Scarlett no comprendía qué pasaba exactamente pero después de haber hablado con su hermana sobre el asunto de Maddox y ella y confesar que Hurs lo sabía, ella comprensiva como era le había dicho que su relación con él era ajena y que de cierta manera entendía a Hurs, después de todo Maddox era su amigo y no podía pensar en nada más que en protegerlo.
En palabras de su hermana, esos cuatro se volvían uno solo cuando se trataba de cuidarse unos a otros, aunque no conocía al último de sus amigos ella decía que Maddox lo consideraba un hermano más.
Le había dicho que no discutiera con Hurs por eso, ellas se habrían protegido igual y en eso tenía razón, Scarlett estaba segura de que habría hecho cualquier cosa por proteger a su hermana.
Después de aquello aún cuando su madre no estaba del todo convencida decidió que iría a buscarlo y aclarar las cosas con él.
Y ahí estaba parada sin entender nada de lo que pasaba, solo segura de que Hurs no estaba bien desde el momento en que la sostenía con tanta fuerza.
—¿Qué sucede? —Se vio preguntando—. No entiendo.
Los padres de Hurs miraron a la chica acariciando a su hijo sin entender quién era pero estaba claro que se preocupaba por él desde que lo abrazaba sin soltarlo.
Polette por el contrario la miró con detenimiento y entonces la recordó. Era la misma chica de la farmacia.
El día que pasó a la farmacia por los medicamentos por la voz de su hijo vio. Hurs susurrarle y dejar en su mano algo que desde su posición no pudo ver. Después él se había ido y ella de forma interesada se acercó a ella y la mujer que le acompañaba.
Se dio cuenta de que era ciega y que no conocía a Hurs de ningún lugar pero al menos con un poco de encanto hizo que la que suponía era la madre de la chica dijera que era amigo de otro hombre al que debían dinero.
Mencionó el nombre del casino y no supo más porque la ciega la había callado pero fue suficiente para que ella fuera al lugar y esperara.
Fue cada día hasta que le vio ahí de noche saliendo y lo siguió hasta su departamento. Sonrió porque sin querer su propia novia la había llevado hasta él.
—Quiero que se vayan ahora mismo —dijo Hurs girándose de nuevo y tomando la mano de Scarlett.
Está aspiraba tratando de identificar a la personas pero no lo lograba. Al menos solo no a los otros, ni con el olor ni con la voz, solo a ella, estaba segura que era ella con su olor.
—¿Qué haces aquí? —dijo corroborando que se trataba sin duda de la ex de Hurs.
—Creo que ya sabes que hago aquí —dijo con altanería—. Más bien yo debería preguntar qué hace aquí una oportunista y de ligeros cascos en el departamento de mi novio. Está claro que no te queda ni la dignidad pero estoy dispuesta a darte la oportunidad de recuperarla mientras te largas a tu casa y reflexionas.
—¡Estúpida ciega! —dijo tratando de acercarse pero Hurs se interpuso y con la mirada dejó claro que sí daba un paso más tendría problemas.
—Tienes una relación —dijo su madre tratando de acercarse a Scarlett—. Yo soy Wilhemina la madre de Hurs y Arthur es su padre.
Scarlett abrió los ojos pero no dijo nada, solo esperó que ella entendiera y se fuera.
—Nos encantaría hablar contigo —interrumpió el padre buscando la oportunidad de que ella les ayudará con su hijo—. Tal vez podamos…
—No voy a permitir que se le acerquen —interrumpió Hurs—. Quiero que todos se larguen.
Vio a Scarlett abrir la boca dispuesta a decir algo y sabía que odiaba que tomara decisiones por ella pero no estaba dispuesto a permitir que sus padres se victimizaran frente a ella, así que apretó su mano y ella solo giró el rostro hacia él pero después volvió los ojos al frente y abrió y cerró la boca varias veces antes de hablar.
—Ya lo escucharon —dijo sorprendiendo a Hurs y enorgulleciendo a su hermana—. Él no quiere hablar con ustedes ni los quiere cerca y yo no voy a hacer nada para lastimarlo. Apoyarlos le hiere y no voy a hacerlo.
La madre de Hurs cerró los ojos al ver a la chica enfrentarlos con decisión, esperaba que ella cediera un pudieran usarla para acercarse pero estaba claro que no y que ellos estaban más que dispuesto a crear su propio mundo.
Brooke se acercó a su hermana y sostuvo su mano para mostrar su orgullo y después la soltó.
Polette por el contrario observaba la escena un poco curiosa a como había empezado todo por lo que sin más se dijo que debía saber exactamente todo desde el principio.
—Por favor hijo —dijo la mujer apelando a la bondad de su hijo—. Podemos aclarar esto e iniciar de nuevo, hemos cambiado y ha sido terrible darnos cuenta de todo el daño que te hicimos.
—Ha sido magnífico darme cuenta de que no los necesito más en la vida —dijo decidido a no ceder—. Lo mejor de todo ha sido darme cuenta de que el problema nunca fui yo, que los que hicieron daño fueron ustedes, que quienes crearon la rivalidad y la envidia entre Geoffrey y yo fueron ustedes.
El rostro de Scarlett se giró de inmediato hasta Hurs como si pudiera verlo.
El nombre que acababa de escuchar era el más doloroso de toda su existencia y al que más odio le tenía.
—Fueron ustedes los que estuvieron comparándonos todo el tiempo —continuó Hurs con desprecio—. No me digan ahora que hay que aclarar algo que a todas luces está claro, se les murió un hijo y en el intento desesperado de no morir en soledad están aquí buscando que el hijo del que siempre renegaron ahora los reciba con bombos y platillos y finja que nunca le dolió todos sus desprecios y comparaciones. Quiero que se larguen ahora de aquí y no vuelvan más. Tienen un nieto que los amará mucho si empiezan a quererlo desde ya.
La pareja no dijo nada y solo agacharon la vista antes de irse desalentados de ahí y llevarse a Polette aunque esta se rehusaba a irse.
Se quedaron solos mientras Hurs miraba la partida de sus padres con el corazón roto de nuevo tras creer que nunca más los volvería a ver.
Estaba seguro que de volver a su ciudad, se vería obligado a rendir cuentas a la justicia dado que Polette había declarado hacía años que él conducía y también dudaba que ahora admitiera la realidad frente a la policía.
Había vivido años pensando eso pero justo ahora no podía pensar en nada más.
—Estoy segura de que estarás bien —dijo Brooke sacándola de sus cavilaciones—. ¿Podrás llevarla a casa?
—Podemos llevarte —dijo Hurs.
—No te preocupes —respondió—. Solo encárgate de ella.
—Por supuesto —dijo haciendo un gesto amable—. Lo siento.
Brooke supo que se refería a lo de Maddox por lo que solo asintió antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas.
—Si sirve de algo te diré que mi amigo te quiere —dijo haciendo que Brooke se detuviera y lo mirara—. El diablo es idiota después de todo, ¿por qué crees que el mal no termina de triunfar? Es porque tiene un dirigente idiota.
Brooke sonrió al verlo tratando de animarla.
—Es de lento aprendizaje y terminó la carrera tres generaciones después de la que debería —continuó—. Imagina entonces cuán lento es para entender que está enamorado.
—No quiero hablar de él —respondió y Hurs asintió al ver sus ojos.
Se acercó a ella y la abrazó dejando un beso en su frente.
—No pienses en eso ahora —dijo tomando su rostro—. En términos literales te diré que ya te chupó el diablo y lo que el diablo chupa es de él. No descansará hasta que lo escuches y sepas todo, yo solo puedo decirte que te quiere y mucho.
Brooke se le quedó viendo antes de agachar la vista y salir de ahí no sin antes dejar un beso en la mejilla de su hermana.
Hurs se acercó hasta Scarlett que seguía parada esperando ser guiada dentro y una vez sintió a Hurs habló.
—Tu hermano está muerto —dijo y sintió como Hurs se tensó—. Se llamaba Geoffrey.
El corazón de Hurs se acelera la escucharla pero no dijo nada, al menos no hasta que estuvo con ella en el sofá.
—Sí, murió en un accidente de auto —dijo sin más remedio—. Me acusaron de su muerte.
Scarlett se llevó las manos a la boca.
—Hui de mi casa, de mi ciudad de nacimiento, deje la escuela y mi vida por eso —agregó—. Conocí a Parker el mismo día que huía. Ese mocoso me ayudó y se convirtió en el primero de mis hermanos y mi nueva familia.
—Pero por qué —dijo Scarlett—. ¿Por qué te culparon?
Hurs comenzó a relatar la historia de la última vez que vio con vida a su hermano, todo, desde el principio y de cómo Polette le acusó de ir conduciendo él y que en su cobardía y temor le hizo huir.
Ella escuchó atenta y cuando terminó de contar vio sus lágrimas correr.
—Pobre de ti —dijo mientras él limpiaba sus mejillas y ella tomaba sus manos—. Polette es de lo peor, la mujer más desgraciada que existe y así dice quererte. Ya la odio, es una víbora.
Hurs guardó silencio y se recostó sobre sus piernas buscando consuelo de forma inconsciente.
Scarlett acarició su cabello de inmediato.
—¿Ya no estás enojada conmigo? —preguntó sujetando su mano.
—Si lo estuviera no estaría aquí —dijo fingiendo estar molesta—. Está claro que te descuido dos minutos y las lagartonas se van sobre ti.
Hurs comenzó a reír y se incorporó para sujetarla olvidando sus problemas y haciendo que se colocará a horcajadas sobre él mientras ella tiraba de su camisa y metía las manos debajo.
—Lo mismo digo yo —dijo besando su cuello—. No creas que me he olvidado de ese lagartón rondándote.
Escucharon el sonido del timbre y sin saber quien era Hurs se levantó para ir a abrir la puerta.
Max y Parker entraban como si fuera su casa antes de percatarse de que Scarlett estaba ahí.
—¿Qué hacían? —dijo Max al ver que Hurs tenía el cabello alborotado y la camisa mal colocada—. Puercos.
Contrario a lo que pensó Scarlett comenzó a reír.
—¿Qué quieren? —preguntó—. No me salgan con que se le s perdió el chiquillo porque no les voy a creer.
—Mi chiquillo sigue intacto —dijo Parker—. Gracias por preocuparte pero yo solo venía a ver si ibas con nosotros aunque está claro que no irás.
Max se acercó hasta Scarlett y se sentó a su lado mirándola de arriba a abajo deteniéndose en su cuerpo y después se giró hacia Parker haciendo un gesto con las manos para mostrar que tenía curvas.
—Hola —dijo y de inmediato ella sonrió—. Ya me conoces pero justo no te había visto bien.
Ella frunció el ceño sin entender pero la mano de Max tomó la suya.
Hurs se acercó hasta donde estaba y lo tomó de la camisa para arrastrarlo hasta a lado de Parker.
—No empieces —dijo mientras Parker reía.
Max le veía y Hurs parecía molesto sabiendo que ahora estaría sobre ella.
—Cuando quieras te doy mi número preciosa —dijo desde su lugar.
Scarlett sonrió inocente de los juegos de Max y extendió el celular para consternación de Hurs y para diversión de los otros...