Era temprano por la mañana cuando Harry abrió los ojos, se tomo un momento para pensar en el día anterior y no pudo evitar sonreír al pensar en el día que le esperaba hoy. Pero de pronto recordó el huevo que había colocado al lado de su cojín la noche anterior y se apresuro a comprobar si había salido del huevo como había dicho su abuelo. Pero al mirar el huevo vio que seguía en el mismo lugar y sin cambios, un poco decepcionado cogió el huevo para mirarlo mejor pero noto algo raro, era mucho más ligero de lo que recordaba, pasando las manos por la superficie noto entonces un agujero.
Dándose cuenta que el animal desconocido había roto el cascaron, puso toda su habitación patas arriba en un intento desesperado por encontrarlo, por desgracia, fue en vano. O al menos lo fue hasta que noto algo moviéndose por su brazo izquierdo, un tanto sorprendido y curioso, levanto su manga y vio por fin al pequeño individuo que había estado buscando.
La criatura era una pequeña serpiente de apenas 30 cm de largo y tan ancha como un dedo meñique, pudo notar sus suaves escamas de color blanco moviéndose por su muñeca mientras se quedo mirando esos ojos verdes tan similares a los suyos propios, la única diferencia en ellos siendo la pupila, que en el caso de la pequeña serpiente, era rasgada.
Harry se quedo mirando la pequeña serpiente a los ojos, sin moverse, sin pronunciar palabra, totalmente fascinado por el pequeño individuo envuelto en su muñeca. Pero su trance se rompió cuando su nuevo amigo empezó a lamer su nariz con su diminuta lengua.
El pelinegro se rio encantado. "Para, me haces cosquillas."
"Veo que yo tenia razón." resonó la voz de Salazar en la habitación del chico.
Ambos, humano y serpiente, se giraron hacia la puerta y vieron al anciano sonriendo.
"Buenos días abuelo."
"Buenos días Harry, buenos días señorita" dijo el viejo mago. La pequeña serpiente dio un silbido en respuesta.
"¿Señorita?" pregunto el niño sin entender.
"Tu nuevo familiar, la pequeña serpiente, es una hembra"
"¿Familiar?" pregunto el niño.
"Un familiar, es un animal, ya sea mágico o no, que esta atado a un mago de por vida, formando una conexión profunda entre los dos. Un familiar ayuda también a reforzar la magia del mago al que esta unido, puedes considerar a esa pequeña tu compañera."
Harry asintió y miro de nuevo a la serpiente blanca. "Encantado de conocerte, mi nombre es Harry." la serpiente siseo de nuevo y se envolvió con fuerza alrededor de su muñeca. Harry se preocupo un poco. "¿Abuelo, es normal que no me hable?"
Salazar iba a contestar, pero fue interrumpido por una voz desconocida para el niño. "¡Pues claro que es normal! ¿Es un recién nacido, como coño quieres que sepa hablar mendrugo?"
El pelinegro salto del susto mientras su nuevo familiar empezó a silbar enfadada. La única respuesta del anciano fue suspirar. "Podrías ser más agradable Apophis."
"¿Agradable? Y un cuerno, si el chaval es idiota le hablare como tal." la voz resonó de nuevo en la habitación.
El anciano suspiro de nuevo. "¿Al menos podrías salir a presentarte, ni que sea para que mi nieto sepa quien lo esta insultando?"
Harry no entendía que estaba pasando pero de pronto vio una serpiente negra saliendo de la túnica de su abuelo, era totalmente negra y con los ojos de un hermoso color amarillo casi dorado. "Hola mendrugo, mi nombre es Apophis, el familiar del carcamal aquí presente."
Harry se enfureció, la pequeña serpiente parecía también enfadada. "¡Eeh!¡No soy un mendrugo!¡Y no insultes al abuelo!"
La serpiente negra resoplo. "Haré lo que me de la gana mendrugo."
Harry frunció el ceño. "Víbora gruñona..." dijo entre dientes.
"¡Mas respeto renacuajo! ¡Soy un mamba negro con mas de 3 milenios de vida, soy una de las serpientes más rápidas del mundo y una sola gota de mi veneno seria suficiente como para matarte 30 veces!"
"Claro claro, permite que me corrija" dijo con una sonrisa astuta. "Víbora gruñona Y arrogante."
"¡SERAS..!"
"¡Apophis basta!" ordeno el anciano.
El mamba iba a protestar pero se lo pensó mejor al ver la mirada que le estaba dando el mago milenario y en su lugar volvió a entrar dentro de la túnica de Salazar siseando en voz baja sobre mendrugos renacuajos que no respetaban a sus mayores.
Suspirando de nuevo , el anciano volvió a tomar la palabra. "Disculpale, generalmente es más agradable es solo que odia las mañanas su pasatiempos consiste más que nada en dormir."
"Sigue siendo un gruñón." dijo el niño hinchando los mofletes mientras que la pequeña serpiente siseo deacuerdo.
Salazar negó con la cabeza exasperado. "Porque no vamos a desayunar, hay mucho que hacer hoy."
Harry salio de la habitación esperando con anticipación las actividades del día mientras que el anciano se demoro unos instantes mas en la puerta.
Voy a tener que enviar a alguien a limpiar este estropicio. Dijo mientras miraba la habitación de su nieto patas arriba. Con un ultimo suspiro cerro la puerta y se dirigió al comedor.
XxxXxxX
Después de un buen desayuno, Salazar decidió mostrarle toda la mansión. Fue un proceso largo que duro toda la mañana pues la propiedad del anciano era gigantesca. La mansión estaba en el medio de un terreno de mas de 100Km2, una décima parte de la propiedad era ocupada por la mansión y los jardines, el resto, por el pantano plagado de bestias mágicas que rodeaba la propiedad. La mansión y los jardines estaban rodeados por altos muros con runas protectoras y barreras impidiendo el paso a cualquiera que quisiera traspasarlos, en los jardines se encontraban los invernaderos y un pequeño campo de quidditch que abarcaban la mayor parte de los terrenos. La mansión era enteramente de pura piedra negra dándole un estilo un tanto lúgubre pero la paredes pulidas a la perfección y el estilo con el que había sido construida hacían de esta un regalo para la vista. La gran morada constando de 3 pisos y un sótano, el primero estaba reservado para el comedor, la recepción, las cocinas y el salón de baile (el porque tenia uno cuando nunca recibía visitas, jamas lo sabria), el segundo piso abarcaba varias habitaciones vacíos, las habitaciones de Harry y Salazar y varios estudios vacíos, la única excepción siendo el del propio Salazar. La tercera y ultima planta estaba enteramente reservada para la biblioteca lo que hizo de esta, la mayor colección de libros que el niño había visto jamas. Por ultimo, el sótano tenia varias salas para uso especifico: sala de duelos, sala de pociones, sala medica, sala de practica y por ultimo, las mazmorras...
"Sigo sin entender porque necesitas una habitación para encerrar a la gente en tu propia casa." dijo el niño con cara de palo.
Con una sonrisa nerviosa el anciano dijo. "Lo sabrás cuando seas mayor."
"Pero..."
"¡Cuando seas mayor!" se apresuro a decir en un tono tajante, por muy maduro que fuera su nieto no quería explicarle las diferentes actividades que podían hacerse ahí abajo, al menos no de momento.
Harry refunfuño como el niño que era, algo que en el fondo alegro al anciano, era demasiado joven para actuar tan maduro.
Salazar adopto una expresión seria. "¿Antes que nada, ya has elegido un nombre para tu nuevo familiar?"
Harry recobro rápidamente su sonrisa. "Estuve proponiendole varios nombres, al final nos quedamos con Silena." la recién nombrada serpiente dio un silbido alegre.
Sonriendo, el anciano asintió. "Un nombre muy bonito y adecuado para un Quetzalcóatl."
"¿Un que-qué?" pregunto sin comprender.
"Quetzalcóatl, una especie muy muy rara, por lo que yo sé han existido menos de 100 en toda la historia. También son llamadas serpientes emplumadas y tuvieron un culto propio en la antigua Grecia, la India y en algunas tribus de América del Sud."
El niño pareció un poco dudoso. "Pero si no tiene plumas y como estas tan seguro de que no es una serpiente normal"
"Los huevos de su especie son muy característicos, por no decir las propias serpientes al nacer. Para que un huevo de Quetzalcóatl se forme, un fénix tiene que incubar voluntariamente un huevo engendrado por la unión de dos basiliscos, ambas siendo criaturas de gran poder mágico el Quetzalcóatl representa el equilibrio perfecto entre la vida y la muerte. Cuando nacen, son muy pequeños y indefensos pero a medida que crecen eso va cambiando, les crecen alas y sus escamas blancas adoptan los colores amarillo, rojo y verde con pequeñas plumas por varias partes de su cuerpo. Su magia también es muy poderoso, pueden escupir fuego a voluntad y pueden llegar a medir 60 metros de largo, por no mencionar el hecho de que pueden cambiar su tamaño a voluntad, lo que los hace extremadamente mortíferos, sobretodo con sus escamas que repelen la magia a voluntad."
Harry se quedo maravillado por las palabras de su abuelo y no pudo evitar la enorme sonrisa de gozo formándose en su cara. "Cuando crezcas vas a ser impresionante." dijo en éxtasis. La serpiente silbo de nuevo mientras se enroscaba en la muñeca del niño.
Una sonrisa cariñosa apareció en los labios del anciano. "Con todo esto dicho, me gustaría hablar sobre tu educación y saber hasta donde has llegado."
Lo que siguió fue una larga y minuciosa conversación entre abuelo y nieto donde Salazar le hizo varias preguntas al azar sobre todos los temas no mágicos que se le ocurrieron. El niño contestaba siempre con respuestas detalladas y concisas y cuando no sabia la respuesta, simplemente lo decía.
Rascándose la cabeza el viejo mago tomo la palabra. "Vale, debo admitir que estoy impresionado, tienes un conocimiento increíble para un niño de 7 años a pesar de tus lagunas. ¿Es que te pasabas el día entero en la biblioteca de la mansión Potter?
"Si." dijo con cierta amargura. "Era el lugar más tranquilo de la casa y leyendo todo el día no tenia que pensar en ... lo injusta que era la vida. Aunque era bastante aburrido, empezaba a quedarme sin libros."
"¿Porque no volver a leerlos? Siempre es bueno refrescar la memoria."
"No me hace falta, cuando leo o escucho algo nunca lo olvido."
Salazar se quedo callado con una expresión ilegible. "¿Nunca?"
El niño dijo orgulloso "¡Nunca!"
Memoria eidética, un talento tan raro como valioso, la capacidad de memorizar total y perfectamente todo lo que oye, ve, toca, siente y prueba sin esfuerzo. Ahora entendía como su nieto era tan listo y culto, esa capacidad iba a facilitarle mucho las cosas.
"Eso va a acelerar mucho las cosas, sobretodo porque hasta que no este satisfecho, no voy a empezar tu aprendizaje en la magia." dijo con una sonrisa astuta.
El niño literalmente salto de su asiento. "¿Me vas a enseñar?" dijo con una enorme sonrisa.
"Pues claro, te aseguro que no podrás aprender la magia parsel en Hogwarts."
Si el anciano pretendía motivar al niño,desde luego, lo había conseguido.
"Pero por el momento lo dejaremos aquí para hoy." dijo el anciano para gran disgusto del niño
"¡Vamos! Quiero empezar ya." protesto el niño excitado.
"Es una pena, y yo que pensaba que querías probar tu nueva escoba jugando un partido de quiddich." dijo con un tono decepcionado completamente falso.
Harry estuvo muy sorprendido, pero pronto su puso aun más emocionado que antes. "¿Sabes jugar?"
Salazar pareció indignado. "¿Te crees que tengo el campo en el jardín como decorado? Puede que sea viejo, pero soy capaz de volar mucho mejor que cualquiera de esos novato de la liga."
La reacción del niño fue la esperada, salio disparado en directo a su habitación a agarrar su escoba. El anciano se rio de buena gana mientras se fue a su habitación a prepararse, no podía jugar vistiendo como un viejo centenario.
XxxXxxX
Pasaron los meses uno tras otro y durante este tiempo Harry creció tanto física como mentalmente. Salazar era duro y solo aceptaba lo mejor de su nieto, pero todo el trabajo duro trajo sus frutos, el niño había cumplido las expectativas del anciano y de forma brillante. No solo Salazar hizo trabajar su celebro sino también su cuerpo, creía firmemente que un mago debía tener tanto una mente ágil como un cuerpo fuerte. No es como si lo matara a hacer ejercicio, solo le hacia jugar a diferentes deportes como football baseball o incluso quiddich, deportes que le obligaran a ejercitar su cuerpo.,
Pero no todo era trabajo, a pesar de que Salazar era un hombre ocupado con sus empresas negocios y inversiones, siempre encontraba tiempo libre para enseñar a su nieto o para pasar tiempo con él. En vista de que Harry se había perdido casi 3 años de actividades en familia, su abuelo había decretado que debían recuperar el tiempo perdido y el anciano cumplió su palabra, ya fuera en su cumpleaños, Navidad y cuando salían de casa, Salazar presto toda su atención al niño a su cargo.
Con ahora 9 años recién cumplidos, Harry había crecido tanto en altura como anchura, con una buena musculatura magra que podía verse fácilmente bajo sus ropas de mago de color verde y plata. El niño se puso recto como una varita delante de su abuelo.
"Me siento orgulloso que has completado tus estudios."
El niño, con una enorme sonrisa empezó a saltar emocionado
"Ya iba siendo hora." se oyó antes de que la cabeza de una serpiente saliera de la manga izquierda del niño. Silena había cambiado mucho en 2 años, sus escamas blancas se habían ido substituidas por unas hermosas plumas de color verde por todo su cuerpo excepto por las escamas de su vientre de color amarillo y una pequeña crin en la cabeza de color rojo. En ese tiempo sus alas ya habían crecido para gran disfrute de ambos, Harry y Silena adoraban volar juntos el uno al lado del otro. Tambien habia aprendido a hablar, aunque ese pequeño detalle solo lo hubieran notado Harry y Salazar.
"Cierra el pico mujer, el renacuajo necesitaba esa educación." dijo Apophis mientras salia de la manga de Salazar.
"Ooooh siiiii, lecciones de etiqueta, baile, modales y lengua, lengua y mas lengua, seguro que es imprescindible en la vida."
"Cállate idiota, no hables cuando no sabes nada."
"No quiero oír eso de un gruñón que se pasa todo el día durmiendo y no se entera de nada."
"IDIOTA."
"GRUÑON."
Salazar que empezaba a hartarse de su discusión decidió intervenir. "Dejadlo ya chicos."
"¡A empezado él!/¡A empezado ella!"
"¡Silencio! Hoy es el cumpleaños de Harry y no voy a tolerar vuestras tonterías." grito el anciano.
Silena se vio un poco culpable, pero eso cambio tan pronto como vio la expresión indiferente del mamba negro pero decidió no decir nada por el bien de su compañero.
"Como iba diciendo, en vista de que voy a empezar a enseñarte magia y que aun te debo un regalo de cumpleaños, creo que es el momento que obtengas tu varita."
"¡Genial!" grito en éxtasis el niño. Pero su gozo no duro mucho tiempo. "Pero abuelo, pensaba que no podria tener mi propia varita hasta que cumpliera 11 años."
El anciano de le dio una sonrisa astuta. "¿Y desde cuando me importan a mi las reglas?"
"Pero, el ministerio..."
"Si lo que te preocupa son las autoridades, lo que no saben, no les ara daño. Aunque, si lo que te preocupa es que descubran que estas usando magia no tienes que preocuparte, solo existen dos formas para que eso suceda, que tengas una varita marcada con un hechizo de rastreo o que tengan tu casa vigilada, y por lo que yo se, el ministerio ni siquiera sabe que esta mansión existe.
"¿Pero entonces como voy a conseguir mi varita?" pregunto sin entender.
"Sencillo, la voy a fabricar yo." la expresión de shock de su nieto hizo que soltara una carcajada. "Uno no llega a vivir durante más de 3000 años sin recoger varios talentos por el camino." y con eso dicho el anciano se dirigió hacia el sótano con su nieto siguiéndole detrás.
Salazar continuo avanzando entre los pasillos hasta que se paro delante de una puerta de acero que Harry nunca había visto, al abrirla el pelinegro pudo ver una gigantesca mesa redonda con varios elementos distintos encima de ella. Mirando más de cerca, pudo observar también que esos mismos elementos se encontraban encima de un conjunto de lineas rojas que brillaban con luz tenue, todas conectadas a una pequeña caja de madera situada al borde de la mesa.
"Pon tu mano dominante encima de la caja" le dijo el anciano al niño. Sin pensárselo dos veces Harry obedeció. Acercándose a la mesa puso la mano encima de la caja y la magia empezó a trabajar.
Observo como las múltiples lineas rojas brillaron con más fuerza, parpadeando una y otra vez, este fenómeno se repitió varias veces hasta que solo quedaron dos lineas brillando conectadas a dos elementos. Dichos elementos eran bastante peculiares a los ojos del niño, un palo blanco y un vaso lleno de un liquido plateado. Claro esta no tenia ni idea de los objetos de increíble valor que habían sido seleccionados para fabricar su varita.
"¿Nunca dejaras de sorprenderme verdad?" dijo sin ocultar el orgullo con el que rebosaba su voz. "Ahora vuelvo." dijo antes de salir, no sin antes convocar los dos elementos con un pequeño encantamiento.
El niño se quedo ahí esperando sin entender el porque su abuelo parecía tan contento, sin embargo, supuso que lo sabría en cuando le diera su varita.
Una media hora más tarde, Salazar volvió y sin decirle nada le tendió la varita recién fabricada al niño. Era blanca como un hueso, 31,5 centímetros con la figura de una serpiente en el mango y varias lineas de plata decorando la la varita de punta a punta.
Harry cogió con cuidado, casi reverencia el mango y noto un profundo calor agradable en su interior, sintiéndose mejor que nunca y, casi podría decir, completo. Una ola de poder se desato en toda la habitación mandando a volar los diferentes elementos encima de la mesa y estuvo a punto de mandar a volar al propia fabricante de la varita.
Cuando la tormenta de poder seso, Salazar se quedo mirando maravillado a Harry. Siempre supo, desde el momento en que lo recogió de ese rio, que seria grande, pero ni en sus más salvajes sueños abría soñado tener a un heredero con mas potencial que el niño que estaba observando en estos momentos.
"En base a los elementos usados, la varita de un mago dice mucho sobre su personalidad y potencial, y los elementos que elegiste para hacer tu varita eran extremadamente poderosos." dijo llamando la atención del niño. " En vez de una madera, como se suele usar para crear una varita, he tenido que usar marfil, un diente de basilisco para ser exacto. Los basiliscos son bestias de gran poder y fortaleza, una de las criaturas más mortíferas y temibles del mundo, pero también reverenciadas. Eso es un claro indicativo de que puedes llegar a ser un hombre tanto respetado como temido." dijo preocupando en gran medida a su nieto. "Sin embargo eso es solo en el exterior, el núcleo de la varita indica el tipo de persona que seras en un futuro. Elegiste la sangre de un fénix, una criatura cuyo poder es solo igualado por su bondad, amable pero temible, misericordioso pero despiadado cuando es necesario. Yo creo firmemente que, a pesar de las decisiones difíciles que puedas llegar a tomar en el futuro, siempre seras una buena persona Harry, nunca dudes de eso." dijo con una sonrisa final.
Harry solo pudo abrazar con cariño al anciano, conmovido por sus palabras y agradeciendo a quien fuera que lo estuviera oyendo el haber conocido a su actual figura paterna. Sintió a Silena reforzando su agarre en el brazo izquierdo en señal de apoyo. Ahora que lo pensaba le resulto muy curioso que los elementos de su varita estuvieran tan estrechamente relacionados con su familiar.
Separándose el anciano dijo con una sonrisa. "Basta de lagrimas es tu cumpleaños, hay que celebrar y tengo una ultima sorpresa para ti." puso su brazo en la espalda del niño y lo guio de nuevo a la superficie.
"Ya sé que por culpa de nuestra situación no has tenido muchas oportunidades de hacer amigos." dijo sin disminuir el paso. Harry iba a protestar y alegar que no era su culpa. "Déjame acabar. Se que no es mucho pero quiero que conozcas a alguien, va a venir hoy por primera vez a la mansión con su madre y creo que, debido a vuestra situación familiar bastante similar, podríais llegar a llevaros bien. Me gustaria que le dieras una oportunidad."
Harry asintió encantado, no es que el anciano fuera mala compañía pero siempre quiso tener a alguien de su edad con quien jugar.
"Y Harry." el niño volvió a prestarle atención al anciano. "Quiero que seas sincero con ella. Totalmente sincero."
El niño se quedo en estado de shock, entendió perfectamente lo que quería decir su abuelo, contarle quien era, su historia y, lo más importante, quien era su abuelo.
"¿Abuelo, estas seguro?"
Salazar asintió. "Hace mucho que la conozco y es una persona de confianza, a pesar de que tiene tu edad, al igual que tu la vida le ha obligado a madurar más deprisa."
Harry asintió de nuevo, estas personas debían ser muy especiales, su abuelo había estado escondiendo su identidad durante siglos. Aunque si el anciano estaba dispuesto a tomar este riesgo, iba a respetar sus deseos.
"No deberían tardar mucho más."
Salazar no se equivoco, pequeñas llamas verdes empezaron a aparecer en la chimenea hasta que, tras una llamarada final, 2 personas, una mujer adulta y una niña de 9 años, aparecieron de entre las llamas.
La mujer era toda una belleza, con una figura envidiable digna de cualquier modelo, un pelo rubio liso que le llegaba hasta el cuello y unos bonitos ojos azules.
La niña era prácticamente un clon más joven de la mujer adulta, la única diferencia entre las dos aparte de la edad, era que la niña tenia el pelo largo que le llegaba hasta la cintura.
Harry se quedo admirando la niña en trance hasta que vio como se tiraba a los brazos del anciano con una sonrisa.
"Abuelo."
Salazar se rio de buena gana. "Hola Casiopea, Narcissa"
"Hola Hidrus, gracias por invitarnos." dijo la mujer con una sonrisa.
"En absoluto, soy yo quien debería daros las gracias, tengo algunos asuntos que discutir contigo." dijo en un tono más serio.
La mujer rubia asintió, luego se quedo sorprendida al ver al pelinegro en la habitación. La pequeña Casiopea, siguiendo la linea de visión de su madre, se fijo entonces en el niño y se sonrojo ligeramente.
"Permitidme presentaros a mi nieto Harry." dijo Salazar.
Narcissa recuperándose rápidamente de la sorpresa decidió seguir el protocolo. "Hola joven, mi nombre es Narcissa Malfoy y esta es mi Hija Casiopea"
La pequeña niña separándose del anciano se presento intentando controlar su sonrojo, en vano "Encantada."
"Lo mismo digo" y el pelinegro le dedico una sonrisa que agravo aun mas el sonrojo de la niña rubia.
"¿Porque no vais a jugar al jardín mientras Narcissa y yo discutimos algunos asuntos?" propuso el viejo mago.
Harry sonrió "Claro, vamos." cogiendo la mano de Cassipopeia la arrastro hacia el jardín dejando a los adultos solos.
La madre se rio entre dientes. "Ese chico va a ser un rompecorazones en el futuro." Salazar solo pudo asentir con una sonrisa astuta plasmada en los labios. "¿Entonces a que se debe esta invitación? Después de años de conocernos es la primera vez que me has invitado a tu casa, puede entender el porque me pediste que trajera a mi hija..."dijo mirando de reojo el pasillo por donde los niños habian salido. "... pero creo que tienes otros motivos. "
Salazar asintió "Tienes toda la razón, ya es hora que te cuente quien soy en realidad"
La matriarca Malfoy se tenso ante esa declaración pero decidió esperar antes de sacar conclusiones. Si solo supiera que después de su charla no iba a poder formar ni un solo pensamiento coherente.
XxxXxxX
Los 2 niños iban paseando por el jardín sin destino aparente, Casiopea iba mirando por todo el lugar admirando los jardines repletos de varias flores y en ocasiones, mirando el campo de quiddich que estaba un poco más lejos, ese pequeño detalle no se le perdió al pelinegro.
"¿Entonces de que conoces al abuelo?" pregunto un poco curioso el niño.
"Lo conocí por mi madre cuando tenia 5 años y ha sido el abuelo que siempre quise" dijo con una sonrisa "¿Aunque no sabia que tenia un nieto?" dijo con extrañeza.
El niño se rasgo el cuello en el nerviosismo "Es una larga historia."
"Bueno tenemos tiempo." dijo con una sonrisa.
El niño dudo por un instante pero entonces recordó las palabras de su abuelo, con un ultimo suspiro empezó a contarle la historia de su vida.
Rememorando su dolor y su soledad, su felicidad y esperanza cuando conoció a Salazar, y su aprendizaje durante los últimos 2 años, no se dio cuenta que la niña a su lado estaba pasando por una tormenta emocional.
Al finalizar su relato, Harry mirando al suelo espero a que la niña rubia tomara la palabra,cosa que nun hizo, pasaron los minutos hasta que ya no pudo más y se atrevió a levantar la vista solo para llevarse el susto de su vida al ver a la niña llorando.
"Yo-yo lo siento, no quería ..."
"¡No!No, no es tu culpa es solo que..." la niña tuvo problemas para expresar sus palabras, aun más mientras intentaba controlar el rio interminable de lagrimas que caían de sus ojos.
Harry sin saber muy bien el porque, simplemente la abrazo. Casiopea se sorprendo enormemente por el gesto del niño pero no pudo protestar, tan solo lo abrazo y lloro en su pecho sin siquiera entender completamente sus propios sentimientos.
Cuando la niña por fin se calmo, se separo lentamente de los brazos del niño, con notable sonrojo avergonzada por su comportamiento.
"Lo siento, no entiendo lo que me ha pasado"
El niño se rasco la nuca y miro hacia otro lado para ocultar el pequeño sonrojo en las mejilla "Tranquila, no pasa nada."
"Es que ... como pudieron …" la niña soltó un suspiro. "Supongo que no soy la única con una familia disfuncional" esa declaración llamo la atención del pelinegro pero prefirió no preguntar, sobretodo después de la pequeña escena que habían tenido hace poco.
"¿Porque me lo contaste?" pregunto.
"Bueno tu preguntaste" dijo con una sonrisa sarcástica. La niña se sonrojo pero pronto su vergüenza fue substituida por irritación.
"¡Ya lo sé! ¿Lo que quiero decir es porque aceptaste? Podrías haberte negado. Ademas la mitad de las cosas que me has contado sobre ti y el abuelo son muy difíciles de creer. No digo que mientas pero, si todo lo que dijiste fue verdad, me imagino que era algo súper secreto. ¿Por eso, por que me lo contaste?"
Harry se demoro unos momentos para contestar, pensando en la mejor forma de expresar sus pensamientos.
"No tengo amigos." la declaración del niño cogió a la rubia por sorpresa. "Nunca he tenido amigos, cuando estaba con mi antigua familia casi nunca salia de casa, principalmente porque la mansión Potter esta en medio de un bosque y porque mis padres nunca me llevaban a ningún lado, para ellos no valía su tiempo. No conocía a nadie de mi edad y estos últimos años he tenido que ocultar mi identidad y mantenerme apartado de la gente para no destapar mi situación con el abuelo. Cuando el abuelo me dijo que vendrías, me aconsejo que fuera sincero contigo y no me arrepiento. ¿Como podría ser amigo tuyo si no te contaba la verdad?"
…
Ambos niños se quedaron en silencio unos instantes hasta que Casiopea tomo la palabra.
"Mi padre es un imbécil." el niño se sorprendió por su declaración. "Para él no soy una persona, me ve más como una herramienta, discutiendo contratos de matrimonio delante de mi como si mi opinión no importara, ordenándome que me haga amiga de las personas adecuadas para que pueda sacar partido, y ni siquiera hablamos la parte donde me obliga a tomar clases de seducción." Harry no supo que decir, aunque su mente tenia muy claro la clase de basura que era ese hombre. "Se que no es lo mismo, pero puedo ver que somos bastante parecidos, nuestros padres se niegan a vernos por quienes somos y prestando toda su atención a nuestros hermanos pequeños." la niña suspiro. "Al menos yo tenia a mama y al abuelo."
"¿Tienes un hermano?" pregunto curioso.
"Si, es insoportable y arrogante, esta convencido que mi padre es el mejor mago que existe y siempre intenta imitarlo, juro que un día de estos voy a acabar despellejandolo."
El pelinegro resoplo. "Charlus ya era un niño malcriado hace 2 años, me imagino que la cosa solo a empeorado desde entonces."
Ambos soltaron una risa mientras iban comparando y discutiendo sobre cual de los dos infante era el mas insoportable.
"¿Puedo hacerte una pregunta?" el pelinegro asintio. "¿Si realmente eres un Slytherin por sangre, quiere decir que puedes... bueno...?"
"¿Hablar con serpientes?" la niña asintió esperando con impaciencia su respuesta. Harry le dio una sonrisa astuta que la hizo sonrojarse. "¿Silena, puedes salir a saludar?" siseo el niño sorprendiendo a la rubia.
La serpiente emplumada saco entonces la cabeza de la manga de su compañero y se quedo mirando a Casiopea a los ojos. La niña se quedo mirando fascinada y temerosa el reptil.
"Casiopea Malfoy, te presento a mi familiar Silena, Silena esta es mi nueva amiga Casiopea."
Silena se acerco lentamente a la niña que no se atrevía a mover ni un musculo debido al temor. Pero dicho temor murió cuando la serpiente empezó a rascar su cabeza contra su mejilla sacandole causando que la rubia empezara a reírse encantada. Encontrando su valor de nuevo, empezó a rascar la cabeza del reptil admirando la suavidad de sus plumas.
"Es hermosa." dijo fascinada
"Gracias querida." siseo la serpiente reanudando sus caricias contra la niña.
Harry se rio. "Le gustas." dejo a las dos mujeres disfrutar un poco más hasta que una idea cruzo por su mente. "¿Oye, quieres ir a volar?"
XxxXxxX
Narcissa Malfoy estaba hundida en una silla mirando a Salazar sentó frente a ella en su despacho. El anciano estaba bebiendo una copa de whisky de fuego con total tranquilidad mientras la pobre mujer intentaba procesar toda la información que acababa de recibir. La rubia mayor no era una mujer cualquiera, había nacido en la Noble y Más Antigua Casa de los Black, había recibido una educación estricta para percibir con facilidad los aspectos mas tortuosos de la política y el secretismo. Por ello, al contrario que su hija más inocente, pudo percibir totalmente la magnitud y las implicaciones de la información que había sido dada a ella por el anciano.
Ella habia intentado encontrar cualquier rastro de mentira o engaño en las palabras del viejo mago en vano, intento negar de manera logica todos los argumentos dichos pero las pruebas, la logica y la coherencia se impusieron sobre su negativa a creer.
Narcissa se encontraba ahora intentando lidiar con su situación mientras su celebro trabajaba a toda marcha intentando discernir las maquinaciones y propósitos del anciano, una vez más, en vano. Aunque tampoco se sorprendió por ello, se encontraba ante el mago más antiguo y experimentado del mundo, su nombre que era sinónimo de astucia era conocido en toda la sociedad mágica desde hace siglos. No podía esperar ganar, física y mentalmente contra el anciano, y eso la aterraba.
"Te preocupas demasiado Cissi" dijo Salazar en un tono aburrido.
"¡Que!" grito la mujer aterrada saliendo de sus pensamientos, poniéndose en alerta máxima.
El anciano suspiro cansado. "No tengo ninguno mala voluntad hacia ti o tu hija, lo mismo no puedo decir de tu marido pero esa no es la cuestión. La razón por la que te he llamado hoy era para sincerarme de una vez contigo, después de tanto tiempo conociéndonos, pensé que ya iba siendo hora de decir la verdad."
La rubia se tomo un momento para pensar cuidadosamente sus palabras, estando ante el líder y fundador de la casa Slytherin no era un asunto para tomarse a la ligera. " Espero que pueda entender que tenga ciertas dudas sobre ello, dudo mucho que un hombre como usted quiera contarle uno de sus mayores secretos a una simple mujer que encontró hace años llorando en un banco debido a su situación familiar Lord Slytherin."
La mujer se arrepintió enseguida de sus palabras al ver el dolor en los ojos del anciano. "Sabia que mi reputación causaría problemas pero no imaginé que llegara a estos extremos." dijo antes de soltar un suspiro. "Cissi, no estoy ante ti hoy como Salazar Slytherin o como el señor de una casa, estoy ante ti como un simple hombre. El mismo hombre que conociste hace 4 años y con quien de sinceraste con tus problemas. En estos últimos años he aprendido a quereros tanto a ti como a tu hija y jamas se me ocurriría haceros daño."
La rubia se quedo conmovida, hacia años que nadie le había dado tal muestra de cariño pero contuvo sus emociones, si bien el anciano parecía ser sincero no podía permitirse confiar completamente en él, era un hombre de muchos secretos y seria completamente estúpido de su parte darle su total confianza, al menos de momento.
Tras un largo suspiro, tomo la palabra. "Te creo Salazar, pero no puedo darte mi entera confianza de inmediato, aun más después de ocultarnos semejantes noticias." aun a pesar de sus palabras, Narcissa estuvo dispuesta a tenderle una rama de olivo. "Si realmente mi hija y yo somos tan importantes para ti y quieres nuestra confianza, tendrás que ganártela."
Con una pequeña sonrisa, el anciano asintió. "No lo hubiera querido de otra forma." la matriarca Malfoy le devolvió la sonrisa.
"¿Con todo esto en su lugar, porque no me dices la razon por la que nos has invitado realmente?"
Salazar levanto una ceja. "¿Acaso soy tan transparente?"
La rubia le dedico una sonrisa astuta. "Hubieras podido contarme la historia de tu vida en Grimmault Place donde siempre nos reunimos en secreto pero en vez de eso, nos invitaste a tu casa, cosa que nunca antes había pasado. Por cierto, Kretcher te manda saludos. También esta el hecho de que tienes un nieto del cual yo no sabia nada y que curiosamente tiene una gran similitud con James Potter excepto por los ojos que son clavados a los de..."
"Lily Potter, mi descendiente, tiene los ojos de mi difunta esposa Belladona." completo el anciano.
Narcissa asintió mientras reprimió con todas sus fuerzas la carcajada que amenazaba por salir. Todos estos años Lily se había enorgullecido de ser toda una Griffindor cuando llevaba la sangre del fundador de la casa Slytherin, en sus venas.
"Así es, digamos que encontré una solución a tus problemas conyugales."
La sonrisa de Narcissa fue substituida por una mirada esperanzadora. "Cuéntemelo todo."
El anciano asintió. "Llevas ya bastante tiempo queriendo romper el contrato de matrimonio con tu esposo pero por lo que me dijiste, solo el líder de la casa Black puede hacerlo."
La mujer dio un suspiro cansado. "Así es, pero el actual líder de la casa es mi primo Sirius que esta en Azkaban y dudo mucho que vaya a salir de ahi a corto plazo. Mis hermanas no tienen hijos por lo que el titulo como Lord Black sera heredado por mi hijo, que dudo mucho que vaya a permitir que me separe de su padre. La verdadera razón por la que querría separarme era para llevarme a mi hija conmigo, con el tiempo he aprendido a tolerar esa patetica escusa de hombre llamado Lucius Malfoy pero me pone enferma la forma en la que trata a nuestra hija. ¡Ganado Salazar! Ve a nuestra hija como a un animal al que puede vender al mejor postor."
La mirada del anciano se oscureció. "No te preocupes querida, el bastardo morirá a su debido tiempo." dijo con una voz tétrica llena de promesas de muerte. "Sin embargo voy a tener que corregirte en varios puntos."
Una expresión sorprendida apareció en el rostro de la rubia.
"¿Sabias que, Dorea Potter, la abuela paterna de Harry, era en realidad en un principio Dorea Black?" esa declaración hizo que Narcissa abriera los ojos de par en par. "¿Sabias también que Sirius Black es en realidad el padrino de mi nieto."
"¿Que intentas decirme?" pregunto en un hilo de voz.
"Lo que intento decir es que Sirius hizo un testamento en el que dejo todas sus pertenencias a Harry, siendo también de sangre Black, eso lo convierte automáticamente en el Heredero de la Noble y Más Antigua Casa de los Black."
Narcissa Malfoy estaba en estado de shock y ni siquiera tenia ya la fuerza de voluntad para ocultarlo, por primera vez en años, la mujer se atrevió a esperar que su amada hija pudiera tener una vida feliz al contrario que ella.
"¿Crees que Harry aceptaría ayudarnos?"
El anciano se rio de buena gana. "No tengo ninguna duda de que lo hara, pero tendrás que poner de tu parte." la mujer le dio una mirada dudosa. "Lo que estoy pidiendo no es una condición, es una petición." la mujer se calmo. "Harry no a tenido la mejor infancia, sus padres le abandonaron a su suerte y necesita una figura materna en su vida. Yo puedo substituir a su padre pero jamas podre tomar el lugar de su madre. Lo único que te pido es que lo consideres."
Narcissa se quedo muy sorprendida, Salazar le había explicado las condiciones en las que había encontrado al pelinegro, decir que estaba disgustada era una subestimación, al final todas esos valores sobre el honor, la hermandad y la caballería de los Griffindor no eran más que basura. Esta no era una decisión que pudiera tomar a la ligera, sobretodo teniendo en cuenta su propia experiencia con su hijo, el niño de apenas 6 años literalmente no tenia ningún respeto ni amor por ella, cosa que le había dolido profundamente. Si llegara a pasarle una segunda vez, no estaba segura de que pudiera soportarlo.
Mientras seguía considerando sus opciones miro por la ventana y percibió dos pequeños puntos en el horizonte, forzando un poco los ojos pudo distinguir lo que parecía ser alguna especie de serpiente con alas de color verde y a su lado, montados en una escoba, iban volando Harry y su hija, que tenia plasmada en la cara la mayor sonrisa de felicidad que había visto nunca en ella.
Una tierna sonrisa apareció en la cara de la bella mujer, había tomado su decisión. "No puedo prometer nada, pero estoy dispuesta a tratar."
Salazar asintió con una sonrisa plasmada en su rostro
XxxXxxX
Estaba oscureciendo cuando Harry, Salazar, Narcissa y Casiopea se reunieron todos en el salón delante de la chimenea.
A pesar de que no había celebrado ninguna fiesta para su cumpleaños, poco le importaba al pelinegro, había hecho su primera amiga hoy, eso ya de por si compensaba cualquier fiesta que hubieran organizado para el.
"Espero volver a verte Casiopea."
"Sia." el pelinegro se quedo desconcertado. "Llámame Sia, Casiopea es un nombre demasiado largo." dijo la niña con una sonrisa.
"No te preocupes, vas a vernos mas a menudo de lo que piensas Harry" dijo la madre con una sonrisa.
"Gracias por venir hoy."
"En absoluto Salazar gracias a ti."
"Adiós Harry" dijo la chica antes de darle un beso en la mejilla, Harry se puso como un tomate mientras que Narcissa miraba a su hija con una sonrisa de complicidad.
Ambas mujeres se fueron a la chimenea y desaparecieron en una llamarada de color verde
El anciano se volvió a mirar a su nieto que seguía plantado como un pino rojo. "¿Debería ir planeando la boda?"
"¡ABUELO