GENDER BENDER

By bwthluv

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ambos están cansados de sus monótonas vidas. él del instituto sólo para hombres. ella de las constantes bur... More

Gender Bender.
01.
Fichas I
Fichas II
02.
03.
04.
05.
06.
07.
08.
09.
10.
11.
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Epílogo.

14.

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By bwthluv

Donghyuck entró a la cafetería con un más que notorio mal humor.

Luego de que Mark se largara de su habitación, no había podido conciliar el sueño hasta las pasadas cuatro de la madrugada, y finalmente se había tenido que despertar a las ocho de la mañana para asistir al colegio. Ahora eran las doce del mediodía, y él no había dormido nada más que poco menos de cuatro horas.

Y el porqué de su insomnio era que Mark lo había dejado pensando. No sólo sobre qué rayos había pasado en la fiesta de la otra noche, sino también en por qué su cuerpo había reaccionado como reaccionó bajo el tacto de un hombre. Finalmente pudo dormir al concluir que, al ser un hombre, cualquier cosa bastaría para hacer que su amiguito cobre vida.

Al entrar en la cafetería no pudo escapar de la atenta mirada de Mark quien, al apenas abrirse la puerta, clavó su mirada en él.

— ¿La gorda y la coneja se han pelado? — Escuchó Mark la voz de Sunhi, al ver todos cómo Dongsook pasaba por al lado de Iseul sin siquiera dirigirle la mirada.

— Al parecer. — Dijo Jaemin restándole importancia. — ¿Vas a comerte esas papas fritas?

Sunhi miró con asco su plato y negó con la cabeza, ofreciéndole las papas.

— Demasiadas calorías. — Musitó para ella misma, pero Jaemin logró escucharla.

Sin embargo la ignoró y se zampó siete papas en un bocado, bajo la mirada de desapruebo de Sunhi.

— ¿Por qué se han peleado? — Preguntó Mark con curiosidad, cosa que llamó la atención de Jaemin.

Mark nunca se había interesado por Dongsook.

— Supongo que Dongsook se ha enterado quién le ha dicho a Danbi que a ella le gusta Jaemin. — Respondió Yoora. — Por cierto, ¿Dónde está Danbi?

— ¿A quién le importa? — Dijo entre risas Minkyung, y siguió comiendo.

— ¿Quién ha sido? — Preguntó Mark, confundido observando cómo Dongsook se sentaba completamente sola, cinco mesas más allá de donde Iseul estaba, con su bandeja de comida.

Mark giró su cabeza hacia Jaemin, quien le señaló con un movimiento de barbilla a Iseul.

— La gordis. — Dijo con las mejillas llenas de papas fritas.

Mark silvó.

— Con amigos así, quién necesita enemigos. — Recitó Mark, clavando su mirada en Dongsook.

Jaemin volvió a mirarlo con extrañez, confundido. ¿Eso que había notado en su tono de voz al decir aquello había sido preocupación?

— Mark... — Lo llamó, consiguiendo enseguida toda la atención de su amigo y quedándose pensativo.

— ¿Sí? — Preguntó Mark, al ver que tras unos breves segundos Jaemin seguía sin hablar.

Tras unos segundos más en silencio, habló.

— ¿Tú te vas a comer tus papas? — Preguntó, abandonando la idea de que Mark estaba preocupado por Dongsook.

Mark, automáticamente y sin responder, escondió todas las papas bajo su mano y comenzó a comerlas rápidamente.

Jaemin rió y negó con la cabeza, volviendo a comerse las papas de Sunhi.

Sin embargo, nuevamente Mark llamó su atención al detenerse bruscamente. Jaemin observó cómo Mark volvía a mirar hacia Dongsook y, tras pasar unos cinco segundos en los que parecía estar pensando, se puso de pie.

— Iré a molestarla un rato. — Sentenció.

Y eso fue más de lo que la curiosidad de Jaemin podía soportar.

— Mark. — Tajó, deteniéndolo. — ¿Irás a molestarla, o a intentar subirle el ánimo? — Dijo, sin pensar mucho en lo que su boca estaba soltando.

Todos en la mesa se quedaron en silencio observándolo, y luego vagando su mirada hacia Mark esperando una respuesta.

— ¿Q-Qué? — Tartamudeó, víctima de una inmensa confusión.

— Quiero decir, hace una semana que no te separas de ella. La sigues a todos lados, te le insinúas, la abrazas e incluso soportas cuando ella te empuja y grita en frente de toda la escuela. — Jaemin se reclinó en el respaldar de la silla, mirando seriamente a un Mark que le devolvía la mirada de igual manera. — ¿Qué tramas?

— Tú sabes perfectamente por qué hago esto, Jaemin. — La voz de Mark se había vuelto cinco tonos más grave, poniéndole los pelos de punta a todos los de esa mesa.

Por suerte, ningún chismoso estaba oyendo esa conversación.

— No, Mark. — Soltó Jaemin, poniéndose de pie. — Ya no lo sé. — Caminó hacia Mark y se sintió pequeño al notar la diferencia de estatura en cuanto se puso frente a él. — Dijiste que querías tirártela para luego humillarla. Pero si ese fuese tu verdadero objetivo, ya lo hubieses hecho. — Soltó, recordando que la noche anterior fue a la habitación de Dongsook.

Pero no podía decirle que él sabía que había estado allí, porque Mark no se lo había dicho. Si Jaemin mágicamente hablaba de ese hecho, quedaría en evidencia el que Dongsook y él se mantienen en contacto.

— ¿A qué quieres llegar, Na? — Soltó Mark volviendo su mirada filosa.

Todos en la mesa tragaron saliva, incómodos.

Mark llamaba a Jaemin por su apellido cuando y sólo cuando estaba muy enfadado con él. Desde que todos se conocían, eso había sucedido dos veces. Y esta era la segunda.

— ¿A ti te gusta Dongsook? — Llegó al grano.

Y nuevamente los demás en la mesa observaron expectantes la situación, llevando su mirada desde Jaemin hacia Mark, esperando una respuesta.

Sin embargo, Mark sonrió ladinamente para luego largar una enorme carcajada.

— ¿Pero qué demonios estás diciendo, Jaemin? — Comenzó a llorar de la risa, apoyando un brazo en el hombro de Jaemin mientras con el otro se sostenía la barriga. — Pensé que ibas en serio, pero acabó siendo una broma.

— No, Mark- — Quiso decirle que no era broma, si no que hablaba muy en serio. Pero él lo interrumpió.

— ¡Ya! — Exclamó, desperezándose. — Iré a molestarla un rato, y luego volveré. — Mark sonrió, y se encaminó hacia Dongsook.

Una vez frente a ella, embarró un dedo en mayonesa y se lo pasó por la nariz.

— ¡Dios, dame paciencia porque si me das fuerza lo mato! — Exclamó Donghyuck, mirando hacia el techo.

— ¿Qué tal, bonita? — Dijo, dando vuelta una de las sillas y subiéndose a horcajadas a ella, reposando sus brazos en el respaldar y su cabeza en los antebrazos. — Tienes algo... — Murmuró, señalándose su propia nariz. — Aquí...

— ¡Tú también tienes algo en el rostro! — Lo abofeteó. — ¡Es dolor! — Donghyuck se puso de pie, dispuesto a irse, pero fue detenido por el brazo de Mark que tiró de él y lo hizo volver a sentarse.

En cuanto Donghyuck giró su rostro dispuesto a lanzarle mil y un insultos en todos los idiomas que conocía, se sorprendió al notar el rostro serio de Mark.

Éste lo observaba con detenimiento, escrutando cada ángulo de su rostro, haciéndolo sentir invadido.

— Tú... — Mark susurró, pero no completó la frase.

— ¿Qué? — Espetó Donghyuck. — ¿Q-Qué? — Volvió a decir, esta vez tartamudeando.

Por la cabeza de Mark, las palabras que Jaemin le había soltado hacía unos segundos se mantenían repitiéndose, rebotando en las paredes de su mente.

"¿A ti te gusta Dongsook?"

Mark debía admitir que le gustaba verla enfurecida y gritándole groserías para que la dejase en paz, aunque también le gustaba el tono de su risa. Tampoco podía negar que le tenía más ganas de lo que le gustaría, pero no se ponía nervioso al estar a su lado ni tampoco fantaseaba con ella todas las noches. Tampoco su rostro le parecía el más bonito de todos, ni no podía soportar estar lejos de ella.

Finalmente, decidido a averiguarlo, se puso de pie y salió de la cafetería jalando a Donghyuck con él.

Ignorando los pedidos poco amables de Donghyuck para que lo soltase, lo arrastró hasta la parte trasera del edificio de clases, y lo acorraló contra una pared.

— Dongsook. — Dijo, serio, con voz grave.

— ¡Me crearás una puta claustrofobia, hombre! — Donghyuck empujó a Mark, pero éste lo tomó fuertemente de los hombros y volvió a colocarlo entre él y la pared.

Donghyuck temió por que se le dé por hacer algo y descubra que en realidad no es Dongsook. Se llenó de rabia también, dándose cuenta que si llegaba a hacer algo, las intenciones eran hacerlo con Dongsook.

Pero nada de lo que Donghyuck pensaba ocurrió.

Mark simplemente limpió la mayonesa en su rostro con un paño que sacó de su bolsillo rápidamente para evitar que él se escapara.

Demasiado confundido como para salir corriendo o patearle los huevos, Donghyuck se quedó de pie allí en el lugar, hipnotizado por la delicadeza con la que Mark quitaba el aderezo de su nariz. Acto seguido, lanzó la servilleta al piso.

Donghyuck suspiró hastiado.

— Hay un cesto de basura medio paso a nuestra izquierda, ¿Sabes? — Dijo, pero nuevamente quedó en mute tras la acción de Mark.

El mayor lo ignoró olímpicamente, pero corrió el cabello de su rostro rozando su piel con tanto cuidado y suavidad, que le provocó escalofríos en el resto del cuerpo.

— En verdad eres muy bonita, Dongsook. — Reconoció Mark, siendo sincero.

La razón por la que nunca se había dado cuenta de ello, era porque nunca le había dado una debida atención a su rostro. Ahora que lo tenía así, tan cerca de él, podía apreciar con detalle cada milímetro de su piel.

— Gracias, lo sé, pero ¿Podrías dejarme ir? — Soltó Donghyuck incómodo, pero sin hacer ningún esfuerzo por irse de allí.

Mark ahora acarició levemente su cabello, enredando sus dedos en las ondas y disfrutando de la sensación de sedosidad de aquél cabello entre sus dedos. Llevó un mechón hacia su nariz, y aspiró el olor a miel que aquél desprendía. Finalmente, dejó que el cabello se deslice de su mano y vuelva a su lugar.

Todo bajo la atenta mirada de Donghyuck.

— Tu pelo también es muy bonito. — Dijo, y sintió su corazón saltar cuando notó que Dongsook tragó saliva con dificultad.

La ansiedad comenzó a crecer dentro del cuerpo de Mark en ese preciso instante.

— ¿Ya me puedo ir? — Repitió Donghyuck.

Los dedos de Mark se dirigieron ahora hacia sus rojizos labios, acariciándolos de manera muy tierna, observándolos atentamente y relamiéndose los propios al finalizar el tacto de sus dedos con ellos.

Colocó ambas manos a los costados del rostro de Donghyuck mientras aún lo analizaba con la mirada. Inclinó levemente su cabeza hacia el costado, y lentamente fue acercándose a su rostro sin dejar de observarlo. Entonces, sin decir nada más, presionó sus labios contra los de él.

Pero este beso fue distinto. No era salvaje y lleno de lujuria como los anteriores.

Este beso era tierno, superficial, casi infantil. Era un suave choque de labios, y aunque Dongsook no le correspondía tal cual las veces anteriores, tampoco lo alejaba.

Luego de unos segundos en ese leve roce de labios, Mark se alejó sintiendo sus mejillas arder. Al notar que Dongsook estaba igual o más colorada que él, su corazón dio un salto emocionado. Dispuesto a volverla a besar, volvió a acercarse a sus labios.

Pero Donghyuck le dio un nuevo rodillazo en los huevos para luego salir corriendo sin decir nada.

Mark se retorció un poco intentando que el dolor cesase, apoyándose contra la pared. Una vez que el escozor disminuyera un poco, elevó su mirada al cielo dándose cuenta de que su rostro aún se encontraba caliente. Sintiendo cómo el mundo se le caía a pedazos, cayó en cuenta de que el tiro le había salido por la culata.

Le gustaba Dongsook.

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