Dolor. Era todo lo que podía sentir en este momento mientras volvía poco a poco al mundo de los vivos. Pero dicho dolor no provenía de una dolencia física, sino sentimental, su corazón había estado gritando en agonía día tras día durante los últimos 3 años, pero los últimos meses habían sido de lejos el peor suplicio que había experimentado jamas. Desde la caída del mayor mago oscuro del siglo, Lord Voldemort o como lo llaman la mayoría de la población mágica, "el-que-no-debe-ser-nombrado", su vida había empeorado gradualmente hasta convertirse en una tortura diaria.
Harry James Potter, esa era el nombre del niño que había sido victima de su propia familia. No os equivoquéis, jamas sufrió maltrato físico, sufrió algo mucho peor, negligencia. Las heridas del cuerpo pueden sanar fácilmente, ya sea por una poción o de forma natural, el daño hecho al corazón, eso ya era harina de otro costal. Desde de que su hermano Charlus Lilian Potter venció, por así decirlo, al señor oscuro se había convertido en el centro de atención, tanto dentro como fuera de su casa. Los magos de todo el país, llenos de gratitud, lo reverenciaban como a un héroe y empezaron a llamarlo "el-niño-que-vivió". La publicidad y la fama que recibió su hermano no solo se extendía a su propia persona, sino también a sus padres dejándolo a él en segundo plano. En el momento no le importaba todo eso, lo único que quería era olvidar esa noche, donde oyó con sus propios oídos como moría su abuelo Charlus Sr. en el piso de abajo de la casa donde se habían escondido en el valle Godric y lo que es peor, vio con sus propios ojos como su querida abuela Dorea murió pidiendo piedad por la vida de su hermano y la suya propia. Por desgracia era un recuerdo que jamas olvidaría, su hermano tenia el recuerdo de esa noche en la forma de una pequeá cicatriz en forma de rayo en su frente, su cicatriz, la llevaba en la espalda. Cuando el niño de 4 años se puso encima de Charlus en un intento desesperado de protegerlo de ese monstruo, el mago oscuro se divirtió marcando su espalda lenta y dolorosamente antes de sacarlo de en medio. El resultado fue una larga y continua cicatriz que se extendía de izquierda a derecha haciendo varias curvas y piruetas por toda la parte superior de la espalda acabando en su hombro derecho donde se podía distinguir la cabeza de una serpiente con la boca abierta. Por extraño que pareciese, Voldemort se tomo su tiempo y fue muy meticuloso con su tortura dejando una marca macabra, pero no por ello menos elaborada, muy similar al tatuaje de una serpiente grabada a fuego en su cuerpo.
Ese fue un momento traumático para la joven mente del niño y lo único que deseaba era estar en los brazos de su madre, pero no podía ser, por un lado estaban las muertes de sus abuelos y por otro su atención estaba plenamente en su hermano pequeño. No le gustaba pero lo entendía, era un momento difícil para su familia, incluso el pequeño podía parcialmente entender sus motivos y estuvo dispuesto a callar por el bien de su familia. El problema vino cuando su opinión se tuvo cada vez menos en cuenta, poco a poco su presencia se hizo cada vez menos notable en casa e incluso fuera de ella, sus padres se dejaron atrapar por la fama del momento dejando de lado su primogénito y centrándose enteramente en Charlus. Esa negligencia pronto se convirtió en abandono y finalmente su presencia dejo de ser notada.
El pequeño Harry hizo todo lo posible por llamar la atención de sus padres, centrándose en sus auto-estudios en diversos temas tanto mágicos como muggles para hacer orgullosos a sus padres, asiendo hazañas increíbles de magia accidental dignas solo de los mas grandes magos a tierna edad, todo ello en vano. El joven Potter solo pudo ver dolorido como su familia lo dejaba de lado impotente ante su situación. Incluso en sus cumpleaños, a pesar de haber nacido el mismo día que su hermano pequeño, siendo el 31 de Julio, fue ignorado por sus padres olvidando completamente que este también era el día que nació. Incluso los invitados no le prestaban atención, demasiado centrados en Charlus, aunque debía admitir que no reconocía a casi ninguno de ellos. El único al que podía reconocer era Remus Lupin, o Lunatico como lo llamaba su padre, y tampoco es que le hiciera demasiado caso, estaba más centrado en su ahijado que pasaba a ser el cumpleañero ( y no, no era él) Fue en esos momentos donde echaba de menos a sus propios padrinos, el tío Canuto y la tía Alice.
Sirius Orion Black, o Canuto para los amigos, fue el mejor amigo de su padre desde que estaban en Hogwarts y también el mejor padrino del mundo. Era, por así decirlo, un niño grande y un bromista consumado pero a pesar de ello el amigo más leal que una persona podría desear. Desde esa fatídica noche no lo había vuelto a ver y lo único que obtuvo de sus padres fue una bronca por siquiera mencionar el nombre del "traidor". Harry nunca creyó las afirmaciones de su padre, obstinado hasta la médula siguió pensando que su padrino era inocente y que tuvo que haber algún error.
Alice Sophia Longbottom por otro lado era la mejor amiga de su madre que también era la madrina de Neville, el hijo de Alice, con dicha relación presente podrían considerarse hermanos espirituales, aunque, de ser el caso, no era un muy buen hermano, teniendo en cuenta que la ultima vez que lo había visto, el niño tenia apenas unos meses de vida. Las pocas veces que había conseguido la atención de su madre y saco el tema, obtuvo solo respuestas vagas que lo dejaron con mas preguntas que respuestas pero algo tenia claro, le había pasado algo, algo grave y su madre no quería tocar el tema.
Con todo este panorama en su sitio y empeorando día a día, era inevitable que alguna tragedia sucediese, el punto de no retorno llego el día de su séptimo cumpleaños.
Como paso con sus 2 últimos cumpleaños, fue ignorado completamente, ni siquiera reconocieron su presencia, aunque ya se había acostumbrado el dolor palpitante en su pecho no había disminuido ni un ápice pero aun era tolerable pero lo que realmente lo desgarro por dentro fue la proclamación que hizo su padre después de que Charlus soplara las velas de su pastel. Lily que llevaba una enorme protuberancia en su estomago, mostrando su embarazo de casi 9 meses se puso al lado del más joven Potter mientras sonreía por todo lo alto.
James nombró a Charlus como heredero de la Noble y Más Antigua Casa de los Potter.
En ese momento, el mundo de Harry se derrumbo, había tenido que estudiar por si mismo, cocinar su propia comida y cuidarse a si mismo porque sus padres ya ni siquiera le hacían caso, pero con todo eso aun guardaba la esperanza de que su familia acabaría reconociendo finalmente su presencia. Al parecer, fue un necio. Lo habían desechado como heredero como si no valiera la pena, peor aun... como si no existiera.
El niño con los ojos ahora muertos, salio de la mansión Potter y se dirigió hacia el bosque sin darse cuenta siquiera de lo que hacia o adonde se dirigía, solo querría alejarse lo mas humanamente posible de ese hogar el cual ahorra ya no podía llamar suyo. Cuando la realidad lo golpeo, fue como si lo apuñalaran repetidas veces en el corazón y ya no pudo más se derrumbo de rodillas al suelo y lloro todo su dolor, sus esperanzas destrozas y mas aun, la perdida de su familia porque eso había pasado, en la mente de los Potter, Harry James Potter ya no existía o simplemente ya no tenia relevancia en sus vidas, lo habían olvidado y, de cierta manera, abandonado.
Harry lloro durante horas todo su dolor sin percatarse de los pequeños reptiles que estaban entre los arboles observando al joven, no como un aperitivo, sino con compasión y dolor por no poder ayudar. Ellos querían acercarse pero no sabían si debían, no había muchos humanos que apreciaran su especie y podrían asustar al niño sin querer.
Aunque la verdadera pregunta era, ¿porque siquiera les importaba, eran serpientes, iban cada una por su lado excepto si tenían que procrear, si entre los de su propia especie ya eran hostiles, porque se preocupaban por un humano que no habían visto nunca?
La pregunta quedo sin respuesta, pues el ex-heredero se levanto del suelo, seguía con los ojos muertos pero ahora ligeramente enrojecidos debido al llanto que se prolongo durante horas. Miro hacia al cielo dándose cuenta que se había hecho de noche y volvió hacia la mansión, no es que tuviera muchas ganas, pero no tenia otro lugar al que ir.
Pero mientras caminaba comenzó a recordar los últimos años, su dolor, su soledad y lo que era peor, su existencia. Todos se negaron a reconocerlo como a un ser vivo, todos se negaron a reconocer su existencia. ¿todo para que? ¡para su hermano pequeño consentido que por obra de un milagro de Dios logro sobrevivir! ¿Realmente se merecía este suplicio que era su vida solo por un capricho del destino? En ese momento, una chispa de odio creció en el interior del niño, y ese fue suficiente para causar una reacción en cadena que lo mando volando por los aires.
En pleno aire, el pequeño pelinegro veía al vació con incredulidad. Mientras estaba sumido en sus pensamientos había atravesado la barrera que protegía la mansión. Dicha barrera estaba atada al dueño de la casa y reaccionaba a las necesidades y deseos de dicho dueño. La barrera repelaría a cualquier persona con malas intenciones hacia el dueño de la casa y eso incluía el odio. La simple chispa que se había encendido en el corazón de Harry fue suficiente parra mandarlo a volar fuera de los terrenos reafirmando una vez mas la conclusión a la que había llegado: los Potter ni siquiera se acordaban de él, de otro modo, a pesar del odio recién adquirido por su, ahora, ex-familia, las barreras no lo habrían echado de los terrenos.
Lo que antaño fue una pequeña chispa se convirtió en un fuego rencoroso que lo lleno de rabia. Quiso gritar todo su odio, toda su ira, pero todo sonido que iba a exprimir murió cuando en su lugar, su garganta se lleno de agua. El pelinegro se había caído al rio, o más bien, las puñeteras salas lo habían tirado, pero poco importaba en ese momento pues la corriente era muy fuerte y se los estaba llevando rápidamente. Intento sacar la cabeza fuera del agua, en vano, lo único que pudo hacer fue evitar los pedruscos y rocas que estaban en su camino mientras trataba de luchar contra la corriente. Pero todo tiene un limite, y el de Harry llego cuando se golpeo la cabeza contra una roca y cayo inconsciente.
Fue con gran pesar que recordó todo lo sucedido hasta ahora mientras recuperaba sus sentidos poco a poco hasta que abrió los ojos.
Harry se quedo en silencio observando el techo con una sola idea en mente: esta no era su habitación. Aunque claro, como iba a serlo, ya ni siquiera podía entrar en la mansión Potter. El niño se enderezo poco a poco mirando a su alrededor.
Estaba en una habitación finamente decorada, el techo pintado en negro con 2 lamparas de araña de color plata colgadas del techo, los muros pintados con barras anchas de color verde y plata sucesivamente con candelabros de plata donde el verde era prominente y un enorme ventanal detrás de su cama donde, si se mirara se podría observar un enorme jardín bien cuidado. Por cierto, la cama de madera negra en cuestión y con el colchón mas cómodo sobre el que había dormido jamas era tan grande que tenia espacio suficiente como para albergar 5 personas, con enormes postes a los extremos que soportaban las barras donde colgaban unas cortinas corredizas de color verde esmeralda a juego con los colores de verde y plata de las sabanas. Los otros muebles eran igual de esquistosos siendo una cómoda a su derecha y un enorme armario a su izquierda al lado de otra puerta que, posiblemente, llevara al baño, justo al lado de esos 2 muebles se encontraban, dos largas estanterías, también de madera negra pero totalmente vacías. Justo en frente de el pudo ver una puerta doble de madera del mismo color y a la izquierda de esta, una enorme mesa con una silla a juego para el estudio.
El pelinegro dedujo que se encontraba en la casa de un mago, el estilo victoriano no era muy común para los muggles en estos días, lo mas seguro, un purasangre adinerado visto la finura de la habitación, y lo más probable es que no fuera una casa, sino una mansión.
Harry detuvo sus reflexiones cuando oyó la puerta abrirse y todo su cuerpo se tenso, preparado para lo que estaba por venir. Cuando observo al recién llegado. Era un anciano calvo con un bigote y perilla ligeramente larga y puntiaguda de color gris con unos ojos grises a juego, llevaba también una túnica verde bordada de plata con varios anillos del mismo color en sus dedos y por ultimo pero no menos importante, un colgante, o mas bien un relicario de color amarillo con el símbolo de una serpiente verde esmeralda en el medio formando una "S".
El niño estaba muy intimidado por la presencia del anciano, y con razón, su postura, sus gestos y el aura que exudaba lo hacían parecer increíblemente intimidante pero cuando miro a los ojos del anciano reconoció un sentimiento que no había experimentado en años, cariño y esperanza. El cariño que hacia años no había visto en los ojos de sus , ahora, ex padres y la esperanza que reconoció cuando antes se miraba en el espejo pensando que las cosas iban a mejorar. No estaba seguro de lo que quería el anciano pero, estaba claro que no tenia malas intenciones, o al menos eso podía ver en sus ojos.
"Veo que ya has despertado¿Como te encuentras?"preguntaba el anciano acercándose a la cama, mientras lo miraba expectante, casi ansioso.
El pelinegro parpadeo confuso ante la mirada que les estaba dando el anciano pero aun así contesto vacilante." Ehm, bien señor... gracias por salvarme, Mi nombre es Harry Potter."
La sonrisa de alegría que puso el desconocido a su respuesta lo dejo muy desconcertado pero tan rápido como apareció, se fue dejando al anciano con una mirada pensativa.
El silencio se prolongo durante minutos hasta que Harry ya no pudo más."¿Disculpe pero quien es usted?"
La voz del pelinegro saco de sus pensamientos al anciano que parecía bastante incomodo."Discúlpa mis modales Harry es solo que... Bueno yo..." Dio un profundo suspiro antes de seguir. "No se como decirte esto sin que suene como una mentira o una broma pero..." Dudo de nuevo antes de tomar su decisión, suspiro de nuevo. "En fin, a la mierda como dicen los muggles, mi nombre es Salazar Slytherin y tengo la fuerte sospecha de que eres mi heredero."