Hola chicos, sé que ya lo dije antes pero igual quiero pedir disculpas otra vez por estar tanto tiempo sin actualizar, las clases más lo extremadamente distraída que soy no ayudan xd
Voy a hacer lo posible de escribir lo más seguido que pueda, se lo feo que es leer una historia sin terminar :')
Ahora si, para no alargar más este pequeño mensaje ¡Vamos con el capítulo! :D
José se encontraba en la gran biblioteca de la mansión, leyendo uno de sus tantos libros de magia. Después que Donald y Panchito dejaran la mansión hace años, José se dedicó a buscar más libros sobre magia y hechizos. No eran los mismos libros que solía leer en Brazil, pero al menos había conseguido copias de ellos, además de nuevos volúmenes que no había leído antes.
Se encontraba leyendo uno de ellos, buscando sobre el proceso que debía llevar a cabo para poder encantar unos nuevos amuletos. Durante el almuerzo, Xandra logró convencer a José de buscar nuevos amuletos y encantarlos. Él aceptó, aunque no se sentía muy seguro, después de todo el hechizo es muy avanzado y nunca antes lo había hecho. Admite que tiene mucho miedo de tener que hacerlo, a pesar de saber que lo haría para acabar con Felldrake, no le agradaba tener que usar su magia en sus amigos. Tenía miedo de terminar lastimando a Donald y Panchito en el proceso. Pero al parecer ya no le quedaban más opciones.
Al no encontrar el hechizo que buscaba, deja el libro a un lado de su asiento y agarra otro de la pila sin leer. Ya había leído 4 libros y todavía no encontraba el hechizo de encantamiento que necesitaba. Estaba seguro de que conocía el hechizo de memoria, recordaba todo el proceso y los materiales, pero prefería encontrarlo para anotarlo y estar seguro de que todo fuera perfecto, en especial si sus amigos serían afectados.
Cuando comienza a leer el libro, escucha como alguien entra a la habitación, despega su mirada del tomo y ve a Scrooge parado a unos pocos metros de él.
- Hola... - Es lo único que Scrooge dice, intentando sonreír para ocultar su nerviosismo, pero más bien parecía una extraña mueca.
- Hola... - responde José casi susurrando. Ambos podían sentir a tensión del ambiente, uno esperaba ansiosamente que el otro hablara. Así estuvieron por unos segundos hasta que Scrooge finalmente consigue las palabras.
- Lo siento... - José le mira confundido, sin entender a qué venía la disculpa - Sé que en verdad nunca lo dije en voz alta, pero desde que te conocí no podía dejar de pensar en que había algo malo en ti, noté que había algo que nos estabas ocultando y no podía evitar desconfiar en ti - José continuaba viéndolo, esta vez impactado por la sinceridad de Scrooge - Pero ahora sé que te juzgué mal, he conocido a muchas personas con magia negra y dejame decirte que no eres como ellos. En la pelea contra Felldrake me demostraste que solo quieres proteger a tus amigos, y si mi sobrino confía en ti, entonces no veo porqué yo no debería.
Odiaba admitirlo, pero Scrooge estaba ansioso por saber lo que el otro diría, si iba a ayudar a su sobrino y sus amigos a vencer a ese malvado ganso, era importante que José no esté molesto con él.
José suelta un suspiro de alivio, hasta ese momento no se había dado cuenta que estuvo reteniendo el aire desde el momento en que el pato entró a la habitación.
- Gracias, Señor McDuck - José le regala una sonrisa sincera, aliviado de que Scrooge confiara en él.
- Oh please, lad. Sólo llámame Scrooge, no hace falta ser tan formal - el pato le regresa el gesto, estaba seguro que las cosas ya se habían arreglado entre él y José. Sin embargo, el loro sabía que no sería igual si le contase toda la verdad - ¿Y qué estás leyendo?
- Oh, estoy buscando el hechizo para encantar unos nuevos amuletos, no quiero tener errores - José suelta agotado un suspiro, dejando su quinto libro a un lado - Pero no lo consigo, no recuerdo en cuál libro estaba.
- Tal vez podría ayudarte, son bastantes libros los que tienes allí y conozco una que otra cosa sobre magia - dice Scrooge acercándose a la pila de libros sin leer y toma uno - Hay que ir deprisa si queremos vencer a Felldrake lo más rápido posible.
José observa como Scrooge se sienta en otro sillón y abre el libro, antes de comenzar a leerlo le regala una sonrisa a José y lleva su mirada a las hojas, empezando a buscar el hechizo. El loro solo sonríe, finalmente sintiéndose cómodo en presencia del pato más rico del mundo, y vuelve a su búsqueda.
Panchito limpiaba felizmente los platos en la gran cocina de la mansión, mientras tarareaba una melodía que ha tenido en su cabeza desde hace un tiempo ¿Tal vez podría agregarle letras? Tendría que preguntarle a José, es mucho mejor con las palabras que él.
Panchito creció en un hogar donde todos debían aportar algo a la casa, su madre siempre le enseñó a ayudar en los quehaceres de la casa, a ser un hombre trabajador y educado. Por eso, en cuanto todos terminaron de comer, Panchito se ofreció a lavar los platos.
Aunque el silencio le obligaba a pensar en lo que sucedió el día anterior. No logra entender porqué Felldrake reveló el secreto de José ¿Qué ganaba con todo esto? ¿Asustar a José? ¿Hacer que dejaran de confiar en él? No tenía sentido, Panchito sabe que él y Donald siempre apoyarán a José no importa lo que haya hecho en el pasado, y seguro Felldrake sabe lo mismo.
Deberá estar más al tanto de José a partir de ahora, no quiere que vuelva a sufrir lo mismo que sucedió años atrás. Protegerá a sus amigos no importa el costo.
- ¿Panchito?
- ¡HÍJOLE!
El plato de Panchito llevaba en sus manos salió disparado al aire, mientras que Panchito casi cae al suelo del susto. Antes que él pudiera reaccionar, una mano logra agarrar el plato antes que cayera al suelo.
- ¡Ay, perdón! No pensé que estabas tan distraído como para asustarte así - Panchito ve a nada más ni a nada menos que Xandra, la diosa de la aventura, con un plato en a mano y una mirada preocupada.
- Ay, tranquila, Xandra, solo estaba pensando - El gallo logra reincorporarse y se apoya del fregadero, intentando no mojarse.
- ¿Pensabas en lo de José?
¿De verdad es tan fácil leerlo? José siempre le dice que es como un libro abierto, es fácil saber cómo se siente porque no tiene miedo de mostrarlo. Aunque supone que era algo obvio que estaba pensando en lo que sucedió, creé que todos en esta casa están pensando en lo mismo.
- ¿En qué más puedo pensar? Estoy bien preocupado por lo que vaya a pasar, ni sabemos si José puede encantar nuevos amuletos - agarra el plato que Xandra tenía en sus manos y lo regresa al fregadero. Supone que lo demás se podrá lavar después.
- Donald y tú reaccionaron distinto cuando Felldrake dijo que José tiene magia, no parecían sorprendidos por la noticia - Xandra cruza sus brazos y levanta su ceja acusatoriamente. Chale, de aquí ya no sale vivo - ¿Acaso ustedes dos ya lo sabían?
- Eeeh... - Panchito ya no podía ni mirar a la diosa a los ojos, sentía que en cualquier momento le saldrían dos dagas de los ojos si escogía mal sus palabras. Simplemente suspira derrotado y le dice la verdad - Si, José nos lo dijo un tiempo después de que "derrotaramos" a Felldrake - hace los gestos con sus manos (aún mojadas por cierto).
- ¡¿Y por qué no me dijeron?! Se supone que somos un equipo ¿Cómo esperan que haya confianza en el equipo cuando nunca se molestaron en decirme algo tan importante?
- ¡¿Qué acaso no escuchaste lo que dijo José esta mañana?! ¡Estaba aterrorizado! - Xandra le mira sorprendida, no pensó que Panchito se pondría tan a la defensiva - Si José no quería que supieras, no era por qué no confiara en ti, es porque no confía en si mismo.
Panchito suspira, intentando relajarse. En verdad no quería gritarle a Xandra, es su amiga después de todo, pero le molesta que ella no entienda la situación por la que pasa José, no es algo fácil para él y la diosa solo empeorará la situación acusándoles de no confiar en ella.
Xandra se queda unos segundos callada, sorprendida de ver a Panchito levantar la voz molesto. No es algo muy común verle así. Pero entiende que no puede acusarles de nada, Donald y Panchito no tienen la culpa, ni siquiera José.
- Lo siento, es solo que... me hubiese gustado enterarme de esto por ustedes, no por Felldrake.
- Lo sé, también lo siento. Tú misma lo dijiste, en un equipo se necesita confianza - Panchito le reglas una sonrisa, intentando reconfortar a la diosa.
- ¿No más secretos? - Xandra le regresa el gesto.
- No más secretos - al menos no de parte suya.
Donald se encontraba parado bajo el marco de la puerta, viendo fijamente el interior de la cabaña. Los niños se encontraban distraídos paseando por la mansión y tocando todas las cosas que Sheldgoose solía tener guardadas, así que el aprovechó que todos se encontraban haciendo algo y fue a la cabaña a despejarse un poco.
Muchas cosas han sucedido en tan solo un día, en un momento se encontraba reparando su bote y al siguiente estaba peleando contra un hechicero malvado. Aunque supone que, siendo parte de la familia McDuck, ya debería de estar acostumbrado a estas cosas.
Pero todo lo relacionado a Los Tres Caballeros es muy distinto a las aventuras que solía tener con tu tío y su hermana. Donald es prácticamente el líder de un trío que, junto con una diosa, deben derrotar a uno de los hechiceros más poderosos del universo. No es para nada lo mismo a buscar alguna civilización perdida o encontrar la fuente de la juventud. Esto iba mucho más allá.
Antes tuvo que enfrentarlo él solo con un grupo de personas que no conocía, no tuvo a tu tío para guiarle ni a su hermana para cubrirle la espalda ¿Pero ahora? Felldrake ha vuelto una vez más y esta vez tiene que combatir contra él junto con sus dos mejores amigos, su tío quien prácticamente le crío, sus sus sobrinos que cuidó desde antes que salieran del huevo, y la niña que considera ya como una más de la familia.
Ahora Donald siente muchísimo más peso encima, ya fue estresante la primera vez, pero ahora no solo debe pelear contra el hechicero, sino que ahora también debe cuidar de su familia. No es tarea fácil y le da miedo pensar que él no es lo suficiente para lograrlo.
Lo único que pide Donald es una familia normal con una vida normal ¿Es tanto pedir?
- ¿Tío Donald?
Una voz preocupada le saca de sus pensamientos, cuando se voltea ve a Huey.
- ¿Huey? ¿Por qué no estás con tus hermanos? ¿Pasó algo?
- No no, todo está bien. Dewey y Webby están tocando todo lo que ven en la mansión y Louie está viendo ese show extraño de sillas o lo que sea. No sabía dónde estabas así que vine a buscarte - Donald nota la preocupación en su tono final. Huey siempre ha sido el más listo de los trillizos, eso lo sabe todo el mundo, pero a veces le sorprende lo maduro que puede llegar a ser a tan corta edad.
- Oh I was... Umm, solo estaba recordando, muchas cosas locas pasaron en esta cabaña - intenta sonreír para no preocupar a su sobrino.
- Oh, bueno ¿Puedo acompañarte?
- Of course
Los dos deciden entrar a la cabaña y sentarse en las sillas del comedor. Se mantuvieron unos minutos en silencio, cada uno en sus propios pensamientos, hasta que Huey, dudoso, es el primero en hablar.
- ¿Tuviste miedo?
- ¿Uh? - Donald voltea a verlo
- Antes, cuando pelearon por primera vez con Felldrake ¿Tuviste miedo?
Huey mira a su tío, no paraba de jugar nervioso con sus manos, algo que Donald notó, después de todo fue él quien le crió desde que salió de su cascarón. Donald duda por un momento, sin saber muy bien qué responder, pero finalmente habla.
- Claro que tuve miedo - aleja su mirada de Huey y vuelve a mirar el interior de la cabaña - la primera vez que nos enfrentamos a él fue una locura, terminé mordido por una trampa de osos jeje... - ríe nervioso - Todavía tengo miedo, tengo miedo de que no tengamos tanta suerte como la última vez, tengo miedo de que algo le pase a José y a Panchito... Tengo miedo de que algo le pase a ustedes.
Donald mantiene su mirada fija en una de las paredes de la cabaña, incapaz de ver a los ojos a su sobrino. No quería mostrar debilidad frente a los niños, pero sabe que tarde o temprano se darían cuenta del miedo que tiene, y recuerda haberles prometido a los niños que no guardaría más secretos. No otra vez.
El patito de rojo miraba preocupado a su tío, no le había visto así desde que les contó su parte de la historia de cómo Della desapareció. Tal vez solo sea su tío, pero fue él quien les crió y se aseguró que tuvieran todo lo que necesitaban, no podía permitir que se mantuviera esa mirada en su rostro. Lentamente coloca su mano en el brazo de Donald, haciendo que el mayor volteara a verlo.
- Está bien, yo también tengo miedo, pero tú mismo nos enseñaste que no hay que dejar que el miedo te impida hacer lo correcto - Donald miraba incrédulo a Huey, sentía como poco a poco sus ojos se humedecían - Todos tenemos miedo, Tío Donald, pero no hay que dejar que eso nos impida detener a Felldrake. Nosotros nos mantendremos a tu lado y lucharemos. Ducks don't back down.
Donald no puede evitar soltar una risa tras escuchar la última frase, mientras una lágrima corría por su mejilla.
Ambos patos se abrazan fuertemente, ambos sonriendo. Donald no podía sentirse más orgulloso de lo mucho que han crecido sus chicos y promete una vez más que no dejará que nada les pase.
Aunque tenga que dar su vida.
2304 palabras
Un capítulo sencillito luego de más de un año sin publicar nada akjdkajdka sorry :(
Me gustó este capítulo, no tiene acción ni aventuras pero me gusta la idea de profundizar en poco en los personajes, mostrar cómo se sienten cada uno (aunque no pude poder a Dewey, Louie y Webby, pero ya vendrán después, lo juro)
Si alguien tiene alguna sugerencia pueden decirla aquí si quieren, me gusta escuchar las ideas de los demás uwu
Ora si, ya el siguiente capítulo vendrá para finales de año, así que nos vemos en unas semanas :D