mi espacio.
—¿Identificas algún tipo de código aquí? —le pregunto abriendo el libro y leyendo el índice.
—No tengo ideas de códigos, Sophie —me responde haciendo una mueca de confusión al leer.
—Salías con una criptógrafa —le digo entornando los ojos.
—Bueno, no salía con ella por su carrera —me responde quitándome el libro de las manos y abriéndolo él.
—Tenemos mucho que leer entonces —digo de mala gana.
Pasamos la siguiente hora y media leyendo sobre los tipos de criptografía que existen, por suerte para nosotros son solo tres; simétrica, asimétrica e hibrida. Logramos descifrar que la criptografía a la cual nos estamos enfrentando es la primera. El problema es que a partir de eso hay que hallar a que algoritmo se halla el código binario y mi cerebro está a punto de explotar.
—Hablaré con Stella —arqueo una de mis cejas y me aclara con una sonrisa— Para ver cómo va ella con esto y ver si puedo sacarle información que pueda ayudarnos.
—Que te diviertas —digo sin ganas volviendo la mirada a las páginas del libro, evitando pensar en que estará con una pelirroja perfecta.
Escucho la risa de Joe y se acerca para plantar un beso sobre mi mejilla. Le miro intentando no sonreír por esa acción tan insignificante causo tanto en mí, intentando esconder lo mucho que alejo mis celos cuando sus labios tocaron la piel de mi frente. Coloca ambas manos a cada lado de mi rostro y puedo ver otra vez esa mirada que no puedo descifrar, detrás de la ternura con la que me observa, se esconde ese enigma en sus ojos. Otro código binario que resolver.
—Mi cerebro va a explotar —le digo, nerviosa por no saber que oculta. Él se ríe.
—Tu puedes —me dice antes de guiñarme un ojo y soltarme. Dejando que mis mejillas se enfríen sin el calor de sus manos.
Lo observo irse con una pequeña sonrisa que finalmente se disuelve al observar los algoritmos que debo probar. Si encuentro a Derek debe dejarme ir a todas las fiestas que quiera, pienso mientras vuelvo la vista a las aburridas, pero necesarias páginas que debo leer.
Luego de unos veinte minutos puedo descifrar que el código que recibió Olivia esta al algoritmo MD5. Lo que sea que diga estos textos fue pasado en una forma menos extensa e inentendible a la vista humana, bueno eso a menos que seas una pelirroja criptógrafa o...
Anoto el texto en una de las hojas del libro. Comienzo a buscar un traductor de códigos binarios en Google. Entro en el primero que encuentro y escribo los mismos números, y letras. Mi ceño se frunce al ver que dice error. Lo intento con la siguiente página que me aparece consiguiendo el mismo resultado y así con las cuatro siguientes. Cansada, entrando a la última me sorprendo al ver que lo traduce y me quedo sorprendida al ver lo que en realidad dice.
Un escalofrío recorre mi espina dorsal y de pronto siento que todo a mí alrededor es peligroso. Me pongo de pie para ir a buscar a Joe y contarle lo que encontré, pero me detengo cuando escucho que llaman a la puerta. La respiración se me corta de los nervios que tengo y me obligo a mí misma no ser una cobarde.
—¡Un segundo! —exclamo con un falso tono alegre.
Vuelvo para esconder el libro y guardar mi celular en el bolsillo de mi pantalón. Abro la puerta tras dar dos grandes bocanadas de aire para armarme de valor y enfrentar a quien estuviera detrás. Para mi fortuna, sólo es una de las amas de llaves que se encargan de limpiar las habitaciones. Sólo que esta vez trae comida en una bandeja con sopa y jugo de naranja.
—Es de pollo —me dice sonriendo, sin saberlo tranquilizándome— Para tu resfriado. Joe lo envía.
—Justamente debo hablar con él, yo... —me interrumpe.
—¡Ah-ah! —exclama contenta empujándome suavemente hacía atrás con su persona y cerrando la puerta de la habitación— Me dio estrictas ordenes de que no te deje salir hasta que acabes la sopa.
Sonrío forzadamente y accedo a probar un poco de eso. La mujer de cabello negro me sonríe con simpatía mientras me siento en la cama. Se me ocurre la idea de ir a enviarle un mensaje a Joe para que venga a verme lo más pronto posible, así que me vuelvo a poner de pie y hago una mueca de disculpa.
—Necesito ir al baño primero —miento mientras camino hasta el baño y en cuanto estoy dentro, me recuesto en la puerta mientras escribo el mensaje.
Necesitamos hablar. ¡AHORA!
Espero unos segundos una respuesta, pero nada. ¿En serio Joe? ¿Ahora que descubrí que dice uno de los códigos no me respondes? Dudo que el traductor se haya equivocado, después de todo, jamás podría dar datos tan exactos. Niego con la cabeza, alejando las preocupaciones de momento y saliendo para tomar un poco de la sopa. Al abrir la puerta me encuentro sola en la habitación, sin la ama de llaves que la trajo y entonces aprovecho para ir hacía la puerta e irme.
Está cerrada.
Cuando voy a voltear para buscar algo que pueda ayudarme a abrir la puerta, siento un pinchazo en el brazo y tras sentir un hormigueo en todo el cuerpo. Me desmayo.
Actualidad
—Espera, ¿estoy aquí porque soy un estorbo? —le pregunto nuevamente al hombre, haciendo que él se detenga sin voltearse para verme levantar con mucha lentitud y dolor. Siento que me hubieran dado una paliza.
—Sophie —pronuncia mi nombre con tono de fastidio— Dime que encontraste en el texto.
El texto. Todos los recuerdos vienen a mi mente. La estúpida ama de llaves inyectándome algo que me dejo en este estado lamentable, Joe sin saber realmente junto a quienes esta. Yo aquí sin saber qué hacer, como ayudarlo, como llegar hasta él.
—Descubrí quién robo los archivos —digo con un hilo de voz.
—Exacto —responde volteándose— Eso es por lo queeres un estorbo y me encargaré de que no lo seas más.
HOLAAAA! ¿Les suena familiar Dean? ¿O lo están conociendo recién ahora? jajjajaja ¿Qué habrá descubierto Sophie? ¿Peter siente algo más que amistad por Sophie? No se si ya lo dije por acá o donde pero la canción en multimedia me hace acordar a S&J, la letra nada que ver sino por la música no sé jajajaj
El domingo nuevo capítulo. Gracias por leer, votar y comentar!