Fuego

By LaraBerenic

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Él, un fuego contenido Ella, una llamarada viva ¿Se quemarán? ¿Crearán un incendio? ¿O serán un fuego constan... More

Ascensor

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By LaraBerenic

Trenton, apoyado en el barandal de la terraza del hotel, nuevamente se preguntaba cómo su mejor amigo lo había convencido a acompañarlo al viaje de egresados. Sin embargo, ya hacía mucho que había perdido la oportunidad de echarse atrás. Ahora ya estaba ahí, y al menos, disfrutaba del paisaje, y de su mejor amigo... Cuando éste no estaba detrás de alguna chica o en un baile. Entonces, gritos provenientes de adentro lo distrajeron de sus pensamientos y entró para ver qué sucedía.

- ¡Te dije que me sueltes Axel! - Trenton se quedó a un costado, prefiriendo no intervenir a menos que realmente viera que ella no quería nada con ese chico.

- Vamos Laci, no seas así

- ¿Sos estúpido? Te dije que no, y saca tu maldita mano de mi brazo

Trenton sonrió apenas de costado. Conocía a Lacey del colegio, de chicos habían sido amigos, pero con el tiempo habían perdido contacto; sin embargo, ella no había cambiado mucho.

Sabía que Lacey tenía carácter, pero no creía que debiera enfrentarse a ese chico totalmente borracho, y una mueca de dolor en el rostro de ella le dijo que era momento de intervenir.

- Te dijo que la sueltes - le dijo a Axel, mirándolo sin inmutarse. No alcanzaba su metro ochenta y apenas podía centrar sus ojos en Trenton.

- No es asunto tuyo.

- Claro que sí, es mi novia.

Axel miró a Lacey, quien miró a Trenton. Él no sabía si ella quería asesinarlo o si pensó que se volvió loco. O ambas.

- Zorra - le dijo Axel a Lacey. Segundos después, un sonido como de chispa se escuchó en el silencio de la noche y entonces, todo sucedió un tanto rápido para procesarlo. Tras la cachetada, Axel se descoloca y antes de que se abalance sobre Lacey, Trenton logra ubicarse delante de ella, tratando de alejar a Axel. Mierda, esto era justo lo que había querido evitar - piensa Trenton, y mirando atrás suyo, le dice a Lacey que se vaya. Quien, para su sorpresa, le obedece dirigiéndose hacia el ascensor. Trenton, mientras procura esquivar los intentos de golpe de Axel y sujetarlo, piensa cómo sacárselo de encima. Pero entonces, en una distracción, Axel se suelta y corre hacia Lacey, quien ya estaba entrando en el ascensor. Sin perder tiempo, Trenton lo sigue y lo saca dando una vuelta antes de que la puerta se cierre, quedando él dentro. Pero antes de poder relajarse, escuchan dos golpes sobre ésta. Y luego de unos segundos, cuando el ascensor comenzaba a bajar, se detiene. Ambos se miraron sin decir una palabra. Esperaban que arranque de nuevo, y rápido.

Los segundos se sentían minutos, y Lacey sin poder evitarlo, se lanza al panel lleno de números buscando un botón de alarma. Tenía que haber uno. Al encontrarlo, lo aprieta una vez, y luego otra, y otra.

- Creo que ya te abran escuchado, donde quiera que suene eso.

- Callate - soltó Lacey apoyada con la frente en el panel, controlando el impulso y la necesidad de seguir apretando el mismo botón.

Luego de un momento, se gira y mira a Trenton con incredulidad y un poco de envidia al verlo sentado como si nada ocurriera.

- Decime que estás pensando en alguna solución

- En realidad no - le contesto Trenton encogiéndose de hombros, y Lacey se exasperó ante su indiferencia.

A él tampoco le agradaba mucho la situación, pero le era muy entretenido ver a Lacey como si estuviera a punto de explotar. Aun así, decidió no complicar más las cosas.

- Debemos estar entre un piso y otro; eso, más que no hay casi nadie en el hotel porque están todos en el boliche, salvo la gente de limpieza, cocina y demás, y tu alcohólico novio o lo que sea, nadie nos va a escuchar si gritamos pidiendo ayuda.

- No es demasiado alentador. Y Axel no es mi novio... Charle con él en el boliche, y empezó a ponerse pesado entonces me volví pero se ve que me siguió. De todas formas, no sé para qué te cuento si no es asunto tuyo - dijo Lacey gesticulando con los brazos y dando un suspiro. Los nervios – se dijo. Así, al ver que el ascensor seguía sin moverse, y que Trenton tenía razón, se sienta, sacándose los tacos que le empezaban a molestar los pies - ¿Tenés tu celular acá?

- No - Trenton pensó que no era loco que el chico la hubiera seguido. Lacey estaba atractiva con un short del color del oro que dejaba al descubierto sus torneadas y largas piernas, junto con una musculosa color crema. Tenía un ligero color en los labios y supuso que se los había pintado, pero ese era casi todo el maquillaje que se había puesto. Le gustaba eso. Pero sobre todo le gustaba ver su gran cabellera del color del fuego revuelta que acompañaban sus ojos casi también de ese color, menos fuertes que el naranja, pero igual de intensos que su mirada, como los de un tigre. Hasta cierto punto, entendía por qué ese chico la había seguido. Hasta cierto punto.

Lacey lanza otro suspiro. Estaban realmente jodidos, no tenían forma de pedir ayuda, salvo por ese maldito botón que ni siquiera sabían si funcionaba.

Trenton se la queda mirando fijo, hasta que Lacey no pudo aguantar.

-¿Qué?

- De nada ¿no?

- Lo que faltaba, ¿pensas que voy a agradecerte por meternos en este lío?

- ¿Decís que es mi culpa?

- ¿De quién si no?

- Tuya por supuesto.

- Si no te hubieras entrometido, nada de esto hubiera pasado. Tenía la situación controlada- ante su respuesta, Trenton ya no pudo aguantar la risa. Dios, estaba seguro que esa chica podría volver loco a cualquiera.

- Estabas en un maldito aprieto Lacey, y ¿no pensaste que el ascensor se pudo haber detenido por quien sabe qué cosa haya hecho el tal Axel gracias a tu cachetada?

- Me llamo zorra, y porque se te ocurrió la gran idea de decir que era tu novia.

- No justifica, le pegaste a un chico borracho ¿cómo pensabas que reaccionaria? No claro... No estabas pensando.

Lacey lo miro furiosa, sabía que él tenía más razones que ella, pero ¡Dios!, si él se metió en la situación, y dijo la gran estupidez de que eran novios.

Entonces, una voz los sobresalto, y escucharon desconcertados sin saber de dónde provenía: "Estamos viendo cómo solucionar el problema. Por favor, guarden calma, gracias. Hasta nuevos avisos."

Lacey, a pesar de querer quejarse por el vago intento de calmarlos, le tranquilizó saber que no estaban solos, e intentarían ayudarlos.

- ¿Más calmada? - le preguntó Trenton al verla aflojar la tensión que tenía.

- Un poco, sí... Supongo que más no podría empeorar

A Trenton se le ocurrieron varias cosas que sí podían empeorar la situación, pero decidió no tentar a su suerte preocupándola mas. Además, le gustaba verla tranquila.

- No te olvides que te conozco, ¿en qué estás pensando Trent? - Lacey vio cómo dejaba de lado ese distanciamiento tan propio de él, y sonría de costado. Ella se vio colgada de esa sonrisa un momento y se sorprendió ante eso. Pero no podía negar que él tenía su encanto, a su manera, pero lo tenía. Llevaba unas ojotas, un bermuda de jean y una remera manga corta, con su pelo negro ligeramente revuelto como si se hubiera pasado la mano por éste varias veces. Trenton, más allá de lo físico, había cambiado un poco y aunque no se llevara con él cómo lo hacía antes, lo podía notar. Ahora se lo veía relajado, sin esa barrera que generalmente tenia, y le gustó verlo así. Le recordaba al chico que una vez conoció, impulsivo y sin preocupaciones. Y se preguntó qué lo había llevado a crear una barrera a esa chispa que él era.

- Nada que ayude a la situación.

- Vamos, caerse el ascensor no se va a caer, ¿o sí?

- No Laz, tranquila, si eso pudiera pasar, por el altavoz nos habrían dicho algo más. No debe ser nada grave - le dijo él, sonriendo al ver que parecía haberle leído el pensamiento.

- Sí, es cierto.

- ¿Qué? ¿En qué estás pensando vos ahora? - le preguntó Trent al verla reírse para sí.

- Me acordé de unos vídeos que vi donde a propósito encierran a personas en un ascensor para asustarlas. Podría morirme del susto si me hacen eso, pero antes mataría al de la idea.

Él sonrió ante esa ocurrencia y el recuerdo de esos vídeos.

- Estoy bastante seguro de que lo harías. Pobre el de la idea, no querría estar en su lugar - dijo Trenton sonriendo a la par de Lacey, quien se acercó para darle un codazo en el pecho. Entonces, un repentino anhelo de estar más cerca de ella se adueñó de él. Y siguiendo un impulso, Trent se paró. Con una idea en la cabeza se acercó al panel de botones, mientras Lacey, extrañada, lo seguía con la mirada.

- ¿Esto pasa en esos vídeos? - le pregunto él en el momento en que apagaba la luz, y sin perder tiempo se gira para quedar de espaldas al panel, tapándolo, y como suponía: Lacey se levantó.

- Trenton, te aseguro que si pensabas hacerme una de esas jodas, estas muerto - le dijo Lacey llegando hacia él en la oscuridad.

- Noo planee nada, pero no pude evitar apagar la luz. Ya extrañaba tu mal humor.

- Bien, eso querías, lo tenés. Prende la maldita luz Trenton...

- ¿Acaso Lacey Laconi le tiene miedo a la oscuridad?

- Eres... - quería decir Lacey mientras trataba de pasar un brazo por su costado para alcanzar el panel. Pero entonces, para su sorpresa, escuchar la risa de Trenton mientras sus ojos se iban acostumbrando a la oscuridad pudiendo vislumbrar un poco su rostro, despertó algo en ella siendo consciente de lo cerca que estaban. Notó el cuerpo de él contra el suyo; cómo su pecho subía y bajaba, y al no llevar los tacos, Lacey tenía que alzar un poco la cabeza para verle la cara. Mirando su rostro se encontró con los azules ojos de Trenton. Era peligroso fuego azul mirándola fijo.

- ¿Ibas a decirme algo más? - le pregunto él con la voz más grave de lo normal sin apartar la mirada, poniendo una mano en su espalda y otra en su nuca.

- Sí..., que eres... emm - Lacey trató de continuar, pero se le era muy difícil. Sus cuerpos estaban casi pegados y sin saber cómo, ya la respiración de él le tocaba la cara. Sin poder evitarlo, bajo la vista hasta sus labios un momento.

- ¿Soy...?

- No lo recuerdo - le dijo Lacey casi en un susurro y Trenton no lo soportó más.

- Mejor - dijo él, y acorto la poca distancia que había, envolviendo los labios de Lacey con los suyos. Ella le sujeto el pelo y Trenton le toco lo labios con su lengua mientras ella abría su boca para dejarlo entrar. Lacey soltó un suspiro y él pensó que enloquecería. No era un beso suave ni mucho menos. Ambos se aferraban al otro con vehemencia. Y cuando Lacey mordió el labio de Trenton tratando, en medio de la nebulosa en la que estaba, de no lastimarlo, él gimió en su boca y girando apenas, la apoyo contra el lateral del ascensor. Ambos lanzaron un ahogado gemido cuando sus cuerpos chocaron teniendo todavía más contacto y así, con la respiración acelerada, se separaron apenas. Trenton, un poco frustrado al no poder verla debido a que tenía que esforzarse por enfocar nuevamente la mirada, y en esas condiciones le era realmente difícil, alargó un brazo, y girando su cabeza tratando de vislumbrar el panel, busca el botón para volver a encender la luz. Sonriendo al sentir los labios de Lacey en su cuello, le dice queriendo controlar su voz:

- No perdés tiempo, Laz - y encontrando el botón, enciende la luz - Quiero verte - continuó, volviendo la cabeza y la mirada hacia ella.

Lacey, separándose al volverse Trent, se apoyó contra la pared, con los labios ligeramente entre abiertos en una pequeña sonrisa.

Dios, se veía jodidamente sexi - pensó Trent.

- Eres un estúpido - le dijo Lacey sonriendo

- Con gusto vuelvo a apagar la luz si ésto es lo que le harías a este estúpido por fastidiarte.

- No es necesario. También quiero verte - Y luego de decirlo, un silencio se instaló. No era incomodo, no era molesto. Era ese silencio donde no hacía falta hablar, ni querían. Ambos estaban mirándose a los ojos. Descubriendo, conociendo, y luego simplemente mirando. Y cuando estuvieron perdidos en los ojos del otro, y pequeños impulsos los asaltaron, como chispas a punto de encender una fogata, dejaron que éstos siguieran su curso. Trenton subió su mano izquierda hacia los labios de ella, y con sus dedos, los acarició. Lacey depositó en ellos un cariñoso beso, y luego dejo que pequeñas y electrizantes sensaciones la recorrieran cuando Trent deslizó sus dedos desde su pera, pasando por su cuello, hasta llegar a su clavícula, dejando ahí su mano, viéndola subir y bajar, al compás de la respiración de Lacey.

- Besame Trent

- ¿Dónde?

- Ahí... En el cuello... Donde está tu mano... Solo besame

- ¿Acá? - le pregunto Trenton acercándose a su clavícula

- Sí - le dijo Lacey suspirando, y Trenton obedeció sin protestar. La beso ahí, y subió hasta su cuello, mientras deslizaba su mano izquierda hasta la parte baja de su espalda. Lacey, en respuesta a todo ello, se curvo hacia él. Y dejándose llevar todavía un poco más, deslizó su pierna izquierda por la pierna de Trenton, y él la sostuvo con su otra mano por el muslo, a la altura de su cadera; para luego bajar la mano que tenía en la espalda de lacey hacia su otra pierna, mientras en un susurro le decía: - subite. Así, sin esperar, Lacey se sujetó al cuello de Trenton e impulsándose apenas, envolvió sus piernas en la cadera de él, mientras éste la sujetaba por los muslos, apoyándola aún más a la pared. Estaban cabeza a cabeza ahora, sus cuerpos pegados, y sus frentes casi juntas. Con sus bocas ligeramente abiertas, tocándose los labios, jugaban mordiendo, lamiendo y saboreando. Hasta que ya no pudieron sostenerlo más, y en arranques de locura, mientras el beso se profundizaba más y más, Trenton ejercía con sus manos una ligera presión en los muslos de Lacey, y ella tensionaba sus piernas alrededor de las caderas de él, apretándolo un poco más contra sí por momentos.

- Mierda Laz... Me estás volviendo loco - le dijo él entre suspiros

- Y vos a mi Trent..., pero no dejes de besarme...- Lacey término de hablar y besó a Trent en los labios, cubriendo con su lengua la de él y dándole un ligero apretón.

En ese momento, Trent estuvo a punto de mandar la poca cordura, modales y lo que fuere que le quedaba, a la maldita mierda. Aunque lo cierto es que no se había parado a pensar en nada. No podía, o no quería. Nunca antes se le habían nublado tanto los sentidos y la razón que no lo dejaban pensar, y lo hacían actuar así. Pero antes de que siquiera pudiera empezar a unir pensamientos en su cabeza una voz, no llegando a ser una palabra, sino más bien como una tos, lo sorprendió, tanto a él como a Lacey, congelándolos. Pero entonces, la risa de Lacey llamó su atención. La vio tentada, ligeramente sonrosada y con un brillo en los ojos. Esa imagen, esa increíble y hermosa imagen, logró que algo dentro suyo se entibiara, y deseo continuar sintiéndose así.

- ¿Creés que hay cámaras en el ascensor? - le pregunto Lacey sonriendo

- Bueno, si las hay, seguramente alguien se llevó un buen espectáculo - respondió él sonriendo a la par de ella.

- Dios sí... – exclamó Lacey.

- ¿Es vergüenza lo que percibo? Ahora sí lo vi todo

- Avergonzada tu abuela Trent... yo no lo estoy - le dijo ella con un semblante casi serio.

- ¿No? - le pregunto Trenton con una sonrisa picara

- No - Y Lacey se odio por verse tan vulnerable a él, pero no podía resistirse, y le sonrió, mirando cómo nuevamente él se acercaba a ella. Pero antes de que pudieran reanudar su acometida, nuevamente una voz los interrumpió informándoles que el ascensor ya estaba reparado y se pondría en marcha muy pronto. E incluso justo antes de que el anuncio termine, el ascensor comenzó a descender otra vez.

Y entonces, algo que ambos conocían muy poco o se negaban a admitir aún menos, los congeló: puro y jodido miedo. Estaban absortos de la sorpresa, y entonces despacio, sin salir de su asombro, Lacey comenzó a bajar sus piernas y Trenton sacó sus manos para dejarla. ¿Qué pensaría él de ella? Lacey sabía que no era ninguna santa, pero lo que le pasó con él, cómo estuvo con él, no le había pasado con nadie. Y poco a poco, la incomodidad se fue instalando en ella. Pero no era por lo que había pasado, lejos de eso, era incomodidad al ver que no quería dejar las cosas así. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no? ¿No sería mejor? Él querría eso, ¿no? Ella no podía mentirse, Lacey no quería que todo quedara ahí. Quería volver a conocer al chico que una vez fue su mejor amigo. Y se rió para sí de lo absurdo de ello, por supuesto que quería eso, y mucho, pero no se trataba sólo de eso.

El ascensor se paró y ambos salieron en silencio.

- Este es mi piso - dijo Lacey como en tono ausente. ¿Cuánto tiempo habían estado encerrados? A ella le parecieron horas, pero pensó que tal vez no fue así.

- Claro, te acompaño- Lacey le asintió y notó que Trent estaba tan absorto como ella.

- Mierda - soltó Laz, que al llegar a la puerta cayó en la cuenta de que no tenía la llave.

- ¿Qué pasa? - La preocupación de ella saco a Trent de su ensimismamiento.

- Le deje mi cartera con la llave, celular y demás a nuestra madre acompañante. Y dudo que mis amigas ya hayan vuelto a la habitación.

- Bueno, probamos y si no... - Trenton se frenó apenas un momento. No quería sonar desubicado, y aunque la idea le era muy atractiva, no quería que ella creyera que lo hacía solo por una cosa –, podes venir a mi pieza. Pero de verdad no es por..., no quiero que pienses que te lo digo... - se sorprendió titubeando Trent y se pasó una mano por el pelo.

- Está bien, te creo - le interrumpió Lacey con una sonrisa - bueno... - y exhalando, llamó a la puerta. No sabía si quería que le abrieran o no. Era un manojo de nervios y se vio pensando qué pasaría si resultaba ser que no había nadie en la pieza y tendría que ir a la de Trenton. Sentiría sus labios nuevamente sobre los suyos, recorriendo, llevándola muy lejos de ahí, volviéndola loca. Y casi se oyó suspirando ante el recuerdo y la imaginación, y para distraer sus pensamientos, volvió a tocar nuevamente y antes de terminar, la puerta se abrió. Ninguno de los dos pudo evitar que una pequeña decepción se instalara en ellos.

- ¡Laz!.. Y Trenton..., hola - Natalia, una de las amigas de Lacey, estaba claramente sorprendida. Aun así, se acercó y los saludo a ambos con un beso en la mejilla. - No te encontramos con las chicas después de que te vimos con el otro chico así que supusimos que ya abrías vuelto, ¿pasó algo? ¿Estás bien?

- Hola Nati, sí, sí, sólo me volví y bueno, me encontré con Trent. No pensé que ya estarían de vuelta.

- En realidad, yo sola me volví, las demás todavía siguen allá.

- Está bien. Bueno, ya entro - y sin decir más, Lacey se giró hacia Trenton.

- Claro - le contesto Nati y volvió a entrar a la habitación dejando la puerta abierta.

- Laz, quiero disculparme - al ver que ella iba a hablar, la freno rápidamente - no, dejame continuar. No soy de besar a chicas de esa manera, no me gusta besar a una desconocida. No quiero decir que vos lo seas. Digo que tal vez por eso te besé, pero la verdad es que no sé qué me paso por la cabeza en ese momento. Por eso, me gustaría que hablemos más... ¡No es sólo hablar para después besarte, no! Claro que me gustaría volver a besarte pero no es por eso que quiero hablar... Mierda... – Trenton suspiró ante su idiotez. Quería pegarse la frente con la pared, estaba haciendo el ridículo magistralmente - Quiero volver a conocerte, por eso quisiera sentarme con vos en el almuerzo, si no te molesta. Y si no querés, está todo bien.

Lacey sonrió conmovida al verlo así de nervioso. Y se preguntaba cuántas cosas ocultaba, qué ocupaba ahora su cabeza, y en quién se había convertido Trenton Hays. No era un chico como cualquier otro y quiso saber más de él. Y de una extraña manera, la conmovió que se haya vuelto así de loco con ella.

- Me encantaría almorzar con vos... y a mí también me gustaría volver a conocerte.

- Bien, bueno, te dejo descansar - le dijo Trenton ya más relajado.

- ¿Estás en este piso?

- No, no, estoy en donde dejamos a Axel

- Bueno, cuidate en todo caso

- Estoy bastante seguro que estará por ahí tirado a menos que de casualidad haya llegado a su pieza.

Lacey le sonrió y se acercó a Trenton para darle un ligero beso, quien se lo devolvió con gusto, de manera suave, como dándole una caricia. Aun así, eso no impidió que sus pulsos se aceleraran apenas.

Y cuando Trenton se empezó a alejar, yendo hacia el ascensor, escuchó a Lacey.

- Gracias.

- ¿Cómo? No te escuche

- Claro que sí, buenas noches Trenton - le contestó Lacey con una sonrisa

- Buenas noches Lacey, soñá conmigo.

- Por supuesto, y vos conmigo.

Ambos se sonrieron. Sin darse cuenta, pequeños cambios había logrado la otra persona en ellos. Y aunque tenían diferencias, ambos eran fuego por naturaleza. Y podrían quemarse el uno al otro o crear una gran llamarada juntos, todo dependía de cada uno y de cómo llevaran las cosas juntos.

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