veamos, se empieza por el principio verdad?
la primera vez que cruzamos palabras...
de hecho, si te soy sincero, no me acuerdo de la mayoría de cosas que hicimos en aquel local de mala muerte
el alcohol que fluía por mis venas (oh, sorpresa) y las migrañas que llevan toda la vida acompañándome parecían haberse puesto de acuerdo para atacarme esa noche en específico (has de admitir que tú tampoco estabas muy sobrio)
pero, de una cosa sí estoy seguro
prometimos ser algo de una noche y, al final, esa fue la primera promesa que rompimos