Maratón 1/2
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Mi cara debió tornarse roja, escuché la carcajada que Jeongguk había soltado, fruncí el ceño y hablé.
—¿Qué es lo que te da risa?— pregunté viendo como soltaba la toalla que había utilizado para secarse las manos, salió del baño cerrando la puerta para luego caminar hasta mí y posicionarse hasta quedar a centímetros de mi rostro.—¿Qué haces? Alejate.— exigí.
—¿Sabes qué es lo que me da risa?— no respondí, simplemente dejé que prosiguiera.—Que debí de haber arruinado tu lindo rostro hace tiempo al estampar mi puño en él.— temblé al oír aquello, sin embargo intenté no demostrar alguna reacción débil.—Pero no lo hice.— suspiró enojado.—Y es jodido, porque malditamente no sé la razón del no haberlo hecho.— pude sentir el aliento a alcohol invadir mis fosas nasales.
—Estas ebrio.— hablé retrocediendo.
—¿Y eso qué? Es una fiesta, puedo estar tan ebrio como yo quiera.— caminó nuevamente hacia mí.—¿Qué estás haciendo, Park?
—¿A-a qué te refieres?— mis pasos no se detenían, pude sentir la dura pared al chocar contra ella, y aún así, Jeongguk no se detuvo, posicionando sus dos brazos a cada lado.
—Tú eres una pesadilla en vida, ¿por qué?— lo miré confundido.
—Estas diciendo estupideces, para.— traté de apartarlo.
—Haces que la luz del control deje de funcionar, los dos aparecemos en cualquier momento.— mi labio tembló al ver como por su ojo pasaba tanto una luz violeta como una verde, turnándose entre sí.—Sólo tú lo haces, ¿por qué? ¿qué mierda hay de diferente en ti? ¡Dime!
—Yo... Yo... No sé que dices...
—Me he repetido tu nombre varias veces, he pensando tu rostro en muchos lugares, pero no hay nada de ti. Entonces, ¿cómo lo haces? ¡¿Cómo Jimin, cómo?!
—Dejalo en paz.— al oír aquella voz Jeongguk giró para luego reír.
—No tienes derecho a meterte.— Jin dio un paso hacia él.
—¿No?— ambos se miraron a los ojos por varios segundos. Jeongguk bufó para luego irse bajando por las escaleras hasta desaparecer de mi vista.—¿Estás bien?— preguntó preocupado.
—Sí... Lo estoy.— me reincorporé—¿Qué fue eso?— Jin no dijo nada por unos segundos mientras miraba al piso.
—Olvídalo, está loco.— se dio la vuelta —Si algo sucede, puedes decírmelo— luego bajó por las escaleras.
¿Qué había sido todo eso? Suspiré y entré al baño, me lavé la cara y luego salí. Bajé igualmente, recorrí mi mirada buscando a Tae, pero en vez de eso me encontré con Hoseok, quien bailaba muy apegado con una chica. Reí irónico mientras negaba, me acerqué hasta él tocando su hombro, al verme su rostro pareció deformarse por completo.
—¿Has visto a Tae?— fue lo único que atiné a decir.
—Oh... Jimin...— dijo soltando a la chica quien se giró para luego irse.
—Te he preguntado algo.
—Yo, no... No lo he visto.— asentí.
—Bien, te dejaré seguir disfrutando.— sentí como me agarró del brazo cuando estaba por marcharme.—¿Qué?
—¿Le dirás?— alcé una ceja.
—¿Debería? No creo que le importe.— hablé no estando seguro del todo, pero sin demostrarlo.
—Jimin...
—Hoseok, ni Taehyung ni yo sabemos mucho de ti. Tal vez esté equivocado con respecto a algunas cosas, pero, trataré de no estarlo más. No sé cuales son tus intenciones con Tae, sea lo que sea, aún así no tengas porqué hacerlo, no lo lastimes.— me fui, nuevamente, sin dejarlo hablar.
Caminé por entre la gente chocando con algunos, recibí tanto miradas de enojo como perversión. Pude encontrar el sofá, allí estaban Tae y Jin conversando animadamente.
—Finalmente los encuentro.— ambos levantaron sus miradas, Taehyung me dedicó una gran sonrisa mientras que Jin una a medias.
—Terroncito de azúcar.— Tae se paró tirándose a mis brazos haciéndome tambalear.
—Él... Ha estado bebiendo bastante.— habló Jin y asentí frustrado.
—Idiota, sabes como te pones cuando tomas demasiado, la anterior vez comenzaste a besar un poste creyendo que era Lily Collins.
—En mi defensa, ella me pidió un beso.— respondió comenzando a reír.
—¿Has escuchado la parte de que era un poste?— lo ayudé a sentarse en el sofá nuevamente.
—Lo siento— habló Jin—Debí de haberlo parado.
—No te preocupes, nadie puede hacerlo en realidad. Cuando comienza a tomar, difícilmente se le puede sacar la bebida de sus manos.— ambos reímos.
—Estoy viendo un unicornio malhumorado.— al escuchar a Tae ambos miramos en la dirección en la que él lo hacia.
—Hola...
—Oh, era Hobi.— escuchamos como comenzó a reír desenfrenadamente.
—¿Él está bien?— preguntó Hoseok.
—De maravilla, con uno cuantos grados de alcohol en su sangre, nada más.— respondí serio.
—Uh... Supongo que no podré hablar con él.
—Nunca he hablado con un unicornio, ¿cómo será? Adelante, tómame.— dijo Tae estirando su brazo.
—Será mejor que te vayas, no pueden hablar así que no tienes nada que hacer aquí.— habló Jin. Hoseok sólo lo miró para luego largar un bufido y asentir.
—Supongo que mi presencia te pone de mal humor.
—Sólo vete.— exigió. Hoseok no la siguió y se retiró.
—Oh...— dijo Tae haciendo un puchero.—Iba a ser mi primera vez hablando con un unicornio y ustedes lo arruinaron.— se cruzó de brazos pareciendo un niño. Aún serio miré a Jin, quien simplemente apartó la mirada. Suspiré cansado y me levanté.
—Iré a tomar aire, quedate con él por favor.— Jin asintió sin rechistar y salí de allí.
Al estar afuera pude sentir como el viento chocaba con mi cuerpo creando un escalofrío en él. No se veía ninguna nube, en su lugar cientos de estrellas deslumbraban, no había nadie en las calles y el silencio era opacado por la música. Me quedé allí unos segundos apreciando la nada, comencé a tararear una canción cualquiera mientras me sentaba en una banca situada al costado de la casa. De repente callé al escuchar un sollozo, miré a todos lados y no vi a nadie, iba a comenzar nuevamente cuando otro sollozo sonó, esta vez me di cuenta que provenía de un callejón al lado de la casa. La persona que estuviese ahí lloraba fuertemente, ya que apenas fue opacado por la música. Me acerqué a pasos lentos no pudiendo ver nada debido a la poca luz, saqué el celular y me dispuse a alumbrar con la linterna, apunté a todas direcciones y nuevamente no vi nada, estaba por marcharme cuando escuché un ruido, pegué un salto al ver como un poco de basura caía y un pie parecía esconderse. Situé mi mano en mi pecho sintiendo el latido de mi corazón, luego de eso caminé hasta esa parte y mis ojos se abrieron en grande al verlo allí tirado.
—¿Jeon...Jeongguk?— mi voz tembló al hablar.
—Vete...— lo escuché susurrar. Intentó ponerse de pie fallando en el intento, antes de caer al suelo lo agarré de la cintura.
—¿Qué haces aquí?
—Quería estar solo, pero lo has arruinado.— bufé enojado, pero aquello cambió al ver como el peso de Jeongguk se hacía más pesado, vi como sus ojos se fueron cerrando hasta caer dormido.
—Jeongguk... ¡Jeongguk!— llamé repetidas veces pero fue en vano.—¿Qué haré?— escuché mi celular vibrar, lo saqué viendo que era Jin, habíamos compartido números esta tarde.
—¿Dónde estás? Taehyung está pidiendo más bebida, debemos irnos.
—Jin, sé que esto es mucho pero necesito que te lleves a Tae a tu casa, ha surgido algo y no puede venir a la nuestra.
—...
—Por favor...
—Bien, te veo mañana.— dicho eso cortó. Me sorprendió el hecho de que no haya pedido explicaciones. Debía hablar luego con Tae, se suponía que no íbamos a faltar mañana sin embargo bebió demasiado.
—Tendré que llevarte conmigo...— susurré no sabiendo si hacía lo correcto.—Bien... Aquí vamos.
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Holaa ♡
Bueno, como estoy tardando bastante en subir los capítulos decidí hacer un mini, realmente mini maratón 🤓.
En fin, espero sigan disfrutando del fanfic, ¡nos vemos!