Pasaron varios meses.
Los científicos del centro tenían miedo al albino, así que utilizaban a su pequeño amigo de ojos verdes para controlarle.
Kai y Kuro se fueron haciendo realmente amigos, bueno, no es como si tuvieran otra cosa que hacer ya que al estar encerrados por días en una habitación totalmente oscura el contacto con otras personas les ayudaría a no sumirse en su propia locura.
Uno de los científicos se dispuso a entrar con mucho cuidado en la sala donde se encontraban los dos niños.
— Vamos a realizar una prueba de socialización... acompañadme al patio con los demás experimentos — dijo este sin mirar demasiado al albino por miedo a los rumores que había escuchado de este.
El ojiverde asustado le siguió, a él si le seguían tratando de la misma forma que al principio.
Torturas constantes.. abusos.. operaciones... eran las únicas razones para que le hacían salir al pequeño.
Aún con todo esto al regresar a la sala con Kuro este siempre pretendía que no había pasado nada y fingía una sonrisa para tranquilizar a nuestro albino.
El científico les llevo a un patio enorme con un poco de vegetación pero casi podrida.
Allí se encontraban muchos de los niños de las pruebas que miraron asustados a Kuro pero .. a parte de miedo en su mirada se notaba .. orgullo?
— Relacionaos. — ordenó el científico saliendo de aquella sala y cerrándoles con llave para que nadie saliera de allí.
Una pequeña niña de cabellos rubios platinos se acercó a ellos.
Esa chica le resultaba familiar a Kuro.. en cuanto recordó que era la chica que podía leer mentes.
— M-mi nombre es Annie ... e-encantada!! — se presento tímidamente esta.
— El mío Kai... igualmente— le sonrió a la menor. — mmm.. ¿No te presentarás? — preguntó el castaño a Kuro.
— Ya debe saber mi nombre, puede leer la mente. — dijo el albino colocando sus brazos tras su cabeza y soltando una leve risa.
Kuro había cambiado, ya no era el pequeño temeroso de antes.
— jeje... ¿Quieren que les presente a mis amigos?— dijo la pequeña esbozando una sincera sonrisa mientras les llevaba a un grupo con mas niños.
— Claro! — respondió Kai emocionado por la idea de tener mas amigos mientras que Kuro se limitó a asentir con la cabeza.
Al llegar donde se encontraba aquel pequeño grupo pudo divisar a varias personas de las que se había fijado en el examen de pruebas.
Como la chica que creaba clones de sí misma hasta el chico con dientes tan filosos como cuchillas.
— Hola.. mi nombre es Karyn .. — dijo la que parecía un año mayor que todos ellos mientras se pasaba una mano por su pelo rojo como el mismísimo infierno.
— Yo soy Alex! — dijo el de dientes afilados orgulloso.
— E-encantado ! Yo soy Kai! — dijo el castaño con algo de nervios.
— Yo Kuro — simplifico el albino sin darle mucha importancia.