ABRIL
Sus miradas se cruzaron, fue un milisegundo, pero ese milisegundo le pareció una hora a Abril, a quien, a pesar de lo que le aterraba en aquel momento, lo único que se le ocurrió fue mirar a los ojos a esa persona de la que había estado enamorada los últimos dos años de instituto. Fue un error, después de esa mirada, ya nada volvería a ser lo mismo.
Había pasado una semana, siete días desde que ocurrió. Un suceso que marcaría de por vida a la joven. Una vida por otra. Una injusticia que le quitaría el sentido a todo debido a la ausencia de esa persona. Esa persona. Su mejor amiga, la que literalmente dio su vida por Abril. En esa tarde de otoño en la que ocurrió, su vida considerada ordinaria dio un giro de 180 grados, ya no volvería a ser la tímida estudiante de 1º de bachillerato que siempre llevaba los deberes y a la que le pedían los apuntes, no sería lo mismo sin el pilar que, cada día evitaba que se desvaneciera, aquella persona a la que tanto había querido, y seguía queriendo, había desaparecido. En ese momento, Abril no sabía nada. No era consciente de que en aquel instante, estaba rodeada de médicos y enganchada a una docena de cables, inconsciente. Varias ideas deambulaban por su mente. Una de ellas ¿Por qué?