Amores e Imperios Caídos. |SD...

By GLABM39

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Final de la saga "Sucesores de Satisfacción". More

Cap. 0. El humano en guerra.
Cap. 1 La habitación 19.
Cap.2 Tráelo de nuevo a mí.

Cap. 3 La presa que se vuelve cazador. Y el cazador que se vuelve presa.

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By GLABM39



SUCESORES DE SATISFACCIÓN II
IMPERIOS CAÍDOS.
CAPÍTULO 3.



"Esperaría por siempre para perderme profundamente en tus ojos, y, cuando quieras que esté ahí, solo recuerda que estoy a tu lado. Entonces en los momentos más oscuros, no estás solo.

Incluso cuando estés lejos, te sentirás como en casa. Por favor recuerda, las veces que lloraste nunca duró para siempre, siempre salió la luz.

Estoy aquí para ti. Y te ayudaré a superar cuando te sientes deprimido, te levantaré del suelo. No te preocupes.

Estoy aquí para ti

Sé que sabes cómo pienso en ti todo el tiempo, como se dónde has estado, qué estás haciendo, Y sí es que te sientes bien.

Entonces si llegara un momento en el que estés desesperado. Cierra los ojos, imagina que estoy allí.

Porque dos es mejor que uno.

Mi amor por ti nunca se deshará.

Seré tu luz guía. Esa que sientes que te salva de la noche

Siempre aquí, y yo. Te amaré con toda mi mente. Nuestras almas entrelazadas. Hasta el final de los tiempos.

Estoy aquí para ti

Y te ayudaré a superar,

Cuando te sientes deprimido

te levantaré del suelo,

no te preocupes,

Estoy aquí para ti"

HERE FOR YOU.

BY CIX.




꧁꧂

|La presa que se vuelve cazador. Y el cazador que se vuelve presa.|

2 Meses antes.

Park Yeosang.

Veo los ojos de Yedam, sonrientes ante mis palabras.

— Lo siento— inicia, las comisuras de sus labios curvadas le dan un aspecto divertido entre todo el asunto — Siento haber causado tanto caos en ti, pero ya sabes, causar caos en las mentes ajenas es bastante entretenido, básicamente mi estilo—

Quiero golpearlo para borrar su maldita sonrisa socarrona, pero no puedo, en su lugar doy un asentimiento hacia su despedida cuando me da permiso para partir de la mesa. Tengo que sostener las ansias de formar con mis manos un par de puños cerrados y tragarme la bilis que destruye mi orgullo porque me parece el mejor precio a pagar por mi estupidez del día de hoy.

Atrapado.

Creo que así es como Bang Yedam quiere que me sienta después de nuestra conversación, quiere que bajo su mirada de caza me sienta contrariado y actué. Ponerme a merced de mis emociones y entonces me equivoque.

Quiere verme jugar el papel de una presa.

Pero tengo que ser mejor que eso, tengo que controlar el impulso de correr como idiota hacia JongHo, decirle la verdad y hacer que nuestro compromiso caiga. O que nuestra relación de vaya a la basura. Porque a Yedam no le interesa eso, le toma sin cuidado si es que existe amor u odio entre JongHo y yo, lo que él quiere asegurar es claramente su propio interés.

¿Pero eso no es algo que debía saber ya?

¿En donde creí que estaba? ¿Jugaba a la casita feliz dentro y fuera de esa escuela esperando ... qué?

¿Qué la gente no le diera importancia a mi guardia baja? ¿Qué cientos de personas que esperaban una oportunidad de verme a merced la dejaran pasar si es que se les presentaba?

Deje que Yedam me tomara por sorpresa, o tal vez no, tal vez el no haya venido sigiloso a encontrar su oportunidad conmigo, pero estaba tan ocupado en distraerme que no pude percibir las señales. No fue, hasta que tuve un cuchillo en mi espalda, que me dí cuenta cuan idiota había sido.

Maldita sea. Desde hace un tiempo me estoy comportando así.

Desde que puse un pie en Francia algo en mi debió cambiar, porque yo no debería dejar que cosas como estas me tomaran por sorpresa. Me permití empezar a creer que mi situación y mi entorno no eran el maldito campo de batalla en el que antes me movía como cazador. Me dejé comprar por otros aspectos de mi vida, estaba tan felizmente entretenido que cuando otro cazador llegó, no tuve siquiera tiempo de entender como era que ya estaba dentro de su red.

"No es propio de mi dejar migajas tan grandes" ¿Dejar cabos sueltos? ¿¡YO!? ¿Quería hacerme sentir idiota?

Yo no dejaba cabos sueltos, si ese bastardo de Bang había conseguido el material para entender mi jugada, era porque de seguro compró gente.

Pudo haber seguido mi rastro. Iniciar con curiosidad de mi compromiso, de la posición de JongHo en la escuela, eso es verdad. Las personas pueden llegar a cuestionarse su rango, pero, eso queda ahí. No hay forma legal posible para que alguien concluya que ese rango se deba a mí. O a mi familia. De eso estaba seguro.

Apenas pongo un pie fuera de la casa azul, tengo la necesidad de encontrar un terreno neutral.

Un lugar donde me permita moverme seguro, donde pueda comenzar a entender mi entorno para así poder llegar a elaborar alguna jugada.

Voy a casa.

Ya habíamos pasado algunas noches desde que JongHo me llevo la primera vez. Habíamos comprado algunas cosas para la cocina y un sillón grande para la sala. Estaba oscura y fría, pero me hacia sentir seguro, y eso era lo importante. Recorro con la yema de mis dedos la superficie del tapizado antes de dejarme caer en el sillón. Suelto un largo suspiro, pasándome las palmas por la cara para despejarme.

Una vez el enojo se había barrido, la culpa empezaba a llegar. Revolviéndome el estomago conforme la sensación iba apoderándose de mi cuerpo.

Trato de resistirme a las arcadas, pero ellas ganan contra mí. Corro a la primera puerta del pasillo en un intento de llegar antes de que algo salga de mi garganta.

Me agacho para vomitar lo poco que pude obligarme a comer en el desayuno. Las arcadas hacen que me arda todo mientras el líquido sale, los ojos me pican mientras trato de que algo detenga la opresión en mi estómago. Tengo que aplastarme las manos al ombligo porque toda mi espalda se arquea más y más, eso sumado al hedor que respiro y al pensamiento de que merezco pasar por esto, es lo que evita que me levante hasta no estar seguro de que no me queda más en la barriga. Cuando consigo terminar de vaciarlo y despejarme lo suficiente para levantarme, el reflejo me deja aturdido.

Me limpio la boca con la mano porque el rastro de baba logra mancharme el mentón.

Soy un desastre. Tengo que lavarlas de inmediato pues el aroma me impacta de sobremanera, arrugo la cara del asco, dando gracias por haber venido aquí y no a la mansión de la escuela donde están los chicos, no puedo imaginar lo que otros sentirán si es que logran olfatearme.

Me arreglo la camisa, la fajo dentro del pantalón y sacudo este para que recupere su forma, ni hablar de las arrugas, no creo poder remediar esa parte.

Tengo los ojos rojos, la garganta seca e irritada, la cara demacrada, tengo que empaparla y golpearme un par de veces con las manos para así parecer un poco más calmado.

"Estas perdiendo el tiempo" me recuerdo, dejando así por fin mi reflejo para iniciar a ponerme manos a la obra.

"Solo tu vas a salvarte de esta, ¿De qué te sirve gastar minutos en darte compasión?"

Las voces en mi cabeza tienen razón, debo salir de este baño y hacer mi trabajo.

De eso es lo único que no tengo dudas.

El trabajo debe hacerse, y lograr que suceda es mi parte del trato.

Salgo de nuevo a la sala. Hay tanto silencio y espacio vacío que mis pisadas resuenan con muchísimo eco, "Estas solo, ¿Qué pieza movemos primero?"

En primera, no debería estar aquí por mi cuenta. Si la presa esta asustada y se aísla es más fácil darle caza.

Llamo a JongHo, le digo donde estoy y le pido traerme algunas cosas con el pretexto de una cita tranquila para que así no haga muchas preguntas.

Ni siquiera se inmuta, solo me dice que espere un poco y que él se encargaría de comprarnos la cena de camino. Así que sonrío a la bocina antes de colgar. 

"Mientras estén aquí, nadie va a encontrarlos. Ahora que están seguros ¿Qué sigue?"

Mi lógica sería buscar sobre mis pasos, las huellas o el rastro que le deje a un cazador para saber cómo encontrarme. Sí hay algo más que pudiera usarse en mi contra.

Y si lo encontraba, tenía que hacerlo desaparecer, que haya cavos sueltos solo le daba piezas a mi contrincante para usarlas en el futuro.

"Piensa, si fueras Yedam ¿Cómo te terminaste enterando del trato?"

El rango es su curiosidad inicial, claro que lo primero en hacer es comprobar los estados financieros de la familia Choi Lachenal. Para saber si es que JongHo le debía su posición a la mala suerte de las finanzas familiares.

"Y ¿Cómo podemos comprobarlas?, ¿Es información que JongHo podría entregarnos?"

No. No es algo que JongHo comparta. Es amable, entablar conversación con él no es difícil si se acercara alguien en alguna clase, pero no es tan abierto como para ventilar la información que respecta a sus madres sin permiso. Debió ser otra cosa. Algo que dejara más claramente detallado su herencia.

"Sus madres. ¿Qué hay de ellas?"

¿Sus madres? Están en Francia, seria complicado con información internacional... aunque...La madre de JongHo aún mantiene su estado como civil sur coreana. ¡Es eso! Debe presentar informes para su situación fiscal, rendir cuenta ante impuestos.

Y así es como ese bastardo debió constatar cuanto era que mi suegra tenía como patrimonio. La empresa estaba a su nombre, y JongHo es hijo único, heredero no solo de la familia Choi, sino, de la familia Lachenal. Quienes son famosos por tener una de las casas de joyas más antiguas de Francia.

Una vez que pudo constar que su rango no estaba acorde a su fortuna, seguir con la línea para hallar el dinero debió ser más simple.

Con sus padres como actuales jefes de gobierno, recaudar información sobre ciudadanos y sus patrimonios debió serle fácil. Comprar gente, que esta ansiosa para que les debas algo, es de lo más sencillo que hay en este mundo.

Eso lo sé de sobra, claro que me parezco a ese bastardo. De tener yo la oportunidad ¿Qué no haría para facilitarme la información? ¿Quién podría saber qué los he comprado si quiera?

La mejor forma de ganar la guerra siempre ha sido no pelearla.

Eso es obvio. Si no estas durante la batalla, los destrozos de las bombas no serán tuyos. Pero si te quedas a la espera, de que el conflicto este avanzado, y entonces mandas un golpe sin avisar, te puedes convertir en vencedor. Y entonces, escribir la historia es más sencillo cuando tienes al toro por los cuernos.

Me parece gracioso que Yedam piense a mi manera. Claro que tenemos eso en común. Pero también esta su soberbia, eso es lo que nos diferencia al uno del otro.

Yo nunca tomo el crédito de haber entrado a la batalla, ¿para qué necesitaría el reconocimiento? Solo es avisarles a mis futuras presas que hay un cazador profesional a su alrededor.

Fui estúpido al dejarme atrapar. Eso tengo que reconocerlo.

Pero Bang es incluso peor por no darme el tiro de gracia cuando ya había decidido clavar el cuchillo.

Dejarme colgado para verme a merced, o para que le tuviera miedo, no es ni de cerca la opción correcta.

En este campo se caza. O eres cazado.

¿Solo porque sus padres han gobernado este País por años Bang cree que puede amenazarme a mí? ¿Qué puede soltar estupideces sobre arruinar mi futuro con la persona que amo? ¿Y que yo que? Porque si cree que después de escucharlo tan campante hablando de mi futuro, y el de Seong, lo que pasaría era que yo le comenzaría a tener miedo, está muy equivocado.

Yo no voy a ser la presa de nadie.




꧁꧂






Cuando JongHo llega a la ultima hora de la tarde con unas bolsas donde seguramente están nuestras cenas, yo ya he tenido tiempo suficiente para poder quedarme con lo que esperaba fuera un arriesgado, pero efectivo, plan de acción. Observo el logo que esta impreso en el lateral y no puedo evitar sonreír al vislumbrar mi restaurante italiano favorito.

—  ¡Yeye! —  Lo escucho gritar mientras cierra la puerta del copiloto de donde había sacado las bolsas, corre apresurado hacia mí. Apenas se acerca lo suficiente su rostro se ilumina, su ceja se arquea de manera traviesa, mi aspecto desarreglado le ha causado intriga, pero por alguna razón lo deja pasar.  —Traje vino — Me dice depositando un pequeño beso en mis labios mientras eleva su otra mano donde carga la botella. —  Y en la cajuela traje algunas flores para el lateral del jardín. Estaba pensando en plantar algunas extra porque en invierno es probable que perdamos la mayoría... —  comienza a explicarme lentamente.

Estoy demasiado tembloroso, la ansiedad está provocándome una capa de sudor que poco a poco comienza a serme demasiado pesada. Trato de ocultarlo, pero llegados a un punto no puedo resistir mucho más, lo callo al fin al acercarme a su pecho, envolviéndolo entre mis brazos mientas mi suspiro choca contra su cuello, pues lo que necesito ahora, más que nada en el universo, es un abrazo.

A sus brazos fuertes como robles rodeándome con fervor mientras me protege del mundo que está lleno de caos.

Hace mucho que nadie había estado tan cerca de darme caza.

Tengo miedo.

Sin las voces en mi cabeza gritándome, me permito sucumbir ante el hecho de que me causa miedo que me quiten la protección de estos brazos cálidos.

Escúchame bien, porque voy a decirte algo muy importante para mí. Pero por favor, no me interrumpas hasta que termine y no me hagas preguntas al respecto ¿okay?  — Mis labios inician sin mi permiso.

Ni siquiera lo dejó contestar antes de seguir. — A partir del día en que te entregue el anillo, no volveré a guardarte ningún secreto, nunca, lo juro. —

Mis palabras son arrastradas por el viento mientras este nos envuelve en una brisa fría. La noche había refrescado el ambiente, mientras que el único calor que me evitaba querer entrar de nuevo al resguardo de nuestro hogar era el que emanaba el chico que me protegía tan seguro en sus brazos.

Esta bien si quieres tener secretos bebé no tienes que preocuparte por eso. Yo también tengo mis cosas que no me gusta compartir.

No es eso — contrapongo mientras meneo de un lado a otro la cabeza.

—  Si quieres decirme lo que sea, yo esperaré a que estés listo para contarme ¿comprendes? — continua mientras talla mi espalda en un suave vaivén.

Lo hacía. Entendía lo que trataba de decirme, pero solo me daba más dolor y miedo, que se me permitiera, la oportunidad de mentir.

Te amo — respondo sin reparos. No existía forma alguna de englobar todo mi sentir en esas dos palabras. Pero debía decir algo, una forma de expresarle cuán importante es para mí que él siempre abra sus brazos cuando necesito consuelo.

Me siento amado por ti— pronuncia tenue, aplastándome más entre su cuerpo mientras me remueve de un lado a otro, como si jugara con lo fácil que le era el cargarme — espero que tu también te sientas amado por mí, porque me esfuerzo mucho a diario para que no pase desapercibido —Es demasiado coqueto.

Me rio, aunque no quiera, porque es eso o llorar.

Entonces permito que entre mientras yo me encargo de traer conmigo dos de las plantas que él había dejado en el auto. Las demás las dejó ahí porque JongHo me llama desde la casa, para que comamos antes de que las cosas se enfríen.

— Van a pasar frio — le explico, mientras deposito las macetas cerca de la puerta y quito el poco polvo que me dejan en mis manos. —Dame un minuto mientras pongo las demás dentro y luego cenamos —

No amor déjalas. —Me pide volteando un segundo, antes de seguir con la tarea de emplatar la comida. —Si no resisten esto, ni me hago ilusiones de que van a estar en invierno

Tienes tu lado despiadado— bromeo de forma teatral. Acercándome a su cuerpo mientras lo veo abrir el vino y llenar un par de copas. Se ríe, aunque bufa a mi veredicto, yo solo le sonrío.  Paso las palmas de mi manos y mis brazos por su cintura mientras dejo que mi mentón se posicione en la curvatura de su cuello.  — El fin justifica los medios —  siseo despacio, dejándome sentir el aroma de su colonia con el del vino mezclarse.

JongHo me deja ser, mientras sigue riendo risueño. Asiente a mi, separando mis brazos para poder volearse y acariciar mi rostro. Las yemas de sus dedos delineando el contorno de mi rostro y mis labios. Me dan cosquillas.

—  El fin justifica los medios — comienza en un tono arrullador sin parar por nada sus caricias. Aun así se toma el tiempo de explicar —  ¿Sabes que esa no es la frase completa verdad? —  inquiere, aunque no me da tiempo a contestar porque con solo abrir los ojos extrañados, él entiende que no sé de qué demonios está hablando, así que prosigue.  —  "El fin justifica los medios, siempre y cuando haya algo que justifique el fin"... ya sabes, eso significa que alguien puede hacer todo lo necesario para alcanzar un objetivo, siempre y cuando, exista un bien mayor que fundamente el propio objetivo. Así se evita pensar de forma malvada o egoísta para mover acciones, como en las guerras y eso.  —

Ahh, pienso para mis adentros, creo que mi conciencia no tenía por qué saber la totalidad de esa frase.

꧁꧂

La cena estaba deliciosa. Spaguetti a la carbonara, una lasaña vegetariana, pizza margarita, y de postre, gelato.

Apenas y pude terminar este último, pero hice el esfuerzo, porque JongHo sabia cuanto me gustaba el gelato, casi me daba pena lo poco que tomaba para que yo pudiera tener la mayor parte.

Casi, pero no.

¿Qué hiciste hoy? Estas faltando demasiado a clases por seguir con el proyecto de inversiones. —  reprocho, aunque trato de no sonar hostil. La verdad era que me preocupaba que pudiera abandonar el cuadro de honor.

HongJoong, Mingi y Yunho hace rato que no circulaban entre la lista. No quería que JongHo siguiera sus pasos, y que sus madres culparan a su estancia en Corea por su declive escolar.

Algunos de los inversores del proyecto vinieron a hasta aquí para conocerse, soy el más joven del grupo, no quiera desentonar aún más al negarme a conocerlos. La verdad es que me alegro mucho la comida, no sabia que se pudiera hablar de forma tan tranquila sobre negocios, no es el estándar en Europa

Por qué ¿Cómo eran? —

Alegres — responde sin vacilar, veo que se esfuerza por reprimir una risa que al final deja salir — Una mujer, si no mal recuerdo era traductor de una inversionista Peruana, llegó tarde, pero contó, como si fuera una historia televisiva, que el trafico le había jugado mal. Los demás nos reímos tanto por su cara al decirlo que la verdad no le importo a nadie a qué hora llegó, con que lo haya hecho

¿Peruana? — inquiero impresionado —  ¿Voló hasta aquí solo por una reunión para comer?

La mayoría lo hizo, había muchos inversores en Perú, Colombia, Argentina, Ecuador, Costa Rica, México, y eso es solo los de América, también había una buena parte de China y de Tailandia. Me dejaron muy desventajado en números como inversor Europeo.

¿No es agobiante tener tanta cultura en una mesa?

Oh Yeye, esa es la parte divertida. Todos queremos ganancias, conozco esa parte bien, me encargaba de algunos tratos en la empresa de la familia, son lobos como todos los buenos negociantes, pero, eso no les quita que sean personas que saben como pasarla bien. Amena es la palabra que busco, mientras el negocio vaya bien, ellos no van a estar por ahí siendo hostiles, y eso ya es bastante nuevo de ver

— Okay, mientras te diviertas esta bien. Sabes que te apoyo en esto, pero apóyame tu en mantenerte también en la escuela. No quiero a mis suegras culpándome por tus notas cuando eres de los alumnos que siempre sacaban sobresalientes.

— ¿Qué lugar te dejaría tranquilo? — me anima, seductor.

Levanto la vista de mi plato para encontrarme con su rostro expectante, abre los brazos mientras me sonríe como diciendo "Pide lo que quieras" . Asi que dejo de lado los cubiertos mientras entrelazo mis dedos, colocando mis codos en la barra mientras ladeo mi cabeza para poder pensar por un segundo.

Queda primero—  gesticulo solemne. En cuanto lo pronuncio su sonrisa se extiende aún más, yo mismo me rio de ella, pero no aparto la mirada, retándolo a decirme que inevitablemente no podrá lograrlo. Tenemos los exámenes en una semana, y el se ha encargado de faltar a gran parte de las lecciones.

Es probable que alcance a pepenarse del puesto 10. Pero eso solo resumiría que mis preocupaciones hacia él son correctas. Entro siendo el puesto 4, y nunca antes, ni siquiera en Europa, ha dejado de estar en el top 5 de las escuelas a las que ha asistido. Lo que, si contamos con el hecho de que en la gran mayoría de ellas persistía una barrera de idioma, es incluso más impresionante.

Primero...— sopesa la palabra, y la idea, mientras apura un poco de pasta con su tenedor. — No es imposible, pero será difícil. ¿Y si lo consigo qué? — se entusiasma a la idea.

Ahora soy yo quien relaja los hombros para responder en actitud dulce —  Te doy un deseo a cambio, lo que quieras

¿Cualquier cosa? Estas de nuevo diciendo palabras a la ligera Yeye — gesticula en una negación tranquila. — ¿Y si termino atándote en la habitación por quien sabe cuanto tiempo? Debes escoger mejor tus palabras, o eso podría volverse una realidad—

— Me haría cargo de eso si llegara a ocurrir, ¿entonces?

— ¿Entonces? —  repite con gracia — Entonces nada, "Queda primero" no es una pregunta, es una orden, y me encanta vivir por cumplirte todas las que pueda.

Dios santo, espero que no vayas por ahí con esos extranjeros siendo tan galán, porque si se te olvida lo celoso y posesivo que soy, no te lo voy a dejar pasar

Su tenedor queda a la mitad cuando me escucha decir mi veredicto. Y se ríe.

De verdad se ríe de mi cara amenazante. Estira sus manos para atrapar mi mejilla y pellizcarla entre su índice y su pulgar. Le pego un manotón para sobarme ese lado de mi cara.

Solo hago esto por ti. Actuar de esta forma... darte prioridad en cualquier cosa que hago o pienso. —Repone aún risueño — Incluso en mis inversiones, siempre tengo presente si es que al hacer algo, eso podría llegar en algún sentido ah afectarte . . . Solo hago eso por ti. —

Te he visto ser amable con todos los que te conocen —               Desmiento de forma acusatoria mientras lo señal con el tenedor para que detenga su risa suave.

Yo mismo tengo que contener la mía para que suene de verdad amenazante.

—  Sí... bueno, lo soy. Ser cortés no es nada, no voy por la vida queriendo ser maleducado o grosero con la gente. En eso te concedo la razón, pero incluso con amistades, incluso con gente que aprecio, prefiero ser directo al momento de hablar con ellos, a veces eso me hace sonar tosco, o cuadrado. Si es algo que pienso que hacen mal y ellos me piden mi opinión, la doy sin endulzarla. En especial señalo cuando alguien no está viendo su propia culpa dentro de un problema, y me llego a pelear con amigos por eso. Pregúntale a Yunho, si es que no lo maldigo día y noche por barbaridades que lo he escuchado decir o hacer. Pero eso no lo hago contigo, porque . . . cosas como tener la razón, o buscar fallas o dobles sentidos en tus intenciones no es algo que quiera hacer o que vaya haciendo por la vida

Su confesión me toma con la guardia baja, hace que de nuevo mi estomago se revuelva. Pongo mi mano en mi cintura mientras aplasto con mi antebrazo una zona por debajo de mi ombligo.

¿Porque me amas? — Susurro una octava más ronco. Carraspeo mientras bebo un traguito de agua para evitar que se note mi contrariedad.

Bueno... pues ¿Sí?. . . Decidí darte el título de prometido/ futuro esposo, eso para mí es más que solo aceptar que vamos a casarnos. Te trato así incluso poco antes de ser novios. Porque tuve suerte... conocernos fue de por sí un milagro. Es decir, me tendieron a un chico a la fuerza y pensé que íbamos a estar atrapados por mucho tiempo en esto juntos, pero en su lugar, encontré el amor.

Lo miro, busco en sus ojos algún rastro de duda o una señal de que esta bromeando con la seriedad del asunto, pero no hay nada de eso.

Solo sube sus hombros como si le restara importancia a su declaración. Porque para él esa es su forma de ver nuestra unión.

Siento mis ojos lagrimear, entonces Ho voltea hacia mi y se asusta al verme apagar.

No llores. —exclama desconcertado levantándose de un salto de su taburete y rodeando en unos pasos la barra— cuando lloras, todo en mi cabeza se desmorona. Me siento impotente.

Yo me siento así cuando pienso que te perderé. — Le digo en un susurro, agachando la cabeza mientras clavo mi vista en mis rodillas. Siento el estómago incluso más pesado como si una mano desde dentro estuviera estrangulando mis intestinos para causarme dolor. Así que pongo mi otro brazo rodeando esa zona, comprimiendo el abatimiento para tratarlo de cesar.

No vas a perderme, ¿entiendes? —  Asegura severo. Pero yo niego.

Te vas a ir, cuando te des cuenta que no te merezco vas a dejarme y entonces ¿Qué voy a hacer sin ti? ¿Qué voy a hacer yo si no funcionamos y me dejas JongHo?

No voy a irme a ningún lado, no digas eso, odio que hables así de la persona que amo

Júralo — le digo, tomando una de sus manos con fuerza y viendo directamente sus ojos cálidos. — Júrame que incluso si no funcionamos tu nunca me vas a dejar

  No lo haré Yeo —susurra átono. —  ¿No confías en mi? —   

Quiero decirle que sí, pero en este momento no confío ni en mi propia sombra. Así que solo pudo repetir.

  Júralo—   Suplico mientras concentro mis fuerzas en sujetar su mano, aferrarme a él como si alguien estuviera tirando hacia el otro lado.

Porque es real. Alguien me lo quiere quitar.

Te lo juro — lo escucho decir tenue, mientras deja poco a poco su frente descansando en mi cabeza.

¿Qué me juras? —  Le exijo. Acercando más su cuerpo al mío. Aferrándome ahora a su cintura en protección. No a la mía para frenar el dolor. — JongHo ¿Qué estas jurando? — le exijo aún en apuro.

Que no te voy a dejar — Explica armonioso, sobando con su mano libre mi espalda en un intento de hacerme relajar — Incluso si esto no llega a funcionar... incluso si un día te levantas y ya no me amas, yo no me iré. Porque igual seré cualquier cosa que necesites; Luna, sol, esposo, amigo, confidente, hogar. Seré lo que sea que haga falta para que puedas ser feliz. Y esta casa, quiero que sea la extensión de esa promesa. Que sea un lugar en el que puedas descansar... no se permite aquí ni rencor, ni soledad... Estas paredes van a ser testigos de un equipo. Y con ayuda del tiempo, voy a lograr que sea donde puedas quitar todo el peso que tu apellido te carga. Aquí no será la propiedad del hijo del matrimonio Park. Esto es el hogar de Yeosang.— 

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